Este bodrio que aparece en la fotografía corona el edificio La Rotonda, situado en el arranque de la avenida Tibidabo, una de las zonas más burguesas de Barcelona.
Caminaba yo por allí esta mañana por asuntos de trabajo y justo oía en el reproductor de MP3 "La cabalgata de las walkirias", cuando mientras esperaba el cambio de luces en un semáforo me he encontrado casi de morros con este adefesio, que hacía años no veía. La combinación de la música de Wagner con este detritus hecho piedra y fabricado en época de admiradores fanáticos suyos, me ha pegado una sacudida que ni les cuento.
Por el modo en el que reluce, el elemento arquitectónico de marras ha sido recientemente restaurado. Sospecho que tratándose del edificio en el que se encuentra y siendo modernista, estilo o lo que sea actualmente sagrado para las distintas administraciones públicas catalanas, el trabajo de rehabilitar esta cagarruta churrigueresca se habrá pagado con dinero público. Lamentable.
Les transcribo aquí la definición que publiqué en "20 minutos" hace algunos años, para escándalo de gente cuyo sueldo sale de promocionar aberraciones como esa. Cito de memoria, pero la cosa es más o menos así:
"El modernismo catalán es un programa artístico alumbrado a fines del siglo XIX para complacer a una burguesía provinciana y semianalfabeta, enriquecida con el tráfico de esclavos y de alcohol barato. Es lógico por tanto que sea un estilo burgués, reaccionario y decadente".
Sigo subscribiendo al ciento por ciento esas palabras, y admirándome de su moderación.
7 comentarios:
Admirado Joaquim, por una vez, lamento disentir, en parte; en concreto, de tu afirmación de que el modernismo es un estilo reaccionario y decadente. En su época no fué nada reaccionario, todo lo contrario, se le calificó de avanzado y novedoso, de ahí el nombre, modernismo, nuevo estilo, etc. ( en otros idiomas , similares apelativos ). De cualquier forma, creo que polemizar sobre esto es un poco inútil, si a tí no te gusta, me parece muy respetable tu opinión; a mí, y a muchos más, sí nos agrada.
Pues si la burguesía catalana te parece semianalfabeta y provinciana, no quiero ni pensar lo que opinarás de la valenciana de aquella época ( y que podría extrapolarse a la actual ). Aquí te daría la razón.
En esto te pondrías de parte, entre otros, de J. Pla, al que tampoco le gustaba nada el modernismo.
Querido Luchino, "modernisme" es un término catalán que nada tiene que ver con "modernitat" en el sentido de "progreso". La traducción más aproximada sería "estilo novedoso o estilo nuevo", en paralelo con el "art nouveau" francófono de fines del siglo XIX (por cierto que la conexión entre estos estilos es muy débil, más allá de la coincidencia temporal; nada que ver por ejemplo, entre el programa arquitectónico religioso gaudiniano y la obra gráfica plena de erotismo y sensualidad de Alfons Mucha, por ejemplo).
El "modernisme" no supuso la introducción de ninguna clase de progresismo. Antes al contrario, sus raíces ideológicas son el carlismo más pueblerino (Gaudí, su máximo epígono, era un carlista ultrareaccionario, apegado a una interpretación medieval del catolicismo). Se trata de un estilo arcaizante, que busca inspiración en una Edad Media idealizada y en un mundo vegetal de pesadilla.
En los años 20 y 30, En Catalunya se produce como reacción. el estilo llamado "neoclasicisme", que busca inspitación en las formas sencillas y puras de la arquitectura grecorromana, y muchos edificios modernistas son destruidos. Posteriormente, a principios de los años cuarenta, George Orwell escribió su perplejidad porque los anarquistas catalanes incendiaran joyas como Santa María del Mar y no hubieran derribado con dinamita un adefesio como la Sagrada Familia; está claro que esa gente no tenía ni idea de arte, viene a decir Orwell.
Y e fin, puedo asegurarte que la recuperación actual del "modernisme" catalán no es inocente, y sí ligada a un programa de autoreivindicación burguesa catalanista bastante atufante. Por suerte, comienza a darse una cierta saturación en el público y esta moda-"remake" está a punto de pasar, aunque las Administraciones públicas catalanas han enterrado sus buenos dineros en la rehabilitación y promoción de zurullos como el que ilustra el post.
Un saludo cordial.
Precisamente Josep Pla y Eugeni D'Ors se alinearon entre los mayores enemigos del modernismo, aunque ambos evolucionaran luego ideológicamente hacia la derecha reaccionaria.
La literatura de Pla, sobre todo cuando escribe en castellano, con su sencillez y claridad, es precisamente la antítesis del modernismo literario, pomposo y vacío. Sus temas, populares y cotidianos, también se dan de bofetadas con él.
Pla fue quizá el primer cronista parlamentario español, un periodista que asistía a las sesiones de las Cortes Constituyentes de la República, tomaba notas, y luego las publicaba, actividad que hubiera horrorizado a Joan Maragall, por ejemplo, para quien el poeta estaba por encima de esas actividades prosaicas y debía vivir en un mundo de trobadores, damas y competiciones en "gay saber", que es la nube en la que habitaban los poetas "modernistes" de los cuales Maragall fue patriarca.
Gracias por tu argumentada respuesta.
Ya sé que modernismo es sólo un término que, en principio, no significa necesariamente progreso, sino sólo que se trata de un estilo "nuevo". Tampoco me parece, ni, con franqueza, me importa demasiado, si sus raices ideológicas son conservadoras. Es claro que Gaudí era un meapilas y un beato, probablemente bastante reaccionario , pero eso no nos impide admirar sus edificios, si nos gustan. Es mi caso, y el de muchos más, véase, si no, los miles de turistas que recibe Barcelona anualmente, atraídos, entre otras cosas, por la arquitectura modernista.
Esto no significa, naturalmente, que todos estos visitantes sean expertos en arte. Yo tampoco lo soy, y desde luego no soy partidario de incendiar nada, ni S. Maria del Mar, ni la Sagrada familia, ni ningun otro edificio.
También me agrada mucho A. Mucha, he estado dos veces en Praga, visitando su museo. Y no veo ninguna incompatibilidad en ello.
No sé si la recuperación actual del modernismo es interesada o no, pero a mí me parece muy natural que las administraciones cuiden y rehabiliten el patrimonio cultural y artístico
El gusto artístico, querido Luchino, es algo que se induce de un modo semejante al famoso experimento de Pavlov. Hace 20 años los edificios modernistas de Barcelona vivían en el olvido, y muchos semiderruidos o "reutilizados". Una eficaz, inteligente y sostenida campaña de publicidad los ha convertido en "imprescindibles" en el paisaje arquitectónico barcelonés.
Este rescate-rehabilitación del modernismo catalán encajó divinamente con el lanzamiento turístico de la ciudad en los primeros años noventa del siglo pasado -gracias a las Olimpíadas de 1992-, convirtiéndose en síntesis artística de la ciudad para consumo de masas de turistas. Véase por ejemplo a los japoneses, que acuden en multitudes al "modernisme" como moscas a la miel, aunque ni ellos mismos sepan explicar el por qué; pero ¿qué japonés regresaría a su país habiendo estado en Europa, sin visitar la Sagrada Familia ¿Es como si uno va a París y no sube a la Torre Eiffel; no te creerán luego que has estado en París. ¿Ése tipo de consumos culturales tienen algo que ver realmente con el arte? Tengo algo más que dudas sobre eso.
Y mientras tanto, el barrio Gótico (la Barcelona medieval)languidece poco a poco, invadido por comercios "fashion" y bares de "typicals" tapas.
Por no hablar del patrimonio arqueológico industrial, arrasado a finales de los ochenta y principios de los noventa justamente cuando se revalorizaba el patrimonio modernista de la ciudad. Pero claro a quién le importa la historia de la clase obrera pudiendo exaltar los orígenes y valores de la ciudad burguesa.
El edificio de La Rotonda no me parece muy logrado comparado con otras obras modernistas, pero que me parece un craso error establecer un paralelismo tan simple entre arquitectura e ideología, con esa relación todo el arte es una mierda ya que está financiado por las clases dirigentes, adineradas, llámense faraones, clero, burguesía o supuestos transgresores que si triunfaron fueron gracias a los millonetis que les compraban sus obras.
Entonces nos quedamos con los grafiteros, pero no con todos ya que algunos son pagados por los burgueses de los ayuntamientos...
Si coincido contigo en la utilización interesada del arte modernista ligada al nacionalismo patatero, pero de eso me olvido y sí que reconozco en algunas obras de Gaudí u otros modernistas logros y belleza, a pesar del evidente eclecticismo de alguna de sus obras y por supuesto me olvido del catolicismo, igual que me olvido del erotismo de Mucha, autor que me encanta pero que se repetía hasta la saciedad y que realizaba su arte para la burguesía austríaca y checa, igual que gaudí para la catalana.
Jesús.
La questión és que la rehabilitación de este edificio, q nunca se ha hecho antes,si no que se empieza justo ahora, no la pagarán los ciudadanos, si no la promotora que lo ha comprado, y en un tiempo lo veremos en todo su esplendor!
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