Dice la prensa de hoy que el Ayuntamiento de Milán repartirá 40 kilos de caviar beluga a los pobres de la ciudad. Y luego diremos de Berlusconi.... Al parecer, los 40 kilos de las famosas latas azules son un cargamento ilegal capturado por la policía italiana, que los encontró hace un mes en un frigorífico de esa ciudad del norte de Italia. Como el caviar es un alimento perecedero, urgía encontrarle un destino, y al parecer un jefe policial tuvo la idea de repartirlo entre los asilos de ancianos y los comedores de caridad milaneses.
Al recibir el regalo, un tal Virginio Colmegna, responsable del albergue la "Casa della Carità" de Milán, dio las gracias en el Corriere de la Sera, pero matizó que habría que recordar que "los pobres tienen necesidad de derechos y de dignidad, más que de ningún tipo de lujo"(sic). Un tipo duro, el tal Colmegna.
Lo más raro de esta historia es que el caviar requisado no haya desaparecido en el interior de una organización tan corrompida como la policía italiana. O que "il cavagliere" Berlusconi no se lo haya apropiado para revenderlo a alguno de sus amigos multimillonarios o regalárselo a una de sus incontables "poulettes".
En la misma noticia (El País 21-12-2008) nos enteramos de que en Granada se han vendido ya los 50 kilos de caviar de piscifactoría obtenidos en la campaña de este año del pueblo de Loja, en plena Sierra Nevada. Aunque no nos dicen el precio imagino que no debe tratarse de ningún regalo, por más que el caviar de piscifactoría española se parezca al auténtico beluga lo que un huevo a una castaña. De todos modos, que en la España de la crisis el caviar corra como el agua aunque sea caviar de menor calidad, no deja de resultar una noticia tan sorprendente al menos como la referida a la generosidad de Il Berlusca (el Ladrón, o sea Berlusconi) y la policía italiana para con los menesterosos milaneses.
Será que la Navidad ablanda incluso los corazones más insensibles. Será.
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