
miércoles, 20 de enero de 2010
Barack Obama, empieza la caída del ídolo de barro

lunes, 31 de agosto de 2009
Oskar Lafontaine y Die Linke, triunfadores de las elecciones regionales alemanas

miércoles, 28 de mayo de 2008
La izquierda gobernante y la revolución burguesa

A pesar de los errores y de las sombras, aquellos años fueron los mejores de España desde el punto de vista de la transformación social, económica y cultural del país. Según historiadores de la talla de Paul Preston, de ése tiempo quedarán básicamente dos cosas: la normalización democrática y la modernización de los aparatos productivos. No hubo políticas sociales porque en esa etapa tocaba, lisa y llanamente, limpiar las cuadras en materia económica (y también en muchos otros ámbitos: el militar, por ejemplo). El precio más alto lo pagó la clase obrera, que vio -una vez más- preteridos sus anhelos a cambio de mejores substanciales en su calidad de vida.
Tocó en esos años en suma, realizar la revolución burguesa que la derecha liberal española jamás llevó a término (prefirieron pactar con la aristocracia y repartirse el poder con ella ya en el siglo XIX). Y por cierto, ése ha sido el drama de la izquierda española con opción de gobierno: hacer (o intentar hacer) aquello que las clases burguesas llevaron a cabo en toda Europa, pero no quisieron acometer en España. Quien lo dude desde la izquierda, que revise cúal fue el papel que jugó el PCE durante
Como me respondió una vez Preston a una pregunta que le formulé, de aquí a cien años los únicos personajes españoles del siglo XX que merecerán atención de los historiadores son Manuel Azaña y Felipe González. Él añadía a Juan Carlos de Borbón, pero imagino que mencionarlo junto a los otros dos fue una demostración de fina ironía inglesa.
lunes, 18 de febrero de 2008
¿La izquierda debe gobernar para las clases medias?

Ocurre que la izquierda española sigue empeñada en ocupar el "centro", es decir, el espacio de la derecha moderada, la que integran las nuevas clases medias emergentes: urbanas, educadas, mileuristas... Estas gentes son moderadamente "progresistas", pero en modo alguno socialistas y ya ni siquiera socialdemócratas. En correlación, en la dirección de los partidos de izquierda apenas quedan ya socialdemócratas no digo ya socialistas, y sí hay cada vez más social-liberales y liberales a secas.
Sin embargo la base social de la izquierda, la que le saca las castañas del fuego a los partidos en las elecciones y a la que se apela cuando, como en el momento presente, se siente que la derecha cavernícola anda cerca de ganar, esa base social sigue estando formada por las clases populares y trabajadoras, y éstas juntas forman la mayoría de la masa ciudadana. La falta de sintonía pues entre la realidad social del país, sus necesidades y aspiraciones, y la idea que de ella tienen en la cabeza los políticos profesionales de izquierdas y quienes a través de los mecanismos de cooptación interna aspiran a serlo, no puede ser mayor.
Fíjense en esta misma campaña, planteada inicialmente por los ¿estrategas? de Ferraz como un guiño continuo a esas nuevas clases medias, objeto de la llamada "política social" del Gobierno durante toda la legislatura. Al ver la marcha de las encuestas, sin embargo, han tenido que recurrir aprisa y corriendo a los viejos lemas de la izquierda (antifranquismo, laicismo, lucha por la igualdad, etc), luego de haberlos tenido arrumbados desde el 14-M. Pura retórica para atraer desencantados de izquierdas, que sin embargo funcionará. Al final, probablemente la responsabilidad y la conciencia de muchos -eso que llaman "voto útil"- salvará una vez más la situación; pero alguien se está dejando a girones la credibilidad política y personal, y puede que un día no lejano se le acabe el saldo.