La foto que encabeza el post no tiene calidad, lo siento. No me refiero sólo al documento gráfico en sí, que he pescado en la web de la Cadena SER quien a su vez la pescó en otra web, sino sobre todo a los individuos y a la individua que aparecen en ella.
Ahí está Francisco Correa, "jefe de una trama de corrupción vinculada a cargos del PP" (El País, 14-3-2009) , un tipo rumboso donde los haya, compartiendo su palco privado en el torneo Masters Series de Madrid de tenis con la dulce pareja formada por el conocido comisionista internacional Tarik (alias Alejandro) Agag y su joven esposa Ana Aznar Botella, hijísima del ex presidente José María Aznar. También estaba allí en esa ocasión Jacobo Gordon, íntimo de Correa y asimismo imputado en la trama de corrupción que atraviesa las administraciones gobernadas por el PP.
La foto corresponde a la edición del torneo de 2004. ¡Qué tiempos aquellos! Ahí estaban todos, felices y confiados en la impunidad. Dice la SER que Correa, el rumboso, gastaba 18.000 euros al año en alquilar dos palcos en el evento, uno para su uso personal y el otro para sus amigos y socios más íntimos, un verdadero desfile del quién es quién en la derecha política y los negocios españoles. Recuerda la SER, en fin, que Correa tuvo un "papel destacado" en la organización de la principesca boda entre Agag y Aznar, celebrada en 2002 en El Escorial.
La mamá de Anita Aznar, doña Ana Botella, ha salido rápidamente al quite: "Mi hija tiene miles de fotos con muchísima gente, como todos tenemos fotos con distintas personas". Pues a mí nunca me ha invitado Correa a su palco ni para hacerse una foto conmigo, así que por algo será que la invita a ella y a su esposo.
Y en fin, en cuanto a hacerse fotos junto a delincuentes (presuntos delincuentes, faltaría más), los Aznar tienen larga experiencia. Véase sin ir más lejos la famosa Foto de las Azores, donde el cabeza de familia comparte encuadre con dos conocidos criminales de guerra. Todos presuntos, naturalmente.
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