miércoles, 4 de marzo de 2009

Carrero Blanco en Cuba


La fulminante destitución de lo más granado del sector "aperturista" del régimen cubano, nos retrotrae a aquellos tiempos del tardofranquismo en los que con Franco en la Unidad de Cuidados Intensivos y luego ya de cuerpo presente, las "familias" del régimen bailaban un rigodón en el que un día ganaban puntos los "aperturistas" y al siguiente eran los "azules" (los franquistas más duros) quienes imponían sus criterios.

Al parecer el vencedor de la reciente crisis ministerial cubana -probablemente aún no cerrada por completo-, ha sido Raúl Castro, hermano del Fundador y continuador suyo a título de....no se sabe bien qué, pero en todo caso actual piloto único de la nave del Estado, con el permiso de un Fidel que desde la relativa distancia de quien ha debido ceder sus poderes ejecutivos conserva la capacidad de "orientar" el proceso, y sobre todo de influir sobre las decisiones al más alto nivel (al modo que lo hacía Franco durante su largo adiós). Raúl ha prescindido de hombres a los que se consideraba miembros del círculo más cercano a su hermano Fidel, quien por cierto se ha despedido de ellos con una sorprendente filípica en la que de manera poco disimulada les llama corruptos, traidores y vendidos al "enemigo exterior".

Todo parece indicar que Raúl Castro, que como digo viene oficiando el papel que Franco soñó en su día para el almirante Carrero Blanco como continuador y garante de su régimen, al margen de que hubiera un rey que ocupara nominalmente la jefatura del Estado, ha impuesto su propio equipo para desarrollar ese proyecto de fidelismo sin Fidel al modo que en su día se intentó el franquismo sin Franco. Raúl ha despedido a políticos de experiencia probablemente más interesados en mantenerse en el poder que en asegurar la continuidad del régimen en el futuro, y los ha substituido por un grupo de viejos militares fieles al régimen y a los hermanos Castro; algo así como si se hubieran salido con la suya aquellos carcamales de uniforme -el "búnker"- que en los albores de la transición española gritaban a la menor ocasión "Ejército al poder!", temerosos de que los cambios que se preveían acabaran con su hegemonía y provilegios. En tiempos azarosos, recurrir a los militares es la tentación de todo grupo dirigente que quiere conservar su poder por encima de cualquier otro criterio o guía de actuación.

Ocurre que a Carrero Blanco lo envió ETA a los cielos, reventando así el proyecto continuista del franquismo y dando paso a la transición hacia un régimen democrático formal. Fue aquél un atentado tras el que hace años se conoce hubo la mano del Departamento de Estado de los Estados Unidos, dirigido entonces por el omnipotente Henry Kissinger. Hoy los tiempos no son los mismos ni siquiera para el Departamento de Estado, Raúl Castro goza oficialmente de buena salud y no hay terrorismo que le amenace físicamente, así que su continuidad al frente del proyecto de llevar a Cuba del fidelismo puro al fidelismo sin Fidel está de momento garantizada salvo imprevistos. A corto plazo tampoco es previsible -aunque no descartable- un estallido social en Cuba, una posibilidad que acogotaba a la clase dirigente franquista mientras Franco agonizaba. La responsabilidad de lo que suceda en adelante es pues toda de Raúl, y ése parece haber sido el voto de confianza otorgado por su hermano al apoyar sus cambios en los equipos dirigentes. De momento, como jugador cauteloso y conservador que es, el Carrero Blanco del castrismo se ha enrocado ya desde los primeros movimientos.

Pero nada es eterno, ni siquiera el castrismo. Nadie conoce todavía al Adolfo Suárez habanero, pero descuiden, seguro que ya ocupa asiento importante en ese Consejo Nacional del Movimiento caribeño que es la dirección del PC cubano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Conozco a un empresario(apolítico de derechas) español que vive prácticamente todo el año en Cuba, y que tiene acceso a todos los niveles políticos, y está convencido de que Raul está preparando un cambio total para la apertura.
Incluso dice que se está empezando a notarse, pero que mientras que este Fidel no puede materializarlo.

Joaquim dijo...

Bueno, ¡Viva Honduras!, como tú y yo ya tenemos unos añitos, seguro que recuerdas cuando en "Cambio 16" se escrutaba cualquier declaración o gesto "aperturista" de los prohombres del régimen franquista, en la esperanza de que constituyera un paso firme hacia el cambio que demandábamos la inmensa mayoría de ciudadanos de este país. ¡La de chascos que nos llevamos!. De verdad, no creo que Carrero Blanco lleve la democracia formal a Cuba.