NOCTURNO PARA ACORDEÓN
Heme aquí: yo guardé madera en el muelle,
(Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
pero yo he visto la lluvia
a cántaros
sobre los botes,
y guarecerse bajo las tablas el destajo de la angustia:
bajo los flandes
y los melis,
bajo los cedros sagrados.
Cuando los carabineros acechaban en la noche
y era un túnel la bóveda del cielo
sin luz en los vagones, hice un fuego de estrellas en la boca del lobo.
Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
pero todas las manos de todos los golfos
como una farándula
se juramentaban al abrigo de mi fuego.
Y era como un milagro que tiraba de las manos entumecidas.
Y en la niebla se perdían los pasos.
Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
ni sabéis la oración de las linternas de los buques,
que son de tantos colores
como la mar bajo el sol:
que no le hacen falta velas).
Joan Salvat-Papasseit
4 comentarios:
Buenos dias:
Si que es un bonito poema.
Se dice que las penas agudizan el ingenio: No se si eso lo dicen los ricos para que los pobres y desgraciados de este mundo se consuelen, o si es verdad.
De todas formas creo, que para hacer poemas como éstos, siendo un simple obrero, hay que tener mucha materia prima.
Un abrazo
Marian
Te envio un poema que hizo Chicho S. Ferlosio para mi, según él pornográfico, solo lo conocen unos pocos amigos.
Quizá no sea nada del otro mundo pero tiene la gracia indiscutible de Chicho. Va enlazando una preposición detrás de otra. Ahí va:
A la niña
Todas las prendas del habla
le quedan bien a la niña.
Anoche me desnudé
por completo ante la niña.
Después me tumbé en la cama
cayendo bajo la niña
(si llego a ser de otro siglo
me caigo cabe la niña).
Al verla encima de mi
me puse a hablar con la niña,
y por sentirla mejor
me apreté contra la niña.
Me parecia flotar
con el peso de la niña.
Una risa suelta y clara
llegaba desde la niña,
que al reir, mas que al hablar,
se ve claridá en la niña.
No sé qué que me gustó
vi por allí entre la niña.
Levanté mi no sé qué
y lo moví hacia la niña,
como no me lo estorbaba
lo adelanté hasta la niña,
y al ver que me lo cogia
le dije "para la niña",
pués la fuerza que tenia
la tenia por la niña.
Casi la mitad de mi
latia según la niña
pues nada de todo aquello
podia ser sin la niña.
Aquí termina la historia
que escribí sobre la niña:
quizá mi forma de estar
de algún modo tras la niña.
Marian
Caramba, ¡parece que Sánchez Ferlosio andaba bastante encelado con "la niña"!.
Por cierto, un día me tienes que contar qué sabes de la historia que aparece en Soldados de Salamina. Confieso que no leí el libro de Cercas -nunca leo best sellers-, pero después de ver la película me quedé con la impresión de que lo que se cuenta allí es un cuento de hadas absolutamente tontorrón.
Te pongo un mensaje y te hablo sobre el padre.
Marian
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