Parece que anoche los antidisturbios repartieron hostias por un tubo en Madrid. Ya es hora de empezar a poner coto a los desmanes de tanto imbécil que con la excusa del fútbol, aprovecha para dar rienda suelta a la bestia que lleva dentro.
La juerga va a durar un par de días más, y luego todos bienvenidos a la realidad real, que diría aquél. Aunque por poco tiempo, desgraciadamente. En quince días tendremos en marcha los torneos de verano, y luego las giras por el mundo mundial de los equipos de nuestros amores. O sea que la claridad de juicio va a durar poco, y a algunos nada: que viva “Apaña, y p'alante”.
Lo único que me alegra de esta eyaculación masiva de patrioterismo españolero es imaginar la cara de vinagre conque tanto patriotero “periférico” va a llegar hoy a su curro. No lo duden, la de anoche fue también, y sobre todo, una derrota para ellos. Que les dén pues a los del Barça “exèrcit desarmat de Catalunya…”.
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3 comentarios:
Es aquello que dijo Azaña sobre los curas: que en España siempre se va tras ellos, bien sea para seguirles en una procesión o para levantarles la tapa de los sesos de un disparo.
Con el fútbol pasa lo mismo. Todos acabamos hablando de él aunque sea mal. Sospecho que es parte del negocio, el que todos hablen de él.
Veo que eres otro al que no le gusta el fútbol...
Un abrazo,
El fútbol no me gusta, Manuel, pero lo que verdaderamente no soporto es el show business al que llaman fútbol profesional, especialmente cuando va adobado con dosis masivas de patrioterismo del color que sea.
Un saludo cordial.
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