martes, 23 de diciembre de 2008

Crisis, consumo y dinamización de la economía


Esta mañana acompañé a mi madre a hacer algunas de esas típicas compras navideñas. Me quedé con la boca abierta ante la cantidad de gente mayor comprando piezas de jamón ibérico, salmón ahumado de importación, ostras y quesos franceses, y cosas por el estilo; incluso alguna señora andaba desilusionada porque no encontraba angulas... más que nada porque ya se habían vendido todas. Una locura consumista.

Pensarán ustedes que el mío es un barrio de "gente bien", de esos burgueses que no reparan en gastos. Pues se equivocan por completo. Mi barrio es uno de los más típicamente obreros de Barcelona (soy un sentimental, y sigo viviendo allí), y está poblado en su mayoría por inmigrantes llegados en los años 50 y 60, gentes por tanto que hoy son jubilados y viven de una pensión, personas que el resto del año echan pestes del IPC y guardan celosamente sus exigüas pagas. Pero en Navidad se les desata la fiebre y ya digo; uno ve lo que compran y a los precios que lo compran, y se queda confuso y embargado por sentimientos contradictorios.

De todos modos, se me ocurre que para cuatro días que les queda en el convento, mejor que estos viejos se coman y beban sus ahorros del año en 10 días de fiesta que no que al final de éstas lleguen los sinvergüenzas de los hijos acompañados de los cabrones de los nietos , y con la excusa de tener que comprarle la Playstation al nene o la moto a la nena para Reyes, Papá Noel, el Caga Tió o cualquier otro atraco semejante inventado por las grandes superficies comerciales, les arrebaten a los pobres ancianos hasta los magros aumentos de la pensión que percibirán a partir de enero.

Y en fin, ya nos dicen los supuestos "expertos" económicos que para salir de la crisis hay que estimular el consumo, hacer que circule el dinero... de nuestros bolsillos a los de los tenderos, y de éstos a los bancos. Así que cuando uno, joven o viejo, tira la casa por la ventana y decide, un poner, comprarse un bote grande de anchoas enteras de l'Escala en vez de una lata pequeña, lo que está haciendo es dinamizar la economía nacional. ¡Toma ya progreso!.

Por cierto, las anchoas las voy a acompañar con cerveza checa Urquell; puestos a dinamizar, hay que pensar también en el nivel global y no sólo en el local.

¿Quién dijo crisis? Felices fiestas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues que te sienten bien las anchoas y que lo pases muy bien en compañia de tu madre, la cual supongo que tambien habrá tirado la casa por la ventana para que el "sinvergüenza" de su hijo herede, en un futuro muy lejano, un poco menos.

Un fuerte abrazo
Marian

Joaquim dijo...

Ahí me has dado de lleno, Marian...

Un abrazote.