Heineken se deja chantajear por la intolerancia y el fascismo clerical español

En España, la ofensiva mediática de la extrema derecha ultracatólica es ya total. Ahora han comenzado a apretarles las tuercas a compañías que se anuncian en programas de televisión que en sus webs de agitación ellos consideran "anticatólicos", o simplemente "demasiado laicistas".

De momento, Heineken -primer objetivo de la campaña- ha anunciado que retira su publicidad no sólo del programa "ofensivo" (llamado "Salvados por...", un espacio humorístico que se atrevió recientemente a hacer humor bastante blando a costa de la Iglesia católica), sino de toda la cadena de televisión La Sexta (vinculada a empresas mediáticas próximas al actual Gobierno español, verdadero objetivo central de estas campañas de movilización de la opinión pública ultramontana).

La respuesta no puede ser otra que un boicot total a los productos fabricados por los cobardes que se arrugan ante meapilas y chupacirios. Por favor, dejen de consumir productos de Heineken.

Heineken España fabrica las siguientes cervezas:

-HEINEKEN

-BUCKLER

-CERVEZAS CRUZCAMPO

El ataque de los ultrarreligiosos contra Heineken no es un caso aislado. En ese sentido, la Federación Internacional de Ateos (FIdA) evoca campañas similares, como la desarrollada contra productos daneses hace un tiempo a raíz de la publicación en Dinamarca de unas caricaturas «ofensivas» para con Alá, o más recientemente, en EEUU, donde un grupo de la extrema derecha fundamentalista cristiana ha dirigido otra campaña contra la cadena de cafés Starbucks al comprobar que su histórico logo, un diseño noruego del siglo VI, que representa a una sirenita con dos colas, es en realidad según ellos «una mujer desnuda con sus piernas abiertas como una prostituta». Otra prueba más de hasta qué niveles de delirio son capaces de llegar estos fanáticos obsesionados con el sexo y el dominio sobre las mentes ajenas.

FIdA considera que los directivos de Heineken han cedido ante el chantaje promovido por los grupos de agitación ultrarreligiosa españoles, lo que establece un pésimo precedente. Por ello, ha dirigido a Heineken un escrito para que aquilaten bien lo que han hecho. En la carta, redactada con sensatez y buen humor, se dice:

"Toda agrupación de seres humanos tiende a creerse autorizada a calentar la cabeza a los demás predicando su verdad y, en ésto, las religiones son campeonas. Actúen Vds. con libertad y no se corten, queridos amigos de Heineken, como debería hacer también un gobierno democrático y laico —valga la redundancia— o como proponemos los colectivos laicistas y ateos desde hace tiempo a la ciudadanía en general. Merece la pena no tener que preocuparse de estos quebraderos de cabeza".