miércoles, 25 de junio de 2008

Vuelve García Trevijano: ¡cuidado con las carteras!


Si ha habido un personaje siniestro en la política y la economía española del tardofranquismo y la Transición, ése ha sido Antonio García Trevijano.

Antiguo miembro del Consejo Privado del pretendiente Juan de Borbón y posterior aspirante a la presidencia de la Tercera República Española, García Trevijano es un personaje que a lo largo de su ya dilatada vida se ha movido siempre por despecho e interés, sin que a ciencia cierta se pueda dilucidar donde comienza el uno y acaba el otro.

A García Trevijano se le ha vinculado con la CIA, y desde luego con los negocios que en régimen casi monopolístico realizaba en Guinea Ecuatorial el almirante Carrero Blanco. Hay certeza total de que García-Trevijano fue mucho más que un asesor político y un socio económico de Francisco Macías, la bestia asesina que Carrero dejó tras de sí cuando el régimen franquista concedió a Guinea Ecuatorial una independencia que se pretendía tutelada. Aunque Trevijano cuando le preguntan, finja no saber nada de las matanzas de guineanos que se producían en sus mismas narices.

Muchos años después, a mediados de los noventa, se barajó el nombre de Trevijano como posible presidente de la chusca República de opereta que llegó a alucinar, en aquellas reuniones de coordinación conspirativa celebradas en el chalet de Pedro J. Ramírez, la llamada Triple A (Ansón, Aznar y Anguita), en los tiempos de infamia en que se puso en marcha el "Golpe de Estado difuso" (Ramón Cotarelo) que buscaba desalojar al PSOE del Gobierno al precio que fuera, "incluso poniendo en riesgo la estabilidad del Estado", tal como confirmó años más tarde el propio Ansón en unas sonadas declaraciones.

Ya con el PP en el poder, se relaciona a García Trevijano nada menos que con Gómez de Liaño, el juez prevaricador y posterior asesor de la defensa de narcotraficantes británicos, el mismo que envió a la Policía Nacional a secuestrar en las tiendas de electrodomésticos las listas de abonados al Canal Plus de Sogecable. Había que silenciar El País y sus empresas como fuera.

En fin, la catadura moral y política de éste individuo viene siendo cuestionada públicamente desde los tiempos de la Plataforma Democrática, cuando el PSOE se negó a aceptarle como interlocutor designado por la Junta Democrática, el organismo de oposición al franquismo creado por el PCE y del que Trevijano formaba parte. Su posterior inquina a los socialistas españoles se originó en ese episodio, que Trevijano jamás ha digerido.

Ahora, éste aventurero impresentable reaparece con un blog, y con todo el descaro del mundo reemprende la tarea que mejor sabe hacer además de llevar a cabo turbios negocios: intoxicar a diestro y siniestro e intentar manipular a la opinión pública. La tesis central, por llamarla de alguna manera, de un vómito que acaba de pergeñar a propósito del caso de corrupción en el Ayuntamiento de Estepona, es que el sistema político español se basa "en la extensión y la intensidad de la corrupción". Es el viejo discurso fascista: "todos son iguales, entregadnos el poder a los profesionales".

Locos estaríamos caso de hacerlo, pues en materia de corrupción el alcalde de Estepona y la plantilla completa de acusados en el "caso Malaya" no son más que unos aprendices, si se les compara con el maestro de maestros García-Trevijano.

Veremos adonde llega la resurrección de semejante fantasma, al que ni siquiera el PP dá chance. Aparte de Pedro J. y su diario, a Trevijano ya sólo le queda Anguita. No parece mucho para quien aspiró a presidir la República, luego de no haber podido coronar un rey y de haberse asociado con un dictador sanguinario.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pregunta: ¿Como se puede ser frnaquista si se defiende la república?

Lo que dice escueze a este sistema partitocrático.

Joaquim dijo...

Un régimen presuntamente republicano o que use ese nombre no significa nada en sí mismo: el Chile de Pinochet y la Argentina de Videla eran repúblicas formales; el partido de la extrema derecha norteamericana se llama Partido Republicano; la Falange Española se dice republicana desde los tiempos de José Antonio. Hasta Aznar parece que es republicano...

Anónimo, llamarse republicano está al alcance de cualquiera. El nombre no hace la cosa, y menos cuando se ha sido socio de Carrero Blanco y de Macías en la explotación de Guinea, por muy amigo que se sea ahora de Anguita, otro "nacional-republicano" por cierto.

Charo Tejada Medina dijo...

Desde que en 1974 comencé a frecuentar los círculos antifranquistas, este personaje, siniestro donde los haya, de ego digno de un estudio sobre la perversión que produce su desmedimiento, he sabido historias truculentas sobre este individuo, que se autoproclama revolucionario teniendo como profesión nada menos que la de notario, oficio indigno del derecho cuya función es cobrar por da fe, cosa que a mi, personalmente, me parece cuando menos, absurda.
Hoy mismo he asistido a la presentación de su último libro y ha sido fantástico en el sentido literal: ya sabemos que la memoria es selctiva, pero, no la colectiva. Ha despreciado a las personas, a los colectivos y a los partidos y en el fragor de la verborrea se ha decantado por el sistema norteamericano.
¡Acabáramos!.
El jovenzuelo que lo presentó, habló del periódico "El Mundo" en el año 1976 -anacronismo propio de estos universitarios de la Señorita Pepis que es la universidad española. El otro acompañante, hablaba más sinceramente de la escasa participación de los gallegos en los movimientos antifranquistas. Al fin habló el antes monárquico y después furibundamente republicano, creo yo que debido a que no consiguió su propósito real: dijo que nadie ha podido nunca sorprenderle en una contradicción. Señor Trevijano: la gran contradicción es su propia vida.
Ahora comprendo bien porqué la República no ha llegado a España: con gente como usted, todo quedaba "atado y bien atado". Franco estaría orgulloso de usted y sus golpes de tinta al estilo del calamar, que emborronan el ambiente y así pocos pueden saber dónde se halla usted realmente.

Anónimo dijo...

Es muy notable la ignorancia de quien ha escrito este post. En efecto, puedes fiarte de todo lo malo que hayan dicho de García-Trevijano, pero jamás se han aportado pruebas de sus actividades supuestamente delictivas en Guinea. Tienes razón en una cosa: ni siquiera Pedro Jota ya confía en él. Lo cual es coherente. Lee las homilías dominicales de Pedro Jota y te darás cuenta del abismo intelectual que los separa. Pero Trevijano no sostiene nada nuevo cuando dice que este régimen se levanta sobre la corrupción. Es evidente. Y por una razón institucional bien sencilla que solo la más completa ignorancia o imbecilidad pueden no ver: los partidos políticos no son instrumento de mediación entre estado y sociedad civil, sino que forman parte del estado. Están financiados por él. Pero lo fácil es acusar de fascista, como tú haces, al que señale esta evidencia. Defender la existencia de partidos políticos pasa por defenderlos no como instrumentos estatales sino como instrumentos de mediación. La estatalización de los partidos en las modernas partidocracias es un residuo y una herencia del fascismo. Y ya en lo accesorio, tus informaciones fallan. El PCE no podía constituir la Junta Democrática, los comunistas desconocen lo que la democracia es y significa. La Junta Democrática la constituyó García-Trevijano y los demás, PCE incluido, se fueron sumando a ella. Fui testigo de aquellos acontecimientos, tú no. Salvo que mientas conscientemente

Saludos
Juan

Anónimo dijo...

Estimada señora Charo Tejada:

Relativo al comentario vertido por usted en un blog de Internet acerca de la presentación del último libro de García-Trevijano en Coruña, algunas precisiones:

1) El calificativo de "jovenzuelo" que usted me dedica es de muy dudoso gusto, no se de que me conoce. En cuanto a lo de "universitario de la señorita Pepis", nada tengo que decir salvo que hace ya demasiado tiempo que dejé de ser universitario. Seguramente coincidiríamos en muchas de las críticas que pueden hacerse a la universidad española, pero creo que no tienen nada que ver con este asunto.

2) No es cierto que yo hablara del diario EL MUNDO en 1976. Usted, o bien no estuvo en esa conferencia o si estuvo no prestó la debida atención, salvo que su comentario esté orientado por la mala fe. Hablé de la constitución de la Junta Democrática en 1974 y de la Platajunta en 1976, y más adelante mencioné las polémicas en el diario EL MUNDO entre su director Pedro J. Ramírez y el señor García-Trevijano: el primero sostenía que el "felipismo" era la causa de la corrupción de las instituciones en España y el segundo sostenía que el "felipismo" era una consecuencia de la corrupción previa de esas mismas instituciones. Aunque es posible que yo sea más joven que usted, tengo edad suficiente para recordar perfectamente que el lanzamiento del diario EL MUNDO data de 1989, y por lo tanto no existía en 1976. Ya no soy tan joven. Procuro no hablar de aquello que desconozco, procuro informarme antes de presentar a nadie en público y afortunadamente conservo la memoria como para incurrir en el lapsus que usted me achaca. En lo que a mi me toca su comentario ha sido de pésimo gusto. En lo que respecta al sr. García-Trevijano, a él le correspondería responderle si quisiera, no necesita que yo lo defienda. Pero presumo que él no querrá perder el tiempo.


Un saludo
Juan Sánchez