martes, 20 de septiembre de 2011
Cuando las piedras se puedan comer y ya nadie sea más que nadie
miércoles, 8 de junio de 2011
Jorge Semprún se despide de ustedes

lunes, 3 de enero de 2011
Novecento: la revolución y nosotros, que la quisimos tanto

Novecento.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Wilebaldo Solano, la última leyenda del POUM
lunes, 19 de julio de 2010
19 de julio de 1936, el día en que vencimos a los dioses

Barcelona ha derrotado en la calle la sublevación militar fascista.
lunes, 18 de enero de 2010
El secuestro de Miguel Hernández

lunes, 28 de diciembre de 2009
José María Bravo vuela para siempre en su Mosca

Bravo recibió formación como piloto de guerra en la URSS, y a su regreso a España pilotó el mítico Polikarpov I-16, llamado Mosca a causa de las iniciales que venían grabadas en ruso en las cajas que contenían las piezas desmontadas de los aeroplanos: "Movska", aludiendo a Moscú, donde eran fabricados. José María Bravo se convirtió rápidamente en la figura más relevante de la aviación gubernamental. Su liderazgo y carisma le llevaron a una fulgurante carrera militar, participando con sus escuadrillas de Moscas en las batallas de Levante y Ebro y en la retirada de Catalunya. A los 22 años fue nombrado jefe de la unidad aérea más importante de la aviación republicana. Se le reconocen 23 victorias individuales, 7 colectivas y 12 de escuadrilla.
Tras la derrota Bravo se exilió en Francia primero, donde estuvo detenido en el campo de concentración de Argèles sur Mer, y más tarde en la Unión Soviética, donde participó activamente en la lucha contra los invasores nazis, primero en una unidad guerrillera y luego como piloto de caza. En la URSS alcanzó el grado de teniente coronel. Años más tarde, en 1960, regresó a España.
En sus últimos años desplegó una gran labor en la Asociación de Aviadores de la República (ADAR). Entre otras actividades impulsó el rescate de un Mosca localizado en Nueva Zelanda, que fue adquirido y reconstruido en España bajo su supervisión por la Fundación aeronáutica Infante de Orleáns. Escribió un interesantísimo libro de memorias, "El Seis Doble", y en marzo de 2005 con 88 años, volvió a pilotar un Mosca. El gobierno español le reconoció hace unos años su grado de coronel del Ejército del Aire.
No en la tierra, sino entre nubes descansa ya nuestro mejor piloto.
En la fotografía, un asistente afeita a José María Bravo en un aeródromo desconocido, junto al aparato que pilotaba el as republicano (obsérvese el seis doble pintado en el timón de cola).

lunes, 26 de octubre de 2009
El triunfo de Negrín

miércoles, 21 de octubre de 2009
MEMORIA Y DIGNIDAD, artículos sobre memoria histórica publicados en AVENTURA EN LA TIERRA

La fotografía que encabeza el post es Niño vestido de miliciano en las calles de Barcelona, 1936, de Robert Capa.
domingo, 11 de octubre de 2009
Robert Capa y Gerda Taro, fotografía y lucha antifascista

En la imagen que ilustra el post, Gerda Taro y Robert Capa en París.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Fascismo, antifascismo y medios de comunicación

domingo, 18 de noviembre de 2007
Antifascistas, provocadores y una policía de pueblo

Por el contrario, en Barcelona una manifestación no autorizada de unos pocos centenares de individuos “antisistema” ha degenerado en una batalla campal con destrozos desproporcionados, habida cuenta el reducido número de participantes en esta acción de verdadero terrorismo callejero. La responsabilidad última del desbarajuste vivido compete a los “mossos d’esquadra”, que se han mostrado incapaces de controlar la situación a pesar de que sus efectivos sobre el terreno eran similares o superiores a los reunidos por los manifestantes. Decenas de agentes han resultado contusionados, y alguno herido de cierta gravedad; incluso ha habido un intento de asalto a la sede de la Conselleria d’Interior.
La diferencia entre los efectos de una y otra concentración radica en un hecho diferencial fundamental: mientras que en Madrid se manifestaban pacíficos ciudadanos corrientes, quienes lo hicieron en Barcelona no eran más que la versión local de la “kale borroka”: grupúsculos de gamberros que usan la contestación política para cometer desmanes; fascistas, en suma, aunque ellos alardeen de ser contrarios al sistema. Por si esto fuera poco, hay que añadir en el debe barcelonés un dato muy preocupante: una vez más, como decía antes, a los “mossos d’esquadra" se les han ido de las manos unos incidentes callejeros urbanos, y para sofocarlos han tenido que recurrir de nuevo a una violencia extrema.
Otro fracaso estrepitoso pues de la policía autonómica en Barcelona y su área metropolitana, y una muestra más de su incapacidad para dar respuesta adecuada a las exigencias que toda gran urbe plantea a un cuerpo policial con competencia exclusiva en el mantenimiento del orden público.
Por desgracia para los barceloneses, la policía autonómica catalana sigue siendo un cuerpo policial ruralista y comarcano, al que la complejidad de los problemas que debe afrontar en entornos urbanos como el nuestro le viene grande. Barcelona no es Vic, pero nuestros rectores políticos y policiales siguen al parecer sin entenderlo.
martes, 13 de noviembre de 2007
Morir en Madrid

domingo, 4 de noviembre de 2007
Habrá Memoria Histórica, pero poca

domingo, 3 de junio de 2007
La batalla de Rostock
