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sábado, 24 de diciembre de 2011

La verdadera Noche de Paz en todo el mundo



Noche de paz, noticiario de las Siete en Punto

Impresionante (y descarnada) revisión del villancico "Silent Night" (Noche de paz), grabada por Simon& Garfunkel en 1966 y mezclada con el audio y las imágenes de un Noticiario de las Siete en Punto emitido el 3 de agosto de ese año. 

viernes, 1 de enero de 2010

Ya estamos en 2010


En la fotografía de hoy del Daily Mail, el puente de Sydney Harbour ilumina la noche australiana al dispararse desde él 5.000 kg. de fuegos artificiales para celebrar la llegada de 2010. A la izquierda de la imagen pueden ver un trocito de Opera House. Mucho más a la izquierda, un millón de personas disfrutaron del espectáculo desde Darling Harbour, uno de los lugares del planeta donde un servidor de ustedes ha sido más feliz.

Un abrazo en la distancia para mis amigos de Sydney (el camarero argentino de Darling Harbour, el portugués dueño del bar de tapas español de la calle Liverpool, la dependienta del centro comercial Queen Victoria que ardía de deseos de viajar a Barcelona aunque fuera una vez en la vida... y también para el amigo que sigue este blog desde Christ Church, en Nueva Zelanda. Y desde luego para todos los amigos y amigas que visitan AVENTURA EN LA TIERRA ¡Feliz año 2010 para todos ustedes!.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Navidad, Navidad, dulce Navidad

Romeu en El País (edición Catalunya), 25-26 de diciembre de 2009

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Paseando por la Fira de Santa Llúcia


Este mediodía fui a donde trabajaba antes, invitado al vermut de Navidad. La verdad es que no me dio mucha nostalgia volver a ver mi antiguo despacho y la gente con la que estuve. No soy de los que se pasan la vida añorando cosas y gentes, prefiero vivir al día.

Terminamos pronto, así que me fui a dar una vuelta solo por el centro de Barcelona. Como tenía tiempo y un poco de hambre -apenas picotée en el vermut-, subí la Rambla y me fui a comer un platito de jamón ibérico acompañado con un par de copas de vino, en la vinoteca de la plaza de l'Àngel. Quería comprar vino en Colmado Lafuente, en la calle Ferran, y como todavía faltaba un rato para que abrieran y tras tomar un café y un chupito de grappa en el café presuntamente italiano de al lado de la vinoteca, me acerqué a la plaza de la Catedral para ver la Fira de Santa Llúcia.

Para los no barceloneses, que supongo serán la mayoría de mis amables lectores, la buena de Santa Llúcia (pronúnciese "Llousia", como en francés) les resultará una completa desconocida. Digamos que es la versión local de la Santa Lucía que todo el mundo conoce. Ocurre sin embargo que Llúcia es quizá la santa más querida de los barceloneses, gentes que tienen (tenemos) una relación extraña con el santoral. Dicen por ejemplo que Santa Eulàlia, la antigua patrona de la ciudad, aquella niña patricia romana que de creer a las respectivas tradiciones locales cristianas está enterrada en tres lugares distintos (en Barcelona, Mérida y Oviedo), perdió la condición de primera santa barcelonesa cuando durante una epidemia de peste en época renacentista no consiguió detener la mortandad; enfurecida la ciudadanía con su protectora, al término de una procesión llevó la imagen con andas y todo a la vera del mar y la arrojaron al agua. Rápidamente entronizaron a la Virgen de la Mercè como nueva patrona, dejando a la pobre Eulàlia dando tumbos entre las olas frente a la playa de la Barceloneta.

Santa Llúcia sin embargo continua a través de los siglos gozando del afecto y el cariño de la mayoría. En su honor se celebra cada año durante el mes de diciembre en la plaza de la Catedral, una muy concurrida Fira donde se pueden adquirir artículos para los belenes caseros y también diversos complementos ornamentales relacionados con la Navidad. Es tradición antiquísima comprar muérdago en la Fira de Santa Llùcia, que luego se cuelga en la puerta de casa por dentro, lo que habla a las claras del origen pagano de la celebración y acaso de nuestra santa, probablemente un trasunto de alguna divinidad femenina grecolatina cuidadora de la salud y la casa.

De niño me llevaron algunas veces a comprar cositas para el belén de casa. Luego ya de mayor he caminado cerca de la Fira bastantes veces, cuando trabajaba en el centro y me desplazaba a paso de ejecutivo andando a algún sitio cercano. Pero este año ha sido la primera vez en mucho tiempo que me he dedicado a pasear tranquilamente entre los puestos de venta. Y la verdad, lo he encontrado todo bastante cambiado. Por ejemplo, en las figuritas el plástico ha vencido ampliamente al barro. Convendrán conmigo que una figurita de plástico pintado no puede ni compararse con una de barro cocido; nada que ver. Rebuscando entre los estands he encontrado algunos, pocos, en los que todavía venden figuras a la antigua usanza hechas en barro, en las dos versiones de toda la vida: unas con trajes al estilo judío y árabe tradicionales de Oriente Próximo, y otras vestidas como campesinos catalanes de época medieval y moderna. Siempre me han gustado esas figuras que representan oficios artesanos. En Bolonia, donde hay una de las más antiguas ferias de belenes del mundo a pesar de que el material que venden procede en su totalidad del Mezzogiorno italiano, compré en la Navidad de hace dos años una extraordinaria pareja de campesinos napolitanos vestidos a la usanza de los siglos XVII o XVIII.

Hoy compré en Santa Llúcia dos cositas pequeñas pero preciosas: una pareja de campesinos catalanes intemporales, y una figura de un pastor con cayado y una especie de ánfora pequeña en la mano. Son figuras de barro cocido, naturalmente, pintadas a mano y por sólo 5 euros cada pieza.

En fin, si vienen a Barcelona en diciembre acérquense a la Fira de Santa Llúcia y abandónense a los recuerdos y ensoñaciones de niñez por un ratito. Siempre viene bien una rápida excursión a la infancia, la única verdadera patria de cada cual, según dijo alguien cuyo nombre no recuerdo pero que debía ser un tipo muy inteligente.

La fotografía es una imagen de la Fira de Santa Llúcia tomada en el siglo XIX. Obsérvese que aún no existía la plaza de la Catedral, ya que los edificios circundantes -derribados hace muchos años- se asoman prácticamente a la escalinata, estando montadas las paradas de la feria sobre los mismos escalones y el rellano que da acceso al pórtico catedralicio.

martes, 23 de diciembre de 2008

Crisis, consumo y dinamización de la economía


Esta mañana acompañé a mi madre a hacer algunas de esas típicas compras navideñas. Me quedé con la boca abierta ante la cantidad de gente mayor comprando piezas de jamón ibérico, salmón ahumado de importación, ostras y quesos franceses, y cosas por el estilo; incluso alguna señora andaba desilusionada porque no encontraba angulas... más que nada porque ya se habían vendido todas. Una locura consumista.

Pensarán ustedes que el mío es un barrio de "gente bien", de esos burgueses que no reparan en gastos. Pues se equivocan por completo. Mi barrio es uno de los más típicamente obreros de Barcelona (soy un sentimental, y sigo viviendo allí), y está poblado en su mayoría por inmigrantes llegados en los años 50 y 60, gentes por tanto que hoy son jubilados y viven de una pensión, personas que el resto del año echan pestes del IPC y guardan celosamente sus exigüas pagas. Pero en Navidad se les desata la fiebre y ya digo; uno ve lo que compran y a los precios que lo compran, y se queda confuso y embargado por sentimientos contradictorios.

De todos modos, se me ocurre que para cuatro días que les queda en el convento, mejor que estos viejos se coman y beban sus ahorros del año en 10 días de fiesta que no que al final de éstas lleguen los sinvergüenzas de los hijos acompañados de los cabrones de los nietos , y con la excusa de tener que comprarle la Playstation al nene o la moto a la nena para Reyes, Papá Noel, el Caga Tió o cualquier otro atraco semejante inventado por las grandes superficies comerciales, les arrebaten a los pobres ancianos hasta los magros aumentos de la pensión que percibirán a partir de enero.

Y en fin, ya nos dicen los supuestos "expertos" económicos que para salir de la crisis hay que estimular el consumo, hacer que circule el dinero... de nuestros bolsillos a los de los tenderos, y de éstos a los bancos. Así que cuando uno, joven o viejo, tira la casa por la ventana y decide, un poner, comprarse un bote grande de anchoas enteras de l'Escala en vez de una lata pequeña, lo que está haciendo es dinamizar la economía nacional. ¡Toma ya progreso!.

Por cierto, las anchoas las voy a acompañar con cerveza checa Urquell; puestos a dinamizar, hay que pensar también en el nivel global y no sólo en el local.

¿Quién dijo crisis? Felices fiestas.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Cuento de Navidad: caviar para los pobres y para sobrellevar la crisis


Dice la prensa de hoy que el Ayuntamiento de Milán repartirá 40 kilos de caviar beluga a los pobres de la ciudad. Y luego diremos de Berlusconi.... Al parecer, los 40 kilos de las famosas latas azules son un cargamento ilegal capturado por la policía italiana, que los encontró hace un mes en un frigorífico de esa ciudad del norte de Italia. Como el caviar es un alimento perecedero, urgía encontrarle un destino, y al parecer un jefe policial tuvo la idea de repartirlo entre los asilos de ancianos y los comedores de caridad milaneses.

Al recibir el regalo, un tal Virginio Colmegna, responsable del albergue la "Casa della Carità" de Milán, dio las gracias en el Corriere de la Sera, pero matizó que habría que recordar que "los pobres tienen necesidad de derechos y de dignidad, más que de ningún tipo de lujo"(sic). Un tipo duro, el tal Colmegna.

Lo más raro de esta historia es que el caviar requisado no haya desaparecido en el interior de una organización tan corrompida como la policía italiana. O que "il cavagliere" Berlusconi no se lo haya apropiado para revenderlo a alguno de sus amigos multimillonarios o regalárselo a una de sus incontables "poulettes".

En la misma noticia (El País 21-12-2008) nos enteramos de que en Granada se han vendido ya los 50 kilos de caviar de piscifactoría obtenidos en la campaña de este año del pueblo de Loja, en plena Sierra Nevada. Aunque no nos dicen el precio imagino que no debe tratarse de ningún regalo, por más que el caviar de piscifactoría española se parezca al auténtico beluga lo que un huevo a una castaña. De todos modos, que en la España de la crisis el caviar corra como el agua aunque sea caviar de menor calidad, no deja de resultar una noticia tan sorprendente al menos como la referida a la generosidad de Il Berlusca (el Ladrón, o sea Berlusconi) y la policía italiana para con los menesterosos milaneses.

Será que la Navidad ablanda incluso los corazones más insensibles. Será.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Bon Nadal, família Borbón


Dice el diario electrónico "El Plural" que los Príncipes de Asturias han felicitado las fiestas en castellano e inglés, y que la Infanta Elena, ha añadido de propina a la suya el francés. Así que por la parte más joven de la familia real española, parece que vamos superando ese viejo defecto carpetovetónico que llevaba a tanto españolito a responder bravíamente al extranjero que osaba dirigirse a él en lengua distinta a la de Cervantes: ¡"Si viene a España, aprenda usted español!".

Ocurre, sin embargo, que a príncipes e infanta se les ha olvidado que junto al idioma oficial del Estado, en España también son oficiales en sus respectivas comunidades autónomas el catalán, el vasco y el gallego, y que esa población con dos lenguas oficiales representa un tercio del total de ciudadanos del país, además de tener "súbditos" que hablan otras lenguas como el provenzal en el valle de Aran, el aragonés en núcleos pirenaicos, el portugués en Olivenza, el bereber en Melilla, y desde luego el caló gitano, una lengua cuyos hablantes en España se cuentan por cientos de miles.

Dice El Plural que "Zarzuela ha restado importancia al hecho y ha destacado que las traducciones son una mera cortesía hacia los extranjeros que reciben las tarjetas". Al parecer pues, los remitentes de esas felicitaciones navideñas se preocupan sólo por ser corteses con sus "súbditos" monolingües y con los extranjeros. Tamaña falta de sensibilidad y delicadeza habla bien a las claras del aprecio real que la singular familia siente por quienes les pagamos el sueldo además de soportar sus opiniones, fastos y hasta disputas internas.

Se diría que lo único que a esta gente le interesa del tercio largo de sus "súbditos" ahora ninguneados (y probablemente de los dos tercios restantes), es el color de nuestro dinero, el mismo que les permite vivir como dios sin aportar a la comunidad nada más que su presunta campechanía y supuesta sencillez, amén de la considerable falta de cultura y educación que acaban de acreditar una vez más.