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viernes, 8 de julio de 2011

La putrefacción de Izquierda Unida del País Vasco



Las negociaciones entre los partidos vascos tras las elecciones municipales han arrojado un panorama político fragmentado, que ha forzado un reparto de poder en el que a casi todo el mundo le toca algo pero en el que nadie logra hegemonizar más que parcelas concretas, y aún ello con el apoyo o la abstención de otras fuerzas políticas. Así por ejemplo, mientras el Gobierno vasco sigue en manos del PSE con apoyo parlamentario del PP, la Diputación Foral (provincial) de Guipuzkoa la gobernará Bildu con la benevolencia del PNV provincial (sector"soberanista"), en Bizkaia mandará con comodidad el PNV (sector "pactista") y la de Áraba pasará a manos del PP con apoyo del PSE, luego de que haya fracasado el intento del PNV provincial ("soberanista") para lograr un pacto con EB, la Izquierda Unida del País Vasco, que le permitiera conservarla.

Al fracasar las negociaciones con EB/IU en Áraba, el PNV ha decidido hacer público el proceso negociador. Según publica hoy El País lo hace "tras arrojar la toalla, una vez que apenas 70 afiliados de EB decidieron votar a su propia candidata -Nerea Gálvez- y así facilitar que el PP recuperara el poder en esta institución". Lo que viene a continuación no tiene desperdicio: "el candidato del PNV desgranó ante las Juntas Generales de Álava el listado de prebendas que Javier Madrazo, ex coordinador general de EB y consejero del Gobierno de Juan José Ibarretxe (PNV), les pidió junto a otros miembros de su sector a cambio de los dos votos: un crédito de 600.000 euros sin garantías, colocar a 39 afiliados en diferentes organismos sociales y culturales, un puesto en el Consejo de Administración de Caja Vital y otro para la hermana de Madrazo en la Obra Social de la BBK".

No para ahí la cosa. Agirre, el candidato peneuvista que defendía su reelección, "relató en su discurso cómo el brazo derecho de Madrazo, Serafín Llamas, situó el punto de partida de las posteriores negociaciones: "Aquí hay dos mesas (de negociación) : la mesa A (dinero y puestos) y la mesa B, el programa. Si ustedes cumplen parte de la mesa A, bajarán las exigencias de la mesa B".

Lo mejor del asunto es que los Madrazo (un clan familiar que durante años manejó EB/IU a su antojo) y sus seguidores, negociaban por su cuenta... o eso al menos es lo que ahora pretende hacer creer la dirección vasca de IU una vez que se ha destapado la olla podrida. Concluye la información de El País que "la reacción más contundente a este cúmulo de acusaciones vino desde el actual coordinador general (de EB), Mikel Arana, que aseguró no conocer el contenido de las negociaciones y reaccionó, por medio de un duro comunicado, situando a las junteras y los afines a Madrazo "fuera de la organización".

Ya ven a dónde llega la pureza de la "Verdadera Izquierda".

En la fotografía que ilustra el post, Javier Madrazo posa en mayo de 2010 ante un cartel de EB/IU que ha resultado profético, ya que resume perfectamente la negociación con el PNV narrada.

domingo, 19 de junio de 2011

Izquierda Unida elige el suicidio político



La verdad es que personalmente no soporto al señor Fernández Vara, el candidato del PSOE a la Junta de Extremadura. El tipo en cuestión es un trapacero, desideologizado y catalanófobo burócrata carpetovetónico, digno heredero de su inventor, Rodríguez Ibarra, el tosco y aguerrido presidente extremeño que durante décadas no dejó de disparar verbalmente contra Jordi Pujol mientras procuraba imitar en todo -sobre todo en lo mucho malo- al casi eterno presidente catalán.

Pero entre echar a Fernández Vara de la política y entregar Extremadura al Partido Popular (PP) debería mediar un abismo, al menos para gente que dice ser comunistas, aunque cada vez dé más risa oírlos definirse así. Había otras soluciones obviamente, como exigir al PSOE que cambiara a su candidato. Pero no, los "komunistas" de Izquierda Unida (IU) han preferido reeditar la pinza y dejar al pobre Cayo Lara, el supuesto coordinador del cada vez menos partido y más grupúsculo, con el culo al aire. En realidad hace apenas unos días que la maquinaria estalinista de IU -es decir, lo que queda del PCE- ya se había puesto en marcha, pactando con el PP unas decenas de alcaldías en Andalucía y Extremadura. Detrás de toda esta mierda está naturalmente la mano del "kamarada" Anguita, el mismo canalla que en los noventa llevó a IU a la miseria moral y política pactando con los franquistas del PP la pretendida destrucción del PSOE; tan ingenuo como soberbio y prepotente, el grandísimo idiota creyó sinceramente a los Aznar, Anson y Pedro J. Ramírez cuando le prometían que la pinza IU-PP liquidaría al PSOE y que diez millones de votos de izquierda caerían inexorablemente en el cesto de IU.

De todos modos la atracción de Anguita por el franquismo no es nueva. Es bien conocida su tardía incorporación al PCE, luego de haber militado durante años en el falangismo de camisa azul y correaje y haber intentado ser guardia civil. Durante años el tipo disfrutaba leyendo en voz alta pasajes de obras de José Antonio Primo de Rivera, el ideólogo del fascismo español, para pasmo de los comunistas obligados a oírle. Un pobre diablo arrogante y pretencioso, maestrillo de escuela huero de conocimientos y empachado de retórica, armado intelectualmente con cinco céntimos de marxismo-leninismo alcanforado, trufado con el fascismo elemental joseantoniano. Este es el hombre que de nuevo conduce con paso firme a IU a la ruina, esta vez definitiva; detrás le sigue un cada vez más escúalido rebaño de borreguillos dispuestos a contentarse con las migajas que el partido franquista les arroja al suelo. Yo que Cayo Lara cogía la puerta y me iba a mi casa, antes de que le enmierden del todo.

La fotografía que ilustra el post corresponde a los años noventa, en plena conspiración para llevar al PP al Gobierno español, infamia en la que participó la IU dirigida por Julio Anguita (en la foto conversando con José María Aznar).

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cayo Lara, benemérito compañero de viaje


La foto del coordinador de Izquierda Unida (IU), el señor Cayo Lara, poniendo cara de satisfacción mientras agarraba la pancarta de la cabecera de la manifestación de guardias civiles celebrada ayer en Madrid, teniendo a sus espaldas los cartelones del sindicato corporativo en el que se organizan estos señores, es sin duda una de las imágenes más esperpénticas del año, digna de figurar en el Museo Dalí de Figueres por cuanto tiene de aportación al surrealismo. A más de un viejo militante comunista se le habrá desbocado el corazón al ver a su líder en tan benemérita compañía, a la que en declaraciones efectuadas sobre el terreno el máximo dirigente de IU ofreció toda clase de apoyos en sus reivindicaciones.

Dicen que la política hace extraños compañeros de cama y suele juntar a todavía más raros compañeros de viaje, pero el idilio entre el líder comunista y los "trabajadores" de la Guardia Civil nos sume a muchos en la perplejidad. Baste decir que los reivindicativos señores del tricornio llamaron a gritos "caudillo" a Pérez Rubalcaba, el ministro del Interior; conociendo los antecedentes del Benemérito Cuerpo me queda la duda de si era un insulto o una alabanza. ¿Ustedes que creen?.

sábado, 25 de abril de 2009

La crucifixión de Rosa Aguilar


Nunca me gustó Rosa Aguilar. En tiempos fue la niña bonita y heredera in pectore de Julio Anguita, al que sucedió en la alcaldía de Córdoba, la ciudad que ha sido buque insignia municipal de Izquierda Unida (IU), y la única capital de provincia española con alcalde teóricamente comunista desde 1979, creo. Aún me gustó menos cuando empecé a oírla en su condición de "tertuliana dialogante" de plantilla de la Cadena SER, y menos todavía cuando me enteré de que es católica practicante (cada cual tiene derecho a creer en lo que le de la gana, obviamente, pero a mi juicio de un tiempo a esta parte empiezan a haber demasiados católicos, o gente que dice serlo, en puestos dirigentes de partidos de izquierda españoles, y eso se nota).

Ahora Rosa Aguilar acaba de dar un giro significativo a su carrera política, aceptando un puesto como consejera independiente en la Junta de Andalucía, gobernada con mayoría absoluta por el PSOE. Cualquiera diría que la fuga de Rosa Aguilar de IU, tiene que ver con el gris presente y el más negro futuro que todo el mundo augura a la coalición que piadosamente podríamos decir que lidera el PCE, o lo que queda de él. No parece que la continuidad de Aguilar o de cualquier otro candidato de izquierda al frente de la capital cordobesa sea posible más allá de las próximas elecciones municipales, cuando muy probablemente el PP ganará esa ciudad con mayoría suficiente para gobernar.

Con todo, alguna simpatía empieza a despertarme esta mujer, a la que hay que reconocer cierto talento y una innegable condición de luchadora. Y es que el torrente de insultos y descalificaciones que le han llovido desde la formación política a la que teóricamente aún pertenece, la hacen sino más atractiva desde el punto de vista político al menos sí más comprensible desde el puramente humano. Resulta difícil imaginar la capacidad de aguante que hay que tener para haber convivido tantos años con gente que es capaz de soltar sobre una tanto veneno, como han hecho y siguen haciendo de Anguita al último de sus secuaces en respuesta al plantón que les ha dado Rosa Aguilar. Entre paréntesis, me sorprende y duele que a ese coro infame se haya unido Gaspar Llamazares, un hombre que me merece el mayor de los respetos desde el punto de vista político y humano; quizá Llamazares haya intentado hacerse perdonar su distanciamiento -a la fuerza ahorcan- en relación con el núcleo dirigente actual de la coalición. En todo caso, Gaspar Llamazares ya sabe qué clase de cosas van a decir de él el día no lejano en que se marche de IU.

La fuga de Rosa Aguilar desnuda la crisis irrecuperable en que vive sumida IU. Las descalificaciones contra una persona, incluso en el más que hipotético caso de que fueran merecidas, no van a ayudar en nada a recomponer una organización y un espacio políticos que se descomponen por momentos. Crucificar y devorar a la alcaldesa de Córdoba no va a aportar a su Saturno más satisfacción que el gozar unos días de atención por parte de los medios de comunicación de la extrema derecha, esos mismos desde los que en los años noventa se le jaleaba como el "representante de la verdadera izquierda". Ya hemos visto el precio que pagó IU por aquellos alabanzas interesadas.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Izquierda Unida regresa a los años noventa


La elección final del Coordinador de IU no ha deparado sorpresas. En el estado preagónico en que se halla la coalición, el golpe de mano dado por el PCE en la última Asamblea -largamente preparado, y ejecutado al más puro estilo de los viejos tiempos-, no podía sino triunfar del modo en que lo hecho. El tal Cayo Lara, un absoluto desconocido y un al parecer no muy preparado dirigente regional de IU (un miembro de ésa coalición me comentaba ayer por teléfono: "¿Sabes? han hecho Coordinador de IU a Magdalena Álvarez"), era el candidato oficial de un PCE que insiste en retrotraer la coalición a los años noventa, aquellos tiempos de la famosa teoría de "las dos orillas" anguitista que tan bien sirvió a la conquista del poder por el PP en 1996, y que para IU supuso la destrucción de su credibilidad política ante su propio electorado.

De momento ayer el señor Lara ya se despachó a gusto diciendo que "ellos" (la nueva/vieja IU) son una "cosa distinta" del neoliberalismo que a su juicio abanderan por igual el PSOE y el PP, y que su electorado les pide que marquen distancias con el PSOE (¿qué electorado? ¿el que mediante el "voto útil" ha huido en masa al PSOE, o el que se ha refugiado en la abstención asqueado por las continuas pugnas internas por el poder en la coalición?). Eso sí, según declara hoy en El País este señor Lara -cuya oratoria escasa, tosca y de catequista, resulta tan característica del anguitismo en estado puro-, "IU no va a tener nunca más un gobierno y una oposición en su seno"; cuando la periodista le recuerda que ésa oposición interna la organizó el PCE, el señor Lara desvía la responsabilidad de las pugnas internas al anterior "gobierno" de IU. Un sutil dialéctico no parece pues el nuevo Coordinador de IU.

De paso, Cayo Lara avisa de que, de seguir así las cosas, se hará "inevitable" una huelga general. Seguro que en Génova, 13, sede del PP, ya se están frotando las manos ante esa perspectiva. Claro que para montar una huelga general hay que contar con sindicatos que la lancen. Y en eso están los mentores políticos del señor Lara: en desestabilizar CCOO, moviéndole la silla a José María Fidalgo, su secretario general, al que acusan -horror de los horrores- de "prosocialista".

Decía Marx que cuando la historia se repite, lo que primero fue tragedia regresa como farsa. Y efectivamente, si la infamia de los años noventa, con el pacto entre Anguita y Aznar para desalojar al PSOE del gobierno y quedarse IU con el espacio electoral socialista, provocó un desastre político en España cuyas consecuencias aún las estamos pagando -empezando por la propia IU, cuya credibilidad política se hundió en el fango-, repetir la jugada significará además de la caída de IU en el mayor de los ridículos políticos, su segura autodestrucción a corto plazo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Más de lo mismo en IU


Después de la Asamblea-Congreso-akelarre de este fin de semana, IU está más muerta que el PCUS. Dicho sea con todos los respetos para la buena gente que queda en IU y ninguno para el PCUS y sus adoradores españoles, que como se ha visto estos días y por increíble que pueda parecer, aún quedan unos cuantos.

Resulta extremadamente alucinante ver cómo, contra todas las enseñanzas del freudomarxismo, es el padre (el PCE) quien mata al hijo (IU), y encima se queda tan pancho. Lo más siniestramente divertido es que ese PCE que ahora reclama identidades pleistocénicas lo mangonean señores que llevan como quien dice cuatro días en el partido, comenzando por el ¿ex?falangista Julio Anguita. O Felipe Alcaraz, quien antes de afiliarse al PCE en los años setenta lo intentó en el PSOE y le negaron la entrada. Por ahí anda también Paco Frutos, experto dinamitero, prolífico creador de corrientes y enterrador oficial del PSUC. La lista de ejemplos es tan larga como aburrida. Por cierto, penoso oír hablar al candidato que pretendían parachutar sobre IU, un tal Cayo Lara, cuya claridad de ideas y capacidad oratoria convierten en comparación a la ministra Magdalena Alvarez en un Demóstenes con acento andaluz.

Y luego están los “alternativos”, las terceras y cuartas vías, el chiflado Profeta de Marinaleda y un sinfín de mínúsculos grupillos, a cual más patéticamente aislado de la realidad social y política. Entre todos le han hecho la vida imposible a Gaspar Llamazares, empeñados en aquello del perro del hortelano, que ni come ni deja comer. ¿La acusación contra él? la más terrible para la actual tropa dirigente pecera: “entreguismo” al PSOE.

IU no tiene pues otra salida que la refundación, con la inclusión de nuevos colectivos y sobre todo, con la previa extinción de los que la lastran ahora. El primero de todos un PCE que debería estar hace años en un museo paleontológico, anclado como vive en la revanchista y rencorosa teoría de las “dos orillas”, la misma que ayudó a a propulsar al PP al gobierno en 1996 en aquél "Golpe de Estado difuso" (Ramón Cotarelo) en el que tan lucido papel jugaron los anguitistas.

El espacio que ocupa IU no va a desaparecer. Otra cosa es quién, qué siglas, lo va a gestionar durante los próximos años.

martes, 11 de marzo de 2008

Un balance de las elecciones generales del 9 de marzo (1)


TECHOS Y SUELOS

Las elecciones generales celebradas el día 9 de marzo han modificado en poco el escenario político general previamente existente, aunque sí han aportado algunos cambios llamativos en parcelas concretas. Un terreno que atraía especialmente la atención de los analistas era comprobar la permeabilidad de los llamados techos y suelos electorales de las grandes formaciones políticas españolas.

1. Se confirma una vez más que el PP lleva tiempo tocando su techo electoral, y que ir más allá le resulta imposible. Y es que no se puede pretender aglutinar electoralmente a toda la derecha, desde el fascismo más cerril al liberalismo "centrista", y al mismo tiempo pretender dirigir el partido desde postulados de pura extrema derecha. El PP tiene una militancia y un electorado de solidez berroqueña, pero es incapaz de pescar un sólo voto más allá de los límites en los que está encerrado. Además, si no comienza pronto un proceso de renovación que aleje de él ese tufo a cuartel y sacristía que desprende, pronto van a comenzar a huir de él quienes le votan mientras esperan que exista en este país un partido que verdaderamente encarne los ideales y los intereses de una derecha democrática.

El PP ha ganado donde ya ganaba: Madrid, Valencia, Murcia y las dos Castillas han girado un poco más a la derecha, refrendado electoralmente administraciones y candidatos inmersos en procesos por corrupción. Se diría que el clientelismo de la derecha española se fundamenta en el aforismo "la corrupción crea empleo", y que sobre la adhesión popular –en el doble sentido del término- a este principio, se está levantando una suerte de alternativa no ya al Gobierno del país sino al propio Estado. Poco a poco, la España profunda y el arco mediterráneo de Castellón a Almería se consolidan como territorios integralmente gobernados de facto por el PP, y van constituyendo una especie de Estado dentro del Estado en el que las leyes estatales son cuestionadas y eventualmente rechazadas si no se compatibilizan con los intereses de quienes ostentan el poder en esas zonas. La fractura de España es pues real, pero sus causas no son político-culturales sino socio-económicas; paradójicamente, quienes impulsan esa fractura son aquellos que mayor énfasis público hacen de la obstentación del nacionalismo español como ideología de choque.

2. El PSOE por su parte, se ha mostrado capaz de aglutinar en torno suyo a cuantos desde posiciones que van desde el liberalismo democrático al trostkysmo, piensan que este partido es un instrumento útil -el único en realidad- capaz de cerrar el paso al PP al gobierno del Estado. Por lo demás, los socialistas españoles han confirmado en estas elecciones la ruptura del ciclo infernal que en los años noventa llevó a una buena parte de su electorado a la abstención; es más, desde 2004 el PSOE ha comenzado a recuperar votos a la abstención, y lo que es quizá más importante, a retener los recuperados en sucesivas elecciones. La llamada "izquierda volátil" le ha sido fiel esta vez.

Lo específico de éstas elecciones para este partido, sin embargo, ha sido que quizá por primera vez desde el congreso celebrado en 1979, cuando renunció oficialmente a su identidad socialista para transmutarse en un partido de izquierda reformista, el PSOE se ha visto obligado a virar hacia la izquierda para ganar, recogiendo en respuesta de modo avasallador el voto de izquierdas. Los nuevos aportes le han llegado en esta ocasión no sólo de los postcomunistas de IU, sino también de todo el espacio político a la izquierda de esa coalición, y ello sin dejarse por el camino el resto de su electorado. Para hacer una descripción somera, entre los votantes del PSOE se encuentran hoy, relacionando de izquierda a derecha, liberales clásicos, social-liberales, socialdemócratas, socialistas no marxistas, socialistas marxistas, post comunistas, comunistas, trostkystas y libertarios posibilistas. También, sectores de las izquierdas nacionalistas burguesas, y hasta de derechas regionalistas espantadas por el ultranacionalismo españolista del PP.

El voto del PSOE se articula en torno al valle del Ebro, la cornisa cantábrica y el sur de la Península, además de los dos archipiélagos. Es un voto en general urbano, concentrado en grandes poblaciones y "cinturones rojos" (Madrid, Barcelona, Bilbao...), pero también en muchas prósperas poblaciones de tamaño medio, y en zonas rurales del país de larga tradición libertaria (Andalucía, Extremadura, Aragón...).

3. Izquierda Unida ha continuado su declive, que en realidad remite a la decadencia del PCE iniciada ya en las primeras elecciones democráticas en los años setenta, agravada luego de modo brutal en octubre de 1982, cuando la primera mayoría absoluta de Felipe González se cimentó precisamente en el trasvase del voto comunista hacia el PSOE, y culminada en desastre sin paliativos luego de que el anguitismo pusiera IU al servicio de la estrategia de asalto al poder del PP durante los años noventa. Gaspar Llamazares y su equipo han luchado con todas sus fuerzas por mantener a flote este proyecto político, pero finalmente han tenido que tirar la toalla: el 9 de marzo ha desencuadernado IU, no tanto por las fugas hacia el PSOE ocasionadas por el "voto útil", como por el trabajo de zapa interno que la dirección ha tenido que soportar. El PCE creó IU, y el PCE la ha destruido.

Naturalmente se puede apelar a la ley electoral, a la polarización del voto y a cuantas medias verdades se quiera para intentar justificar el descalabro de IU en estas elecciones; uno más de un rosario infinito, al cabo. Y es que cuando un partido se empeña año tras año en seguir perforando su suelo electoral, tarde o temprano llega el día en que debajo suyo ya no encuentra nada. A IU le quedan dos diputados y alrededor de un millón de votos; quizá aún esté a tiempo de salvar algunos muebles y preparar una larguísima travesía del desierto. Si les dá pereza, simplemente echarán la persiana más pronto que tarde.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Todo el pescado está vendido


Sottovoce me comentan que en las encuestas internas que manejan los partidos y algunas instituciones - esas encuestas que jamás verán la luz, pero que suelen ser bastante más ajustadas a la realidad que las aparecidas en los medios-, el PSOE estaría rozando la mayoría absoluta en estos días previos al 9 de marzo. La participación hoy se situaría en un 77 o 78%, espoleada por los errores garrafales que están cometiendo el PP y su entorno; no dan una a derechas desde hace semanas. En todo caso, parece que la mayoría que obtendrá el PSOE será suficiente para poder gobernar escogiendo la pareja de baile que le interese a Zapatero; quién será la afortunada, dependerá de la lectura que hagan en Moncloa y en Ferraz de los complejos resultados que probablemente arrojarán las urnas el día de los comicios. Algo sí está meridianamente claro: sea cual sea el resultado final, no habrá Gran Coalición a la española. Esa alianza es, simplemente, imposible.

En ése contexto, el KO técnico sufrido por Rajoy ante Zapatero el lunes pasado en el segundo debate televisado, sería apenas la confirmación de que la carrera política del registrador de la propiedad gallego está tocando a su fin, pero tendría poca influencia real en esa marea movilizadora que se percibe en el electorado de izquierdas. Sólo un ejemplo de cómo están las cosas: esta tarde, caminando por el pasillo del metro de Diagonal he visto como una señora mayor arrancaba un cartel pegado sobre un panel publicitario del PSC ocupado por el rostro de Zapatero; el gesto decidido, casi combativo, con el que la mujer ha arrancado el papel que tapaba la cara del líder socialista resulta más clarificador que muchas encuestas.

Mayor influencia va a tener en esa movilización la elección del cardenal Rouco Varela al frente de la Iglesia católica española, por haberse producido a menos de una semana de los comicios. El rechazo que Rouco y sus posturas de extrema derecha suscitan entre el electorado de izquierdas, y singularmente entre aquellos que además de izquierdistas se consideran católicos, va a suponer una nueva inyección de votantes para las listas socialistas. Por otra parte, la elección de Rouco, un duro entre los duros, envía un mensaje claro: la jerarquía católica española da por perdidas las elecciones generales del 9 de marzo, y se apresta a afrontar los nuevos tiempos colocando en primera línea lo más aguerrido que tiene en sus filas.

En IU, por contra, hay cierta desesperación preleectoral. A la pérdida segura del escaño valenciano y a una probable debacle sevillana podría sumarse un sensible retroceso en Madrid, como consecuencia del voto útil al PSOE. Sólo IC-EUiA aguanta bien en Catalunya, y quizá podrían sumar un escaño por Barcelona, en detrimento de ERC. En las izquierdas nacionalistas burguesas, la situación no es mejor: varapalo seguro para ERC, hundimiento de la CHA aragonesa y descenso neto aunque menos acusado de BNG. Les tritura el voto útil y su propia incompetencia.

En resumidas cuentas todo el pescado está vendido, y salvo golpe teatral de resonancia mundial ETA mediante -muy difícil que se produzca, vista la delicada situación de la Administración Bush-, una victoria del PSOE con cierto margen de comodidad parece asegurada para el domingo. Veremos.

lunes, 18 de febrero de 2008

¿La izquierda debe gobernar para las clases medias?

Leo en un foro socialista duras críticas a que supuestamente la campaña actual del PSOE vive sólo de la confrontación con los obispos. Ojalá un partido de la izquierda gobernante realmente "viviera de los obispos"; significaría que de algún modo estaría en lucha contra los representantes de la alienación ideológicapor excelencia en España. Por desgracia no es así, y si los obispos se ponen tan chulos es precisamente porque saben que enfrente no se les va a oponer nadie, ni sus intereses van a resultar perjudicados a corto y medio plazo. Basta leer los dulces comunicados de respuesta emanados por la dirección del PSOE o interpretar el sorprendente silencio de IU (más allá de las cuatro frases de rigor de Llamazares), para darse cuenta de esto.

Ocurre que la izquierda española sigue empeñada en ocupar el "centro", es decir, el espacio de la derecha moderada, la que integran las nuevas clases medias emergentes: urbanas, educadas, mileuristas... Estas gentes son moderadamente "progresistas", pero en modo alguno socialistas y ya ni siquiera socialdemócratas. En correlación, en la dirección de los partidos de izquierda apenas quedan ya socialdemócratas no digo ya socialistas, y sí hay cada vez más social-liberales y liberales a secas.

Sin embargo la base social de la izquierda, la que le saca las castañas del fuego a los partidos en las elecciones y a la que se apela cuando, como en el momento presente, se siente que la derecha cavernícola anda cerca de ganar, esa base social sigue estando formada por las clases populares y trabajadoras, y éstas juntas forman la mayoría de la masa ciudadana. La falta de sintonía pues entre la realidad social del país, sus necesidades y aspiraciones, y la idea que de ella tienen en la cabeza los políticos profesionales de izquierdas y quienes a través de los mecanismos de cooptación interna aspiran a serlo, no puede ser mayor.

Fíjense en esta misma campaña, planteada inicialmente por los ¿estrategas? de Ferraz como un guiño continuo a esas nuevas clases medias, objeto de la llamada "política social" del Gobierno durante toda la legislatura. Al ver la marcha de las encuestas, sin embargo, han tenido que recurrir aprisa y corriendo a los viejos lemas de la izquierda (antifranquismo, laicismo, lucha por la igualdad, etc), luego de haberlos tenido arrumbados desde el 14-M. Pura retórica para atraer desencantados de izquierdas, que sin embargo funcionará. Al final, probablemente la responsabilidad y la conciencia de muchos -eso que llaman "voto útil"- salvará una vez más la situación; pero alguien se está dejando a girones la credibilidad política y personal, y puede que un día no lejano se le acabe el saldo.

Para ganar elecciones la izquierda política necesita desesperadamente el apoyo de la izquierda social, cuyos intereses abandona en cuanto alcanza el poder. Porque la verdadera política social no son los cheques-bebé, ni el retorno indiscriminado y lineal de los 400 euros, ni las subvenciones a jóvenes para que se entrampen alquilando pisos: la verdadera política social es la que transforma la sociedad y la va acercando al ideal socialista, y eso sólo se logra interviniendo en la política económica con planteamientos verdaderamente de izquierdas: por ejemplo, que paguen más impuestos los que más ingresan, en vez de eliminar o rebajar substancialmente los que les afectan. O acabando de una vez con esa vergüenza de rango mundial, que es el que año tras año el promedio de ingresos anual declarados ante Hacienda por los empresarios resulte ser inferior al que declaran los asalariados, aquellos que por un sueldo cada vez más recortado generan las plusvalías crecientes que se embolsan precisamente sus empleadores. Acabar con esas situaciones sí es hacer política social; lo demás (matrimonios gays, natalismo, promoción de "la mujer" en abstracto, etc) es simplemente, propiciar la extensión de derechos; modifica y embellece la epidermis, pero no cambia nada en la substancia del sistema.