Mientras en España los más altos representantes del Estado recibían en actitud casi genuflexa al vicepapa, un tal Tarsicio Bertone, en Alemania por contra, el Estado, parte de la jerarquía católica y la mayoría de los fieles le ponían las peras al cuarto al Vaticano por haber “reconciliado” con la Iglesia a un obispo cismático, pronazi y gilipollas. La canciller alemana, diez obispos de la Conferencia Episcopal de ese país y la asociación germana de teólogos católicos exigían al Papa que no levantara la excomunión a un tipo que niega el Holocausto. Un fiscal ha abierto diligencias inmediatamente, pues en Alemania la negación del Holocausto es delito castigado con penas de prisión.
Ante la presión recibida parece que Ratzinger está dispuesto a dejar fuera del seno de la Iglesia al obispo nazi, si éste no adjura públicamente de sus errores. Ratzinger ha llegado a manifestar que de haberlo sabido con anterioridad, no le hubiera levantado la excomunión. En realidad el actual Papa conocía perfectamente la ideología y manifestaciones de ése individuo, aunque sólo sea porque Der Spiegel le dedicó un extenso reportaje cuando circuló la noticia de que el Vaticano iba a reconciliar a los obispos lefevrianos.
Benedicto XVI tenía elementos de sobra para habérselo pensando antes, pero quiso probar los límites y le ha salido el tiro por la culata. Sus paisanos y correligionarios alemanes no están dispuestos a transigir con esta clase de iniciativas papales, que en última instancia apuntan a la rehabilitación de una ideología que sembró el horror y la muerte en toda Europa y especialmente en Alemania, y por eso le han plantado cara de modo decidido. El Estado español y sus representantes deberían tomar nota de esa actitud valiente; los católicos españoles, también. En Alemania, obispos como Rouco y la mayoría de los que forman la Conferencia Episcopal española tendrían problemas con la justicia a causa de su ideología de extrema derecha.
En la fotografía que encabeza el post, el joven Ratzinger, actual Papa Benedicto XVI, con uniforme de las Juventudes Hitlerianas.
5 comentarios:
Hola, el estado español y sus representantes me pusieron los pelos de punta ayer, sobretodo el Presi y la vice. Los pelos de punta y de un malhumor impresionante. Saludos.
Incluso la vice se vistió de "cardenala" ayer... debió ser para no desentonar.
Una interpretación de lo ocurrido sería que el Gobierno (con la colaboración del rey) le madrugó a Rouco, y lo que tenía que haber sido una visita "pastoral" de espaldarazo a las posiciones políticas del jefe de la Iglesia española, quedó finalmente en una reunión diplomática al más alto nivel entre dos Estados supuestamente soberanos.
Lamentablemente el precio que se habría pagado por esa desactivación de Rouco sería el postergamiento sine die de una serie de reformas (denuncia del Concordato, nueva ley del aborto, regulación de la eutanasia, y otras semejantes), que la sociedad española percibe como inaplazables.
Para decirlo en cristiano, a fin de desarmar al activo enemigo político interior (Rouco y sus obispos ultramontanos), Zapatero se ha arrojado en brazos del enemigo exterior (el Vaticano) plegándose a todas y cada una de sus exigencias.
Vergonzoso, vergonzoso y vergonzoso.
Los gobiernos españoles siempre dando la nota y nos dejan al resto como estúpidos vasayos del fanatismo y tontos de remate que se creen las estupideces de estos vividores de m.....
Además de dar alas a los roucos y demás "estiraos" representantes del dios inventado por ellos.para meter sus narizotas en nuestra política y para su mayor gloria y beneficio.
Si el PSOE lo hace por no perder votos de los católicos, perderá los nuestros que somos quizá mayoria actualmente.
Sentí verdadera vergüenza viendo a todos nuestros representantes sobre todo a la vice.
En este jodido pais siempre me veo mal representada.
Estoy muy, pero que muy, cabreada.
Marian
El dilema que parece ser que tienen los socialistas (José Luis Rodríguez Zapatero y los suyos) es:
■ Desembarazarse de una religión ultra-derechista, incrustada en todos los rincones y recovecos de la sociedad y del Estado Español y perder, por ello, 2 millones de votos
o...
■ Seguir cogidos de los huevos de todas las cabronadas que nos hagan Rouco y sus chiquillos, en mayor o menor sintonía con lo que les ordenen desde el buró central de la Internacional Vaticanista. [Con el correspondiente desprestigio de una ideología política de la izquierda y del socialismo democrático.]
Ser o no ser, he ahí el dilema
Joaquim, como siempre que entro a leer, estoy de total acuerdo con lo que desgranas en artículos como éste.
Salud y república laica
Realmente, mientras no haya un gobierno que se decida a coger por los cuernos el toro de la desmedida influencia del clericalismo en España, no habrá modo.
Ocurre que en realidad, el tema de fondo es económico más que ideológico. La jerarquía católica libra batalla con uñas y dientes en el terreno ideológico porque sabe que si cede ahí, no va a poder seguir justificando los disparatados privilegios económicos de que goza en este país.
Porque si a efectos del Estado español, y tal y como ocurre en nuestro entorno europeo, el catolicismo fuera una religión como otra cualquiera -lo que de hecho, ya es así para la gran mayoría de la sociedad española, incluidos muchos católicos-, se acabaría de inmediato la financiación pública de la Iglesia española. Y eso es algo a lo que ellos no se van a resignar
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