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viernes, 22 de julio de 2011

El derrumbe del imperio Murdoch


El cierre del diario "News of the World" y la comparecencia de los Murdoch, padre e hijo, ante el parlamento británico representan el disparo de salida del desmantelamiento del más poderoso imperio mediático que haya existido nunca. Razones para meterle la piqueta sobran. No sólo porque Rupert Murdoch y sus secuaces hayan violado sistemáticamente el código deontológico profesional, cosa que en el marco de la sociedad de la opulencia informativa capitalista es casi obligado hacer por parte de cualquier gran grupo mediático que se precie, sino porque Murdoch y sus media son un verdadero cáncer planetario.

Y no se trata tanto de que el sensacionalismo nauseabundo de los tabloides británicos, la mayoría propiedad de Murdoch, hayan envenenado hasta la alienación al ciudadano corriente anglosajón con tonterías de crónica rosa y con crímenes morbosos. Más importante que eso es que para lograr la posición monopolística que ostentan, los medios de Murdoch no han dudado nunca no ya en fabricar las noticias que publican, sino en crear y recrear la realidad misma en cualquiera de sus facetas. Un dato relevante es que uno de los detenidos estos días (y ya son veintitantos entre los empleados de Murdoch) es el director de la revista "Dow Jones", la "madre informativa" de las Bolsas norteamericanas, que al igual que el periódico "Wall Street Journal" pertenece a Murdoch. A través de estos medios Rupert Murdoch colabora en el manejo de importantes movimientos especulativos en los llamados "mercados financieros", en connivencia con bandidos como George Soros y otros macroespeculadores capaces de arruinar una economía nacional en una sola sesión bursátil.

Su estrecha asociación corrupta con los mandos policiales británicos, que acaba de hacerse pública la semana pasada, ha obligado a dimitir al jefe de Scotland Yard y al máximo responsable de la policía metropolitana de Londres. Sobre la policía británica pesan graves sospechas desde los atentados del metro de Londres y el asesinato a sangre fría del ciudadano brasileño Menezes, sospechas originadas por la catarata de mentiras e intoxicaciones policiales en comandita con la prensa de Murdoch que siguió a ambos acontecimientos. Lo que no extraña demasiado cuando nos enteramos de que los diez últimos portavoces policiales británicos fueron periodistas salidos de los tabloides de Murdoch. Curiosamente -o no tanto- el periodista que confirmó las prácticas delictivas de "News of the World" apareció muerto el mismo día en que dimitió el jefe de la policía británica. Y en fin, el portavoz del primer ministro, James Cameron, dimitido a prisa y corriendo al comenzar este escándalo, fue director de "News os the World", el buque insignia de Murdoch.

Y es que Rupert Murdoch está acostumbrado a inventar y manejar políticos y altos cargos de las Administraciones. Fue sostén mediático decisivo de Tony Blair y enérgico impulsor de los neocons norteamericanos, convirtiendo los informativos de la cadena televisiva Fox en un instrumento de agitación al servicio de la política imperialista militarista de la camarilla que se amparaba tras George Bush hijo. Detrás de la meteórica ascensión de una figura tan extravagante como vacía de contenido cual es Sarah Palin, ha estado desde el primer día la mano de Rupert Murdoch. Por todo ello y en vista de que su desplome parece inevitable, en EEUU ya le están preparando el descabello mediante una serie de comparecencias parlamentarias, cuya convocatoria impulsan políticos republicanos enfrentados a los neocons. No es casualidad, en fin, que Murdoch esté pagando 147.000 dólares anuales a José María Aznar para que su nombre figure como miembro del Consejo de Administración de su imperio; la relación de Murdoch con la política-basura corrupta y facinerosa y sus más eximios representantes, hacía inevitable que estos dos hombres se encontraran y apreciaran.

Murdoch está acabado. Los que más entusiasmo están poniendo en liquidar el elefante herido son precisamente quienes se han alimentado de él y han recibido sus prebendas. La clase política británica no puede enviar al cadalso a Rupert Murdoch y fingir sorpresa ante sus desmanes y delitos. Ni ellos ni tanto "revolucionario conservador" mediático y político que a lo largo y ancho del mundo, y desde luego en España, se han lucrado y se siguen lucrando por propagar la basura doctrinaria neoliberal fabricada por Murdoch y sus compinches políticos y financieros. Queremos nombres y juicios.

En la imagen que ilustra el post, algunas cabeceras de diarios propiedad de Rupert Murdoch.

martes, 1 de febrero de 2011

Hojeando los papeles de la perrera mediática



Dice José María Aznar que España no puede permitirse 17 miniestados que le arruinen la competitividad, en referencia a las comunidades autónomas. O sea que hay que acabar de una vez con esta lacra que son las autonomías. Pues ya ven. Qué curioso que quien lo propone sea el mismo Aznar cuya carrera como político con aspiraciones de estadista comenzó precisamente como presidente de la comunidad autónoma de Castilla-León, y que en 1996 y para convertirse en presidente del Gobierno español no dudó en pactar con nacionalistas vascos y catalanes y llegó a "hablar catalán en la intimidad" con su esposa; el mismo Aznar, digo, que ahora viene a pedir a gritos el derribo del edificio autonómico español, que por otra parte está consagrado en esa hoy tan reverenciada por él y sus secuaces Constitución española, la misma que por cierto en su día, en 1978, votaron en contra él y su partido, entonces llamado Alianza Popular (casi el mismo collar para los mismos perros). Así es la derecha española, mendaz hasta la extenuación.

Pero no ha sido el único sandio que en esta jornada se ha lanzado a tumba abierta en los medios de la ultraderecha española. Un tipo que se firma Salvador Sostres escribe hoy en El Mundo a favor del "voto de calidad". El tal Sostres, especialista en boutades, asegura que si bien todos los ciudadanos deben tener derecho al voto, no todos los votos pueden valer lo mismo. El voto de una persona de éxito, un empresario, ejemplifica, no puede valer lo mismo que el de un trabajador, ya que según esta lumbrera alguien que no sea "una persona de éxito" no es más que un fracasado. Desconozco que es lo que se inyecta Sostres, pero les aseguro que cuando escribía en la prensa catalana ya tenía el cerebro dañado.

Otro que defeca hoy a gusto en su pipican de la perrera mediática es César Vidal. Asegura el hombre impasible el ademán que según un estudio grafológico que ha llevado a cabo en persona, el príncipe Felipe de Borbón es hoy un hombre mucho más responsable, seguro y consciente de sus responsabilidades que cuando tenía nueve años, según demuestra su letra. Teniendo en cuenta que el príncipe Felipe acaba de cumplir cuarenta y tres años, parece obvio que así sea; mal iría la Monarquía española si el heredero de la corona fuera hoy menos responsable, seguro y consciente de sus responsabilidades que cuando su augusta madre aún tenía que limpiarle los mocos. En fin, ya sabíamos que los delirios de César Vidal carecen de límites, al menos dentro de esta galaxia; pero acabamos de enterarnos de que al parecer, sus dotes de monárquico lameculos tampoco los conocen.

De estos engendros se nutre el pensamiento de la derecha española. "Pensamiento" y "derecha española": un oxímoron absoluto, como pueden ver.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Tony Blair presenta las memorias de un criminal de guerra

A Tony Blair las cañas se le están tornando lanzas. Dice El País hoy que "Una lluvia de huevos y zapatos ha recibido a Tony Blair cuando el ex primer ministro británico acudía esta mañana a la firma de ejemplares de sus memorias, A Journey (un viaje) en una céntrica librería de Dublín". Lamentablemente ninguno de los inofensivos proyectiles alcanzó al probable escritor y seguro criminal de guerra.

En los últimos tiempos arrecian las críticas en todo el mundo y especialmente en Gran Bretaña contra este lacayo santurrón de la agresión imperialista neocon. No sólo por el crimen que fue la invasión de Irak y su apoyo sin fisuras a la política criminal de Bush llamada Cruzada Internacional contra el Terrorismo -en la que como es sabido, colaboró asimismo el expresidente español José María Aznar-, sino también por el alcance escandaloso de los oscuros negocios de este individuo, cuyo patrimonio crece en los últimos años a un ritmo vertiginoso.

A Tony Blair por cierto, se le acaba de "suicidar" hace unas semanas uno de los inspectores británicos de armamento que denunció sobre el terreno en su día la mentira de las famosas armas de destrucción masiva iraquíes, y que desde entonces apuntaba a Blair como uno de los responsables de la fabricación de falacias que pretendían hacer inevitable la guerra. Ya en los prolegómenos de aquél conflicto, al entonces primer ministro británico se le "suicidó" otro reputado experto en cuestiones armamentísticas que había dejado públicamente a Tony Blair como el embustero que es. Y es que el crimen de Estado en Gran Bretaña tiene una larga tradición, incluso desde mucho antes de que el médico de la familia real destripara una tras otra a un grupo de prostitutas de White Chapel por orden de su soberana la reina Victoria, allá por los finales del siglo XIX.

Los manifestantes de Dublín presagian que las firmas públicas del libro pueden convertirse para Tony Blair en un considerable viacrucis, en el que va a tener que verse retratado públicamente como quien es y no como él se presenta. Blair es lo suficientemente joven para augurarle que vivirá lo suficiente como para que llegue un día en el que habrá de sentarse en un banquillo judicial, británico o internacional, y tendrá que responder por sus nada presuntos crímenes. En ése sentido, A Journey, su libro, no es más que un pobre intento de difundir una versión de los hechos ajena a la realidad, una pieza de descargo que se pretende exculpatoria y que al parecer, si se lee bien, le deja como un sicario entusiasta de quien entonces era el Emperador del Mundo y su corte de bufones a sueldo, incluido un tal Aznar López, el mismo individuo que pretendió comprar la medalla del Congreso de EEUU con dinero público español entre otras hazañas de similar jaez.

El miércoles próximo, Blair repite presentación en una librería de Londres. Veremos cómo le va.


domingo, 22 de agosto de 2010

Un facineroso en Melilla

Durante la semana que hoy finiquitamos un servidor se ha dedicado al senderismo, la lectura y la meditación, degustando a grandes sorbos el silencio y la tranquilidad de las cumbres pirenaicas, amén de ponerse las botas con potentes platazos montañeses y ricos vinos del Somontano vecino.

Este perfecto equilibrio entre el ideal estoico y el epicúreo sólo se ha visto comprometido (pasajeramente) una noche en que tuve la maldita idea de encender el televisor en la habitación de mi hotel, y conecté con CNN + para ver qué pasaba peñas abajo de mi monacal (y transitorio, por desgracia) retiro. Nunca lo hubiera hecho. De inmediato apareció en la pantalla el rostro de alimaña resabiada que luce don Jose María Aznar López, ex presidente del gobierno de España, la tercera pata del Trío de las Azores ya saben, el que ponía los pies en la misma mesita de café que George Bush hijo, el héroe de la Reconquista de Perejil y otras "fazañas" de similar corte matonil cuando no genocida: ahí está el pudridero humano de Irak para atestiguarlo. Ya se sabe que a los falangistas de vieja escuela, como lo es Aznar, lo de las cunetas con cadáveres de civiles les pone el mástil en primer tiempo de saludo.

El caso es que en mi televisor el pavoroso personajillo asomaba su torva mirada a la frontera de Melilla, acompañado de un lucido séquito de individuos con cara de no atreverse ni a respirar en su presencia. De entrada llamaba la atención que en tanto sus acompañantes iban en general en camisa o con americanas de verano, don José María Aznar aparecía cubierto con una indescriptible cazadora de corte sahariano que doblaba el volumen natural de su tronco, y cuyas mangas llevaba el eximio prócer arremangadas hasta casi los codos: sólo le faltaba el salacof o mejor, el fez rojo de los Regulares melillenses para estar hecho un verdadero Conquistador de África. En el puesto fronterizo no había moros en la costa, obviamente; debían haber huído todos despavoridos ante la presencia del caudillo cristiano.

Apagué el televisor. Pensé que realmente hay que ser muy canalla como persona y andar muy desesperado políticamente para intentar meter la cuchara en una situación de tensión fronteriza entre tu país y un vecino. Lo que ha hecho Aznar es indecente, y probablemente merecedor de la atención del Fiscal General del Estado; el ex presidente español no fue a Melilla para ayudar a rebajar la tensión, sino a arrojar gasolina en el incendio. El Reconquistador de Perejil fue a la raya fronteriza a enseñar los colmillos a los marroquíes en particular y a los musulmanes en general, y de paso a dejar descolocado ante el mundo al Gobierno de su país, en un momento en el que hasta el rey de España ha intervenido para apaciguar los caldeados ánimos entre los dos países.

La presencia de este facineroso en Melilla constituye otro hito que se pretende épico pero en realidad resulta patético, en una biografía trufada de momentos que deberían hacerle caer la cara de vergüenza a sus asesores de imagen. Porque el resultado de esas imágenes televisivas no es otro que la continuidad inexorable en la destrucción de la imagen pública de este hombre entre la gente sensata, además del crecimiento del guerrerismo criminal en los sectores más enloquecidamente reaccionarios de la derecha extrema/extrema derecha española. Esa ha sido la única contribución real de Aznar generada por su visita/razzia a Melilla.

En la fotografía, un guardia civil destinado en Melilla estrecha la mano del ex-presidente Aznar. Sin comentarios.

miércoles, 5 de mayo de 2010

José María Aznar abre página web


Leo en el blog de José María Izquierdo que el expresidente español Aznar ha abierto página web. Esto es ya el despiporre de la modernidad. Luego la prensa roja le llamará rancio, reaccionario y hasta fascista, pero ahí queda eso. Porque a ver ¿hay algo más moderno que el que un político tenga web propia? Otra cosa será lo que meta dentro, claro, pero el mero hecho de abrir un "güeb sait" (según la pronunciación en "texanou-americanou" que acostumbra a manejar el amigo Aznar cuando visita el país de sus amos), le sitúa en cabeza de la modernidad más moderna y libérrimamente liberal. ¡Chúpate esa, Zapatero!.

Y los contenidos, ¡ay, los contenidos!. Si usted quiere enamorarse de Aznar, esa web es su sitio. En ella encontrará un fino surtido de sus eructos más destacados en forma de libros, resúmenes de "intervenciones públicas", recortes de la prensa adicta y hasta fotografías posadas del caballero en cuestión. Imprescindible su nota biográfica, un documento para la Historia.... del cinismo y la falsedad.

Y por Dios, no se pierdan las reseñas de sus libros. En el titulado "Retratos y perfiles", por ejemplo, se disparan frases promocionales del siguiente calibre:

¿Por qué Jordi Pujol no quiso entrar en el Gobierno de España? (¿quizá porque no le hacía falta, pudiendo condicionarlo desde fuera luego del Pacto del Majestic?).

¿Cómo se desarrolló la Cumbre de las Azores? (eso, eso, que lo cuente, que nos enteremos de una vez cómo se planificó el genocidio de Irak en esa reunión de criminales de guerra).

¿Qué piensa Fidel Castro del embargo norteamericano a Cuba? (ésta es facilita de responder: lo mismo que cualquier ser racional, que es una medida tan fascista como inútil).

Cuál es el primer recuerdo que tiene Aznar de Manuel Fraga? (seguramente verlo vestido de falangista y asistiendo a un Consejo de Ministros de Franco en el que se firmó alguna pena de muerte o se decretó un estado de excepción).

¿Qué espera Juan Pablo II de los españoles? (ya, nada: se lo comieron los gusanos).

¿Qué piensa Chirac de Aznar? (pues está claro, el mismo Chirac ha explicado que en su círculo de colaboradores a Aznar se le conocía como "le petit con", es decir, el pequeño imbécil en argot francés).

Visiten la web de José María Aznar y disfruten con la falta de pudor y de sentido del ridículo de este payaso inmarcesible.

lunes, 12 de abril de 2010

Egunkaria y las cenizas del aznarismo



Siete años después del acoso y derribo del periódico Egunkaria impulsado por el régimen aznarista, la Audiencia Nacional ha absuelto a sus directivos de la gravísima acusación de ser miembros de ETA. La acusación popular la substentó en este caso la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) durante su momento más activo como instrumento de agitación y propaganda callejeras del PP (copiado directamente por cierto de las Gestoras Pro Amnistía etarras). El procedimiento judicial nunca tuvo apoyo del ministerio fiscal.

Ayer uno de los encausados decía en una emisora de radio que un abogado de la acusación le había reconocido que el caso lo tenían perdido (los acusadores), pero que naturalmente habían tenido que tirarlo adelante (los abogados) porque "para eso estaban"; evidentemente, para cobrar buenas minutas pagadas por una asociación sectaria que se nutre con fondos del Estado, es decir, de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos.

La sentencia contiene verdaderos palos dialécticos contra la acusación popular, llegando a decir que "Las acusaciones no han probado que los procesados tengan la más mínima relación con ETA", según aparece en El País de hoy. Según esa misma sentencia tampoco se ha acreditado directa ni indirectamente "que el periódico haya defendido los postulados de la banda terrorista, haya publicado un solo artículo a favor del terrorismo o de los terroristas ni que su línea editorial tuviese siquiera un sesgo político determinado. Esto último, además, no sería delictivo". En suma, un estacazo judicial directo a uno de los temas más queridos del aznarismo: la identidad entre nacionalismo vasco y terrorismo etarra. Porque Egunkaria era un medio nacionalista vasco independentista en realidad, y además inteligente y con planteamientos abiertos; quizá por eso el gobierno Aznar fue a por ellos y en cambio dejaron en paz a Gara, el portavoz impreso legal de ETA. Al PP le interesaba y le sigue interesando que crezcan los sectores más violentos del nacionalismo vasco, a fin de justificar sus políticas represivas contra toda diferencia o disidencia en relación con su proyecto de España Imperial neofranquista.

Se han necesitado siete años para que en el caso Egunkaria las cosas hayan quedado finalmente en su sitio. Veremos cuántos se necesitan para que en el caso concreto de Aznar, se le acabe sentando en el banquillo de los criminales de guerra junto con sus compinches Bush y Blair; seguro que algunos más. Con todo, Egunkaria es otra muestra de que del aznarismo ya sólo quedan cenizas, que finalmente están siendo aventadas al basurero de la Historia. Incluso un organismo tan poco sospechoso como es la Audiencia Nacional, contribuye pasando la escoba sobre esos años de oprobio y vergüenza colectiva que fueron el "aznarato".

jueves, 18 de febrero de 2010

El dedito de Aznar

Al gran Josemari de España y de Texas le han dado el día en la Universidad de Oviedo. El tipo llegó dispuesto a perpetrar uno de sus vómitos en forma de "konferencia", y se encontró de morros a cientos de estudiantes recordándole a grito pelado quien es: un fascista, un criminal de guerra y un palanganero de los neocons yankis.

Al Asombro de Valladolid no le gusta que le describan tan certeramente, y el hombre ha alzado un dedito en respuesta. Eso de levantar el dedo medio en señal de insulto es un gesto anglosajón desconocido en España hasta hace pocos años, igual que el gesto de llevarse la mano al corazón que algunos políticos derechistas españoles ( y unos cuantos nacionalistas catalanes) comenzaron a imitar lacayunamente durante el mandato del emperador George W. Bush. En España, existe de toda la vida el gesto insultante universal de hacer los cuernos con dos dedos. O todavía más castizo, el tradicional corte de mangas en sus dos versiones: fino (flexionando lentamente el brazo que se posa en el antebrazo) o a lo gañán (arreándose un manotazo en el susodicho antebrazo), una sola vez o repetido compulsivamente.

Así que ahí tenemos al Patriota de Patriotas, que incluso en los gestos insultantes clona los de su amo extranjero. Así es la extrema derecha española, servil e imitativa con sus dueños hasta traspasar todos los límites del ridículo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Zapatero en el convento de Fray Obama

La presencia de José Luis Rodríguez Zapatero en calidad de invitado presuntamente relevante al llamado "Desayuno de oración" que se celebrará el jueves en la Casa Blanca, ha despertado reacciones múltiples y casi ninguna favorable. Que yo recuerde, ningún presidente de Gobierno español, ni siquiera el lameculos de Aznar, fue invitado por el Emperador de turno a esta ceremonia anual que según dice la prensa se remonta a 1952, lo que tratándose de los EEUU la convierte en una tradición de origen verdaderamente remoto.

Nadie sabe qué diablos pinta Zapatero en una celebración así, aparte de hacerse una foto -otra más- al lado del Emperador, de un Barack Obama que llegó al trono entre cánticos de alegría de los "progresistas", y al que le ha bastado un año en la presidencia norteamericana para mostrarse tal cual verdaderamente es. Y es que las diferencias políticas entre él y su antecesor son irrelevantes, especialmente en lo que hace a la manera de conducir la política internacional de la todavía -aunque menos- superpotencia planetaria.

Ocurre que el presidente español anda últimamente en plena huida hacia la política internacional como medio de escapar de la durísima realidad de su país, síndrome que de una u otra manera ha terminado por dominar a todos sus antecesores: recuerden la famosa cantinela acerca del "cuello de botella del estrecho de Ormuz", que profería a todos horas un Adolfo Suárez al que aunque le hubiera ido la vida en ello no hubiera sido capaz de situar el estrecho de Ormuz en un mapa; o a un Aznar obsesionado con el "vínculo trasantlántico" que había que establecer con los EEUU de George W. Bush luego de dinamitar, Trío de las Azores mediante, la Unión Europea, la ONU y lo que se terciara. Pues bien, a Zapatero le ha entrado ahora ese virus y ahí debe andar el hombre, preparando la bendición en inglés de los huevos con bacon que seguramente le servirán en el desayuno del jueves. Esperemos que su profesor de idiomas no sea el texano-vallisoletano "mister Ánsar", porque de lo contrario las carcajadas se van a oír en Minnesota y en León.

Lo peor del caso es que la presencia del agnóstico Zapatero en esa reunión meapilas casi coincide en el tiempo con el último desplante de Obama, que acaba de anunciar que no irá a Madrid a la cumbre euro-norteamericana. El feo que acaba de hacerle al presidente de turno de la Unión Europea (UE), el supuesto amigo Zapatero, es de los que hacen época; pero el desprecio simultáneo hacia la Unión Europea es tan estúpidamente gratuito, que uno empieza a considerar que Obama se parece a Bush no sólo en las políticas que aplica sino también en su coeficiente mental. Es obvio que el actual presidente norteamericano sabe hacer bellos discursos, pero empiezan a haber elementos sobrados para cuestionarse su inteligencia política y tal vez la otra.

Aunque bien mirado, quienes creemos en una Europa unida y fuerte tenemos motivos para alegrarnos por esta nueva muestra de arrogancia y yanquicentrismo del presunto progresista Obama, en la medida en que esta clase de ofensas son las que más nos unen a los europeos. Recuerden el episodio ocurrido en plena campaña guerrerista y antieuropea del Trío de las Azores, cuando el entonces ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin, machacó y revolcó a Colin Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU, luego que el "moderado" jefe de los pretorianos de Washington intentara en nombre de su amo Bush coaccionar a los países allí representados para que se sumaran a la invasión de Irak. Villepin humilló al Imperio con su razonado y apasionado discurso (caro lo ha venido pagando desde entonces), y los europeos de tendencias diferentes nos reconocimos en aquél hombre valiente que defendió nuestros intereses y los de la Humanidad contra las intenciones criminales de los neocons yanquis y sus palanganeros en Europa, los señores Blair y Aznar. Aunque desgraciadamente no se pudiera detener el ataque a Irak al menos sus promotores no lograron la cobertura de la ONU, y ése fue mérito de la diplomacia europea y singularmente de Villepin.

Zapatero ha demostrado tener poca memoria además de desconocer un viejo dicho de la politica internacional europea: no hay nada más fanáticamente yanqui que un negro yanqui. Entiéndase aquí "yanqui" precisamente en la acepción del término que causa más rechazo fuera de EEUU: imperialista, reaccionario, antieuropeo. Obama está mostrando ser un yanqui tradicional de pura cepa, y Zapatero está comenzando a enterarse de un modo particularmente doloroso. Aquella idiotez que profirió Leire Pajín -una de las Barbies Moncloa con menos seso y más futuro por delante-, en el sentido de que el día en que se encontraran Obama y Zapatero se produciría algo así como una conjunción astral de ésas que se dan una vez cada muchos años, ha quedado en una de las aporías políticas españolas más delirantemente absurdas que se hayan oído desde los tiempos en que Franco era teniente en Melilla. La realidad ha sido muy otra. Definitivamente, Zapatero no cuenta para el Emperador, qué le vamos a hacer: a ver si se dan cuenta en Moncloa.


sábado, 5 de septiembre de 2009

El paseo ciclista de Rajoy


Pasen y vean, señoras y señores.

En el coche oficial del director de la Vuelta ciclista a España, subidos prácticamente al anuncio publicitario de una de las empresas patrocinadoras de la carrera ciclista, aparecen Mariano Rajoy y Jorge Moragas, dos primeras figuras del Partido Popular. Observen los gestos de losprotagonistas, directamente sacados de los filmets publicitarios de las campañas electorales yanquis: apuntan con el dedo, sonríen con la boca abierta hasta las orejas, simulan un entusiasmo desbordante... Véanlos despechugados, la camisa al viento, tras modernas gafas de sol que a ellos, siempre tan rancios, les sientan como a un santo dos pistolas. ¡Lo que hay que hacer por un puñado de votos!, parece estar pensando Rajoy.

¿Cuánto habrá pagado el PP por esa invitación para subir al coche? En El País de hoy se explica cómo el presidente del FC Barcelona Joan Laporta o la cantante Chenoa cobraron 12.000 euros por ser entrevistados en medios informativos oficiales mallorquines, en los tiempos en que presidía la Comunidad autónoma balear el "padrone" Jaume Matas. No fueron los únicos, obviamente, que cobraron por salir en medios audivisuales y publicaciones impresas vinculadas al PP mallorquín, en un intento de "prestigiar" la imagen de ese partido y de quienes se lucraban a través de él. Y en fin, de Aznar sabemos que compró con dinero público el dar conferencias en la universidad de Georgetown, y que su equipo de imagen pactó y pagó previamente las entrevistas en las que apareció en diversos medios latinoamericanos durante su última gira por aquél contienente.

¿Cúanto ha pagado el PP por esa imagen de Rajoy, que intenta torpemente chupar cámara en un acontecimiento deportivo y social como es la Vuelta Ciclista a España? Y sobre todo ¿de dónde ha salido el dinero para comprar ese "espacio publicitario"?

En definitiva, descabezada la trama Gürtel ¿qué nueva trama alimenta la imagen y los bolsillos de esta gente?.

miércoles, 3 de junio de 2009

El presunto atentado contra José María Aznar


Una contertulia del blog de Manolo Saco me pregunta cuándo hubo un atentado contra José María Aznar. Ocurrió el 19 de abril de 1995. Y se supone que fue ETA.

Fue un atentado muy curioso, por el que jamás se detuvo a ningún miembro de ETA ... ni de ninguna otra organización terrorista. La carga usada contra el coche, hiperblindado, no causó grandes daños materiales en la estructura del vehículo. ¿Realmente pretendían matar a Aznar?.

En aquellos tiempos el PP andaba pidiendo desaforadamente elecciones anticipadas ("¡váyase, señor González!"). El presunto atentado aumentó hasta límites insoportables la presión sobre el Gobierno socialista y sobre todo, sobre sus apoyos y simpatizantes.

A raíz del presunto atentado, Aznar pasó inmediatamente a ser un héroe protegido por Dios e investido con la misión de salvar a España del terrorismo; además tenía "baraka", la suerte de los elegidos. Todas esas tonterías y aún mayores fueron escritas en aquellos días por la prensa lacaya de la derecha española.

Como botón de muestra de las sospechas, vean a continuación lo que escribía ¡El Mundo! año y medio después, cuando el PP ya había logrado reconquistar el gobierno para la derecha.

Y fíjense, a Baltasar Garzón, que pretendía meter la nariz en el asunto, ya entonces le sacudieron un buen papirotazo:

El Mundo
Jueves, 5 de diciembre de 1996

Piden reabrir el sumario del atentado contra Aznar

AGUSTIN YANEL

MADRID.- La fiscal de la Audiencia Nacional María Dolores Márquez pidió ayer al juez que reabra el sumario sobre el atentado que perpetró ETA contra José María Aznar, el 19 de abril del año pasado. Quiere investigar si existe algún dato de interés sobre este caso en los documentos hallados en un piso abandonado por el «comando Madrid».

La investigación sobre ese atentado la llevó a cabo el juez Manuel García-Castellón, quien hace unos meses decidió concluir y sobreseer ese sumario por no haber encontrado a ningún presunto autor material de dicha acción terrorista.

Precisamente el lunes último la sección primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia confirmó esa decisión del juez, en contra de lo que habían pedido la fiscal Márquez de Prado y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Ese tribunal consideró que haber encontrado un año antes de esos hechos huellas del etarra Mikel Azurmendi, «Hankas», en un coche aparcado en las cercanías del lugar del atentado, no es suficiente para concluir que recogía información para, posteriormente, atentar contra Aznar, que entonces lideraba la oposición.

El lunes pasado la Policía localizó en Madrid un piso que había abandonado el «comando Madrid». Los agentes encontraron en él numerosas armas y explosivos, así como diversos documentos entre los que figuraba un plano de la zona donde ETA atentó contra Aznar.

Este hecho ha llevado a la fiscal Márquez de Prado a pedir ayer la reapertura del caso, para practicar las investigaciones pertinentes. El juez García-Castellón solicitará ese plano a su colega de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que es el que autorizó la entrada y registro en ese piso, porque se encontraba de guardia, y después decidirá sobre la petición de la fiscal.

Algunas fuentes judiciales manifestaron ayer que en el juzgado de Garzón existía cierto malestar por el hecho de que, después de la discreción con que se ha llevado a cabo la entrada y registro en ese piso abandonado por los etarras, se han enterado por los medios de comunicación de que la Policía ha encontrado numerosas armas y documentos, que mostró a los periodistas antes de comunicarlo al juez el director general de la Policía, Juan Cotino.

En la imagen, un combinado de informaciones de diversos diarios sobre aspectos de la negociación entre el Gobierno Aznar y la organización ETA. Un diario colombiano titulaba: "Gran gesto de paz de Aznar a Eta en España"(sic). No se pierdan las declaraciones de Rosa Díez, entonces plenamente de acuerdo con la negociación entre el Gobierno y los terroristas.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Primer juicio del Yak 42: Federico Trillo, más cerca de la cárcel


La sentencia de ayer contra los mandos militares directamente implicados en la ocultación de lo sucedido en el accidente del Yak 42, en el que murieron 62 militares españoles, es importantísima en sí misma por el hecho de haberse producido, y sienta las bases de futuros juicios contra los responsables jerárquicos de los palanganeros que ayer la recibieron.

La sentencia establece que los tres delincuentes condenados mintieron deliberadamente en el supuesto proceso de identificación de los cadáveres del Yak 42. ¿Lo hicieron por iniciativa propia? Conociendo la estructura mental de los componentes del Ejército español -su absoluta incapacidad para tener cualquier tipo de iniciativa, y la costumbre de escudarse en las “órdenes superiores” como justificación para cualquier acción o fechoría-, ni un bebé creería eso. Al fondo pues se encuentra el entonces responsable político del Ministerio de Defensa, Federico Trillo, y tras él José María Aznar, presidente del Gobierno español cuando ocurrió aquella tragedia perfectamente previsible.

El primer escalón está subido. Pero como decía ayer uno de los familiares de las víctimas, este juicio y su conclusión son simplemente una batalla, no toda la guerra. Se ha ganado el primer asalto, pero la herida sigue abierta. Hay que seguir sacando a los culpables -presuntos, faltaría más- de la sombra donde pretenden ocultarse. De momento, ya se ha castigado a los peones. Por algo se empieza.

Los siguientes en caer serán los eslabones jerárquicos de la cadena de mando que propiciaron el accidente consintiendo y/o participando en lo que ocurría en el Ministerio de Defensa de Trillo, y cuyas acciones y/o omisiones convirtieron en inevitable el accidente. Los nombres suenan desde hace tiempo, y ellos saben que más pronto que tarde les va a llegar el turno.

Por último, cuando quede establecido judicialmente porqué el accidente fue inevitable como consecuencia de esas acciones y omisiones y porqué hubo tantas prisas en enterrar los cadáveres, habrá llegado la hora para que Trillo y Aznar carguen con el peso de sus responsabilidades.

La guerra sigue. Esta es una campaña que durará años, pero cuyo resultado sólo puede ser la condena del atajo de rufianes con uniforme o sin él implicados en el accidente del Yak 42.

En la fotografía aparece Federico Trillo en el lugar donde se estrelló el Yak 42, en Turquía.

jueves, 7 de mayo de 2009

Los ladrones van a la Universidad


Dice la prensa de estos días que Julián Muñoz, ex alcalde de Marbella, ex hombre de confianza de Jesús Gil y uno de los mayores ladrones que ha alumbrado España, amén de ex pareja de la folklórica Isabel Pantoja y por tanto personaje habitual de la prensa del bajo vientre, ha sido contratado por la Universidad Rey Juan Carlos I como ponente en un curso sobre "La corrupción política en España".

No hay duda de que para lograr que se hable con conocimiento de causa sobre un tema lo mejor es confiar en los expertos, y quién como Julián Muñoz puede hablar en este país sobre corrupción política e incluso sobre corrupción a secas. Además Muñoz no estará solo al frente de ese curso. La Universidad organizadora cuenta así mismo con otros prestigiosos bandidos, todos ellos convictos de corrupción en grado superlativo, en calidad de integrantes del equipo ponente. Destacan entre otros los nombres del conocido showman-estafador José María Ruiz Mateos y de Juan Hormaechea, ex presidente de Cantabria; Jesús Gil no puede asistir por razones obvias (lleva muerto unos cuantos años), pero estará representado por alguien que conoce a fondo sus andanzas. También estará Esperanza Aguirre, la dirigente del PP a quien los gánsters del ladrillo madrileño compraron el cargo que ocupa tras sobornar a dos diputados socialistas; seguro que junto a Muñoz, Ruiz-Mateos y los otros, la Aguirre se encontrará a sus anchas. Y en fin, al parecer no han sido invitados Correa, el Dioni y El Pocero; quizá los reserven para el curso máster.

La noticia es realmente asombrosa. Es de admirar la jeta de cemento armado que lucen los responsables de la Universidad Rey Juan Carlos I, en su imaginativa búsqueda de temas atractivos mediante los cuales competir con la pléyade de cursos organizados en verano por las instituciones universitarias españolas. Los cursos de verano se han convertido en una forma de recaudar dinero y de conseguir "visibilidad" en los medios; ganchos lamineros en suma, para atraer nuevos estudiantes. En esa loca e interesada carrera, aproximar los contenidos y los protagonistas de los cursos a los ofrecidos desde los programas televisivos rosas -también llamados del corazón o, más precisamente, del bajo vientre- como modo de atraer la atención universal, resulta de una impudicia y una falta de ética escandalosas.

Puestos a invitar a ponentes de solvencia en estas lides, los de la Juan Carlos I deberían haber encargado la coordinación del curso a José María Aznar, que como todos sabemos está muy puesto en eso de dar clases en universidades. Aznar podría explicar allí su política de privatizaciones, mediante la que entregó el patrimonio empresarial público español a gente de su confianza política, y también cómo malversó fondos públicos para comprar voluntades de congresistas norteamericanos a fin de que el Congreso de EEUU le concediera su medalla (lo que finalmente, ni siquiera logró). Además, Aznar como ponente en una universidad tiene una ventaja insuperable: los organizadores siempre le pueden exigir que en vez de cobrar sea él quien pague por dar clases, tal como se ha acreditado que ocurrió en Georgetown durante su breve período como "profesor invitado" con cargo al erario público español.

Ya que se invita a ladrones para que den clases, al menos que lleven al de mejor currículum.
En la fotografía que ilustra el post, aparece Aznar disfrazado con arreos universitarios y escoltado por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y Francisco Camps, el presidente autonómico valenciano imputado en la trama Correa de corrupción en las Administraciones públicas gobernadas por el PP.

miércoles, 22 de abril de 2009

Aznar defiende el despido libre


Siguiendo su personal escalada hacia la enajenación mental más completa e irrecuperable, el expresidente José María Aznar acaba de lanzar una de sus ingeniosísimas propuestas para salir de la crisis económica: la instauración en España del despido libre. Según él es la única forma de crear empleo, así como suena; lo que en resumidas cuentas, viene a ser como pretender que el acostarse con todo el mundo es el método infalible para mantener la virginidad.

El rebuzno de Aznar no dejaría de ser un chiste malo cualquiera, si no fuera porque la actual coyuntura de crisis del sistema de producción capitalista ha sido creada precisamente por la estricta aplicación de las recetas "desreguladoras" del funcionamiento general de la economía, impulsada por sus admirados neocons norteamericanos. De hecho, el gobierno de Aznar hizo suya entre 1996-2004 la pura ortodoxia neoliberal yanqui en cuanto a "liberalización" de la economía española, impulsando la privatización de lo público hasta el puro saqueo y la desprotección de los trabajadores hasta extremos inusitados.

Pero es que además las declaraciones de Aznar se producen en un contexto social en el que ya hemos alcanzado los cuatro millones de parados, creados al ritmo de varios centenares de miles por mes durante los últimos meses. Es decir, vivimos en el marco de la estricta aplicación empresarial de facto del concepto "despido libre". De hecho, muchas empresas especialmente multinacionales, están aprovechando la presunta crisis para deshacerse de "excedentes de plantilla" y mejorar sus cuentas de resultados por el método de amortizar puestos de trabajo. Al cabo, por tanto, lo que se está pidiendo en España no es ya el despido libre sino libérrimo. Puestos a profundizar un poco más en la insensatez, y tal y como proponía un empresario en un chiste de El Roto no hace mucho, deberían ser los propios trabajadores quienes compensaran a la empresa pagando de sus bolsillos sus propios despidos.

La derecha española apuesta con todo a favor de la instauración de ley de la selva como idea rectora de las relaciones laborales. Y todos sabemos quien es el más fuerte ahí. De triunfar propuestas como la de Aznar, al asalariado sólo le quedará lo que a los deportados en un campo de concentración formados ante sus guardianes de las SS: apretar los dientes y esperar que el designado para la cámara de gas sea otro.

domingo, 15 de marzo de 2009

Correa y amigos en el Master de tenis: más chorizos que en Revilla

La foto que encabeza el post no tiene calidad, lo siento. No me refiero sólo al documento gráfico en sí, que he pescado en la web de la Cadena SER quien a su vez la pescó en otra web, sino sobre todo a los individuos y a la individua que aparecen en ella.

Ahí está Francisco Correa, "jefe de una trama de corrupción vinculada a cargos del PP" (El País, 14-3-2009) , un tipo rumboso donde los haya, compartiendo su palco privado en el torneo Masters Series de Madrid de tenis con la dulce pareja formada por el conocido comisionista internacional Tarik (alias Alejandro) Agag y su joven esposa Ana Aznar Botella, hijísima del ex presidente José María Aznar. También estaba allí en esa ocasión Jacobo Gordon, íntimo de Correa y asimismo imputado en la trama de corrupción que atraviesa las administraciones gobernadas por el PP.

La foto corresponde a la edición del torneo de 2004. ¡Qué tiempos aquellos! Ahí estaban todos, felices y confiados en la impunidad. Dice la SER que Correa, el rumboso, gastaba 18.000 euros al año en alquilar dos palcos en el evento, uno para su uso personal y el otro para sus amigos y socios más íntimos, un verdadero desfile del quién es quién en la derecha política y los negocios españoles. Recuerda la SER, en fin, que Correa tuvo un "papel destacado" en la organización de la principesca boda entre Agag y Aznar, celebrada en 2002 en El Escorial.

La mamá de Anita Aznar, doña Ana Botella, ha salido rápidamente al quite: "Mi hija tiene miles de fotos con muchísima gente, como todos tenemos fotos con distintas personas". Pues a mí nunca me ha invitado Correa a su palco ni para hacerse una foto conmigo, así que por algo será que la invita a ella y a su esposo.

Y en fin, en cuanto a hacerse fotos junto a delincuentes (presuntos delincuentes, faltaría más), los Aznar tienen larga experiencia. Véase sin ir más lejos la famosa Foto de las Azores, donde el cabeza de familia comparte encuadre con dos conocidos criminales de guerra. Todos presuntos, naturalmente.

miércoles, 11 de marzo de 2009

El efecto Ceaucescu. Por qué fracasó el 11-M


Una vez más, al llegar el 11-M vale la pena refrescar la memoria señalando las verdaderas razones de esa tragedia, a sus "impulsores intelectuales" y a sus (fracasados) beneficiarios.

Para contribuir a todo ello, vuelvo a traer aquí el post "El efecto Ceaucescu".

El 22 de diciembre de 1989, hubo en Bucarest, la capital de Rumanía, una gran concentración popular ante el palacio presidencial. Como en ocasiones anteriores, se trataba simplemente de un montaje del régimen comunista a mayor gloria del dictador Ceaucescu. Decenas de miles de personas debían aclamar disciplinadamente al Conducator mientras éste les saludaba tras haberles propinado uno de sus discursos; la rutina de las manifestaciones populares de adhesión estaba, como en toda dictadura, perfectamente establecida.

Sin embargo aquella mañana resultó distinta. Mientras hablaba desde el balcón, Ceacescu comenzó a hacer gestos de extrañeza; hasta él llegaba el eco de algunos gritos, primero aislados, luego en número creciente. Desde la distancia no podía oír lo que decían, pero aquello sonaba tan diferente a lo que estaba acostumbrado en ocasiones semejantes, que un instinto natural le hizo abandonar precipitadamente el palacio. Tenía razón en huir Ceacescu, porque inmediatamente estalló una revuelta en todo el país; apenas unos días después, él y su mujer eran ejecutados.

¿Qué había pasado? Sencillamente, Ceaucescu cometió un error de cálculo. En 1989 el bloque soviético había dejado de existir, tras una cadena de rápidos cambios de régimen en toda la Europa del Este, salvo precisamente en Rumanía y Yugoslavia. El dictador rumano no hizo caso y creyó que su poder estaba garantizado, sin darse cuenta de que en su país el fermento del cambio político se aunaba con el creciente descontento popular por la situación de pobreza en que vivían los rumanos. Era una combinación explosiva y letal.

Ceaucescu creyó seguir controlando todos los resortes, y por eso se regaló una manifestación de adhesión popular –una más, en apariencia- sin darse cuenta de que estaba convocando su propia ejecución. En suma, el resultado finalmente obtenido por el dictador rumano fue exactamente el contrario del buscado.

Exactamente eso fue lo que ocurrió en España durante las jornadas que van del 11 al 14 de marzo de 2004.

Los antecedentes están claros. Hoy sabemos que el 11-M fue pensado, planificado y ejecutado para que fuera un gran atentado de masas, una masacre indiscriminada que alcanzara la mayor repercusión posible. Sabemos quiénes lo llevaron a cabo, y sabemos el modelo en el que se inspiraron: los atentados del 11 de septiembre de 2001.

También sabemos que el 11-S tuvo en EEUU dos efectos concretos y casi instantáneos. Uno en el plano interno: garantizar la adhesión acrítica y mayoritaria de la población estadounidense a su régimen actual (el neoconservadurismo encarnado por la Administración Bush), y el otro en el externo: servir de excusa para una política exterior norteamericana agresivamente imperialista y basada en la lucha por el control de recursos energéticos estratégicos.

Cabe preguntarse si esos efectos son casuales, o responden más bien a estrategias planificadas cuya intención ha sido precisamente obtenerlos. No parece muy lógico que quienes supuestamente concibieron esa tragedia sean tan lerdos como para no percibir que su acción iba a tener consecuencias tan radicalmente contrarias a los intereses que dicen propugnar, los del mundo árabe-musulmán; la población estadounidense rápidamente se unió en piña en torno a su gobierno, y poco tiempo después el ejército norteamericano invadió a sangre y fuego parte del mundo musulmán, lo que era perfectamente previsible que ocurriera.

En realidad, cada vez es más evidente que esos efectos y consecuencias responden a un plan muy meditado, y concebido precisamente para reforzar el poder imperial USA en el mundo y no para destruirlo.

Un principio conocido desde hace tiempo nos dice que los atentados de masas no derriban gobiernos, al contrario: los refuerzan. El miedo a la agresión exterior, sobre todo si tiene carácter terrorista, une a los ciudadanos en torno a aquellos que desde el poder pueden garantizar su seguridad. Los ejemplos son infinitos. En esas condiciones, las llamadas a la unidad nacional y la exacerbación del patriotismo se convierten en instrumentos generadores de consenso colectivo, mediante el cual es fácil emprender recortes legales a las libertades públicas en nombre de la seguridad nacional. Subordinada la legalidad a la seguridad, el axioma de que para garantizar dicha seguridad interna hay que controlar "manu militari" cualquier lugar del planeta desde el cual pueda ser atacada, se desprende casi por sí solo y sin mayor esfuerzo. A partir de ahí, los usos diplomáticos, las instituciones internacionales e incluso la existencia física de cualquier otro gobierno que no acepte plegarse a esa teoría y a sus consecuencias, se convierten en obstáculos a superar, o como poco, en un fastidio al que hay que marginar.

Las formas operativas mediante las cuales se aplican estas estrategias tienen una importancia política relativa. En última instancia, estamos ante tramas complejas en las que los inspiradores probablemente poco o nada tienen que ver directamente con los ejecutores; unos y otros están en los extremos de una misma cadena, pero no tienen por qué encontrarse necesariamente en contacto directo. La manipulación e incluso la creación de grupos terroristas o de unidades especiales militares capaces de llevar a cabo esta clase de acciones, es algo ya viejo y probado. Seguramente, muchos miembros de grupos terroristas e incluso la mayoría de sus dirigentes se sorprenderían si supieran quién y desde dónde maneja realmente los hilos de su organización.

El problema surge cuando se intenta aplicar miméticamente el esquema descrito en cualquier país y bajo cualquier circunstancia, sin tener en cuenta que al ser otras las variables y actuar como si fueran las mismas, la respuesta finalmente obtenida puede ser diferente y aún opuesta a la apetecida (algo que conoce perfectamente cualquier alumno de Ciencias que se enfrenta a un experimento). Este fue el error monumental cometido en España.La premisa es: el 11-M debía servir para que España se implicara de hoz y coz y por consenso popular en la "Cruzada antiterrorista mundial", liderada por la Administración Bush. Para ello hacía falta un estímulo contundente, que sacudiera la población española hasta los cimientos más íntimos de cada persona. Un gran atentado terrorista que llevara a los españoles a cerrar filas tras su gobierno del momento, y en definitiva, tras EEUU, país con cuya política exterior ése gobierno se identificaba de modo servil.

El candidato natural para ejecutar ese atentado no podía ser otro que ETA. La organización terrorista vasca es, desde hace cuarenta años, el referente español en materia de terrorismo. Ningún otro grupo ha tenido su duración histórica ni ha calado tan hondo en la conciencia de los españoles como símbolo de terror. Ciertamente las masacres de población civil que ha producido ETA –caso del atentado de Hipercor en Barcelona- han sido siempre "daños colaterales", no buscados directamente por los ejecutores. Pero en una organización de esas características, nunca puede excluirse que toda o una parte de ella decida en cualquier momento dar un salto cualitativo y pasar directamente al terrorismo de masas.

En diciembre de 2003 parecía que ese paso se había dado, cuando según se dijo oficialmente ETA intentó volar un tren dentro de la estación madrileña de Chamartín. Más tarde, poco antes del 11-M, se produjo la detención de dos miembros de esa organización cuando viajaban rumbo a Madrid en una furgoneta donde llevaban media tonelada de explosivos; se dijo también entonces –apareció así en la prensa escrita- que se les intervinieron planos de una zona próxima a Madrid llamada Corredor del Henares....donde el 11-M tendrían lugar los atentados contra los trenes.

Y sin embargo, hoy está perfectamente probado que los atentados del 11-M los llevó a cabo un grupo de terroristas islamistas y no ETA. Pero el 11 de marzo de 2004 mucha gente, incluido el gobierno español que entonces presidía José María Aznar, creyó o quiso creer, según casos, que la autoría de la matanza correspondía a ETA. Aunque a primera hora de la mañana era lógico pensar así, la investigación policial llevó a que la misma tarde del 11-M se disiparan ya todas las dudas sobre la autoría del crimen. Y sin embargo el gobierno español insistía en que el atentado era obra de ETA, al punto de comprometer al Consejo de Seguridad de la ONU en una condena formal de esa organización como autora del atentado, en una maniobra que naturalmente contó con el apoyo de los EEUU.

Entre el 11 y el 14 de marzo fue tal la insistencia del gobierno Aznar en la autoría de ETA, que desde la oposición política, algunos medios de comunicación y de modo creciente, desde la calle, se comenzó a decir que parecía que el gobierno estaba esperando o incluso deseando un atentado de ETA; un gran atentado de ETA, para ser más preciso. Si éste se producía, vendría, en definitiva, a justificar el alineamiento del gobierno español de entonces con la política antiterrorista mundial de EEUU, y con seguridad daría la mayoría absoluta al Partido Popular (PP) de Aznar en las elecciones del 14 de marzo, remontando los datos de las encuestas reservadas, que hasta ese momento arrojaban un empate técnico entre el PP y el PSOE con ligera ventaja para este último. Lo expresó claramente Arriola, el principal experto electoral del PP, el mismo día 11 de marzo, en conversación con Mariano Rajoy: si el atentado era obra de ETA, el PP tenía la mayoría absoluta garantizada en las elecciones del día 14, pero si eran los islamistas u otros, perderían.

Que una ETA muy golpeada y debilitada por la colaboración policial francesa hubiera entrado en proceso de descomposición interna, de modo que una parte de sus miembros más "duros" estuviera dispuesta a iniciar una política de atentados indiscriminados, era una posibilidad muy real en marzo de 2004 e incluso un tiempo antes.

Pero ETA no fue la autora de la voladura de los trenes en Madrid el 11-M.

¿Por qué ETA no llevó a cabo ese atentado? Las razones son diversas, pero todas decisivas incluso tomadas de una en una:

Primero, porque ETA ya no estaba en condiciones operativas para desarrollarlo.

Segundo, porque a consecuencia de él, la organización iba a romperse y quizá a desaparecer.

Tercero, porque por su causa su base social iba a dividirse, enfrentarse y disminuir de manera irrecuperable.

Cuarto, porque hubiera cerrado definitivamente cualquier puerta a una negociación con el Estado español que permitiera al terrorismo vasco un final pactado.

Y quinto y último, porque habría dejado a ETA sin los ya escasos apoyos exteriores de que dispone, cegándole para siempre la posibilidad de acceso a cualquier clase de foro internacional.

Y sin embargo, Aznar y su gobierno esperaban (¿deseaban?) un atentado de ETA en las jornadas previas a las elecciones del 14 de marzo. Tal vez conocían la existencia de preparativos para un atentado sin saber quién lo preparaba. Tal vez, simplemente, alguien de toda confianza les había convencido de que habría un atentado muy importante, y ellos dedujeron por su cuenta que sólo podía ser ETA la autora.

Obcecación, sin duda. Pero también irresponsabilidad y cálculo político.

A pesar del atentado del terrorismo islamista contra intereses españoles en Casablanca, Marruecos, ocurrido en 2003, el gobierno español continuó sin tomar en serio la amenaza islamista radical, probablemente porque de haberlo hecho, al implementar medidas policiales visibles hubiera estado dando a entender que la política exterior aznarista podía tener un elevado precio en sangre para los españoles. Cosa que evidentemente habría incrementado el rechazo de una población ya muy sensibilizada (el 90% se manifestaba en contra de la participación de España en la guerra de Irak); el coste político que habría debido pagar ése gobierno habría sido altísimo.

Con todo, cuando en la mañana del 11 de marzo reventaron cuatro trenes de cercanías en Madrid, la tipología y magnitud de la bestialidad cometida desbordó con seguridad cualquier cálculo previo. El atentado superaba cuanto razonablemente podía esperarse que sucediese en España en materia de atentado terrorista. No había precedentes, tanto por la dimensión de la masacre como por la indiscriminación de las víctimas y la adscripción social de éstas.

Llama la atención que se escogieran precisamente como objetivos trenes de cercanías de la periferia obrera madrileña en hora punta. ¿Por qué no se hizo por ejemplo en una discoteca de moda como ocurrió en Bali, o en un estadio de fútbol repleto de un público interclasista como a posteriori se ha intentado según se nos ha dicho?.

Sencillamente porque el atentado del 11-M tiene un contenido clasista y antipacifista evidentes. Se trataba de golpear con la mayor dureza a quienes más contundentemente se habían opuesto –en manifestaciones y en las encuestas- a la Cruzada antiterrorista lanzada por la Administración Bush: las clases trabajadoras españolas. Se quería hacerles abjurar de su "error". El mensaje que transmitía el atentado era: ¿Véis como el terrorismo es un problema que nos alcanza a todos, incluso a quienes estáis en contra de nuestros métodos para acabar con él?.

Como correlato, el gobierno español intentó subirse a la cabeza de la ola y rentabilizar políticamente el sentimiento popular de horror e indignación desencadenado por el atentado, convocando manifestaciones de repulsa en todo el país para la tarde del 12 de marzo. Se buscaba la adhesión a las tesis gubernamentales y que el pueblo cerrara filas en torno a su gobierno. Pero la reacción que obtuvieron fue en sentido contrario: como Ceacescu en su balcón, los dirigentes del PP hubieron de soportar los gritos y los insultos de una ciudadanía irritada que exigía saber quiénes eran los responsables de la masacre.

Los que creían que lo lógico era que los españoles reaccionaran como los norteamericanos, cerrando y estrechando filas en torno a su gobierno, se equivocaron grandemente, y ello por las siguientes razones:

Primero, porque el pueblo español mantiene desde hace tiempo una profunda conciencia antibelicista, fruto de experiencias pasadas (significativamente, de la Guerra Civil española).

Segundo, porque la identificación sumisa con la política exterior norteamericana cuadra mal con la conciencia de un pueblo que desde 1898 recela de USA, país del que además sabe que contribuyó de modo decisivo a la consolidación y sostenimiento de la dictadura franquista.

Tercero, porque España no ha tenido desde hace siglos contencioso ninguno con la globalidad de los países árabes ni con el mundo musulmán. Además, la puntual aventura imperialista española en Marruecos a principios del siglo XX supuso tal baño de sangre para las clases populares españolas, que quedaron bien escarmentadas de que su país participara en empresas semejantes.

Cuarto, porque la no existencia entre los españoles de una sólida conciencia de superioridad racial en relación con otros pueblos, evitó que la responsabilidad del atentado se atribuyera de modo extensivo y genérico a "los moros", y por extensión a todos los musulmanes.

Quinto, la circunstancia de que un tercio de los muertos y heridos en los trenes de Madrid eran inmigrantes extranjeros, entre ellos muchos de cultura y religión islámica y la mayoría de estos de origen marroquí, neutralizó el hecho de que los autores del atentado fuesen asimismo marroquíes.

Sexto, porque las gigantescas manifestaciones populares contra la guerra celebradas la primavera anterior habían difundido entre los españoles una fuerte conciencia de globalidad positiva y solidaridad internacional, sentimientos fortalecidos por las horribles imágenes de muerte y destrucción ocasionadas por la invasión de Irak, imágenes que aquí, a diferencia de EEUU, sí pudieron verse en televisión.

Y séptimo, porque la acumulación de errores, mentiras, engaños y manipulaciones desplegados por el gobierno del PP desde el 2000 en multitud de casos ya célebres (Gescartera, "invisibilidad" de la huelga general, Prestige, Yak-42, guerra de Irak...), liquidó cualquier credibilidad que hubiera tenido anteriomente entre el común de la ciudadanía.

En marzo de 2004, el PP sencillamente no estaba en condiciones de llamar al conjunto del país a cerrar filas en torno a su gobierno. El crédito se les había agotado con acciones como la famosa entrevista en Televisión Española un año antes, en la que Aznar, mirando fijamente a la cámara, exhortó a todos los españoles a creer en su palabra cuando afirmaba que el Irak de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, y ello cuando ya era público y notorio gracias a los investigadores de la ONU que dichas armas no existían.

En resumen, el 11 de marzo de 2004 vino simplemente a confirmar que el país estaba en manos de un hatajo de embusteros ventajistas, y que las elecciones del 14 de marzo eran la ocasión para echarlos fuera del gobierno y aún de la política.

Si la concepción de la acción terrorista del 11-M partió del gobierno de los EEUU, de una parte de él o del poder realmente existente en ese país -el todopoderoso complejo militar-industrial, contra el que ya advertía Eisenhower en los años cincuenta, ahora en versión "neocon" aún más extremista y rapaz si cabe-, y si su despliegue corrió por cuenta de una agencia oficial de "servicios especiales" o fue un encargo a "empresas del terror" de carácter privado, probablemente no lo sabremos nunca. Sabemos, eso sí, quiénes fueron sus ejecutores directos –el terrorismo islamista-, y quiénes fueron los irresponsables que intentaron aprovecharse políticamente de ella: Aznar, su gobierno y su partido.

De todos modos, es obvio que quienes intentaron forzar una mayor identificación de España con las tesis antiterroristas de EEUU –y no tuvieron reparo en desencadenar una matanza de las características y proporciones como la que tuvo lugar en Madrid-, no actuaron tanto por beneficiar a un gobierno satélite cuanto en función de sus propios intereses estratégicos y globales; el sacrificio de tantos seres humanos debía haber convencido a los españoles de la bondad de las posiciones "antiterroristas globalizadoras" de la operación "Libertad Duradera" y sus prolongaciones presentes y futuras.

Y sin embargo, es sabido que el resultado que obtuvieron fue, como en el caso de Ceaucescu, exactamente el contrario al que aspiraban. El pueblo español, como en su momento el pueblo rumano, reaccionó valientemente contra engaños y manipulaciones. Si a los rumanos les movió en 1989 el hambre, el frío y el ansia de libertad, a los españoles en marzo de 2004 les empujó, a la calle primero y luego a las urnas, un ansia de justicia y de dignidad que ningún poder pudo detener.

miércoles, 18 de febrero de 2009

La hoguera en la que arde el PP


Dice Mariano Rajoy que él no pone la mano en el fuego, ni por Esperanza Aguirre ni por nadie. En realidad, llegado el momento será el propio Rajoy quien encienda la pira en la que arderá Esperanza Aguirre, si es que antes no se ha abrasado ella misma cual bonzo vietnamita. Tiempo al tiempo. En política casi nada pasa porque sí, y uno empieza a barruntarse que todo este aireamiento de trama interna de corrupción pepera no es una casualidad ni viene de fuera del partido.

Recordarán ustedes cómo empezaron los líos del PSOE en los años 90. La señora de Juan Guerra y el susodicho tarambana decidieron “suspender por tiempo indefinido su convivencia marital”, cual si fueran infantes de España abandonados por el amor. Resultó que el hermano golfo de Alfonso Guerra se negó a entregarle a su santa un solo céntimo de lo mucho que habían afanado juntos y en compañía de otros, así que la señora decidió en venganza contar todo lo que sabía, que era mucho realmente. Pedro Jota Ramírez puso las orejas y las portadas de El Mundo, y ya estaba montada.

Empiezo a sospechar que en el PP está pasando algo similar. Fíjense que poco a poco, portada a portada, vamos llegando al entorno directo de José María Aznar. Ayer nos enterábamos de que Francisco Correa y su troupe no sólo organizaban loa viajes de Aznar, sino que viajaban en el avión presidencial y se alojaban en los mismos hoteles que él como miembros integrantes de su séquito. Item más, véase el desespero de Ana Botella exigiendo a Rajoy que se moje en la defensa de la etapa de gobierno de su marido (en la que el señor Rajoy asumió responsabilidades políticas públicas sólo inferiores al propio Aznar, por cierto), y la callada por respuesta dada por éste. Sabemos también, se ha publicado estos días en diversos medios, que al menos media docena de cargos del PP han reunido pruebas grabando a los cabezas visibles de la trama de corrupción ¡durante dos años!.

Mi humilde opinión es que estamos ante un ajuste de cuentas interno mediante el cual el “marianismo-gallardonismo” está haciendo limpieza de sus adversarios internos, la extrema derecha aznarista. Fíjense en que todo lo que se está destapando corresponde a la etapa de hegemonía aznariana en el partido, y en el cuidado que ponen todos dentro y fuera del PP en remarcar que fue Rajoy quien puso fin a las relaciones del partido con la trama liderada por Correa.

Añadiría por mi parte que como demuestra el caso Juan Guerra, estas cosas nunca afloran si no hay gente del propio partido metida en el ajo que tenga interés en “tirar de la manta” y que se conozca al dedillo lo sucedido allí dentro. Y en esas estamos.

lunes, 9 de febrero de 2009

El Partido Podrido


Prosigue el diluvio de noticias que destapan las diferentes tramas de corrupción entretejidas en en el seno del Partido Popular (PP), y cuyos hilos apuntan cada vez más alto. Como les imagino al corriente de estos asuntos, les ahorraré la retahíla de casos que desde la Comunidad de Madrid a la Generalitat valenciana, y de la tesorería "nacional" del PP a la lista gallega "contaminada", están aflorando sin pausa por toda la geografía española.

En el PP la mierda ya llega a la azotea, y en vez de intentar sacarla con palas se limitan a seguir poniéndose pañuelos perfumados en las narices mientras repiten como un mantra lo majos que son ellos y lo cabrones que resultan todos aquellos que la destapan, incluidos jueces, policías y fiscales tras los que estaría -cómo no- el PSOE. Al final los propios dirigentes de la derecha española le van a dar la razón a Pedro Crespo, y para votar al PP habrá que ser o un tonto de los cojones o un pringado en la corrupción hasta las cachas, porque de otro modo no se entiende que haya quien pueda seguir votando a “eso”. El Partido Podrido, ya digo.

Mientras tanto, Mariano Rajoy se limita a mirar y callar. Este fin de semana Rajoy eligió irse a dar un mitin en Suiza, lo que visto cuanto está saliendo a la luz en el partido que teóricamente lidera -comisiones, blanqueo de dinero, prevaricación; corrupción contante y sonante, en suma- no es un sitio mal escogido, aunque tal vez hubiera sido más apropiado darlo directamente en las islas Caimán. Y mientras tanto, en el seno del PP todo está patas arriba, las navajas cabriteras brillan aceradas y las cuchilladas certeras van y vienen, en tanto el mundo mundial asiste atónito al espectáculo de la canibalización interna del partido.

Lo más interesante, con todo, es que a medida que los hilos de la megatrama se van conociendo en su extensión y profundidad, comienzan a conducir directamente al entorno inmediato de José María Aznar. Si el supuesto y por ahora máximo responsable de la trama, Francisco Correa, es socio y amigo íntimo de Tarik (Alejandro) Agag, el yerno de Aznar -fue su padrino de boda en el principesco enlace entre éste y la hija del expresidente español-, otro de los implicados es nada menos que un ex secretario personal de Aznar cuyas hazañas no es la primera vez que le llevan a los papeles. Al fondo de la película y como productor de la misma aparecerá tarde o temprano Tarik (Alejandro) Agag, cuyo perfil de comisionista y conseguidor hace tiempo que ha traspasado fronteras y opera a nivel internacional, e inevitablemente arrastrará con él a su suegro, quien se verá obligado a abandonar su espléndido retiro de neointelectual para dar algunas explicaciones.

Todo dependerá, en cualquier caso, del interés que tenga la actual dirección del PP en pactar el final de la marea o en dejar que anegue y se trague a sus enemigos internos. Como Sansón, Rajoy podría haber elegido derribar las columnas del Templo y que las ruinas de éste les sepulten a todos juntos.

La imagen que encabeza el post corresponde a Álvaro Pérez, modelo ético y estético de empresario participante en la trama de Francisco Correa, fotografiado en la boda de Tarik Agag y la hija de Aznar.

jueves, 22 de enero de 2009

Aznar, doctor Horroris Causa


Jose María Aznar ha sido nombrado doctor "Horroris causa" por la universidad Cardenal Herrera-CEU, institución ultracatólica de extrema derecha radicada en Valencia. O sea, que Dios los cría y ellos se juntan y se homenajean entre sí.

Esperemos que el título otorgado por el CEU a Aznar nos haya salido gratis al resto de los españoles, a diferencia de lo ocurrido con sus "clases magistrales" en la Universidad norteamericana de Georgetown, compradas con dinero público español hasta que el actual gobierno cortó el grifo.

martes, 2 de diciembre de 2008

El gobierno Aznar colaboró activamente en las deportaciones a Guantánamo


A Aznar siempre le han gustado los "vuelos raros". Su primera gira por América Latina la realizó a bordo del jet privado de Jorge Mas Canosa -famoso empresario cubano-norteamericano financiador de conocidos terroristas anticastristas, como Luis Posada Carriles-, en el que poco antes había viajado un reputado narcotraficante afín a Mas Canosa. Más tarde, apenas tomar posesión como presidente del gobierno español, el señor Aznar acuñó aquella siniestra frase: "teníamos un problema, y lo hemos resuelto", en relación con la expulsión vía aérea de decenas de inmigrantes africanos, que luego de ser drogados fueron embarcados en un avión y presuntamente trasladados a un país africano tras sobrevolar el Atlántico... aunque nunca más se volvió a saber nada de ellos.

Ahora se destapa un escándalo de proporciones gigantescas, al documentarse que el gobierno Aznar no sólo conocía que los servicios secretos norteamericanos estaban usando aeropuertos españoles para trasladar secuestrados a Guantánamo, sino que autorizó expresamente ese uso del territorio de su país y además, maniobró para ocultar a la prensa y la opinión pública lo que sabían perfectamente era un comportamiento ilegal que vulneraba el Derecho internacional. Es decir, estamos ante la confirmación de la participación de Aznar y su gobierno en hechos delictivos probados, en los que se involucraron con plena conciencia de lo que estaban haciendo y la voluntad de hurtar su conocimiento para escapar a posibles responsabilidades posteriores.

Aquí ya no se está hablando simplemente de apoyo político y logístico a las posiciones internacionales imperialistas agresivas de la Administración Bush (encarnado gráficamente en la famosa foto de las Azores); lo que acaba de explotar es la confirmación de la participación directa del gobierno español aznarista en la trama criminal que organizó el secuestro, deportación, encarcelamiento ilegal, torturas y posibles asesinatos de personas que en unos casos eran simples combatientes en las guerras sostenidas por EEUU en Oriente Próximo y Asia Central, y en otros civiles cuya ideología no era del agrado de las autoridades norteamericanas (entre estos últimos, hay un buen puñado de ciudadanos europeos de religión musulmana). A la luz de la documentación que ha comenzado a publicar El País, en este megaGAL de alcance planetario estarían nada presuntamente metidos hasta los codos el propio Aznar como jefe de Gobierno y sus ministros Josep Piqué, de Asuntos Exteriores, y Federico Trillo, de Defensa, además de un reguero de mandos militares españoles asesorando y participando directamente en su puesta en marcha, como el vicealmirante Calvo, y desde luego miembros del aparato diplomático español, como Miguel Aguirre de Cárcer. El propio Calvo escribía entonces: “Considero [que] debe tenerse en cuenta la posibilidad de que alguna de las personas transportadas tengan nacionalidad europea y sopesar las consecuencias legales”; es decir, toda esta gente sabía perfectamente lo que estaban haciendo.

Otros nombres implicados por parte española que aparecen en la documentación ya publicada resultan aún más significativos, y dan idea del alcance de esta verdadera conspiración gubernamental para delinquir: "Miquel Nadal, secretario de Estado de Asuntos Exteriores; Javier Jiménez-Ugarte, secretario general de Política de Defensa, y Ramón Gil-Casares, director del departamento de Internacional y Seguridad del Gabinete del Presidente del Gobierno y, en consecuencia, principal consejero de José María Aznar en asuntos de política exterior" (El País 1-12-2008).

Fue así como se autorizó que decenas (cientos, quizá) de vuelos secretos llevando "trasladados forzosos" a Guantánamo usaran aeropuertos civiles e instalaciones militares en suelo español. Alguien va a tener que pagar penalmente por esto.

En la fotografía que ilustra este post, un avión de fabricación española usado por la CIA en un aeródromo de las islas Azores. (El País, 24-11-2005).

viernes, 14 de noviembre de 2008

Aznar, profesor universitario


Salta hoy la noticia a los medios de que los sucesivos gobiernos de José María Aznar pagaron 1,2 millones de euros desde 2001, para comprarle al ex presidente español la condición de "profesor invitado" en la universidad norteamericana de Georgetown. Cerrado el grifo por el actual gobierno socialista español, el Ayuntamiento de Madrid -del que como nos recuerda el periodista Manolo Saco en su blog, es teniente de alcalde la mujer de Aznar- ha pagado 70.000 euros por patrocinar al equipo amateur de baloncesto de la universidad; un modo como otro cualquiera de blanquear un pago para que Georgetown siga "invitando" a Aznar a dar conferencias allí.

Bueno, ¿y qué otra cosa puede esperarse de un ser tan mezquino y acomplejado como José María Aznar López?. Que Aznar haya comprado su condición de presunto profesor no es nada raro, teniendo en cuenta el personaje. Que pague incluso porque “le inviten” a dar conferencias, entra en lo previsible en él. Cosas peores ha hecho. En cuanto a Georgetown… Así se financian las “prestigiosas” universidades privadas norteamericanas: satisfaciendo el ego de tipos como Aznar, gente que no tiene escrúpulo alguno no ya en usar su dinero para fabricarse un currículum “docente”, sino que es capaz de echar mano de fondos públicos sin tener escrúpulo de conciencia alguno.

En fin, recordemos que Aznar fue capaz de usar dos millones de euros para sobornar lobbies del Congreso norteamericano mendigándoles un cacho de metal redondo a cambio, expresión de un "reconocimiento" que ni siquiera el Congreso mangoneado por George Bush estaba dispuesto a otorgarle. En comparación, esta nueva trapacería es casi una nimiedad.

Todo eso, en castellano, se llama simplemente corrupción, y la fiscalia correspondiente debería pedirles cuentas a Aznar y a Gallardón por, como mínimo, malversación de fondos públicos. A ver si hay suerte. Recuerden que a Al Capone le metieron en la cárcel por no pagar impuestos.

Anda que si al final Aznar acaba en la trena no por la foto de las Azores y sus consecuencias, sino por untar con dinero público a una universidad yanqui para que le fabrique un currículum…