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miércoles, 5 de mayo de 2010

José María Aznar abre página web


Leo en el blog de José María Izquierdo que el expresidente español Aznar ha abierto página web. Esto es ya el despiporre de la modernidad. Luego la prensa roja le llamará rancio, reaccionario y hasta fascista, pero ahí queda eso. Porque a ver ¿hay algo más moderno que el que un político tenga web propia? Otra cosa será lo que meta dentro, claro, pero el mero hecho de abrir un "güeb sait" (según la pronunciación en "texanou-americanou" que acostumbra a manejar el amigo Aznar cuando visita el país de sus amos), le sitúa en cabeza de la modernidad más moderna y libérrimamente liberal. ¡Chúpate esa, Zapatero!.

Y los contenidos, ¡ay, los contenidos!. Si usted quiere enamorarse de Aznar, esa web es su sitio. En ella encontrará un fino surtido de sus eructos más destacados en forma de libros, resúmenes de "intervenciones públicas", recortes de la prensa adicta y hasta fotografías posadas del caballero en cuestión. Imprescindible su nota biográfica, un documento para la Historia.... del cinismo y la falsedad.

Y por Dios, no se pierdan las reseñas de sus libros. En el titulado "Retratos y perfiles", por ejemplo, se disparan frases promocionales del siguiente calibre:

¿Por qué Jordi Pujol no quiso entrar en el Gobierno de España? (¿quizá porque no le hacía falta, pudiendo condicionarlo desde fuera luego del Pacto del Majestic?).

¿Cómo se desarrolló la Cumbre de las Azores? (eso, eso, que lo cuente, que nos enteremos de una vez cómo se planificó el genocidio de Irak en esa reunión de criminales de guerra).

¿Qué piensa Fidel Castro del embargo norteamericano a Cuba? (ésta es facilita de responder: lo mismo que cualquier ser racional, que es una medida tan fascista como inútil).

Cuál es el primer recuerdo que tiene Aznar de Manuel Fraga? (seguramente verlo vestido de falangista y asistiendo a un Consejo de Ministros de Franco en el que se firmó alguna pena de muerte o se decretó un estado de excepción).

¿Qué espera Juan Pablo II de los españoles? (ya, nada: se lo comieron los gusanos).

¿Qué piensa Chirac de Aznar? (pues está claro, el mismo Chirac ha explicado que en su círculo de colaboradores a Aznar se le conocía como "le petit con", es decir, el pequeño imbécil en argot francés).

Visiten la web de José María Aznar y disfruten con la falta de pudor y de sentido del ridículo de este payaso inmarcesible.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Irak is OK, my friend


Dice José María Aznar que la situación en Irak es "muy buena". Ahí es nada: "muy buena". Y lo dice no en un momento cualquiera, sino justo cuando se cumplen cinco años de la invasión de Irak. Claro que esto de los aniversarios, en el fondo, no deja de ser una tontería; tan muertos y podridos están los irakíes asesinados a bombazos hace hoy exactamente cinco años, como los que fueron liquidados 245 días después, por poner una fecha cualquiera.

El caso es que, probablemente para refrendar afirmación tan optimista - y sorprendente, viniendo de alguien que goza de una sólida reputación como cenizo-, apenas unas horas después de ésa declaración del ex presidente español, 52 personas murieron en un atentado suicida en la ciudad irakí de Kerbala. Lo que en realidad, vista la frecuencia conque se producen esta clase de atentados en Irak, tampoco constituye ninguna novedad.

A José María Aznar le entrevistaban para un especial de radio de la BBC sobre la invasión de Irak, cuando se le ocurrió soltar esa frase gloriosa. Dice Aznar también en esa entrevista que la reunión del Trío de las Azores en la que se dio luz verde al ataque fue "muy simple, muy corta y muy tranquila", y que luego se fueron a cenar juntos para hablar de sus cosas. Seguramente aquella misma noche, alguno de ellos hizo el amor con su señora esposa o sustituta facilitada por la organización del evento y luego se durmió como un angelote, con el sueño profundo y reparador de los que tienen la conciencia tranquila.

Al día siguiente de tan relajado encuentro, el censo mundial de niños y adultos con la cabeza reventada, brazos y piernas amputados, e intestinos colgando fuera del lugar donde habitualmente se alojan, se incrementó de manera considerable al comenzar los bombardeos de la aviación estadounidense sobre los barrios populares de Bagdad. Las cifras de bajas iraquíes oscilan según quien las cuente, entre cien mil y un millón de muertos en estos cinco años de guerra y ocupación militar.

Pero eso es nada, apenas la espuma inevitable que produce la ejecución de un acto de justicia como aquél. "Los tres" dice Aznar, albergaban "la convicción muy seria de que teníamos razón, que actuábamos en beneficio de mucha gente". Y tanto. En Irak, cuatro millones y medio de personas han abandonado sus casas. Hay al menos un 60% de paro. Más del 40% de la población está en el umbral de la pobreza extrema. Seis millones de personas sobreviven gracias a la ayuda humanitaria, el doble que en 2004. El 70% de la población no tiene agua potable (El País, 19-3-2008). Pero mucha gente se benefició. Bueno, en realidad no han sido muchos, pero sí se han beneficiado extraordinariamente: las hienas que pululan alrededor del negocio de la guerra y de la "reconstrucción" posterior del país devastado -desde el vicepresidente norteamericano Dick Cheney hasta el Yernísimo de Aznar, Tarik (alias Alejandro) Agag, éstos se han forrado como nunca.

"El mundo está mejor sin los talibanes y está mejor sin Sadam Husein", sostiene Aznar. ¿Han desaparecido todos los problemas?, le preguntan: "No, simplemente está mejor". Y haciendo gala de su conocido realismo, remata: "No es una situación idílica, pero es una situación muy buena". Realmente podría ser peor, sin duda alguna: los norteamericanos podrían haber atacado Irán con armas nucleares, tal como se ha estudiado seriamente en el Pentágono a propuesta de la Administración Bush.

Seguramente en algún lugar del mundo hay un fiscal que pacientemente va recortando todas estas declaraciones que Aznar tiene a bien conceder. Algún día una carpeta con esos recortes llegará a una sala del Tribunal Penal Internacional, y se incorporará como prueba de cargo en el juicio contra un reputado criminal de guerra, de nombre José María Aznar López. Mientras llega ese momento, quien sea creyente que rece y quien no, que apriete los dientes.