Hoy deberían comenzar a circular por Barcelona dos autobuses municipales con la siguiente leyenda publicitaria adosada a ellos: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida".
La iniciativa de estos mensajes publicitarios ha partido de una organización de ateos catalanes, que ha contratado por un mes este sistema de difusión de un mensaje de tipo filosófico allá donde estamos acostumbrados a recibir exclusivamente impactos publicitarios. Ya antes de llevarse a cabo ha comenzado a recibir cargas frontales de los sectores más reaccionarios y oscurantistas de la sociedad catalana. En curiosa alianza, el Opus Dei, por boca del que al parecer se ha erigido en su hombre en Catalunya, el diputado del PP Jorge Fernández Díaz, y E-Cristians, un grupo de carácter clérico-fascista-pancatalanista encabezado por el ex diputado de CDC Josep Miró i Ardèvol, han coincidido en sus ataques desaforados a una acción que, simplemente, expresa en voz alta una opinión distinta a la suya. Tanto el portavoz del Opus como el de E-Cristians reclaman respeto para las creencias de los ciudadanos catalanes, identificando de modo abusivo sus propias creencias con las del conjunto de la sociedad, sin tener en cuenta que en el país también hay ciudadanos de otras confesiones religiosas distintas al cristianismo e incluso otros más a los que todas las religiones juntas nos importan un pimiento. En suma, esta pareja de fanáticos intolerantes se muestran incapaces de respetar la diferencia ajena, y sin embargo exigen respeto para la propia. Un puro ejercicio de cinismo inquisitorial.
Paralelamente, este domingo El País da cuenta de una reciente entrevista hecha por La Repubblica a Giulio Andreotti con ocasión del 90 cumpleaños del viejo político italiano. Andreotti, a quien hace muchos años en su propio partido de siempre, la Democracia Cristiana (DC), pusieron el mote de Belcebú, dice cosas como "Tengo secretos de Estado, pero me los llevaré conmigo al paraíso". Entre esos secretos se cuentan sin ir más lejos, los asesinatos de Aldo Moro, el democristiano que intentó el "compromiso histórico" con los comunistas, secuestrado y muerto por Brigate Rosse en una conspiración dirigida por la CIA, la DC y los servicios secretos italianos, y de Michele Sindona, el "banquero de Dios", ahorcado en el puente de los Frailes Negros de Londres tras la quiebra del banco Ambrosiano, pantalla del Instituto de Obras Religiosas (IOR) , la institución vaticana que maneja los donativos que recibe la Iglesia. Y desde luego, la relación de Andreotti con la Mafia, de la que desde hace tiempo se le acusa de ser el verdadero Padrino de Padrinos, tal como demostraría su célebre beso con Totó Riina, jefe operativo de la mafia sicialiana hasta su detención en 1993, parece fuera de dudas tras las confesiones de varios arrepentidos de relevancia.
El periodista italiano, Goffredo de Marchis, le pregunta a Andreotti: "¿Así que Belcebú acabará en el paraíso?", a lo que Andreotti contesta "Pienso realmente que sí. Pero por la bondad de Dios, no porque me lo merezca yo". Una respuesta que da la medida de la soberbia sin límites de este individuo carente de escrúpulos; Dios está de su parte, viene a decir, y cualquier acto suyo por horrible que pueda parecer lo ha ejecutado en su divino servicio y por tanto, será disculpado por el Altísimo.
Esta es la clase de gente que reclama "respeto" para sus creencias que dicen religiosas. La verdad es que si yo fuera Dios, intentaría desmarcarme de ellos públicamente y del modo más radical. Y sin embargo ahí lo tienen, calladito. Me extraña su silencio, ¿y a usted?.
En la foto, el cadáver de Aldo Moro.
2 comentarios:
Yo creo que si existiera, hace ya siglos que hubiera dado gritos de horror contra toda esta gente religioso-mafiosa-política ultraderechista-asesina que dice hacer todo en su nombre.
Prueba evidente de que no existe es su callada por respuesta, como tu muy bien y con sorna, sugieres.
Si se empeñan en no respetar las ideas de los demás, es por el miedo que tienen a que tantos incautos abran los ojos ante sus mentiras.
Marian
De momento en Barcelona anuncian una "contracampaña" de exaltación religiosa. Como siempre, esta gente va un paso por detrás.
Veremos en todo caso, si se limitan a descalificar en los medios o si algunos "incontrolados" emprenden otro tipo de acciones más directas contra los autobuses urbanos con publicidad atea. En Barcelona no creo que suceda nada, pero ya veremos que ocurre en Madrid en cuanto comiencen a circular.
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