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sábado, 24 de diciembre de 2011

La verdadera Noche de Paz en todo el mundo



Noche de paz, noticiario de las Siete en Punto

Impresionante (y descarnada) revisión del villancico "Silent Night" (Noche de paz), grabada por Simon& Garfunkel en 1966 y mezclada con el audio y las imágenes de un Noticiario de las Siete en Punto emitido el 3 de agosto de ese año. 

martes, 20 de septiembre de 2011

Cuando las piedras se puedan comer y ya nadie sea más que nadie


Durante el tiempo en que anduve investigando y luego escribiendo el libro sobre la vida y muerte de Mariano Carilla Albalá me venía a la mente muchas veces el tema Canta por mí, de El Último de la Fila. Es una de las letras más claras y tersas de un grupo que años atrás no me gustaba especialmente por causa del lenguaje rebuscado y artificioso que a menudo tienen las letras de sus canciones, lyrics a veces pretenciosamente poéticos y casi siempre conceptualmente poco inteligibles. 

El grupo duró unos 15 años, y estaba encabezado por un dúo formado por Manolo García, un catalanoandaluz del Poble Nou barcelonés, y por Quimi Portet, oriundo de Vic, en la Catalunya profunda. Puro mestizaje de dos culturas, que en el caso de El Último de la Fila a veces dio resultados de gran brillantez y en otras menos.

Canta por mí sin embargo es otra cosa como digo, y además de una música de calidad y bien armonizada tiene a mi juicio versos de gran altura y muy evocadores. Hay uno que cuando lo escucho me recuerda siempre la famosa fotografía de Miguel Hernández en el frente de Extremadura, en la que el poeta está declamando versos bajo la lluvia rodeado de soldados con cascos y capotes:

Si les miente la vida
se hacen parapetos con poemas

Aunque lo más hermoso de la canción sea sin duda este otro fragmento, que supongo es el que de algún modo se me engarzó subliminalmente al recuerdo de Mariano y sus compañeros de lucha y deportación:

Un día color de melocotón,
cuando todos seamos libres,
cuando las piedras se puedan comer
y ya nadie sea más que nadie,
canta por mí
si no estoy yo aquí.

Seguiremos cantando por ellos pues, pese a quien pese. 

Les repito el enlace a Canta por mí en You Tube. El video corresponde a un actuación en directo en el Estadi Olímpic de Montjuïc, en Barcelona, octubre de 1990.

La fotografía que ilustra el post es una imagen maravillosa tomada por Agustí Centelles en la Rambla barcelonesa, en agosto de 1936. Un miliciano se despide de su compañera y su hijo casi recién nacido antes de subir al camión que le llevará al frente de Aragón.

jueves, 23 de junio de 2011

El solsticio de verano, la Noche de San Juan y una canción de La Bullonera



La tradicional capacidad de la Iglesia católica para enmascarlo todo convirtió una bella fiesta pagana ibera seguramente prerromana - el zénit anual del sol, con lo que significa de triunfo de la vida y lo luminoso-, en otra celebración de un santo que ni dios sabe quién es. ¿Es San Juan Bautista? ¿San Juan el discípulo de Jesús? ¿San Juan Evangelista (no es el mismo)? ¿Otro San Juan?.

Sea como sea, hoy es la noche más corta del año. La noche del fuego. La noche por excelencia del amor. Aquella en cuyo transcurso se recogían las plantas para filtros de amor y otras prácticas, no siempre eficaces pero casi siempre inocuas. Hay que bañarse en un río a la luz de la luna, y a ser posible acompañado. Y saltar hogueras, y beber vino, y besar a quien se ponga a tiro.

Luego llegaron los curas y los inquisidores y comenzaron a quemar mujeres por ser, decían, brujas y "adoradoras del diablo", y la Noche de San Juan comenzó a coger mala fama entre los poderosos... es decir, a volverse aún más atractiva para los sometidos y oprimidos.

En el último disco del desaparecido grupo La Bullonera, articulado en tiempos de la llamada Transición en torno a Javier Maestre y Eduardo Paz, hay una canción, "Noche de San Juan", de letra bellísima. No he encontrado lamentablemente ningún enlace a una grabación musical en YouTube o similares; bueno si, hay uno a una interpretación relativamente reciente al alimón entre La Bullonera, Labordeta y el- para mí- insoportable Joaquín Carbonell, bastante pasada de rosca y que prefiero ahorrársela a ustedes.

Les dejo la letra de "Noche de San Juan":

NOCHE DE SAN JUAN

A las 12 de la noche me han venido a reclamar
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

Me han sacado de la cama sin tiempo a considerar
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

En la noche de las brujas, nochecica de San Juan
cuando salen los mochuelos y vigila el gavilán
Un ramico de tomillo hemos puesto en el zaguán
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

El que quiera beber vino ya conoce la señal
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan
Dejaré la puerta abierta y el pestillo sin pasar
Y una luz en la bodega "pá" los que van ciegos ya

Debajo la mangranera con toda la oscuridá
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan
Está la tiá cordetera y el Abundio el sacristán
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

Que le saca la campana "pa" enseñársela tocar
y se pasan "toa" noche repicando sin parar
A las 3 de la mañana todos juntos a rondar
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

El alcalde, el señor cura se nos van a cabrear
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

A la luz de las hogueras no vamos a disfrazar
Formaremos un tiberio que no se podrá aguantar
Con los de la Bullonera y poco antes de almorzar
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

Bailarán la Canastera pa acabar de rematar
tunda la tunda la tunda en la noche de San Juan

Cuando salen los mochuelos y vigila el gavilán
volveremos a la cama en la noche de san Juan

En la noche de las brujas dos guitarras y un cantar
y que bien que se pasaba en la noche de San Juan

La Bullonera

sábado, 5 de marzo de 2011

Las golondrinas vuelan sobre Río Bravo


Hay canciones que son himnos. Una de ellas es "Las golondrinas". Por encima de Río Bravo (al que los estadounidenses llaman Río Grande), en los grandes territorios de América del Norte que fueron del Imperio español y que los EEUU arrebataron a la República mexicana a mediados del siglo XIX, no hay canción que haga vibrar a chicanos, "espaldas mojadas" y descendientes de los antiguos colonos españoles como ésta. El país lejano y la patria arrebatada. De la bahía de San Francisco a los pantanos de Florida, un pueblo colonizado se ve reflejado en esos versos que cantan mariachis y solistas desde hace más de cien años. Incluso ha sido usada en el cine: en una de las escasas escenas relajadas de "Grupo salvaje", de Sam Peckinpah, suena "Las golondrinas" cantada por un coro mientras el grupo de mercenarios abandona a caballo el pueblito mexicano donde han sido felices por unas horas.

Explica el músico tejano Flaco Jiménez que la base musical de ese estilo que se ha dado en llamar tex-mex, la música tradicional tejana, es una adaptación local de la polka europea, llevada a Tejas por emigrantes alemanes en el siglo XIX. Flaco Jiménez se reivindica como tejano, y el tex-mex como una cultura musical ajena a la mexicana. Pero "Las golondrinas" no es tex-mex, y sin embargo pocos músicos han sabido interpretarla como lo hace el acordeón del Flaco. La aprendió a tocar en las cantinas de San Antonio de las Tejas hace más de medio siglo, entre borrachos y peleas. Desgraciadamente los amos del negocio musical, que no son obviamente ni el Flaco tejano ni su descubridor, el californiano Ry Cooder, permiten escuchar su versión en Internet sino es en versiones de 30 segundos. Cosas de los gringos, ya saben.

Esta es la letra original de "Las Golondrinas":

A donde irá veloz y fatigada
la golondrina que de aquí se va
por si en el viento se hallara extraviada
buscando abrigo y no lo encontrara.

Junto a mi lecho le pondré su nido
en donde pueda la estación pasar
también yo estoy en la región perdido
OH Cielo Santo! y sin poder volar.

Dejé también mi patria idolatrada
esa mansión que me miró nacer
mi vida es hoy errante y angustiada
y ya no puedo a mi mansión volver.

Ave querida amada peregrina
mi corazón al tuyo acercaré
voy recordando tierna golondrina
recordaré mi patria y lloraré.

En la imagen que ilustra el post, fotograma de "Grupo salvaje" (1969), de Sam Peckinpah, en el que aparecen Ernest Borgnine y William Holden.

viernes, 10 de septiembre de 2010

No todo iba mejor con Coca-Cola


Jorge Schussheim es un ciudadano argentino polifacético e inabarcable, en el que destaca su inteligencia, certera y corrosiva, y su sentido del humor, descacharrante y ácido. Entre las muchas facetas de este hombre irreverente y lúcido figura la de antiguo cantautor argentino durante los años sesenta y setenta, aquellos negros años de los Montoneros, los cuartelazos y la Triple A, tiempos infames en los que el ministro López Rega andaba por la Casa Rosada invocando al espíritu de Perón para que se manifestara a Isabelita, su viuda y presidenta por delegación del caudillo argentino, mientras sus secuaces eliminaban oponentes sanbenitados como "comunistas".

A toda aquella locura delirante y a la posterior y aún mayor que supuso el período de gobierno criminal protagonizado por las Juntas militares, sobrevivió el siempre sospechoso Schussheim, judío para acabar de fastidiar las cosas, que hoy es abuelo, escribe sobre gastronomía, y presenta un programa de radio al que dicen lleva gente que tiene cosas que decir.

En sus tiempos de cantautor Schussheim creó algunos temas que dejaron huella en su país. Uno de ellos sin embargo, destaca sobre todos los demás y conserva entera la carga vitriólica que tenía cuando fue compuesto.

Se titula Todo va mejor con Coca-Cola:

Yo era un tipo amargado, y en mi mismo encerrado,
reprimido, depresivo, tan shoqueado, tan mufado,
era un tipo muy jodido, peligroso y obsesivo,
paranoico y esquizoide, con síndrome epileptoide,
y mi vida transcurría y pasaba siempre a solas
hasta que llego el día en que descubrí la Coca Cola.

Coca Cola refresca mejor, Coca Cola elimina el dolor,
Coca Cola querida señora, es el símbolo más perfecto del amor.

Una vez fui arrestado, porque estaba acusado
de matar a mi papito, de clavarle un cuchillito,
pero el juez me perdonó, porque en el juicio probó
que fue en propia defensa y demostré mi inocencia,
soy culpable, ya lo sé, mas no merezco la gayola,
lo maté porque papá, me negó una Coca Cola.

Coca Cola refresca mejor, Coca Cola elimina el dolor,
Coca Cola querida señora, es el símbolo más perfecto del amor.

Las mujeres me espantaban, les temía y me aterraban
Y a pesar de las sesiones, la cosa no se arreglaba
Y seguían las tensiones, pero no las soluciones
No es verdad que esté tan mal!
Yo no soy homosexual!
Pero un día me asumí, la verdad me vino sola,
soy! pero ya no me importa porque tomo Coca Cola.

Coca Cola refresca mejor, Coca Cola elimina el dolor,
Coca Cola querida señora, es el símbolo más perfecto del amor.

Ahora refresco mejor, soy un buen consumidor
No resuelvo mis problemas, pero les doy el sabor
Coca Colas a montones y burbujas en colores
Soy feliz! Soy un gran mito! Soy el nuevo prototipo
Si quiere vivir mejor haga correr esta bola,
la generación de Pepsi y el mundo de Coca Cola.

domingo, 3 de enero de 2010

The Christians, soul contra neoliberalismo


The Christians es una banda de soul británica inicialmente liderada por 3 hermanos, de apellido Christian y origen jamaicano. El grupo se dio a conocer a mediados de los años ochenta, y aunque nunca ha llegado a desaparecer del todo, su actividad se ha reducido mucho en los últimos años y sus componentes han cambiado bastante en relación con la formación original.

El soul de The Christian es musicalmente elegante y culto, pero también está dotado de unas letras que poseen una contundencia política sorprendente. Aunque puedan sonar de modo parecido a Simply Red, sus letras no tienen nada de acarameladas y romanticoides: el terciopelo de la voz de Garry Christian desgrana verdaderos puñetazos en el hocico de la sociedad thatcherista y blairiana. Su soul con conciencia política es verdadera agitación contra toda la porquería neocapitalista que ha destrozado Gran Bretaña a lo largo de las tres últimas décadas.

Les dejo aquí un enlace a una grabación donde pueden admirarles interpretando "Ideal world", uno de sus temas más bellos y combativos. Como verán, incluso el clip es de una gran belleza.

Por cierto, no se pierdan ahí la traducción de la letra al español. Hay un pasaje que parece dedicado al Trío de las Azores:

Un tono azul en el cielo,
Una canción de esperanza, un noble pensamiento,
Pero ¿cuánto tiempo la gente debe seguir muriendo
Antes de que los culpables lo paguen?

sábado, 15 de agosto de 2009

Hallelujah


Hallelujah es un viejo tema de Leonard Cohen que el cantautor canadiense canta mejor cada vez, según pasan los años y el tabaco y el alcohol van dejando cicatrices en su garganta. Su letra, solemne y extraña, mezcla el sentimiento religioso y el amoroso (algo muy típico de la tradición cultural judía, recuerden el Cantar de los Cantares de Salomón o el Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz), de modo que uno no sabe si el hipotético rey David que habla en la canción está pidiendo perdón a Dios por sus errores o en realidad se está quejando de una ruptura amorosa. En cualquier caso el David/Cohen defiende su posición con una dignidad admirable, y en el fondo nos está mandando un crudo mensaje respecto a los dioses demasiado sordos y las amantes tan poco comprensivas como ellos.

Las versiones de esta canción se cuentan por docenas, algunas bastante buenas y otras horrorosas, como una absolutamente olvidable perpetrada por Bono, el cantante de U2. Quien más quien menos ha ido retocando la letra original a la hora de cantarla, tal vez porque la de Cohen resulta demasiado "judía" y, en su irreverencia, profundamente religiosa. Entre las diferentes versiones existentes, la mejor interpretación y el mejor arreglo de la letra que puede escucharse -tanto que a mi gusto llega incluso a superar al propio Cohen en algunas partes del tema- es la que grabó Jeff Buckley.

La versión de Jeff Buckley se puso de moda en España hace un par de años, cuando cerró de modo impresionante un episodio de la serie "House". Como ya escribí tiempo atrás, cuando en abril de 2008 salí de visitar por primera vez el castillo de Hartheim (complejo de Mauthausen), el lugar donde en 1941 fue gaseado mi pariente Mariano Carilla Albalá, esa música se puso a sonar en mi cabeza sin saber porqué. Lo entendí más tarde, ya de vuelta a casa. Repasando la letra de la adaptación de Buckley, encontré este verso:

Nena, he estado aquí antes
he visto esta habitación
y he pisado este suelo.

Efectivamente, esa fue mi impresión al salir del Memorial de Hartheim: ya había estado allí, y había pisado antes aquel suelo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Autobús a Mauthausen


Esa parada de autobús que ven en la fotografía no es una parada cualquiera. Está en la ciudad de Linz, en Austria, en la avenida Untere Donaulände, ante la fachada de Lentos, un centro de arte contemporáneo. La línea de autobús que pasa por ahí va a diversos pueblos de la periferia de Linz; uno de ellos es Mauthausen.

Cuando voy a Linz me alojo en un hotel cercano a ese lugar. Una noche de finales del pasado mes de julio, regresaba al hotel desde la ciudad vieja caminando por esta avenida que discurre junto al Danubio. Bajo una especie de gran arco que forma el propio edificio de Lentos, se oía música interpretada por un trío formado por violín, violonchelo y acordeón. Eran tres chicos jóvenes, vestidos de oscuro. Aprovechando la resonancia del espacio, tocaban sin parar música yiddish. Quizá era alguno de los numerosos grupos musicales que estos días de verano andan por la ciudad, con motivo de la capitalidad cultural europea que este año ostenta Linz. Me acodé en una barandilla, cerca de ellos, pero mirando hacia el Danubio. La noche era calurosa, y estaba en calma. Les oí durante unos minutos, y luego me marché.

Antes de irme camino del hotel, pensé decirles que a menos de diez metros de donde estaban tocando se encuentra la parada del autobús que lleva a Mauthausen. Cambié de idea. Seguramente los chicos ya lo sabían, y por eso estaban allí, solos, sin público, tocando rabiosamente contra la noche veraniega de la Alta Austria. O tal vez no lo sabían, y entonces fuera mejor que siguieran sin saberlo.

sábado, 30 de mayo de 2009

Café Banlieue, Tango à trois


Si les digo que Café Banlieue es un disco de tangos grabado por un trío de solventes músicos europeos, lo más seguro es que les esté dando una idea equivocada acerca del contenido de esta verdadera joya. Ciertamente la base musical de cada una de las piezas que componen el álbum es el tango moderno, pero en Café Banlieue hay además otros ingredientes: mucha música clásica de cámara, grandes dosis de jazz clásico europeo, buenas porciones de música parisina, unos sutiles matices yiddish y algunos pellizcos de música popular. El resultado es compacto y armonioso, y revela verdadera maestría en los creadores e intérpretes de este CD glorioso.

La formación Tango à trois está integrada por dos alemanes y un albanés, y sus instrumentos son violín, chello y piano. La fuerza de sus arreglos, en los que como digo se combinan las músicas cultas con las de raíz más popular y multicultural, se basa en la realmente lograda fusión que alcanzan. Nada desentona ahí, y todo contribuye al placer del oyente.

Les dejo un enlace a You Tube donde puede verse y oírse una actuación en directo de Tango à trois interpretando el tema que da nombre al álbum.

lunes, 4 de mayo de 2009

Pete Seeger, 90 años de lucha


Ayer domingo Pete Seeger cumplió 90 años, y lo celebró con un conciertazo en Nueva York en el que participó un puñado de amigos y compañeros de ruta, entre ellos Joan Baez, Bruce Springteen, Silvio Rodríguez y Kris Kristofferson.

Pete Seeger no es cantautor más: es el patriarca vivo de la música de lucha popular en EEUU, y me atrevería a decir que del resto del mundo. El hombre que cantó a las Brigadas Internacionales, el hombre que difundió las canciones de la Brigada Lincoln y del Ejército Popular de la República Española, el hombre que inspiró el movimiento de la Nova Cançó catalana, el luchador denodado por los derechos de los trabajadores y las minorías norteamericanos, el referente de la idea misma de socialismo en EEUU, ha conseguido además el aprecio y el respeto de cuantos entienden algo de folk song y música popular.

Y es que además de ser un verdadero guerrero del escenario, de los mitines y de las huelgas, Pete Seeger es un músico de una calidad dificilmente igualable. Oírle tocar el banjo es una delicia, y su voz, esa voz antaño profunda y modulada, sigue sonando firme y resuelta por cascada que esté a causa de la edad.

Les dejo un enlace a un tema que para mí resume cuanto es Pete Seeger, y acaso, el movimiento popular norteamericano entero. El tema es, naturalmente, Esta tierra es tuya, el himno que creara otro luchador, Woody Guthrie. Disfrútenlo.

Y recuerden: De California a la isla de Nueva York, toda esta tierra es tuya.

sábado, 2 de mayo de 2009

Camarón, Lorca y La leyenda del tiempo


Verán, un servidor no entiende ni papa de flamenco, es más, el flamenco es un tipo de música que me aburre bastante. Me gusta oír hablar a Enrique Morente, quizá por su compromiso social, y la calidad de las letras que canta (los mejores poetas andaluces: así cualquiera), y en fin, intento seguir a los catalanoandaluces como Maite Martín, Poveda y otra gente, que están creando un flamenco catalán que en quince o veinte años será como nuestro jazz y se exportará muy lejos.

Hay, había, sin embargo, un cantaor que me pone los pelos de punta. Naturalmente, es Camarón. Un día me estaba afeitando y en la radio pusieron una grabación de Camarón cantando una letra suya sobre la agonía de su padre, y paré la maquinilla de afeitar y me quedé con ella en suspenso en el aire hasta que acabó. Otra mañana de hace dos o tres años, en otro programa de radio pusieron entera una cinta de casette grabada por el dueño de una venta de carretera, donde una noche de hace más de cuarenta años un jovencillo Camarón improvisó lo que los jazzman llaman una "jam session", una inenarrable sucesión de temas cantados o mejor dicho, raspados y escupidos por Camarón. La calidad técnica de la grabación es ínfima, de fondo se oye el entrechocar de los vasos, las toses de los asistentes, y el paso de camiones por la carretera, pero todo eso sólo sirve para darle aún mayor fuerza al efecto tremendo del fraseo de Camarón, a esa dicción suya cantando, al color y la calidad de esa voz única a la que el alcohol, el tabaco y las madrugadas sólo lograron mejorar año a año.

Lo que más me gusta oírle cantar a Camarón es "La leyenda del tiempo". Pienso que García Lorca la escribió para él, décadas antes de que naciera este gitano raro y distante, misterioso y reconcentrado, porque sólo Camarón fue capaz de cantarla como es debido, como un verdadero gitano de romance lorquiano, uno de esos que iban cortando limones junto a las acequias mientras la Guardia Civil seguía sus pasos naranjero en mano. A mí no me gusta el flamenco, a mí me gusta Camarón.

La letra de "La leyenda del tiempo" es puro Federico. La vida y la muerte se entrelazan y unen en ella en un vértigo sobrecogedor de imágenes, que celebran el instante de luz que es la vida flotando sobre la negrura sin fin de la muerte.

Aquí tienen el enlace a la grabación de La leyenda del tiempo colgada en You Tube.

Y esta es la letra:

El sueño va sobre el tiempo
flotando como un velero.
Nadie puede abrir semillas
en el corazón del sueño.

El tiempo va sobre el sueño
hundido hasta los cabellos.
Ayer y mañana comen
oscuras flores de duelo.

Sobre la misma columna
abrazados sueño y tiempo
cruza el gemido del niño
la lengua rota del viejo.

Y si el sueño finge muros
en la llanura del tiempo
el tiempo le hace creer
que nace en aquel momento.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Joan Baptista Humet, cantautor


Anoche se celebró en Montjuïc un homenaje al recientemente fallecido cantautor Joan Baptista Humet. Según la prensa de hoy, asistieron unas 2.000 personas a pesar del mal tiempo y la escasa publicidad de la convocatoria.

Joan Baptista Humet murió hace unos días, sin poder llegar a ver la realización de este acto de reconocimiento que sus compañeros de profesión acordaron rendirle en cuanto se hizo público su gravísimo estado de salud. Humet fue una persona querida y respetada, pero quizá menos conocido popularmente que la mayoría de nombres que ayer subieron al escenario para homenajearle. Y es que este valenciano, residente en Catalunya desde niño, fue un cantautor especial, en el sentido de que voluntariamente permaneció siempre al margen de cierta corriente mayoritaria, la que dominaba el mundillo de los cantautores catalanes 30 años atrás. Humet cantó indistintamente en castellano y en catalán, y eso, como ocurrió también en su momento con Joan Manuel Serrat, le atrajo antipatías de medios políticos, mediáticos y empresariales relacionados con la música catalana en el tardofranquismo y la transición, y sobre todo un cierto ostracismo por parte de las discográficas "de casa nostra" que por entonces dominaban el panorama musical catalán.

Además, Joan Baptista Humet, adelantado a su tiempo, huyó de las letras burdamente de combate, y apostó por un compromiso que no obviara la calidad en los textos y en la música. Cuando la "gente comprometida" que subía a los escenarios o grababa discos se limitaba a aporrear una guitarra por todo acompañamiento, Humet ya creaba orquestaciones que añadían valor a su canciones, cuidando la producción como no hacían entonces otros artistas.

Entre su temas más conocidos en castellano están el optimista "Hay que vivir", "Que no soy yo", su declaración de principios, y "Clara", una canción que hace treinta y tantos años ya hablaba de modo tan delicado como firme de las consecuencias de las drogas para los jóvenes enganchados; de sus temas en catalán destaca "Gemma", que siempre que oigo me recuerda a mi querida Gemma Piquer, vecina, amiga y compañera del grupo parroquial donde nos hicimos mayores y "rojos", y a quien le encantaba que se la pusiéramos en los guateques que organizábamos muchos domingos de nuestra adolescencia.

Y en fin, Humet, hombre sensible, honesto y de izquierdas, nos ha legado "Layetana abajo", esa maravilla de canción que hace décadas ya hablaba a las claras del problema del maltrato femenino, y que termina con aquella frase animosa dirigida a una mujer que padece ese problema : "Coge tu carnet, tu dinero, y ves Layetana abajo"; es decir, rompe con todo y rehaz tu vida.

Que la terra et sigui lleu, Joan Baptista, company.

miércoles, 16 de julio de 2008

Festival Internacional de Jazz de Getxo. Es sólo jazz, y por eso me gusta


Publicado originalmente en Izaronews, 14-7-2008

Corren tiempos en los que entre fusiones, deconstrucciones y demás mixtificaciones, el jazz que se expide desde la mayoría de festivales se ha convertido en un producto trivial y adocenado, listo para consumos veraniegos rápidos y poco exigentes.

Por fortuna, quedan sitios donde esto no es así. En Getxo se celebra desde hace tres décadas un festival que sin hacer mucho ruido, al menos en comparación con sus hermanos mayores vascos, ofrece niveles de calidad y respeto por la música y el público francamente insólitos.

La fidelidad al jazz como universo musical con dimensión propia no significa estancamiento, al contrario. El jazz es una música viva y en permanente evolución, capaz de incorporar elementos de modernidad y atraer nuevas generaciones de intérpretes. Este año, sin ir más lejos por Getxo han pasado viejas “vacas sagradas” como John McLaughlin y Archie Shepp, pero también un ramillete de grupos jóvenes (jovencísimos, en realidad) que aseguran un relevo generacional que otras músicas harían bien en envidiar.

Así, por ejemplo, el primer premio del Concurso de Grupos de este año lo ha ganado la formación sueca Kristian Brink Quartet, un grupo de cuyo trabajo y talento quedó sobrada muestra en la clausura del Festival, donde ofrecieron una sesión memorable. Formación clásica donde las haya (saxo, piano, contrabajo y batería), el grupo Kristian Brink Quartet es un buen ejemplo de la solvencia del jazz nórdico europeo.

Formado en el Royal College of Music de Estocolmo y triunfador el pasado año del concurso Young Nordic Jazz, el sonido de Kristian Brink Quartet camina con pulcritud y sencillez por la senda del más puro jazz, entreverando la herencia de John Coltrane y Charlie Parker con ecos de la “rive gauche” parisina y de los clubs contemporáneos de Estocolmo.Un concierto el suyo, en suma, que planteó un inteligente recorrido gradual desde el clasicismo a la modernidad, siempre bajo la guía del buen gusto y el saber hacer. El futuro de estos chicos es, sencillamente, espléndido.

Al veterano Archie Shepp le tocó cerrar el Festival, y si al final no cortó orejas como el más reputado torero fue sólo porque en las sesiones jazzísticas no se conceden. Como los suecos que le habían precedido, el músico afroamericano se presentó acompañado de piano, contrabajo y batería, en tanto él aportaba su saxo tenor y una de esas voces inimitables que sólo tienen algunos jazzman de pura cepa.

A sus setenta años, Archie Shepp sigue encandilando públicos mediante el despliegue de una potencia nada inferior a la que exhibía en los comienzos de su carrera, iniciada hace casi medio siglo, en 1960. Su capacidad para derrochar energía en un escenario y un insaciable espíritu de investigación le llevaron pronto a colaborar con los más grandes, entre ellos el propio John Coltrane, el dios del saxo tenor. De gente como Coltrane se le pegó a Archie Shepp el gusto por el compromiso y la experimentación, que en su caso se manifiestan con contundencia avasalladora.

En las letras que canta Shepp la palabra “revolution” sigue estando presente con tanta fuerza como en los años de lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses. Genio y figura. Desde el punto de vista exclusivamente interpretativo, su grupo es capaz de mantener durante una sesión entera eso que los ingenieros de sonido ingleses de los años sesenta llamaban “una pared de sonido”: un vendaval sónico armonizado que barre la sala del concierto y clava al espectador en su asiento, mientras llena su cabeza de música en estado casi sólido. ¡Una experiencia para vivirla y gozarla!.

En definitiva, en Getxo, el jazz es sólo jazz. Por eso se disfruta a tope.

martes, 27 de mayo de 2008

"Daniel": una declaración de amor de Elton John por España


Una de las más hermosas canciones de Elton John es "Daniel". Cuando la compuso y grabó todavía vivía Franco, y un servidor debutaba en el antifranquismo activo: "Daniel" es de 1973. Apareció por primera vez en su álbum "Don't Shoot Me I'm Only the Piano Player", justo un año después del bombazo universal que fue el LP "Honky Chateau".

La letra de "Daniel" es intimista y melancólica. Un chico imagina el avión en el que su hermano mayor vuela hacia sus vacaciones en España. O al menos eso parece al principio:

"Daniel is travelling tonight on a plane, I can see the red tail lights heading for Spain".

Oyendo a Elton John cantar este tema uno casi puede ver esas luces rojas. Luego sigue:

"Dicen que España es bonita aunque yo nunca he estado
Bien, Daniel dice que es el mejor lugar que jamás haya visto
Oh y él lo debe saber, ha estado allí bastante".

They say Spain is pretty.... ¡en 1973!. Debía serlo para un inglés en vacaciones... pero no para los nativos que empezábamos a correr delante de los "grises". Odiábamos aquella España, que obviamente no era la que tanto le gustaba a Daniel.

Después, un verso extraño:

"Your eyes have died, but you see more than I
Daniel you're a star in the face of the sky".

¿Qué ocurrió con Daniel?. Los últimos versos suenan a accidente aéreo.

Sea como sea, la canción es bellísima, y muestra la enorme categoría como compositor e intérprete de este británico genial que es míster Elton John.

domingo, 16 de marzo de 2008

Franco Battiato, lejos del coro de las sirenas



Franco Battiato, cantautor, compositor y agitador cultural, nació siciliano pero se formó en Milán la Roja, en aquellos años sesenta en que Italia entera y especialmente su norte hervía con una propuesta política en la que se aunaban un intenso color rojo con una fuerte impregnación democrática.

En esos años fecundos, la cultura italiana estaba marcada a fuego con el sello del compromiso entre los creadores y su tiempo pero no existían corsés que constriñeran el talento, y así fue como el joven Battiato fue experimentando diversos registros hasta llegar a dibujar una vía propia. Franco Battiato se consolida como un cantautor de vanguardia ampliamente reconocido con discos como "La era del jabalí blanco" (1979), su primer éxito de masas, pero ya desde finales de los sesenta era un creador apreciado y seguido que abría caminos en la renovación de la canción de autor italiana.

En sus temas de ésa época aunaba Franco Battiato el pop electrónico y la música culta con arriesgadas incursiones en las músicas étnicas, Más tarde, en los ochenta, a Battiato le clasifican como "minimalista", la etiqueta de moda entonces, pero queda claro que su música es perfectamente inclasificable. Las letras del período clásico de Battiato son sorprendentemente frescas y a la vez complejas, y bucean con soltura y audacia en el patrimonio literario italiano clásico y contemporáneo, que reelabora a gusto propio hasta sintetizar versos con contenidos tan concretos, que suelen despistar a quien no tenga cierto conocimiento del universo cultural italiano. Difíciles de traducir, sus letras en castellano no siempre resultan inteligibles, y algunas traducciones cantadas por él mismo son francamente desafortunadas.

En los noventa Battiato rompe con EMI, su discográfica, y desaparece de la escena retirándose a rumiar proyectos, la mayoría de los cuales nunca verán la luz. Paradójicamente es ése exilio interior el que, en épocas de incertidumbre, acaba por convertirle en leyenda viviente para la izquierda italiana. Aparecen varios álbumes recopilatorios suyos, y en España se intensifica la venta de sus traducciones al castellano. Finalmente, y ya iniciado el siglo actual, Battiato reanuda su actividad y comienza a lanzar nuevas obras, que aunque limitadas en su eco debido a los cambios habidos en el mercado discográfico, muestran su interés por seguir explorando en el mundo de la música sin aceptar límites ni encasillamientos.

Sus letras son en ocasiones de una gran plasticidad, como en "Despertar en primavera":

La presencia de la artillería
en países meridionales
unidos en la lucha extranjera
bajo el reino de las Dos Sicilias.
Y los movimientos predecibles
de la tropa y falsas batallas,
olores de pólvora, de fuego
y voces del Estrecho de Mesina
.

Sentimiento oculto para mí.
Me enamoré siguiendo el ritmo del corazón
y me desperté en Primavera
.

Otras bucean en la intimidad del alma humana, como en "Nómadas":

Nómadas que buscan los ángulos de la tranquilidad,
en las nieblas del norte, en los tumultos civilizados,
entre los claros oscuros y la monotonía de los días que pasan.
Caminante que vas buscando la paz en el crepúsculo
la encontrarás,
la encontrarás
al final de tu camino.

Y otras en fin toman clara postura política, como en "Bandiera bianca", en que se enfrenta al fenómeno del terrorismo de Brigate Rosse durante los llamados Años de Plomo italianos:


En esta época de locos nos faltaban
los idiotas del horror.

He oído los disparos en una vía del centro.
Cuánta estúpida gallina, se pelean para nada.

Sul ponte sventola bandiera bianca,
sul ponte sventola bandiera bianca.


Siciliano, norteño, comunista, libertario, ateo, panteísta, clásico, vanguardista... A sus sesenta y dos años Franco Battiato sigue creando desde los presupuestos ideológicos y mentales que siempre defendió.

Con mi generación pasé el invierno ("Perspectiva Nevsky") . Un largo invierno, sin duda.

martes, 18 de diciembre de 2007

Polvo, niebla, viento y sol


El jaleo éste de los casinos que quieren instalar en los Monegros unos presuntos "emprendedores" internacionales con apoyo del Gobierno autónomo aragonés, me ha traído a la memoria la letra de un poema, cuya autora no recuerdo ahora aunque sé que se llama Pilar, al que José Antonio Labordeta puso música y grabó en su primer disco, allá por 1976.

El poema-canción se llama "Aragón", y es quizá la descripción más estremecedora de la decadencia agónica que vivió ése viejo país que, curiosamente, hoy, 30 años después, tiene una de las rentas per cápita más altas de España.

Aragón

Polvo, niebla, viento y sol
y donde hay agua, una huerta;
al norte, los Pirineos:
esta tierra es Aragón.

Al norte, los Pirineos
al sur, la sierra callada,
pasa el Ebro por el centro
con su soledad a la espalda.

Dicen que hay tierras al este
donde se trabaja y pagan...
Hacia el oeste el Moncayo
como un dios que ya no ampara.

Desde tiempos a esta parte,
vamos camino de nada,
vamos a ver como el Ebro
con su soledad se marcha.

Y con el van en compaña
las gentes de estas vaguadas,
de estos valles, de estas sierras,
de estas huertas arruinadas.

Polvo, niebla, viento y sol
y donde hay agua, una huerta;
al norte, los Pirineos:
esta tierra es Aragón.

martes, 6 de noviembre de 2007

¿Ya ha elegido la música para su funeral?


En un programa de radio que oí este fin de semana plantearon un asunto del que no se suele hablar en público, pero que resulta bien interesante como medidor del cambio social y de mentalidad que está viviendo este país.

Resulta que al parecer, en España está creciendo rápidamente el número de personas que eligen un funeral laico como modo de despedirse de éste mundo, y que en esas ceremonias civiles es cada vez más frecuente que se escuchen músicas seleccionadas por el finado antes, lógicamente, de haberse convertido en tal. Las músicas favoritas para ocasión tan especial, además de los temas convencionales que suelen asociarse con unas exequias fúnebres, como el famoso Réquiem de Mozart, son cada vez más diversas y pertenecen a toda clase de estilos musicales.

Es así como al decir de los expertos, el "Imagine" de Lennon es ya el rey del hit parade de los tanatorios, seguido de "My way" de Frank Sinatra y de otras canciones por el estilo. Muchas oscilan entre la declaración de principios y la autoreivindicación personal, aunque no se descarten ni siquiera piezas de carácter festivo, incluida la música discotequera; sobre gustos no hay nada escrito, como es sabido.

En el transcurso del programa de radio al que me refería al principio, que se desarrollaba en directo desde un auditorio de Cáceres, se abrieron los micrófonos durante unos minutos a llamadas telefónicas de oyentes para que éstos explicaran como veían la cuestión y, caso de tenerlas, exponer sus previsiones personales en este asunto. Para sorpresa general, todas las personas que llamaron manifestaron tener pensada la música para su funeral. Una intervención de una señora de Cartagena levantó una cerrada salva de aplausos del público asistente, cuando dijo que había previsto que en su ceremonia de despedida estaría cubierta por la bandera republicana y sonaría el Himno de Riego; un coro de risas y más aplausos acogió luego su deseo de que durante el camino al cementerio, los familiares y amigos que acompañaran su féretro cantaran aquella cancioncilla infantil que comienza "Estaba el señor Don Gato...".

Por mi parte, hace tiempo que tengo pensado cómo me gustaría que fuera mi despedida. Primero, quisiera irme cubierto por una bandera roja, sin símbolos ni siglas: un simple trozo de tela del color que desde la Grecia clásica simboliza la lucha por una vida mejor para todos. No debe haber discursos ni oraciones, sólo deben sonar tres piezas que además de resumir mis gustos musicales creo que sintetizan mi manera de pensar sobre la vida y la muerte: primero, la
Fanfarria para un hombre corriente de Aaron Copland, seguida de Le métèque de Georges Moustaki, y para acabar, Time after time de Miles Davis. Luego de oír estas músicas se abrirán unas botellas de cava, se brindará por la vida y alguien pronunciará la palabra que Luis Carandell hizo grabar en su epitafio: "Fue". Unos días después dispersarán mis cenizas al viento, una parte sobre el Mediterráneo frente a Barcelona y el resto en cualquier lugar del Pirineo aragonés.
... Y fin de la función.

jueves, 2 de agosto de 2007

El Ejército de los Santos marcha de nuevo


En 2005 se cumplieron 140 años de la Marcha contra el Sur llevada a cabo por el Ejército de los Santos. Dicho así no parece una efeméride que tenga gran relevancia; pero si a continuación añadimos que se trata de la campaña militar que puso fin a la Guerra Civil norteamericana, y que sus ecos han inspirado en 2006, casi siglo y medio después, la mejor novela en lengua inglesa del año y el mejor disco grabado en directo en ese mismo período, y que ambos llegan ahora a nosotros, comenzaremos a hacernos una idea cabal de la importancia de aquella gesta.

La Marcha del Ejército de los Santos alude a la expedición que encabezó el general unionista William Tecumseh Sherman al frente de 60.000 hombres, una acción militar que en apenas unos meses entre finales de 1864 y comienzos de 1865 arrasó Georgia y las Carolinas, hundiendo la economía del Sur y destrozando por completo sus infraestructuras. De hecho, se considera a Sherman como el inventor del concepto "guerra total", aplicado luego con profusión a lo largo del siglo XX.

La Marcha de los Santos fue pues, mucho más que una razzia militar, una verdadera plaga de Egipto que devoró un país entero. Tras las columnas de soldados unionistas se agruparon miles de esclavos huídos, propietarios blancos desposeídos, truhanes, advenedizos, desertores y en fin, una marea humana que seguía a las tropas de Sherman y que como ellas, vivía sobre el terreno. Lo que no se podía comer o transportar, era destruido inmediatamente.

Si los blancos del Sur de EEUU recuerdan con pavor esos días, en la memoria colectiva de los negros norteamericanos por el contrario ha perdurado aquella campaña como el momento en que verdaderamente llegó la libertad para los esclavos. Es por ello que este individuo extraño y brillante que fue William T. Sherman, ocupa desde entonces un sitio de honor en el recuerdo de los norteamericanos de raza negra, junto a otros dos blancos, presidentes ambos: Abe Lincoln y Franklin Rooselvelt.

Todo esto queda recogido y es desarrollado en una estupenda novela, "La gran marcha", de E.L. Doctorow, que en 2006 recibió el premio PEN/Faulkner y que en 2007 llega a nosotros traducida al castellano y publicada por Roca Editorial.

Huyendo de las novelas historicistas al uso, Doctorow reconstruye con todo detalle una pléyade de vidas que ruedan al compás del avance de esas tropas, entrando a saco en cada una de las pequeñas biografías envueltas por la guerra -la joven esclava huida, la dama sureña desposeída, los dos pícaros desertores, el médico militar, el propio Sherman, entre otros personajes de una galería representativa de la condición humana-, y los retrata en sus momentos de gloria y de miseria, respirando y caminando, siempre marchando hacia el mar, como una tronada de pedrisco que azota ciudades y plantaciones, que destruye ferrocarriles, saquea cosechas y aplasta cualquier resistencia a su paso. En suma, la novela de E.L. Doctorow toma un trozo decisivo de la Historia moderna de EEUU y lo revive para nosotros, lo devuelve a la luz, fresco y palpitante, envuelto en una técnica literaria envidiable, obligándonos a leer de un tirón una novela de casi 400 páginas.

En lo que hace al disco relacionado con esa efeméride, éste es "Live in Dublin", de Bruce Springsteen. La verdad es que anteriormente nunca tuve en mucha consideración a Springsteen, nunca me interesó en sus tiempos juveniles de rockero macarrilla y fachoide, cuando el antiguo camionero se abrazaba con Ronald Reagan en la Casa Blanca y le regalaba guitarras dedicadas, la época en suma que encarnaría "Born in the USA". Luego ha venido una sorprendente madurez de Bruce Springsteen como músico y como persona, quizá contaminado por su atracción por la música negra (algo que por ejemplo, le ocurrió a un Clint Eastwood que asimismo evolucionó radicalmente como hombre de cine y como persona a través precisamente de esa misma afición), y si su penúltimo disco era una recopilación de temas nada menos que de Pete Seeger, incluido su tremendo We Shall Overcome (Todos juntos venceremos), el que ahora acaba de publicarse en España, grabado en directo en Dublín en noviembre de 2006, supone un hito difícilmente superable tanto por su calidad artística como por su grado de compromiso social.

En "Live in Dublin" Springsteen se ha rodeado de una banda de 17 músicos espléndidos, con los que aborda un amplio repertorio en el que destacan temas tradicionales negros relacionados con la época de la esclavitud y la Guerra de Secesión, y también canciones de trabajo y lucha blancas amén de sus temas clásicos más limpios, y algunas baladas de buen nivel; la verdad es que lo único que me sobra en este disco es un sorprendente homenaje a Jesse James, un criminal sudista mitificado como un caballero en ciertas canciones populares, aunque el tema despojado de la letra es divertido y suena divinamente. Todo el disco tiene un aire de recuperación de música tradicional auténtica y nada folk al uso; las versiones son todas muy cuidadas y trabajadas, no hay blandenguerías ni concesiones al pop baladista. Entre la masa instrumental hay una sección de viento que suena como dios y conduce muchos temas hacia el puro ragtime, y un violinista magistral arrancando ensoñaciones yiddish a su instrumento que armonizan y subrayan a la perfección pasajes de música popular en varios temas.

Entre las piezas que componen el disco destacan las de origen negro, casi de coro de iglesia, como O Mary Don’t You Weep (sensacional apelación al optimismo incluso en los peores tiempos), This Little Light Of Mine (un canto a la fuerza interior), o una fabulosa versión de When The Saints Go Marching In (Cuando los Santos marchan), el tema que alude precisamente a la Marcha del Ejército de los Santos de Sherman, que Springsteen canta con el ritmo original, mucho más lento que en la versión popularizada por Louis Armstrong. Entre los temas blancos, Erie Canal (una bellísima canción de trabajo, o de paro, en realidad), My Oklahoma Home (puro eco del Medio Oeste), American Land (un homenaje lleno de energía a los inmigrantes que construyeron EEUU), y el inmenso How Can A Poor Man Stand Such Times And Live (la perplejidad de la gente humilde ante los tiempos que corren). El broche de oro lo pone Springsteen cantando We Shall Overcome, en una versión intimista y esperanzada que francamente pone los pelos de punta.

Continuaremos hablando del Ejército de los Santos, de W. T. Sherman y de la vigencia de todas estas cosas en pleno siglo XXI.