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lunes, 9 de febrero de 2009

El Partido Podrido


Prosigue el diluvio de noticias que destapan las diferentes tramas de corrupción entretejidas en en el seno del Partido Popular (PP), y cuyos hilos apuntan cada vez más alto. Como les imagino al corriente de estos asuntos, les ahorraré la retahíla de casos que desde la Comunidad de Madrid a la Generalitat valenciana, y de la tesorería "nacional" del PP a la lista gallega "contaminada", están aflorando sin pausa por toda la geografía española.

En el PP la mierda ya llega a la azotea, y en vez de intentar sacarla con palas se limitan a seguir poniéndose pañuelos perfumados en las narices mientras repiten como un mantra lo majos que son ellos y lo cabrones que resultan todos aquellos que la destapan, incluidos jueces, policías y fiscales tras los que estaría -cómo no- el PSOE. Al final los propios dirigentes de la derecha española le van a dar la razón a Pedro Crespo, y para votar al PP habrá que ser o un tonto de los cojones o un pringado en la corrupción hasta las cachas, porque de otro modo no se entiende que haya quien pueda seguir votando a “eso”. El Partido Podrido, ya digo.

Mientras tanto, Mariano Rajoy se limita a mirar y callar. Este fin de semana Rajoy eligió irse a dar un mitin en Suiza, lo que visto cuanto está saliendo a la luz en el partido que teóricamente lidera -comisiones, blanqueo de dinero, prevaricación; corrupción contante y sonante, en suma- no es un sitio mal escogido, aunque tal vez hubiera sido más apropiado darlo directamente en las islas Caimán. Y mientras tanto, en el seno del PP todo está patas arriba, las navajas cabriteras brillan aceradas y las cuchilladas certeras van y vienen, en tanto el mundo mundial asiste atónito al espectáculo de la canibalización interna del partido.

Lo más interesante, con todo, es que a medida que los hilos de la megatrama se van conociendo en su extensión y profundidad, comienzan a conducir directamente al entorno inmediato de José María Aznar. Si el supuesto y por ahora máximo responsable de la trama, Francisco Correa, es socio y amigo íntimo de Tarik (Alejandro) Agag, el yerno de Aznar -fue su padrino de boda en el principesco enlace entre éste y la hija del expresidente español-, otro de los implicados es nada menos que un ex secretario personal de Aznar cuyas hazañas no es la primera vez que le llevan a los papeles. Al fondo de la película y como productor de la misma aparecerá tarde o temprano Tarik (Alejandro) Agag, cuyo perfil de comisionista y conseguidor hace tiempo que ha traspasado fronteras y opera a nivel internacional, e inevitablemente arrastrará con él a su suegro, quien se verá obligado a abandonar su espléndido retiro de neointelectual para dar algunas explicaciones.

Todo dependerá, en cualquier caso, del interés que tenga la actual dirección del PP en pactar el final de la marea o en dejar que anegue y se trague a sus enemigos internos. Como Sansón, Rajoy podría haber elegido derribar las columnas del Templo y que las ruinas de éste les sepulten a todos juntos.

La imagen que encabeza el post corresponde a Álvaro Pérez, modelo ético y estético de empresario participante en la trama de Francisco Correa, fotografiado en la boda de Tarik Agag y la hija de Aznar.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El verdadero rostro del fútbol en España


Contra lo que se nos quiere hacer creer desde los medios, en España la violencia en el fútbol no es cosa privativa de algunas docenas de “ultras” sino un fenómeno social muy extendido y con amplias complicidades. Sucede que en pocos otros países se dá como aquí una complicidad tan estrecha entre clubs, medios y hooligans. Quizá porque en ningún otro país del mundo el fútbol mueve tanto dinero -y dinero tan sucio- como en España.

En España, el fútbol es vehículo del blanqueo de capitales procedentes del ladrillo y de toda clase de tráficos ilegales. Se compran y arreglan partidos, competiciones, y lo que haga falta, y todos contribuyen a taparlo, empezando por la llamada “prensa deportiva”, que vive a sueldo de los clubs. Mueren en el terreno de juego futbolistas -deportistas de élite en plena juventud-, y no se hacen autopsias ni se abre ninguna clase de investigación. Se prometen querellas judiciales contra medios extranjeros que acusan a los principales clubs españoles de planificar y ejecutar sistemáticamente el dopaje de sus futbolistas (portada de Le Monde, hace dos años), y ni hay querella que restituya el “honor” de esas sociedades de bandoleros ni nadie pregunta por qué no han ido a los tribunales como amenazaron. Y en fin, los hooligans de los clubs españoles viajan y entran a los partidos por cuenta de esas sociedades deportivas, tienen locales en las propias instalaciones de los clubs y reciben toda clase de favores y atenciones de directivos y jugadores.

El fútbol español vive al margen de todo control y toda ley, y se siente tan fuerte que es incluso capaz de desafiar al Gobierno español cuando éste, tímidamente, le insta a "democratizar" sus estructuras dirigentes. Personajes sin escrúpulos, verdaderos delincuentes, han campado y campan en él a sus anchas. Y nadie hace nada.

En la imagen, un grupo de Ultrasur (fascistas seguidores del Real Madrid), durante un partido de competición oficial.

sábado, 5 de julio de 2008

Ésa mierda que llaman arte moderno


Cuenta El País que en 2004 una criatura norteamericana de cuatro años vendía sus cuadros a 15.000 dólares la pieza. El mismo diario califica de "historia espeluznante" y "comedia bufa" la meteórica ascensión y caída de Marla Olmstead, que así se llamaba y se llama la ultraprecoz y supuesta genio, lanzada al estrellato del "competitivo mundo del arte moderno" (sic) por una cadena de profesionales del negocio artístico especialmente carentes de escrúpulos.

Entre esa cuadrilla de aprovechados, el diario español menciona a quien fue el "descubridor" de Marla, el reputado galerista Anthony Brunelli que fue quien se encargó de posicionar debidamente los cuadros de la "pequeña Jackson Pollock"(sic) en el negocio, y a la periodista Elizabeth Cohen, que dio el tiro de salida mediático a la carrera de la cría hasta llegar nada menos que a las páginas de arte de The New York Times. "De ahí, a todo el mundo", dice El País.

Un confuso documental de la CBS en el que al parecer se llegaba a descubrir que la niña pintaba a medias con su padre -otro "genio oculto", un tipo que trabaja en el turno nocturno de una fábrica de patatas-, puso punto final a la carrera de la fulgurante estrella. Tras la emisión, sin embargo, aún se inauguró una exposición de las obras de Marla en la galería Stuart, una de las más importantes de Los Ángeles. La farsa concluyó rápidamente, entre acusaciones de fraude lanzadas entre las partes intervinientes en esta tragicomedia. El espectáculo había durado un año, y los beneficios fueron ingentes.

La historia de Marla Omstead resulta altamente ejemplar de lo que realmente se oculta tras la vaporosa denominación de "arte moderno", por cuyas producciones se están pagando cifras absolutamente injustificadas. Ni siquiera la conversión del arte en mercancía objeto de inversión y el blanqueo de capitales a través suyo, ayudan a explicar por completo qué está ocurriendo en el llamado "mercado artístico", y específicamente con el contemporáneo.

Para tener el cuadro completo habría que bucear también en ése extraño culto a la juventud y a la precocidad que ha invadido la cultura occidental en los últimos años, y que permite que personas carentes de cualquier preparación escalen los cielos de la política, el arte o cualquier otra actividad humana cuando apenas han comenzado a vivir, y por tanto, carecen de formación y de experiencia. Claro que el caso de Marla bate todos los récords al llevar esa tendencia al paroxismo, y finalmente, al más abrumador de los ridículos.

lunes, 3 de marzo de 2008

Andorra, el Estado fascistoide de los Pirineos


Desde siempre se ha considerado a Andorra un estado de opereta. Instalado en un valle pirenaico encajado entre Francia y España, el paisito andorrano es un anacronismo de origen medieval cuya supervivencia histórica sólo se explica en razón de su peculiar jefatura bicéfala del Estado, que se reparten a medias el obispo de Seu D'Urgell por parte española y el presidente de la República por parte francesa y en tanto que sucesor de la monarquía capeta; ha sido pues la alianza del Trono y el Altar la que ha mantenido la viabilidad del principado andorrano durante siglos.

La fuente histórica de riqueza andorrana fue desde siempre el monocultivo del contrabando, sin duda consentido por las autoridades españolas y francesas; la corrupción en las fronteras andorranas es algo tan antiguo como la misma existencia de Andorra. En tiempos del franquismo, Andorra era la ventanilla por la que muchos españoles se asomaban a Europa, en viajes de fin de semana a cuya vuelta volvían cargados de whisky, tabaco y pequeños electrodomésticos.

Pero los tiempos cambian y hoy Andorra, en su exquisitamente fingida neutralidad internacional, se ha convertido en referente mundial del lavado de dinero negro. La opacidad financiera andorrana, superior a la suiza y a otros paraísos fiscales europeos, permite no sólo la anécdota de que numerosos artistas y deportistas españoles se avecinen nominalmente en el estado pirenaico como modo de evadir impuestos en su país, sino que a través de sus bancos se esté lavando una jugosa parte del dinero negro generado en España y Europa por el narcotráfico y la especulación inmobiliaria. El por qué los estados español y francés permiten esta situación en sus mismas narices -del mismo modo que el estado británico permite ése otro foco de corrupción y podredumbre financiera que es Gibraltar-, constituye un misterio que algún día deberían desvelarnos.

Pero Andorra es mucho más que un Estado lavadora y un paraíso fiscal. A pesar de los esfuerzos hechos en los últimos años por "homologarse a Europa" creando un sistema político parlamentario, nada ha cambiado en realidad en esta república elitista y censitaria. Los partidos andorranos no son más que grupitos de notables territoriales que defienden intereses semejantes sin diferencias ideológicas reales entre ellos, y el gobierno andorrano no es otra cosa que el Consejo de Administración de todo el tinglado. De las 80.000 personas que residen en Andorra, apenas un tercio tiene la nacionalidad; democracia, derechos humanos y libertades públicas son por tanto productos exóticos en el supermercado político andorrano.

En ese clima, no es extraño que el racismo y la xenofobia sean ingredientes políticos muy presentes en el "paraíso andorrano". Un reportaje de 20 Minutos publicado el 14-05-2007 informaba de que en 7 años, 900 residentes habían sido expulsados de Andorra.... por motivos de salud. Padecer arritmia, miopía, obesidad o hipertensión, son motivos suficientes para ser expulsado. Cuanto más el caso concreto que narraba 20 Minutos, el de Nuria, una catalana de 44 años expulsada por padecer cáncer. Sordera, hepatitis, ansiedad, y por supuesto, ser portador del VIH, son otras causas de expulsión inmediata si el afectado es residente en tan democrático país. Hasta 88 dolencias son motivo de expulsión. El diario relataba otros casos, como el del portugués Carlos Alberto Ramos Alves, de 40 años, al que se le expulsó por "dependencia del alcohol", aunque una analítica posterior dio negativo y remitía a una enfermedad bilial. Al español E.G., de 30 años, se le expulsó por haber dado positivo en una analítica de hepatitis C.

Dicen los sindicatos que en definitiva, lo que pretende el Gobierno andorrano es ahorrarse costes económicos. Ya se sabe, los enfermos no son productivos, y cuestan dinero en atención sanitaria.

Con todo, las discriminaciones no son sólo de tipo sanitario. Els Verds y Médicos Progresistas de Andorra denuncian que por ejemplo, en ese país se impide donar sangre a los homosexuales, lo que da otra pista sobre la ideología fascistoide y las fobias de quienes gobiernan el valle.

Los estados español y francés tienen resposabilidad directa sobre las trapacerías cometidas por los gobernantes andorranos, en la medida en que estos actúan como lo hacen aprovechándose del silencio de ambos sobre "cuestiones internas" del Principado. Quizá sea hora de que los dos copríncipes actúen y ejerzan sus funciones, poniendo a las élites andorranas en la tesitura de adaptarse a las leyes y convenios internacionales que rigen en Europa o ser despojados de su condición de Estado. Bastarían unas parejas de gendarmes y de mossos d'esquadra, para que Andorra abandonara definitivamente la Edad Media que parece imperar en el supuestamente idílico valle pirenaico.

jueves, 17 de enero de 2008

La economía negra española


Oigo esta mañana en Radio Nacional (RNE) que el 25% de la economía española es economía "en negro". La cifra es extremadamente prudente, pues otras fuentes hablan de un tercio o más del monto total. Y sin embargo a pesar de su prudencia, significa que nada menos que cincuenta y siete mil millones de euros al año se mueven en esa economía sumergida, y por definición, ilegal, formada por los beneficios generados desde el tráfico de drogas y la prostitución hasta las chapuzas a domicilio y el llamado "top manta", pero también por buena parte de las operaciones de compraventa de viviendas, el traspaso y contratación de jugadores de fútbol o el cobro de los servicios prestados por tantos abogados o dentistas (por poner como ejemplo dos colectivos profesionales especialmente activos en este terreno). Así no es de extrañar que según esta información de RNE, España acapare el 25% de los billetes de 500 euros existentes. Estos billetes, conocidos popularmente como los "Bin Laden" -dicen que existen, pero nadie los ha visto- son los preferidos a la hora de realizar pagos en metálico fruto de operaciones en negro, es decir fraudulentas y, por tanto, delictivas per se.

Todo esto no es nuevo. Durante décadas, por ejemplo, se permitió escriturar por un valor inferior al real todos los pisos que se compraban, a fin de que las partes -singularmente el promotor inmobiliario que vendía- se ahorraran impuestos a pagar. Estas operaciones fraudulentas se realizaban ante ilustres notarios, que evidentemente cobraban un buen pellizco por sus servicios. Un robo al Estado realizado a plena luz del día, con pleno conocimiento público, y que sólo hace unos pocos años fue expresamente prohibido.

El experto consultado sugería como fórmula para acabar con la economía en negro que se liquiden las "rigideces" del mercado laboral, bajando impuestos a las empresas y rebajando especialmente las cotizaciones a la Seguridad Social. El descaro de nuestros "emprendedores" no conoce, pues, límites. Su obsesión por aumentar beneficios y eliminar "costes laborales" resulta ya de una insanidad que da grima; con todo, ocurre que ni siquiera satisfaciéndola hasta el punto de reimplantar la esclavitud se resolvería el problema, porque la realidad de nuestra economía negra va más allá del choriceo de nuestros empresarios y profesionales.

En realidad, la piedra angular de la economía negra en España radica en la articulación de tres grandes volúmenes de negocio, convertidos en ángulos de un triángulo equilátero: los tráficos delictivos, la inversión inmobiliaria y el turismo de masas. Si a ese triángulo añaden el fútbol profesional, perfectamente conectado con los tres a la vez, tendrán un dibujo certero del proceso de generación y lavado del dinero negro en España.

Volveremos sobre ello en otra ocasión.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Marcelino Pan y Casino


El anuncio de que existe un proyecto para levantar un megacomplejo dedicado al juego y al ocio en la comarca aragonesa de Los Monegros, no sólo ha dejado estupefactos a lugareños y forasteros sino que amenaza con convertirse en una de las polémicas de moda en toda España.

No es para menos, pues los detalles del proyecto parecen arrancados directamente del guión de "Bienvenido, mister Marshall". Al parecer, y según se ha anunciado desde los aledaños del gobierno regional que preside el socialista Marcelino Iglesias (en coalición con la derecha regionalista, el PAR), un grupo internacional formado básicamente por "emprendedores" británicos estaría dispuesto a invertir en el sur de la provincia de Huesca 17.000 millones de euros a lo largo de los próximos 10 años, a fin de levantar allí 32 hoteles-casino, 5 parques temáticos, un hipódromo y una plaza de toros entre otras iniciativas semejantes, que se ubicarían en una superficie total en esta fase de 10.000 hectáreas.

No hay que ser muy espabilado para deducir que si esto se lleva adelante no tardarán en haber otras fases sucesivas, en las que florecerán alrededor urbanizaciones formadas por decenas o centenares de miles de viviendas de lujo, con sus jardines privados, sus campos de golf y el resto del acompañamiento que revaloriza estas operaciones especulativas. El negocio sería redondo, porque el metro cuadrado de terreno en Los Monegros debe ser ahora de los más baratos en España. Las plusvalías resultantes serían gigantescas.

Lo primero que cabe preguntarse es quiénes son realmente los "emprendedores" que crearán y explotarán el invento, caso de que cuaje, y de dónde saldrá ese diluvio de dinero que dicen invertirán. Ya sabemos que en todas partes detrás del juego están las mafias y el blanqueo de dinero. Sería rarísimo pues que tras una megaoperación como ésta, que sus mismos promotores dicen dejará en mantillas a Las Vegas, no hubiera dinero sucio a espuertas.

Y es que 17.000 millones de euros no caen del cielo por ensalmo.

Luego hay que evaluar el disparate que supone arrasar una comarca entera y terminar para siempre con un modo de vida que, mejor o peor, ha llegado hasta hoy. Porque no les quepa duda de que si esa bestialidad se lleva a cabo, de Los Monegros no quedará ni el recuerdo; es imposible que un ecosistema frágil y ya bastante machacado sobreviva a un desembarco así. Claro que como Los Monegros es una comarca "desértica", como se hartan de explicar medios de comunicación, políticos profesionales y otros gurús sociales, pues a saco con ella; total el "desierto" está para eso, para montar casinos cuando no hay petróleo.

El que Los Monegros constituya un ecosistema único en Europa carece pues de importancia. Y el que vivan allí -todavía- algunas decenas de miles de personas -0'7 por km, se nos informa-, aún tiene menos. Al cabo ya nos anuncian de entrada la creación de 30.000 empleos, y esa es la golosina que debería fulminar todas las resistencias.

La verdad es que no sé si los 30.000 puestos de trabajo son sólo para el levantamiento de esa fantasmagoría a lo Sodoma y Gomorra del siglo XXI, o incluyen también los múltiples empleos que luego serán necesarios para que todo funcione y a los que probablemente puedan optar los monegrinos de modo preferente; ocupaciones tan atractivas como aparcacoches, prostituta, "segurata" o señora de la limpieza, por poner sólo unos puestos básicos en ese tipo de negocios. En todo caso, esos ya famosos 30.000 empleos no son más que la calderilla de la operación.

Con todo, lo grandioso del asunto es que según cuenta la prensa estos días, el señor Marcelino Iglesias y su gobierno "ven con buenos ojos" (sic) este super-mega-hiper pelotazo. Quién lo hubiera dicho del compañero Marcelino, en cuyas manos tantas esperanzas de renovación socialista aragonesa se pusieron en su día. Luego ya nos empezó a sorprender con su enfoque patriotero a lo Jordi Pujol del tema del agua; pero con esto de ahora nos deja de piedra, como cabezo monegrino, al verlo apostar todo su capital político en la ruleta de los "inversores internacionales" que amparan el descomunal pelotazo.

Habrá que volver sobre este asunto, para ver cómo evoluciona. De momento, crucemos los dedos y a esperar que como en "Bienvenido, Míster Marshall" los americanos, una vez más, pasen de largo.

jueves, 3 de mayo de 2007

La tonadillera racial, su marido el chorizo y un fabricante de piensos


Aún no se han cumplido ni 24 horas de la detención de Isabel Pantoja, y Miguel Arias Cañete (PP) ya ha esculpido verbalmente una frase para la historia: "¿En qué país estamos con De Juana de paseo mientras se detiene a tonadilleras como si fueran terroristas?". Luego calificó la detención de la cantante como una "cortina de humo".

Sin embargo, los delitos que se le imputan a Isabel Pantoja no son cualquier cosa: blanqueo de dinero y estafa a Hacienda. Su detención se ha producido en el marco de la Operación Malaya, la batida contra la corrupción marbellí.

En esa actuación contra las mafias que han podrido la Costa del Sol (tardía actuación; aunque más vale tarde que nunca) ha caído, entre otros chorizos de fuste (presuntos chorizos, faltaría más) el señor Julián Muñoz, ex alcalde de Marbella y ex mano derecha de Jesús Gil, el famoso gánster madrileño ya fallecido. Muñoz es además, consorte y a lo que parece tras la detención, presunto socio-compinche de la Pantoja.

Naturalmente, al señor Arias Cañete los delitos económicos le parecen una minucia. Faltaría más. A quién le preocupan los pelotazos, las comisiones, la defraudación a Hacienda, el blanqueo de dinero negro, el lavado a plena luz de los beneficios que generan el tráfico de drogas, la prostitución y el tráfico de armas...Todo eso son minucias. Que de Juana Chaos pasee vigilado por el parking del hospital donde sigue detenido o que eche un polvo con su novia en la habitación que ocupa, eso sí que es importante. Rostro de cemento marbellí, es lo que tiene Miguel Arias Cañete.

Eso sí, motivos tiene el señor Arias Cañete para desviar balones fuera. De creer a policías, jueces, fiscales y a algunos "arrepentidos", una legión de alcaldes, concejales, parlamentarios y simples afiliados del Partido Popular viven chapoteando alegremente en la ciénaga de la corrupción. Las decenas de casos de corrupción inmobiliaria que al rebufo de la Operación Malaya van aflorando y explotando en los últimos meses como una guirnalda de asquerosos fuegos artificiales, y en los que una y otra vez aparecen las siglas del PP tras cargos públicos y empresarios implicados, no son más que la punta de un iceberg que hasta fecha reciente ha navegado espléndidamente y en la más absoluta impunidad los mares del dinero fácil. Se les ha acabado el chollo, parece, y están asustados. Es por eso que pasean a De Juana por las portadas de la prensa-basura, una vez que el discurrir del juicio del 11-M les ha abrasado la murga conspiranoica que tejieron alrededor de los atentados de Madrid.

En cuanto a Arias Cañete, habrá que refrescar la memoria acerca de quién es este caballero. Por si no lo recuerdan, el señor Arias Cañete era- y probablemente seguirá siéndolo- el mayor fabricante de piensos para el engorde de ganado de España, lo cual no fue obstáculo, tal vez al contrario, para que el inefable José María Aznar le nombrara en su momento ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca. Ya ministro, a Arias Cañete le tocó pechar con escándalos tan sonoros como la crisis de las "vacas locas", durante la cual tuvo que consumir ante camáras y flashes montones de pepitos de lomo, mientras a su lado Aznar miraba para otra parte y rechazaba por igual los bocadillos y el dar explicaciones sobre cómo se había llegado a aquella situación, en la que mucho tenía que ver la mierda que se daba de comer a las vacas en forma de piensos compuestos. ¿Lo van pillando?.

Pero el mayor muladar en el que anduvo Arias Cañete fue el caso del fraude a las subvenciones europeas para el cultivo del lino, donde le tocó echar toneladas de tierra sobre aquel gigantesco timo que, a pesar de su diligencia, se llevó por delante la carrera política de su antecesora en el ministerio, Loyola de Palacio –a la que Aznar quitó rápidamente de la circulación, enviándola a ese cementerio de elefantes que es el Parlamento Europeo-, y a altos cargos relacionados con Loyo-lina, como se empezó a conocer popularmente a la ex ministra: Nicolás López de Coca, director del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), Gonzalo Ruiz Paz, director financiero de la empresa pública Mercasa, implicados directa o indirectamente en el negocio, y Carlos Moro, delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, que se vio salpicado directamente por el asunto.

Arias Cañete ha ejercido luego intermitentemente como portavoz del PP en asuntos donde ni siquiera Zaplana se atrevía a entrar. La desenvoltura de este individuo, su cinismo, le auguran una larga carrera en el PP, si algún fiscal no se le cruza antes por el camino. La Pantoja, mientras tanto, debe andar rumiando nuevas canciones raciales en su forzado retiro; seguro que de todo esto saca un disco superventas.