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viernes, 21 de octubre de 2011

ETA anuncia el fin del terrorismo nacionalista vasco




El comunicado emitido ayer por la organización nacionalista vasca de carácter terrorista ETA da cuenta del cese de de sus actividades. ETA anuncia que deja definitivamente de matar, lo cual es una excelente noticia, pero no dice aún que vaya a disolverse, lo cual sitúa el asunto en sus verdaderos términos. Y es que ETA está acabada y preagónica, pero no muerta; sigue respirando, aunque sea con dificultades crecientes. 

Del comunicado sorprende su brevedad y la transparencia, lejos de esas imitaciones del lenguaje marxista entremezcladas de retorcido jesuitismo dominantes en sus escritos hasta hace bien poco. Aquí la claridad del redactado no deja lugar a dudas: ETA reconoce que ha perdido y que el "conflicto vasco", de existir, se resolverá sin ella.  Ya solo aspiran a salvar la cara delante de su gente, negociando algún arreglo para sus presos y para los escasos "liberados" que les quedan.  Por cierto, en el comunicado no hay ni una frase sobre Navarra, antaño "irrenunciable"; por no hablar, en el texto ni siquiera mencionan la autodeterminación y la independencia, que solo aparece en los gritos de ritual finales.

Y es que una organización que tiene a 700 de sus militantes en la cárcel y apenas 50 en libertad, infiltrada hasta la médula por la policía española y sobre todo por la francesa (que sabe más de ETA que sus propios dirigentes), abandonada por sus padrinos internacionales históricos (los EEUU y el Vaticano, que le han dado apoyo político, financiero y estratégico a lo largo de los años), con sus fuentes de financiación definitivamente cegadas, y con una base social que ha roto la tradicional "omertà" vigente en ese mundo y ya cuestiona abiertamente hasta la propia existencia del grupo terrorista, simplemente carece de futuro. 

Llama poderosamente la atención que en el documento comentado  ETA se refiera a "los gobiernos de España y Francia", olvidando la cursilada habitual de los  nacionalistas de nombrar "el Estado español y el Estado francés". Esto es mucho más que una cuestión semántica: es el reconocimiento formal de que España y Francia son realidades más tozudas (en el sentido marxista) que las fantasías de ETA y sus seguidores, y sobre todo de que si ETA quiere conseguir algún beneficio en esta su hora final (liberación de algunos presos, acercamiento a Euskadi de otros, regreso legal de huídos), va a tener que negociar con gobiernos y no con Estados. ¿Dónde queda la ETA que en los años setenta y ochenta decía que solo negociaría con el Ejército español,  ninguneando a los gobiernos democráticos del país?.

Unas horas después del comunicado etarra, Mariano Rajoy reconocía en una declaración pública que no han habido "concesiones políticas" por parte del gobierno español.  Obviamente a la perrera mediática y a las organizaciones de agitación social de la derecha española como la AVT, les da igual. Contra toda evidencia, la derecha española seguirá agitando el espantajo de que el Gobierno Zapatero y "los socialistas" han pactado políticamente con ETA cediendo a sus pretensiones, arrodillados ante los pistoleros encapuchados; se ninguneará el papel jugado por Pérez Rubalcaba, el hombre clave en el proceso que ha llevado a la organización terrorista vasca a la posición de debilidad en que está y desde la que no han tenido más remedio que decir que lo dejan; y de aquí a nada, en fin, intentarán convencernos de que fue un gobierno del Partido Popular el que acabó con ETA, siguiendo su costumbre de reescribir la Historia llenándola de mentiras y falsedades. Pero todo da igual hoy. lo único importante es que se acabó ETA, y que no hay vuelta atrás posible para ella.

jueves, 10 de febrero de 2011

ETA se rechaza a sí misma

La presentación ayer del nuevo (y enésimo) partido fletado por ETA para forzar su presencia en la vida política normalizada vasca, ha aportado algunas novedades significativas por más que en las instancias que saben de esto las sigan considerando aún insuficientes.

En efecto, "Sortu" (nacer, o comenzar, en euskera) aparece aparentemente con la intención de siempre, pero en esta ocasión el discurso y hasta las formas han cambiado. Algunas notas significativas:

1. Los promotores públicos del invento llevan días transmitiendo el mensaje de que Sortu no es una plataforma coyuntural sino un partido con voluntad de permanencia, algo inédito hasta ahora en el mundo de ETA, en el que las formaciones políticas se hacen y deshacen según las necesidades tácticas del momento.

2. La presentación del nuevo partido se hizo mediante una rueda de prensa abierta a los medios, con su consiguiente alud de preguntas de periodistas de todos los colores. Lo nunca visto en comparecencias públicas de brazos políticos de ETA.

3. Entre los presuntos nuevos dirigentes del partido recién nacido han desaparecido los jóvenes hirsutos de rebuscado aspecto marginal, y en cambio hay varios señores de mediana edad con americana y corbata; no es una frivolidad, sino un cálculo muy preciso y denota voluntad de "normalidad".

4. Todas las caras que están apareciendo estos días son de gente "limpia", sin un pasado orgánico en Batasuna u otras organizaciones "de lucha" subsidiarias de ETA.

5. Lo más importante con todo, es que ayer el portavoz de la nueva formación vasca proclamó "su rechazo a todas las violencias, incluida la de ETA" (sic), y señaló que todo militante vinculado directamente con la organización terrorista será expulsado de las listas electorales (lo que parece apuntar a alguna forma de división interna, como si el sector etarra más irreductible intentara colocar seguidores en unas listas que quienes dirigen el proceso quieren "no contaminadas").

Al otro lado de la barrera, estos gestos han sido acogidos con prudencia pero también han sido valorados en lo que aportan de nuevo.

Desde el "equidistante" PNV se observa el nuevo proceso de paz entre la esperanza y la inquietud, dadas las repercusiones electoralmente perjudiciales que para el partido del nacionalismo vasco burgués tendría la presencia políticamente normalizada de un partido abertzale radical pero respetuoso con el marco democrático vigente.

Para el PSOE se trata de una oportunidad, quizá la última, no solo de conseguir por fin acabar con el más viejo problema heredado del franquismo cual es el terrorismo vasco, sino también de volver a levantar cabeza electoralmente a corto y medio plazo. En ese sentido Sortu sería un (extraño) aliado de los socialistas españoles en las próximas municipales y en las generales de 2012, al facilitarle al PSOE un triunfo político de gran calado.

Para el Partido Popular en cambio, es la peor de las noticias. Si ETA entra pronto en el carril de su final sin posibilidad de vuelta atrás y el independentismo radical vasco acepta la vía de la normalidad democrática como único marco de organización y expresión políticas, el PP puede verse condenado al banco de la oposición por mucho tiempo. Un Rubalcaba candidato a la presidencia del Gobierno español, que se presentara con los triunfos en la mano de haber desactivado ETA y haber llevado a la vía democrática al abertzalismo radical, y que pudiera mostrar simultáneamente ciertas mejoras en la crisis económica y laboral, batiría sin grandes dificultades a cualquier candidato de la derecha española, incluido desde luego un Mariano Rajoy que cada día que pasa suscita más rechazo entre los electores de todas las opciones políticas y significativamente de la suya propia.

Alertaba ayer el ministro del Interior en conversación con el diputado de IU Gaspar Llamazares acerca de que el PP volverá a intentar como sea sabotear el proceso de paz recién comenzado. No es un riesgo, sino una certeza. Atentos pues a la presumible y redoblada movilización política (PP)-social (Asociación de Víctimas del Terrorismo y otras organizaciones instrumentales semejantes) -mediática (la perrera mediática, adicta hasta el delirio)-judicial (los amplios sectores del poder judicial vinculados a la extrema derecha española), que nos aguarda para los próximos días: manifestaciones callejeras de "víctimas", impulso en los medios y la judicatura al llamado "caso Faisán", imprecaciones políticas contra la "traición" socialista a los valores democráticos, y demás parafernalia al uso a la que recurre la derecha/extrema derecha española cada vez que se trata de dinamitar la continuidad de un proceso de paz en el que no tiene protagonismo.

Lo verdaderamente importante con todo, es que por primera vez ETA ha expresado en público que rechaza sus propios métodos. El siguiente paso es definir cúando va a acabar, pero para eso aún falta.

En la fotografía que ilustra el post, Arnaldo Otegui (Batasuna) y Jesús Eguiguren (PSE) en una imagen de 2007, durante una ronda de contactos.

martes, 7 de septiembre de 2010

El mundo de ETA se mueve. O no



El artículo de hoy de Miguel Ángel Aguilar en El País a propósito del anuncio de tregua hecho por ETA, es de los que vale la pena recortar y guardar. Tras un sesudo y extrañamente divertido análisis gramatical, sintáctico y hasta estilístico del comunicado de marras, Aguilar llega a la conclusión -entre otras menores- de que el original fue redactado en castellano por una persona culta (algo casi inédito en ETA) y de carácter autoritario. Añadiría yo que muy probablemente es una mujer, y que además echa balones fuera en el espinoso asunto de cargar con la historia del grupo terrorista en el que milita.

Tampoco vamos a entrar en la exégesis de un texto que no dice nada nuevo salvo como señalaba en mi post anterior, el lamento patente y casi nostálgico por la presunta guerra perdida. Se acabó la "quinta guerra carlista", como dicen algunos, considerando las tres primeras las del siglo XIX y la cuarta la de Franco. Entramos en un proceso en el que se quiere revestir de legitimidad a una de las partes, que hasta ahora ha basado su estrategia de décadas en poner muertos ajenos sobre la mesa y exhibir grandes dosis de testosterona de machotes de caserío en sus comunicados. Finish. Se acabó eso. Ahora se busca la compañía de premios Nobel y políticos con currículum en esto de intermediar -no se sabe a qué precio- en la jubilación de grupos terroristas convencidos de que su tiempo ha pasado. Así que, de nuevo, hay una posibilidad de que terminen de una puñetera vez.

Resulta inquietante sin embargo, que los primeros movimientos del aparato político legal de ETA sean en dirección a constituir la enésima franquicia con la que presentarse a las próximas elecciones municipales, las que más interesan a esta gente en la medida que mediante ellas logran financiación para sus organizaciones legales vía presupuestos municipales (en realidad, no hay partido por "antisistema" que sea que no use ese canal de financiación a través de las subvenciones directas o a "proyectos"). Por tanto a primera vista parece que de lo que se trata es de salvar los muebles y volver a pillar dinero público con el que seguir tirando, además de hacerse visible mediáticamente en la campaña y luego tras la elección de alcaldes, concejales, junteros y resto de cargos en disputa. Lo cual se compadece poco con tanta alharaca en el sentido de que "el mundo abertzale" estaría reclamando a ETA el final de la violencia, ya que esos movimientos indican más bien todo lo contrario, apuntando a que de nuevo el grupo terrorista estaría fletando otro de sus partidos-kleenex de usar y tirar.

Y sin embargo, parece que hay hueco para la esperanza, Como dije en mi post anterior, el comunicado emitido por la BBC respira derrota y acaso también, cierta femenina inclinación por la melancolía después de un noviazgo largo (50 años) y nada fructífero. Ni siquiera hay reproches para nadie, lo cual tratándose de ETA es como mínimo soprendente. En definitiva, que algo está pasando ahí dentro. Y parece que en la buena dirección.

Toca que respondan desde el otro lado. Y la respuesta no puede ser otra que la inteligente: palo y zanahoria. Rubalcaba y los franceses no van a aflojar (supongo que en ETA cuentan con ello), al tiempo que otra gente (Eguiguren, Gemma Zabaleta, el entorno de Odón Elorza) van a ir tejiendo de nuevo el tapiz de los avances con la infinita paciencia que les caracteriza. Hay otros puentes que nunca se han roto del todo, pero de esos nadie sabemos nada y mejor así. Veremos.

Me queda cierto resquemor en un asunto importante. Ayer en un emisora de radio oí que alguien comentaba que "en ETA quedan cuatro monos de los cuales dos son infiltrados de la Guardia Civil". La cuestión es cómo se van a tomar este proceso que se inicia los infiltrados, sus jefes y algunos compañeros de armas tomar. Porque no hay que ser un lince para adivinar que pueden influir sobremanera en su desarrollo y conclusión en uno u otro sentido.

De los actores políticos hablamos otro día.

En la fotografía que ilustra el post, tomada en la localidad de Hernani, dos ciudadanos pasan indiferentes ante un muro pintado con la parafernalia icónica proetarra.


viernes, 10 de julio de 2009

Negras juegan y proponen: el PNV mueve pieza con maestría

Apenas comienzan a sonar los primeros chirridos en esa inverosímil coalición de facto y contranatura que sostiene al lehendakari Patxi López, el PNV se ha adelantado sacando la caballería en vez de mover un cauteloso peón. El ofrecimiento de un pacto de legislatura a los socialistas vascos hecho por los nacionalistas, ha tenido sin duda la virtud de de conseguir atraer la atención de todo el mundo político vasco y español justo en el momento preciso.

Y es que el escenario y el instante están muy bien elegidos. El PP español es en estos momentos un púgil con la cara intacta pero con el hígado muy castigado por los golpes. El aireamiento imparable de la corrupción económica y sobre todo moral, en la que viven las administraciones gobernadas por el partido de la derecha extrema/extrema derecha española lo está minando de modo progresivo, lento pero inexorable. Ganar por mucho menos margen del esperado las elecciones europeas, recuperar Galicia por los pelos y contribuir desde fuera a desalojar al PNV del Gobierno vasco, es un pobre balance político con el que intentar contrarrestar el daño enorme que está sufriendo el PP al ir aflorando uno tras otro una cascada de escándalos político-económicos interrelacionados, que están anegando en porquería cuanto tiene que ver con el partido neo/post-franquista. Progresivamente pues la derecha española va ensimismándose en sus problemas, y dejando de prestar atención a lo que sucede fuera de su piel.

El PNV por su parte, ha sabido hacer rápido el duelo por la etapa Ibarretxe. En realidad se diría que la salida de la política del ex lehendakari nacionalista ha sido acogida incluso con alborozo dentro de su propio partido, y no sólo por sus rivales internos. Quien lo dude sólo tiene que ver lo razonable que se ha puesto Joseba Egíbar desde que Ibarretxe ya no está ni se le espera, y lo callado que anda el antaño tonante Xabier Arzalluz. Pero yendo a lo que importa, que en resumidas cuentas es desentrañar las razones del movimiento hecho, según Josep Ramoneda la oferta nacionalista es una jugada de gran estilo y llena de veneno; ambas cosas seguramente son ciertas. Y eso sí, seguramente hay en ella más sinceridad e incluso la necesidad de ser creíble y creído, de lo que pueda parecer a primera vista.

Intentaré explicarlo. No cabe duda de que como dice Ramoneda, el PNV ha analizado la situación y al ver que Patxi López tiene posibilidades de consolidarse, ha decidido que bajo ningún concepto puede quedarse fuera de la partida. Es cierto que en los próximos años no hay peligro de que el PSE logre por sí solo una mayoría parlamentaria que le permita gobernar cómodo en solitario, y que es simplemente imposible que el PP forme parte algún día de un Gobierno vasco y ni siquiera de una mayoría parlamentaria oficializada. Pero no es menos cierto que el nacionalismo burgués vasco (que una vez extinguida de hecho EA vuelve a encarnar el PNV en exclusiva), no puede permitirse el lujo de quedar fuera de juego viendo como "los otros" re-construyen un Euskadi diferente a su propio modelo. El PNV necesita participar en esa re-construcción, pactar sus términos y sus límites, porque se juega mucho y también porque representa mucho. Alguna vez he escrito que la política y el futuro vascos sólo tiene dos actores imprescindibles, el PNV y los socialistas vascos; todos los demás, absolutamente todos los demás, incluida desde luego la llamada "izquierda" abertzale, tanto la directamente proetarra como la no violenta ahora agrupada en torno a Aralar, son perfectamente contigentes.

En resumen, el PNV, que juega con las negras esta legislatura y probablemente la siguiente, ha movido pieza usando una apertura inteligente y agresiva (en el sentido ajedrecístico de la expresión). El reto está lanzado, pero en realidad López sabe que esto es sólo el principio, una invitación a comenzar a explorar el tablero. Las cosas han de madurar mucho todavía, y ha de pasar tiempo para que se vaya consolidando el nuevo juego que ahora está comenzando.

Eso sí, si hay alguien satisfecho en estos momentos, esos deben ser los líderes de los socialistas guipuzcoanos. El diseño político de largo alcance creado por los Eguiguren y compañía se está cumpliendo paso a paso de modo inexorable.

martes, 23 de junio de 2009

Sangre, sudor y txacolí


Mientras Patxi López debuta como lehendakari y ETA le pone el primer muerto sobre la mesa, la perrera mediática madrileña acoge con escándalo las fotos de Zapatero y Rajoy presentándose juntos en el funeral de Eduardo Puelles, el mando policial asesinado con una bomba-lapa colocada en su coche por el grupo terrorista vasco. Escándalo que como no podía ser menos, coincide al milímetro con el que ante el mismo hecho manifiesta la perrera que en los medios propios y en Internet jalea los atentados etarras. Una vez más, unos y otros, los hiperespañolazos y los euskobomba, caminan cogidos de la mano, por algo tienen raíces comunes en la ideología más atrozmente reaccionaria y arcaizante de Europa: el carlismo decimonónico.

Con todo, algo de razón en el escándalo habrá que darles, aunque por razones opuestas a las que ellos esgrimen. Y es que la foto de Zapatero y Rajoy es simplemente eso, una foto, y la cantinela sobre la "unidad de los demócratas" sólo eso, una cantinela. La solución del problema sigue sin pasar por ahí, más que nada porque mientras el PP no vuelva a gobernar con hegemonía absoluta en España no habrá solución para el llamado "conflicto vasco", esa confrontación fabricada artesanalmente con dedicación y mimo por fascistas vascos y españoles desde hace medio siglo. El PSOE tuvo su oportunidad de alcanzar una solución negociada, pero ETA la arruinó cuando comprendió que los grandes poderes españoles -financieros, eclesiásticos, mediáticos, y desde luego, los principales aparatos del Estado-, no la avalaban; repásense las hemerotecas y véase como las negociaciones fueron saboteadas desde esas instancias con verdadero frenesí. Ellos le pusieron en bandeja a ETA, seguramente de modo consciente, la ruptura de la tregua.

ETA ha comprendido por fin que sólo podrá negociar con quien representa verdaderamente a los grandes poderes españoles. Y espera a que el representante de éstos, aquél que ejerciendo el papel vicario como cabeza de la derecha política española logre alcanzar la Moncloa, les llame a negociar. Hasta entonces el PSOE en el gobierno va a tener sangre, sudor y txacolí por un tubo (lo último, para brindar en Madrid y en el Goierri por el desgaste de los socialistas que comportará cada atentado). Como los socialistas están poseídos por eso que llaman "sentido del Estado", llegado el momento olvidarán todos los sabotajes sufridos y apoyarán ciegamente la negociación entre el gobierno del PP y ETA, que finalmente dará paso a la fórmula que previamente se haya pactado en alguna oficina situada en territorio norteamericano o sus colonias europeas. De todos modos, aún faltan unos cuantos años para eso.

Mientras tanto, Rubalcaba seguirá deteniendo jefes y comandos etarras. No digo que dé igual, pero como acaba de comprobarse, la serpiente sigue regenerándose aunque le arranquen la cabeza. Igualmente ETA seguirá asesinando policías y cuando le apetezca, ciudadanos de cualquier clase; tampoco lograrán avanzar un milímetro así, porque como les advirtió la viuda del inspector Puelles, ya hay otro policía que ha ocupado su puesto. La rueda infernal seguirá girando.

Habrá que esperar. Pero la ocasión de Zapatero se ha esfumado para siempre.

La imagen que acompaña el post corresponde al estado en que quedó el coche de Eduardo Puelles, la última víctima de ETA, asesinado con una bomba-lapa adherida al vehículo.

viernes, 8 de mayo de 2009

Un López, lehendakari vasco


Hace muchos años, en una serie de televisión norteamericana aparecían dos niños huérfanos que acompañados por un indio, antiguo trabajador en la granja de sus padres -que acababan de fallecer-, se dirigían en carreta hacia el Oeste. Al abandonar los límites del Estado donde vivían e ingresar en el contiguo el indio se bajaba del carro, y tras arrodillarse, empezaba a mirar el suelo como si buscara algo. Los chicos le preguntan qué hace, y el contesta que buscar la raya que divide los dos Estados. Le contestan entonces que esa línea es ficticia, que no existe; el indio, con toda lógica, responde que él ha visto esa raya pintada en el mapa que hay colgado en el aula de la escuela a la que asistían los dos niños, y que por tanto la raya debería estar en el suelo.

Ciertamente las rayas fronterizas son puras convenciones, que existen en la medida en que aceptamos que existen. Ayer Patxi López dio un pasito en la dirección de borrar una de esas rayas.

Tampoco estuvo nada mal el que por vez primera en 32 años de democracia restaurada, un cargo público prescindiera en su toma de posesión del crucifijo y la biblia, símbolos del sometimiento del poder civil a la ideología religiosa. Y que en su promesa decidiera no humillarse ante ningún dios, como hacían sus predecesores. El gesto que tuvo ayer el nuevo lehendakari vasco, en suma, es de los que abren camino.

Lo que más me ha gustado sin embargo, fue la parte de su discurso como candidadato en la que se presentó como “nieto e hijo de trabajadores”, manifestando públicamente el orgullo que eso le producía. Todos tenemos “antepasados” y el mismo derecho a reivindicarlos, aunque el apellido de uno sea López.

miércoles, 6 de mayo de 2009

País Vasco: de Ibarretxe a Patxi López


Fíjense en la foto de portada de El País de hoy. Aparecen Patxi López e Ibarretxe dándose, protocolariamente, la mano. Observen la mirada de Ibarretxe. No hay en ella resentimiento: lo suyo es odio en estado puro.

Lo mejor de esta historia del cambio de presidente autonómico vasco es que se ha acabado Ibarretxe. Su propio partido le ha enseñado la puerta: “vence o muere”, le dijeron. Pues no ha vencido, así que adiós y a otra cosa.

La apuesta de los socialistas vascos (PSE), por su parte, es muy fuerte. Se alcanza por primera vez la presidencia del Gobierno vasco, se facilita al PNV la liquidación del arzallucismo y de las tentaciones frontistas con los terroristas etarras, y de aquí a un par de años se pacta (o se intenta pactar) un gobierno de coalición o un acuerdo parlamentario con los nacionalistas vascos. Mientras tanto Patxi López y compañía dormirán cada noche con un escorpión entre las sábanas; el PP es el PP y clavar el aguijón está en su naturaleza, como en el famoso apólogo del cruce del río.

Si Patxi López sobrevive políticamente, no creo que Arzalluz vuelva a referirse al ya lehendakari como “un tal López”. Más que nada porque en ese caso, Arzalluz y cuanto simbólicamente se ha empeñado en representar ya no existirán políticamente y a nadie le interesará un pito lo que pueda decir.

En la fotografía que ilustra el post, una diana pintada por simpatizantes de la organización fascista ETA en el verano de 2008 amenaza a militantes socialistas vascos en Zumaia, País Vasco.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Euskadi, el miedo y la furia


Mientras todo el arco parlamentario vasco lograba reunir apenas a un centenar de personas en Lazkao para condenar la última bomba de ETA, un ciudadano al que esa explosión dejó sin vivienda vivió su particular día de furia y maza en mano, destrozó uno de esos bares donde además de financiar con su recaudación a quienes ponen las bombas, se les celebra como héroes y se recoge dinero para sus gastos cuando son encarcelados. La taberna etarra está situada a menos de cien metros del edificio donde Emilio tenía su vivienda, dañado por la explosión de una bomba etarra en los bajos donde estaba el local del Partido Socialista de Euskadi.

El gesto desesperado y furioso de Emilio, el ciudadano vengativo, no tiene precedentes y probablemente no tenga continuidad. Habría que pensar en todo caso qué podría ocurrir en el País Vasco si por el contrario se extendiera su comportamiento en respuesta a crímenes de ETA. Es decir, en el que caso de que las víctimas no ya directas sino quienes como Emilio han sufrido "daños colaterales" en atentados etarras, en vez de resignarse y callar decidieran hacer copartícipes de su problema a quienes lo han causado o dan apoyo a los causantes. En definitiva, se trataría de una estricta aplicación de la doctrina etarra de la "socialización del dolor".

La reacción de Emilio sólo se entiende en un contexto generalizado de miedo y de frustración, consecuencia de la impunidad conque actúan los ambientes sociales proetarras en el País Vasco. Como botón de muestra, a las pocas horas de la acción de Emilio contra la taberna etarra el pueblo entero apareció empapelado con carteles con su nombre y apellidos y domicilio particular en los que se le llama "agresor fascista" (excuso reproducir lo que les llamaba a gritos por su parte Emilio mientras blandía la maza contra el mobiliario de aquél nido de ratas). La maquinaria de propaganda nazi abertzale, con todo, sigue funcionando a la perfección, y el "agresor" agredido ha tenido que salir de la comunidad vasca porque naturalmente ya le han pintado una diana en la cabeza.

Superado el incidente, la normalidad sigue reinando en el País Vasco.

¿Ibarretxe? Ni se ha enterado, seguramente debe andar muy ocupado diseñando su próximo plan.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Entre la farsa y la tragedia. Escenarios para después de las próximas autonómicas vascas


Gran paripé porque el Tribunal Constitucional ha revolcado el invento del referéndum de autodeterminación que supuestamente quería convocar el lehendakari vasco. Todo es una farsa, porque Ibarretxe no pretende más que garantizarse la cabeza de lista del PNV en las próximas autonómicas y atraer el voto batasuno. Lo demás son fuegos artificiales, puro espectáculo.

La cuestión está en si Urkullu y compañía consideran que ganar algunos votos batasunos -quizá los suficientes para que Ibarretxe siga gobernando con una reedición del actual tripartito-, merece el riesgo de fractura del partido. El militante peneuvista es disciplinado y cerrado tanto o más que el pepero, y como ése capaz de tragar carros y carretas si quienes mandan en el partido se lo ordena; pero aún así el peligro de escisión en el PNV es alto en cualquier caso y por cualquier ala salvo si ganaran con mayoría absoluta, y eso parece fuera de su alcance.

En la acera de enfrente, la apuesta del PSE es bastante loca: Se trata de ganar las elecciones y formar gobierno con el PNV como socio minoritario, una vez éste se haya desprendido de Ibarretxe. Un encaje de bolillos.

Otro escenario posible aunque improbable para los socialistas vascos sería gobernar como fuerza minoritaria con el PNV como partido mayoritario, siempre si éste se deshiciera antes de Ibarretxe. Difícil y caro, muy caro.

Y en fin, el tercer escenario para los socialistas, el peor de todos con diferencia, sería gobernar con el PP. Un suicidio a corto plazo para el PSE, y una bomba atómica de tiempo depositada en la santabárbara del PSOE.

Total, que el cambio de mayorías en el País Vasco está negro. Como siempre. Y ETA al fondo, como siempre también.

viernes, 14 de marzo de 2008

Un balance de las elecciones generales del 9 de marzo (y 3)


PSE Y PSC VUELAN SOLOS

1. Los excelentes resultados del PSE no son fruto de la casualidad, ni se deben en exclusiva al mal momento que están pasando el conjunto de las opciones nacionalistas vascas. Tras el resurgimiento de este partido en los últimos años, está el trabajo de un equipo esforzado liderado por Patxi López. Con discreción y firmeza, la actual dirección del PSE ha devuelto a los socialistas vascos su plena identidad y referencias políticas, oscurecidas durante los negros años en que Redondo Terreros y Rosa Díez pusieron el PSE al servicio vicario del proyecto político que pretendía imponer el PP en Euskadi.

El PSE se desmarcó a tiempo de esa apuesta españolista agresiva y rancia, profundamente aznariana, que enarbola la extrema derecha parlamentaria y que encarna en políticos de la catadura de Mayor Oreja y María San Gil. El premio a esa actitud ha sido el reencuentro con su electorado de siempre, al que ahora se han sumado votantes jóvenes integrantes de las nuevas generaciones de vascos, personas para quienes los mitos nacionalistas vascos o españoles son asuntos secundarios ante los problemas sociales reales que deben afrontar a diario. En suma, el PSE ha recuperado su papel histórico de conciencia social y política de un País Vasco en el que, como sucede en realidad en todas partes, las clases populares y trabajadoras vascas tienen problemas concretos por los que preocuparse (trabajo, vivienda, educación, promoción social...), que nada tienen que ver con el choque de abstracciones míticas enarboladas en Euskadi por cada una de las dos grandes fracciones de la burguesía vasca, la de vocación local y la de carácter estatista.

Por otra parte, en los ultimos años el PSE ha ido ganando también de modo lento pero seguro mayor autonomía respecto al PSOE, lo que ha fortalecido y madurado su propia organización y dado mayor proyección y relevancia a sus líderes. Los socialistas vascos en definitiva, han tomado las riendas de su propio proyecto político, y su electorado ha respondido positivamente.

Hoy el PSE vuelve a ser referencia indispensable en la política vasca. Junto con el PNV, son en realidad las dos únicas referencias políticas realmente imprescindibles para el País Vasco, como demuestran sus centenarias historias y su presencia actual en las instituciones y la vida civil vascas. Por tanto, habrá que contar necesariamente con ambos para construir el futuro de Euskalherria, sea cual sea la dirección en que éste se encamine. El diálogo y la concertación PSE-PNV son pues inevitables.

2. El PSC por contra se ha encontrado aparentemente de repente en la cresta de la ola, cuando todas las variables que se puedan manejar indicaban a priori justamente lo contrario. En los 30 años de historia de la democracia restaurada, jamás antes los socialistas catalanes habían tenido una generación de dirigentes tan mediocres y de tan escaso atractivo popular, ni se se habían manifestado juntos en Catalunya tantos problemas de fondo (la quiebra por obsolescencia de las infraestructuras de transporte es apenas uno de ellos), ni habían gobernado en instituciones catalanas con mayorías tan precarias como las que hoy sustentan la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona, por poner ejemplos conocidos y de fuerte proyección.

Y sin embargo el PSC ha arrasado, y no sólo en sus feudos tradicionales (los barrios obreros de Barcelona y el "cinturón rojo" de la ciudad, donde ha conseguido niveles de votación superiores en muchos casos a los de 2004), sino que ha logrado asimismo una fuerte penetración en la Catalunya profunda, en la que va calando como opción electoral en los últimos años. Ello se debe obviamente a una conjunción de factores a tener en cuenta (tirón de Zapatero y el PSOE entre la inmigración española, "voto republicano" (en el sentido electoral francés) de resistencia antiPP, crisis del resto de opciones políticas de izquierdas y de derecha moderada...), pero también, y quizá sobretodo, a que el electorado catalán de izquierdas ha leído e interpretado el actual momento histórico como una etapa de acumulación de fuerzas que debe inaugurar un nuevo período histórico en el país, tras un cuarto de siglo de hegemonía de la derecha regionalista/nacionalista y cuatro años de transición con un gobierno que intenta precisamente dar paso a una nueva era. Esta era efectivamente la ocasión de dar un paso adelante y cerrar un ciclo, y el electorado catalán democrático-progresista ha pensado que, vista la fragilidad del resto de opciones políticas catalanes que aspiran a representarlo en todo o en parte, debía concentrar su voto en la formación que por sus características propias y sus vinculaciones con la izquierda española, mejor podía garantizar éste cambio.

La razón de la posición central del PSC en la política catalana , se basa en la composición sociopolítica de su electorado histórico. En él se plasma un viejo proyecto del ala izquierda socialista catalana en los setenta y primeros ochenta, que curiosamente se ha desarrollado luego que ésta prácticamente desapareciera: la articulación de un bloque hegemónico de clases en torno al partido. El dibujo de esta apuesta remitía a que el PSC debía ser el eje en torno al cual se agrupara la representación política de las clases trabajadoras, las obreras y las de "cuello blanco", y de las clases medias progresistas e identificadas con un proyecto de cambio político y social. Lo sorprendente del caso es que al haber liderado esta apuesta dirigentes políticos inclinados hacia la socialdemocracia de derecha y el social-liberalismo, esa identificación del bloque hegemónico de clases con el PSC no se haya roto sino que por contra se ha ido fortaleciendo con el paso del tiempo, e incorporando nuevos elementos sociales.

Para explicarlo de modo sintético, este bloque de clases está conformado por tres sectores netamente diferenciados:

- Las clases trabajadoras: de origen inmigrante y asentadas en Catalunya en los últimos 50 años, cuya raíz ideológica lejana es el anarquismo sindicalista (posibilista) de la preguerra.

- La pequeña burguesía mestiza: urbana y profesional, cuya raíz ideológica lejana son las izquierdas marxistas de los años sesenta y setenta.

- Una parte del patriciado urbano catalán: clases medias acomodadas de origen netamente catalán, cuya raíz ideológica es el republicanismo federalista del siglo XIX y primer tercio del XX.

Esta alianza de clases articulada electoralmente en torno al PSC, es la que acaba de decidir que Zapatero seguirá cuatro años más en la Moncloa. También, y lo que seguramente es mucho más importante, que Catalunya se encamine decididamente hacia un proceso de rápida desnacionalización que, en aparente paradoja, podría conducir a medio plazo a una situación de soberanía plena o compartida con el Estado español.

En todo caso, sea cual sea el futuro de Catalunya, el PSC va a ser su eje... incluso si sus dirigentes siguen sin estar a la altura del momento histórico, pues es sabido que las corrientes que empujan la Historia son más decisivas en su conformación que la actuación de los hombres que creen manejarlas.

jueves, 23 de agosto de 2007

Odón Elorza, la voluntad de civilidad


Cuando un político es atacado con idéntico entusiasmo por el PP en pleno, por el sector más irredentamente españolista del PSOE, por Arzalluz y sus soberanistas y por ETA-Batasuna, es que seguramente el hombre está en el buen camino. Es lo que se puede pensar de Odón Elorza, quizá uno de los personajes públicos más odiados por quienes piensan que la política se hace con las tripas, y más respetados por contra por quienes creemos que la "res pública" se gobierna con el cerebro.

Y eso que Elorza nunca ha tenido pelos en la lengua, y lo mismo dice a micrófono abierto que lo que ha hecho en Navarra el PSOE-Ferraz es una chapuza impresentable y que debería haberse constituido un gobierno navarro entre socialistas y nacionalistas, como se refiere a la"kale borroka" como la acción de un puñado de jovenzuelos chalados que no se representan ni a sí mismos porque es ETA quien manda en ellos. Nunca se ha callado, ni siquiera cuando su nombre andaba en las listas de futuros victimizados por los neocarlistas.

Quizá sean sus orígenes trostkystas los que han dado a Odón Elorza una voluntad de hierro y una capacidad de supervivencia incluso física en un medio que durante muchos años sólo podía considerarse como hostil. En los años setenta y ochenta, Donosti era un feudo partido en dos mitades y repartido entre el facherío español más reaccionario y el otro fascismo, el de capucha y tiro en la nuca en nombre de la patria vasca. Sitiado más que situado entre esas dos concepciones patrióticas aparentemente antagónicas y sin embargo tan semejantes entre sí, Elorza logró que la civilidad fuera abriéndose paso en la vida de una ciudad de la que es alcalde desde 1991, y cuya transformación ha liderado navegando todas las tormentas, incluidas las desatadas en contra suya dentro de su propio partido.

Obviamente desde que en el PSE manda Patxi López, Elorza debe sentirse más arropado, aunque de vez en cuando le envíen desde Madrid missiles de largo alcance con ánimo de hacerlo políticamente fosfatina. Vasquista pero no nacionalista, Elorza es un tipo incómodo para todos aquellos que pretenden que sólo se puede estar en blanco o en negro, o conmigo o contra mí; Odón Elorza no está en realidad más que de parte del sentido común, ése que ya se sabe que es el menos común de los sentidos.