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viernes, 10 de junio de 2011

Presentaciones de "Un castillo en la niebla" en Barcelona y Huesca



El pasado día 6 de junio se presentó "Un castillo en la niebla" en Barcelona, en la sala Goya del Centro Aragonés. Abrió la presentación Jacinto Bello, presidente del Centro Aragonés, quien dijo unas palabras de bienvenida. Le seguimos en el uso de la palabra el editor Salvador Trallero, el historiador Juan Manuel Calvo y un servidor de ustedes. Finalmente tuvimos un coloquio con los asistentes y un pica-pica ofrecido por gentileza de la entidad que nos acogía.

El acto tuvo una buena concurrencia de público, obviamente interesado en el tema. Asistieron amigos y familiares, personas relacionadas con la Amical de Mauthausen y socios del Centro Aragonés, principalmente. Entre los asistentes estuvo Teresa Relach, uno de los dos últimos testigos directos relacionados con Mariano Carilla Albalá que quedan con vida, y Arturo Morera, nacido en Sariñena y superviviente del exilio, quien narró su experiencia en la Francia ocupada por los nazis.

El día 6 de junio finalizó la rueda de presentaciones en Huesca. La presentación se hizo en el salón de actos del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), y corrió a cargo de Carlos Escartín, presidente del Círculo Republicano de Huesca. Entre los asistentes estuvo Jesús Inglada, profesor e impulsor de la recuperación de la memoria de los deportados aragoneses en la provincia de Huesca. Hablamos Escartin, Salvador Trallero y yo, y luego de los parlamentos hubo el acostumbrado coloquio con el público.

En la presentación de Huesca ocurrió un detalle conmovedor. La tarde anterior había fallecido un hermano de Carlos Escartín, tras una rápida y cruel enfermedad. Carlos tuvo la extrema amabilidad de venir al acto directamente desde el tanatorio, hacer la presentación y marchar de nuevo al velatorio, donde le aguardaban familiares y amigos. No puedo menos que reiterarle desde aquí mi más profundo agradecimiento por su gesto, tan propio por otra parte de la civilidad de un viejo republicano.

Finalizada como digo la rueda de presentaciones concertadas, quedamos a la espera de las gestiones que se están haciendo para presentar "Un castillo en la niebla" en septiembre en algunas localidades del sur de Francia.

La fotografía que encabeza el post corresponde a la presentación en Huesca, y fue publicada por Diario del Alto Aragón en su reseña del acto. De izquierda a derecha, Carlos Escartín, un servidor y Salvador Trallero.


martes, 31 de mayo de 2011

Presentación de "Un castillo en la niebla" en Oloron


Los pasados 28 y 29 de mayo, sábado y domingo, el editor Salvador Trallero y un servidor de ustedes viajamos invitados al Salon du Livre de Oloron-Saint Marie, en el Bearn francés.

La verdad es que la organización nos trató de maravilla, y pasamos un fin de semana de lo más agradable. Oloron es una pequeña ciudad (12.000 habitantes) situada en una zona casi virgen del departamento de los Pirineos Atlánticos, entre enormes montañas y campos siempre verdes, atravesada por dos ríos que se unen bajo el edificio de la impresionante mediateca en forma de cubo de madera suspendido en el aire sobre ellos, y que fue inaugurada hace apenas un año.

Ya en el Salon, el sábado por la tarde se organizó una mesa redonda con Salvador Trallero, un servidor y José Antonio Adell Castán, investigador en etnografía y folklore aragonés y ahora también novelista de éxito. Pasamos un rato estupendo de conversación e intercambio en la mesa y con el público. Durante nuestra estancia en Oloron, fuimos atendidos en todo momento con simpatía y eficacia por miembros de la Asociación por la Memoria local, la mayoría de cuyos componentes por cierto hablan un castellano muy superior al francés de Salvador y el mío.

También tuve el placer de conocer en persona a José Castejón, hijo de deportado, excelente pintor y combatiente por la recuperación y salvaguarda de la memoria histórica de los republicanos españoles en Francia. José me llevó en su coche el domingo por la mañana al cercano campo de Gurs, que pude visitar y conocer al detalle gracias a sus expertas explicaciones. Luego me regaló dos cd's cargados de fotografías y textos relacionados con la deportación de republicanos españoles en campos franceses y especialmente, relacionados con Gurs.

La única nube fue que la asistencia de público al Salon de Oloron no haya sido la que cabía esperar, dado el entusiasmo de sus organizadores y el trabajo que se tomaron en esta ya quinta edición de la muestra. Esperemos que el año próximo la gente de la zona atienda más el llamado de la cultura y los libros.

En la fotografía que encabeza el post, tomada en Huesca de camino a Oloron, imagen del escaparate de la librería Masdelibros, la más importante de la ciudad, mostrando "Un castillo en la niebla" en una posición central entre las novedades.

domingo, 15 de mayo de 2011

Presentación de "Un castillo en la niebla" en Madrid



El pasado miércoles, 11 de mayo, presentamos en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid "Un castillo en la niebla". Tuve el honor de que en la mesa nos acompañara a Salvador Trallero y a mí como presentador del libro nada menos que el profesor Ramón Cotarelo, quien una vez más, con su generosidad acostumbrada, derrochó sabiduría, amenidad y simpatía.

Nos acompañó en el acto un puñado de amigos y amigas estupendos, la mayoría blogeros, con quienes compartimos luego unas cervezas. Posteriormente Salvador y yo tuvimos el placer de cenar con Paco Carvajal, de la Fundació Andreu Nin, y con Marta, su compañera, directora de la Biblioteca Histórica; apenas nos acabábamos de conocer, y fue como un reencuentro de viejos amigos.

De nuestro paso por Madrid han salido algunos proyectos muy interesantes. Salvador Trallero ha recibido una invitación para participar como editor en el Salon du Livre en Oloron Saint Marie, en Francia, el último fin de semana de mayo, y seguramente le acompañaré para presentar el libro en un coloquio que se celebrará en el marco de esa feria literaria. En otro orden de cosas, Paco Carvajal tuvo la deferencia de proponerme participar en las Jornadas anuales de la Fundación Andreu Nin, que se celebrarán en otoño próximo en una ciudad aún no determinada.

La fotografía que ilustra el post es de Celeming.

martes, 10 de mayo de 2011

Presentación en Lanaja de "Un castillo en la niebla"


La mesa durante la presentación de "Un castillo en la niebla. Tras las huellas del deportado Mariano Carilla Albalá", en Lanaja, el pueblo oscense donde nació Mariano, el pasado sábado día 7 de mayo.

De izquierda a derecha: Roberto Mateo, documentalista y escritor, autor de "Las batallas de Lanaja", presentador de mi libro; Cecilio Boned, alcalde de Lanaja, que presidió el acto; un servidor de ustedes, en plena intervención; y Salvador Trallero, editor, responsable de Sariñena Editorial.

Una tarde magnífica, pasada en una compañía muy grata.

La fotografía que ilustra el post es de Cayetano Cipriano.

domingo, 8 de mayo de 2011

Presentaciones de "Un castillo en la niebla" en Aragón



Maratoniano fin de semana en Aragón, con presentaciones y firmas de libros encadenadas:

- Jueves 5 de mayo en Zaragoza, sala de actos de la Biblioteca de Aragón.

- Viernes 6 de mayo en Sariñena, sala de actos del Ayuntamiento.

- Sábado, 7 de mayo en Lanaja, sala de actos del Ayuntamiento.

A destacar la asistencia de público en Lanaja, el pueblo donde nació Mariano Carilla Albalá: más de setenta personas en una población de apenas un millar de habitantes, con el salón de actos prácticamente lleno y decenas de ejemplares firmados. Y eso que en la calle llovía a mares y en la tele daban el partido del Real Madrid.

Durante estos días grabé entrevistas para Radio Monegros y Radio Sariñena-Cadena SER e hice otra en directo para Aragón Radio. La corresponsal local en Sariñena del Heraldo de Huesca nos hizo fotos a Salvador Trallero, el editor, y a mí para su periódico. Queda pendiente una entrevista vía correo electrónico para "Despertad", veterana publicación de Lanaja.

domingo, 1 de mayo de 2011

Desengaño y alabanza de Luis Buñuel



Ayer me compré las memorias de Luis Buñuel en el Centro Buñuel Calanda, que funciona en su pueblo aragonés de origen. Me las he leído en dos días a saltos, aprovechando los trayectos en autobús y tren al final de mi viaje postSemana Santa por algunos escenarios de la infancia del director aragonés, en la Provincia de Teruel, Comunidad Autónoma de Aragón (Reino de España, ya saben).

El libro es el gruñido desesperado de un viejo al que a sus ochenta y pico años y estando a las puertas de la muerte, ya casi nada le importaba ni le interesaba. Se ve que quiso despedirse dejando las cosas bien sentadas. A mí Buñuel siempre me ha parecido un tipo muy interesante y un cinesta horrible. Sus películas suelen ser bromas más estiradas que un chiclé masticado cien veces, cuando no sueños eróticos de adolescente que podrían ventilarse en un corto de diez minutos. Su técnica es totalmente amateur, y solo a puro de años y rodajes llegó a dominar algo parecido a una dirección cinematográfica medianamente solvente. El director Buñuel aburre como pocos; lo peor con todo es que su anticlericalismo e inconformismo vistos con ojos de hoy día, resultan entrañables de puro inocentes. Sus filmes han envejecido de manera penosa.

Pero el Buñuel hombre es infinitamente más interesante que el presunto intelectual, ya digo. Su vida resulta apasionante, no tanto por las gentes que conoció y los escenarios en los que se desarrolló como por las opiniones que vierte sobre sí mismo y sobre el mundo. Buñuel nunca engañó a Buñuel, y el mundo tampoco le toreó. Luis Buñuel era al cabo, un burgués vividor asustado por el cristo que liaron sus ideas de joven señorito revolucionario: el caos como partero de la Historia, el surrealismo como epistemología del conocimiento, el terror a los otros sobre todo cuando se organizan para seguirle a uno mismo... En ese contexto mental no es raro que cite profusamente a Sade y se olvide de Marx, por ejemplo; o que ponga a parir a los anarquistas con entusiasmo digno de mejor causa. La revolución española le dio tanto miedo a Buñuel, que se adhirió entusiásticamente al Partido Comunista de España. Perdida la guerra, se desinteresó de los comunistas como el que abandona una muda vieja. Fue un burgués con resabios de campesino aragonés sin duda, pero burgués hasta el fin. Algo en Buñuel me recuerda al Josep Pla disfrazado de pagés con boina y pantalón de pana; ninguno de los dos era en sentido estricto un hombre de la tierra, pero les encantaba fingirlo y daban bastante bien en el papel.

Un consejo: si no han leído "Mi último suspiro", las memorias de Luis Buñuel, háganlo de inmediato. Es uno de los más extraordinarios libros de memorias jamás escritos.

domingo, 17 de abril de 2011

Un castillo en la niebla. Tras las huellas del deportado republicano Mariano Carilla Albalá



Primeros ejemplares de mi último libro, Un castillo en la niebla. Tras las huellas del deportado republicano Mariano Carilla Albalá (Editorial Sariñena, 2011).

En unos días estará disponible en librerías. En mayo y junio haremos una rueda de presentaciones en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Huesca, Lanaja y Sariñena.

Les tendré al corriente.

sábado, 23 de octubre de 2010

Plagiar no es diseñar
























Señoras y señores:

Sobre de estas líneas, a la izquierda, pueden ver reproducida la portada de mi libro Memoria y dignidad, aparecido en la primavera del año pasado, 2009, que ya lleva unos cuantos meses anunciado en éste blog que es su casa.

A la derecha del post pueden ver la portada del número 30, octubre de 2010, de la revista Andalucía en la Historia, que edita el Centro de Estudios Andaluces, organismo dependiente de la Junta de Andalucía. ¡Sorpresa!

No es sólo que se trate de la misma fotografía, original de Robert Capa y tomada en Barcelona en 1936 (nada que ver por tanto, para empezar, con la historia de Andalucía), es que el concepto y diseño de las dos portadas son idénticos. ¡Qué maravilla!.

Y como da la casualidad de que Editorial Grafein hizo la portada para mi libro de acuerdo con el diseño que yo mismo les suministré (gratis, obviamente) sólo me cabe añadir que el equipo de diseño de la revista Andalucía en la Historia son unos mantas (vagos) que no se ganan el sueldo que cobran. ¡Menudo gol les han metido a sus jefes!.

martes, 19 de octubre de 2010

Impresiones después de una visita a Madrid, otoño de 2010



Unos días pasados en Madrid me confirman algunas ideas previas mías sobre la ciudad que he ido madurando en los últimos tiempos, y que se pueden resumir en dos: la capital del Estado español es una ciudad más viva y moderna de lo que sus habitantes creen, y mucho menos influyente y acaparadora de lo que nos pensamos quienes vivimos fuera de ella pero de algún modo bajo su sombra.

El viernes por la tarde quedé para tomar un café con Palinuro. Como que sus múltiples ocupaciones le impidieron a última hora el encuentro, el conocido bloguero me envió en su lugar a Ramón Cotarelo, especie de alter ego suyo, un intelectual culto, cordial, expansivo y oceánico en conocimientos y modo de comunicarlos. Sospecho que Cotarelo tiene como yo algunas dificultades auditivas, o tal vez sea la costumbre de nuestros cátedros de tener que desgañitarse al impartir clase a rebaños de tropecientos educandos, el caso es que nuestra charla fue seguida, presumo que con deleite, por la docena de parroquianos que a esa hora tomaban café en un modesto local de Fuencarral. Debieron salir de allí un poco confusos, eso sí, pues Cotarelo y yo saltamos alegremente de un tema a otro, pasando de la batalla de las Navas de Tolosa al decreto de Nueva Planta, los orígenes de Madrid como capital de las Españas, la generación del 98 y y sus lamentaciones y hasta a discutir la condición de Carlos III como presunto mejor alcalde de la ciudad. "Pues vaya mierda de rey, que con los problemas que tenía España se dedicaba a poner farolillos por las calles de Madrid", argumentó, implacable con el Borbón empelucado, el republicano Cotarelo.

Lo curioso del barecito en el que conversamos es que estaba empapelado con fotos de Marilyn Monroe por todas partes menos por una, en la que asomaba el rostro andrógino y con corte de pelo a lo garçon (un escándalo, oigan) de Audrey Hepburn. También había una Santa Cena de antes del Photoshop con la rubia por antonomasia presidiendo el ágape rodeada por 12 apóstoles con los rostros de Elvis Presley, James Dean y un buen puñado de mitos norteamericanos de los cincuenta. En resumen, todo muy casual y muy simbólico a la vez.

Ramón me llevó luego con él al cercano local de Las Indias Electrónicas, donde David de Ugarte tuvo la amabilidad de fascinarnos con los proyectos de esta gente, de los que francamente no entendimos un carajo (Cotarelo y yo somos gentes de papel impreso a la vieja usanza no como Ugarte y Palinuro, que se mueven como Dios en el éter electrónico). Nos llevamos un par de libros que David nos regaló con la intención de que nos aclararan conceptos sobre empresas digitales, trabajo en red y nuevas propuestas de relaciones sociales y hasta personales en la era electrónica. Cotarelo añadió por su cuenta un volumen que acaba de publicar sobre la política en la era de Internet, que prometo leer con atención y comentar aquí. El libro lo firma Ramón Cotarelo, pero sospecho que lo ha escrito Palinuro. Luego de despedirnos me vino a la cabeza aquello que cantaba Miguel Ríos tres décadas atrás, en su tema "Año 2000":

"Esta es la era de Mr. Chip, el futuro se puede tocar,
nacen cronistas, brujos y sabios
que alucinan con lo que vendrá."

Se ve que ya en el lejano 1980, el rockero granadino tenía información privilegiada sobre lo que venía.

Al día siguiente comí con un grupo de amigos un pantagruélico cocido madrileño, vive Dios, del que no pudimos acabar ni la mitad. A la mesa éramos 10 personas, todos adscritos al rojerío en sus múltiples facetas: socialistas, comunistas, anarquistas. Más quejas de los lugareños contra ese "Madrid espeso y municipal", derechista y casposillo del que abominaba el clásico. Me sorprenden las críticas, porque no es la visión que tengo caminando por la calle. En Fuencarral ví el día anterior una bandera republicana tan pimpante, plantada en un balcón vecinal. Abunda el turismo de cierto poder adquisitivo, y por el centro de la ciudad se oye hablar en catalán más que en el Paseo de Gràcia barcelonés. Las camisetas azulgrana de Messi y las fruslerías de aire gaudiniano se muestran en los escaparates de las tiendas de souvenirs, y nadie los apedrea. En las calles no hay carteles ni pintadas ni actitudes ni nada que recuerde que esta ciudad es presuntamente el fortín de la extrema derecha española, según suele ser creencia en la periferia del "Estado español". Eso sí al rojerío le frustra y le reconcome la previsible victoria electoral en puertas de la derecha extrema/extrema derecha española, pero como hacía decir Giovanni Guareschi a su Don Camilo en una de sus entrañables novelas, "la política es así, tortas van y tortas vienen".

Ese mismo sábado en fin, ceno solo en la mejor taberna madrileña, en pleno barrio de La Latina, establecimiento que como no podía ser de otra manera regenta un catalán joven y más listo que el hambre. El local está lleno, como siempre, pero Oriol me encuentra un huequecito, también como siempre. Hablamos en catalán, y nadie a nuestro alrededor se desmaya. El pícaro del restaurador me hace notar que a pesar de la crisis, lo suyo sigue funcionando la mar de bien. No es solo este local, toda la zona está a reventar. Claro que en las Cavas es imposible encontrar un McDonalds, las tapas son de alta cocina, los vinos resultan de categoría y los precios están en consonancia. En la barra de otro establecimiento cercano, por ejemplo, además de estupendas tapas sirven copas de Agustí Torelló, quizá uno de los dos o tres mejores cavas catalanes. En definitiva, es la calidad la que determina la selección de la clientela, y ésta a su vez es lo suficientemente inteligente para no tener en cuenta estupideces xenófobas como el boicot a los productos catalanes promovido por sectores fascistas españoles.

Pienso finalmente que Madrid nos lleva mucha ventaja, a Barcelona y a otras ciudades cercanas a él. Aquí se ha apostado por un turismo de masas de bajo nivel, y en cambio Madrid siempre ha primado más la capacidad adquisitiva y cultural del visitante. Tradicionalmente, y como se decía antiguamente, a Madrid "hay que ir con perras (dinero)". Esa es la diferencia principal, aunque el turismo-basura juvenil y no tan joven empiece a asomar la oreja en los barrios populares de la Villa y Corte; su Ayuntamiento y sus promotores turísticos harían bien en prestar atención y combatir este fenómeno, aún incipiente pero ya perceptible en una ciudad que hasta hace poco no estaba contaminada por él.

jueves, 22 de julio de 2010

Libros para llevar en el equipaje veraniego



Les dejo algunas recomendaciones de lectura, libros que pienso vale la pena meter en el equipaje de verano:

Tres vidas de santos,
de Eduardo Mendoza.
Editorial Seix Barral.
Un volumen integrado por tres novelas cortas, escritas por el mejor Eduardo Mendoza: elegante, sencillo, humorístico, tierno. Descacharrante la primera historia, acerca de un obispo centroamericano que asiste al Congreso Eucarístico celebrado en Barcelona en 1952 y por azares del destino queda varado en esta ciudad. Todo el libro se lee de un tirón.

Viaje al poder de la mente,
de Eduard Punset.
Ediciones Destino.
Eduard Punset nos conduce a través de la caja de sorpresas que es nuestro cerebro, y nos las va descubriendo una por una con lenguaje llano, ameno y sobre todo, didáctico. Mucho más contenido que en algunas de sus apariciones televisivas, Punset se limita en este libro a divulgar contenidos científicos de altura evitando las elucubraciones y otros desmelenes que suelen acompañar al animal televisivo que es.

Amarilis
de Antonio Sarabia,
Editorial Belaqua.
Lo mejor que he leído en novela en castellano en muchos años. Escrita por un mexicano, Amarilis pinta un fresco fascinante de la España del Siglo de Oro, a años luz en cuanto a veracidad, documentación y calidad literaria de las novelitas de espadachines que pergeña cierto gacetillero contemporáneo. Antonio Sarabia se centra en la figura de Lope de Vega, autor teatral cuyos estrenos ocasionaban tumultos en el Madrid de la época. Amarilis arranca precisamente en uno de esos estrenos en un corral de comedias. La trama fluye a la vez en el escenario y en el palco, en el gallinero y en la platea, de modo que la pluma prodigiosa de Sarabia escribe para nosotros a la vez una obra de teatro del siglo XVII que podría haber firmado el mismo Lope de Vega, y un retrato de las costumbres, manías, intereses, intrigas, bajezas y en definitiva de la vida misma de una ciudad que por entonces ya estaba invadidada por los "coches, coches, coches...".

Elogio del panfleto y reivindicación de la demagogia,
de José María Izquierdo.
Editorial La hoja del monte.
Las opiniones del ciudadano José K, que el periodista José María Izquierdo viene publicando ocasionalmente en El País, recogidas ahora en un volumen tan breve como lleno de gracia, calculadamente escrito en el estilo de los periodistas de antaño y rebosante de humor arrebatador y mala leche. José K es un señor mayor y de izquierdas de toda la vida, que sentado en su café de siempre repasa en el periódico los acontecimientos que suceden en España, lo que le hace agarrarse unos cabreos de mil demonios ante el panorama político y social español, dominado por una derecha fascistoide y ladrona y una izquierda timorata y sin sustancia. Verdades como puños, en suma. Con ilustraciones de El Roto.

El honor de la República,
Ángel Viñas.
Editorial Crítica.
Este libro culmina la trilogía dedicada por el profesor Viñas a la Guerra de España. Manejando una documentación abrumadora y desvelada por el propio Viñas en archivos hasta hace poco inaccesibles (en Rusia, singularmente), Ángel Viñas traza un cuadro definitivo de los últimos meses de la República española. Entre sus muchas aportaciones, destacan dos esenciales: la liquidación del mito de Juan Negrín como "agente soviético", que Viñas desmonta pieza a pieza, y la redimensión de la URSS como un país que lejos de practicar la "solidaridad internacionalista" que proclamaba su propaganda, en realidad se aprovechó de la situación de la República para realizar grandes negocios a su costa en el más puro estilo de potencia capitalista rapaz.

miércoles, 21 de octubre de 2009

MEMORIA Y DIGNIDAD, artículos sobre memoria histórica publicados en AVENTURA EN LA TIERRA


En breve aparecerá el volumen MEMORIA Y DIGNIDAD, una recopilación de artículos publicados en el blog AVENTURA EN LA TIERRA.

Los 31 artículos breves que componen este libro han sido revisados y mejorados por el autor expresamente para esta edición. El volumen tendrá 104 páginas, y de su preparación se ha encargado la editorial Grafein.

El libro se distribuirá a petición de los interesados. Pronto se informará del modo y de los costes del envío.

La fotografía que encabeza el post es Niño vestido de miliciano en las calles de Barcelona, 1936, de Robert Capa.

jueves, 23 de abril de 2009

Sant Jordi, fiesta de la (in)cultura


Ya he escrito alguna vez sobre lo profundamente patética que resulta esta Fiesta del Libro con la que los catalanes celebramos Sant Jordi. Hoy es el día en que es imposible acceder a una librería en todo el Principado, porque no cabe en ellas ni un alfiler; sin embargo mañana volverán a estar, como siempre, vacías. En la Rambla, atestada de paradas de libros y compradores, hoy no se puede dar un paso; todo el mundo compra "el libro", ése que además de ser en la mayoría de los casos el único que adquirirán en todo el año, muy pocos leerán.

Esta es la fiesta de la incultura, en la que se venden a porrillo best sellers y libros que en todo el año no volverán a tener salida. Los libreros lo saben bien (las ventas de hoy, en un solo día, representan entre un 20% y un 30% de su caja anual). En definitiva, si aman los libros, no gustan de las multitudes y están hoy en Barcelona o en cualquier otra población catalana, huyan como de la peste de las librerías y de las paradas de libros. La mayoría de librerías le harán mañana el famoso descuento del 10%, y gozará de la mayor tranquilidad para hojear libros a su placer.

Pero en fin, contradictorio como es el ser humano, y después de esta admonición, les facilito los títulos que he comprado en la Rambla a primera hora de la mañana, mientras aún estaban poniendo las paradas y antes de que llegara la marabunta:

- El honor de la República, de Ángel Viñas, editorial Crítica.
El volumen cierra la trilogía del profesor Viñas sobre la llamada guerra civil española, y lo hace reivindicando la figura y la obra de gobierno del doctor Juan Negrín, aquél presidente del Consejo de Ministros al que de haberle hecho caso ("resistir es vencer"), hubiéramos tenido a cambio "una Guerra Mundial en cinco meses" y luego "la cabeza del general Franco". En fin, que Franco habría terminado colgado de una farola en la plaza de Oriente, España hubiera sido una democracia desde 1945 y con seguridad nos habríamos beneficiado directamente del Plan Marshall. Ya ven.

- La rana viajera, de Julio Camba, editorial Alhena Media.
Camba fue un extraordinario periodista y casi mejor humorista, que escribió durante toda la primera mitad del siglo XX. Este es un librito de relatos breves y divertidos, que convierten en materia literaria viajes de su autor por Catalunya, Madrid, Galicia y el País Vasco de la época.

- Los Mur, masajistas del Barça, de Enric Banyeres, editorial La esfera de los libros.
Ustedes ya saben que odio el fútbol actual y aún odio más aquello en lo que se ha convertido el FC Barcelona. Por eso mismo les recomiendo este libro, que habla de una saga familiar de gente que es historia viva del fútbol catalán y español. Los Mur, padre e hijo, representaron una concepción del mundo del fútbol más cercana a la épica caballeresca medieval que al sucio negocio que en las últimas décadas ha llenado de porquería los estadios. Además, Ángel y Angelito Mur son de mi familia, de mi propia sangre. En mi casa se les honora, y se mantiene vivo su recuerdo a pesar de algunos pesares.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Nadie es perfecto, salvo Billy Wilder


Aprovechando el tiempo libre que dejan las vacaciones navideñas, estoy leyendo estos días un libro que tenía reservado desde hace algún tiempo para un momento así: "Nadie es perfecto", la autobiografía de Billy Wilder.

Quien no conozca a Billy Wilder significa que no ama el cine y quien ame el cine sabrá de él seguramente mucho más que yo, así que no perderé el tiempo trazando el perfil de este tipo genial, maravilloso guionista y casi mejor director, nacido en la Galitzia multicultural de comienzos del siglo XX y fallecido en 2002 en EEUU después de una vida tan larga como fecunda. Dotado del humor más ácido y corrosivo posible en un ser humano, Wilder fue probablemente el judío más escéptico, el anarquista más rico y el fabricante de anécdotas y chistes más terrible que pisó Hollywood en toda su historia.

Las películas de Wilder eran látigos acerados que azotaban directamente las carnes de la sociedad norteamericana actual, aunque sus críticas mordaces adquirían por extensión categoría global. En su cine se satirizaban las relaciones personales ("La extraña pareja"), la opresión sobre los estratos trabajadores ("El apartamento"), la prensa sensacionalista y la idiocia policial ("Primera plana"), la honda ridiculez de la Guerra Fría ("Uno, dos, tres"), la América feliz y confiada de los años treinta y cuarenta ("Con faldas y a lo loco"), sin olvidar la dureza de filmes muy amargos que presentan la decadencia de Hollywood ("Sunset Boulevard") o los entresijos del sistema judicial norteamericano ("Testigo de cargo"), entre otras muchas obras maestras.

Por las páginas de esta estupenda autobiografía, escrita en colaboración con Helmut Karasek, que se lee de un tirón y deja un placer enorme, desfila un sin número de personajes y acontecimientos que son pura historia del siglo XX, desde el asesinato del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando (cuyo entierro constituye el primer recuerdo infantil de Wilder), que fue el desencadenante de la Primera Guerra Mundial, al retrato preciso y lacerante de una Marilyn Monroe repitiendo 65 veces una escena de "Con faldas y a lo loco", una pobre chica superada por su propio personaje público y por la gentuza que la manejaba. Abundan asimismo las jugosas anécdotas sobre la intelectualidad europea de entreguerras, y el cine y la política norteamericanos hasta los años sesenta del pasado siglo. Por cierto, en los años cincuenta Billy Wilder fue llamado a declarar ante el famoso Comité de Actividades Antiamericanas, aquél en cuya presencia desfallecieron tantos mitos de la cultura audiovisual del siglo XX, tras haber sido acusado de ser comunista; la declaración de Billy fue de tal calibre, que la moderna Inquisición que dirigía el senador Joseph McCarthy se guardó muy mucho de volver a importunarlo.

"Nadie es perfecto", de Billy Wilder y Helmult Karasek, editorial Mondadori.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Juan Marsé, voz de la Barcelona mestiza


Acaban de concederle a Juan Marsé el premio Nacional de Literatura (nacional de la nación vecina, como dirían los burócratas de la cultura oficial catalana). El premio es ante todo el reconocimiento a una trayectoria como creador artístico de primera fila, pero también el homenaje a una postura cívica que en los tiempos que corren tiene un mérito enorme.

Juan Marsé, barcelonés hasta la médula, escribe en castellano porque le da la gana. La cosa es así, lamentablemente para algunos. Resulta que el hombre se siente cómodo en esta lengua, que por lo demás expresa mejor que cualquier otra su mundo, tan radicalmente barcelonés en su especificidad: lengua y realidad social unidas en un verdadero "hecho diferencial" propio de esta ciudad. Pero inmediatamente el escritor de El Carmel dice que que la lengua que maneja para escribir es eso, un instrumento de comunicación, no un arma política al servicio de ideologías. Con lo cual y por el mismo precio, Marsé logra cabrear por igual a nacionalistas catalanes y nacionalistas españoles, algo que a la mayoría de barceloneses nos encanta (ya saben, para los naciópatas de cualquier leche Barcelona es la "Gran Puta de Babilonia", la que una y otra vez se ríe de sus estúpidos cantos de sirena; Marsé sería para ellos casi como el DJ que pone la música en esa Barcelona mestiza y un punto caótica, libre y gozosamente refractaria a quienes quieren ahormarla bajo sus enseñas).
Y es que el mundo literario que ha creado Juan Marsé es un mundo que por pegado a la realidad social barcelonesa, nada tiene que ver con ensoñaciones burguesas. No hay idealismo ninguno en las novelas de Marsé, y sí la narración de una realidad dura y en ocasiones sórdida, la propia de la inmigración en la ciudad en el contexto de la España franquista. En ese sentido, la lucha de clases, manifestada en el choque entre los mundos fronterizos pero inmensamente alejados entre sí de los barrios de El Carmel (obrero) y de Gràcia (burgués), por donde Marsé hace caminar a su personaje, el Pijoaparte, traspasa toda la obra de este escritor y se manifiesta con mayor intensidad y crudeza que en aquellos apolillados manuales de marxismo-leninismo que circulaban entre los estudiantes de la época.

Marsé, voz de la Barcelona mestiza, ha permanecido fiel a su gente y a su clase, allí donde tantos otros se han dado un barniz de conformismo con quienes detentan el poder real en esta Catalunya de nuestros pecados, y han agachado la testuz ante esas gentes que al cabo siempre son los mismos, aunque los trapos de colores que exhiben para encelarnos y justificar sus sueldos y las prebendas y sinecuras que reparten sean diferentes. Por esas horcas caudinas Marsé no ha pasado nunca, y episodios como su ausencia de la Feria de Frankfurt son la prueba; el escritor catalán que más vende en el mundo, no existe para la burocracia cultural de su país.

Marsé dice estar hasta el gorro de los políticos, y ha demostrado en repetidas ocasiones que los premios se la traen al fresco. Ni firma manifiestos en defensa de la presuntamente amenazada lengua castellana, ni reclama no menos presuntos derechos de autodeterminación. Juan Marsé observa y escribe no sobre realidades virtuales, sino sobre lo que verdaderamente pasa a su alrededor. Seguramente es por eso que ahora con premio Nacional como antes sin él, seguirá cabreando a unos y otros gurús de la cultura y la política, para placer de la inmensa mayoría de quienes nos reconocemos como sus vecinos y apreciamos su escritura y sobre todo, su posición ética.
PD Acabo de darme cuenta de que en mi precipitación gozosa, he escrito que a Marsé le han dado el premio Nacional de Literatura, cuando en realidad le han dado el Cervantes. Deben ser cosas del subconsciente, que me traiciona de vez en cuando. Lo dejo así, pero ya saben que no, que el premio otorgado a Marsé ha sido el que lleva el nombre de otro genial novelista casi tan descreído como él.

miércoles, 15 de octubre de 2008

La Sociedad Geográfica Española en Barcelona


Ayer se presentó en Barcelona la Sociedad Geográfica Española (SGE), en un acto celebrado en la librería Altair al que asistimos unas 50 personas. Era la primera ocasión en que la SGE, que desde hace años viene organizando regularmente actividades en Madrid, se presentaba en ésta ciudad.

Para quien no la conozca hay que decir que la SGE, una asociación sin ánimo de lucro, es la principal por no decir única organización en España que agrupa a gente interesada en los viajes y las disciplinas científicas asociadas a ellos (geografía, antropología, arqueología, astronomía, etc). Según comentaron ayer la SGE tiene actualmente 1.200 socios, una cifra realmente importante para este país.

El trabajo que hace la SGE pasa por una intensa labor divulgativa a través de la organización de conferencias y debates, la edición de una revista trimestral de gran nivel y el mantenimiento de una excelente página web. También se convocan unos premios anuales de reconocimiento a personalidades y entidades destacadas en el mundo de los viajes, y se apoyan expediciones viajeras de carácter científico y aventurero.

En la presentación de Barcelona, los representantes de la SGE manifestaron la voluntad de comenzar un repertorio de actividades en esta ciudad que vaya expandiendo el colectivo de socios aquí, hoy limitado a unas pocas decenas de personas. Al parecer, existe el compromiso por parte de Altair de acoger en su espacio para conferencias las actividades que la SGE impulse aquí.

Como socio de la SGE, ya les iré teniendo al tanto de cómo evolucionan las cosas en este asunto. Y si les gustan los viajes y tienen inquietudes personales en ése sentido, no duden en contactar con ellos.

lunes, 6 de agosto de 2007

TVE liquida su programa de libros


TVE ha decidido prescindir del espacio de información literaria "Estravagario", el programa de libros que desde 2004 conducía Javer Rioyo. La cancelación del programa ha cogido por sorpresa a Rioyo y a su equipo. Tanto es así que se estaban grabando capítulos para la próxima temporada, convencidos de que Estravagario continuaría en antena.

Lo que al parecer ha fastidiado más a Rioyo son las formas en que se le ha comunicado el fin del programa. "El director de TVE me llamó en pleno período vacacional para convocarme a una reunión en la que se me iba a comunicar que el programa no seguía", dice Rioyo.

El periodista asegura que había alcanzado con TVE un acuerdo para reformar los contenidos de Estravagario y adaptarlos al nuevo horario que le había sido adjudicado, los domingos, de 19.00 a 20.00 h. Un fantástico horario para un programa cultural, como puede verse, en imposible competencia con el onmipresente fútbol. De todos modos, el horario en que se emitía tradicionalmente desde su inicio en 2004, pasada la medianoche, y últimamente a partir de las 2 de la madrugada, ya habla a las claras del interés de TVE por promover entre su audicencia el mundo de los libros y la cultura en general.

Tras recibir un aviso para navegantes, al parecer Rioyo ya había aceptado antes de su despido "reformar" el programa para "popularizarlo", haciéndolo "más participativo" y orientado "hacia públicos más amplios". Traducido al cristiano, Rioyo se había plegado a rebajar los contenidos culturales del programa, para hacerlo asequible a un público generalista borracho de fútbol y programas del bajo vientre, público al que, por principio, le importan una mierda los programas de "libros serios".

Probablemente el error de Javier Rioyo fuera aceptar convertir su programa en algo más digestivo para "públicos amplios", vaciándolo de contenido cultural real y poniéndolo al servicio de los mercachifles de la industria del "enterteinement" impreso; a partir de ahí los gestores del Ente ya le habían perdido el respeto, y echarlo era el siguiente e inevitable paso. En el fondo a Rioyo le han hecho un favor cerrándole finalmente el programa, antes de que se degradara en público mostrando la basura que le pedían exhibiera y que ahora se canalizará a través de dos programas creados ad hoc por TVE.

Dice ahora TVE que Estravagario "ha cumplido un papel", pero que no era "el formato más adecuado para hablar de libros en televisión y no podía continuar con sus índices de audiencia". El cinismo de los gestores de la televisión pública alcanza pues cotas supinas. ¿Cómo va a tener audiencia un programa confinado a un horario de madrugada?.

En resumidas cuentas, tras unos meses esperanzadores vividos después de la constitución del gobierno Zapatero en 2004, TVE ha vuelto rápidamente donde solía: a la total dejación de su carácter de servicio público, para meterse de nuevo en cuerpo y alma en la grosera lucha por la audiencia, que en definitiva parece ser el único modo que conciben sus responsables de participar en el reparto del pastel publicitario. Con su pan se lo coman pues, y ojalá se hunda TVE de una vez por todas.