La Cumbre de Londres del G-20, la segunda convocada para intentar enderezar el rumbo errático del capitalismo internacional tras el crack de los Casinos del Dinero, se ha convertido en una especie de baile de presentación en sociedad de la nueva reina de la belleza internacional: el presidente norteamericano Barack Obama, eficazmente secundado por su consorte, Michelle.
La expectación despertada por la imperial pareja está corriendo paralela a la falta de contenido real de la Cumbre. Obama se ha dignado visitarnos, alabado sea el Cielo, y se supone que nos trae la buenanueva de cómo salvar el capitalismo y abrir de una vez por todas las puertas del siglo XXI al progreso y la cooperación internacional; al menos eso es lo que intentan vender sus epígonos, un ejército que por cierto va adelgazando a marchas forzadas cada día que pasa. De todos modos, la primera en la frente se la ha dado Nicolás Sarkozy, el presidente francés, cuando antes de que Obama pusiera los pies en Londres le recordó que ésta es ya la hora de aportar soluciones y de dejar de hacer "bonitos discursos", lo único que hasta la fecha nos ha ofrecido el flamante presidente estadounidense.
Luego Obama se ha encontrado conque al tradicional frente entre EEUU y su palanganero europeo histórico, Gran Bretaña, le ha salido un Eje respondón, el articulado por Francia y Alemania. El asunto no es baladí, porque las posiciones de los gobiernos francés y alemán -de derechas, pero europeos: es decir, comprometidos con la idea de un Estado fuerte y de la prestación de servicios a sus respectivas sociedades- chocan frontalmente con las que viene a defender el paladín de todo progreso... al estilo yanqui: ultraliberalismo y algunas gotas de compasión para los pobres (más o menos el mismo programa con el que George W. Bush ganó las elecciones de 2004). Para muestra un botón: mientras franceses y alemanes defienden el fin de los paraísos fiscales la nueva Administración norteamericana los considera "necesarios", lo que no debe extrañarnos si tenemos en cuenta que el 85% de esos chupaderos de dinero se hallan bajo soberanía oficial o de facto de EEUU. Barack Obama viene pues a vendernos a los europeos la misma burra tuerta yanqui de siempre.
Si encima míster Obama pretende exigirnos incrementar el número y la calidad de las tropas europeas en Afganistán, y ya que está aquí asegurarse de paso la complicidad de la Unión Europea con sus políticas de recuperación del dólar como moneda única de referencia internacional, no es extraño que Sarkozy, Merkel y cualquier político europeo con dos dedos de frente envíen al diablo a este pájaro.
La verdad es que de seguir Obama por esta senda, que me temo mucho es en realidad la única por la que puede transitar, vamos a acabar echando de menos a George Bush. Los hijos de perra, mejor a cara descubierta.
4 comentarios:
A buen entendedor con un claro silencio basta.
Te ruego me disculpes por haberte molestado enviándote unas fotos.
En mi descargo tengo que, como hace tiempo me pediste te dijera quien era, pensé ¡oh ingenua de mi!, que quizá te agradaria saber cómo era.
Lo lamento de veras. No volverá a suceder.
Marian
Marian, lo siento pero no sé de que me hablas. ¿Me enviaste unas fotos? ¿Cuándo? Te aseguro que no me llegó nada.
Un saludo cordial.
Pues no lo entiendo. Te envié unas fotos al único correo que tengo tuyo. Al mismo que utilicé cuando te escribí largo y tendido hablándote sobre mi.
Al no ser que hayas cambiado de correo, pero salia "enviado", y las mandé por correo electrónico.
De todas formas Cotarelo y una amiga mia, Angeles, el año pasado recibieron con un retraso de seis meses otras fotos. Quizá esten dando la vuelta por el espacio, parándose en otros mundos, y algún dia vuelvan a la tierra y las recibas.
Un abrazo
Marian
P.D: Algún dia aprenderé a colgarlas, como todo el mundo hace, y tu y todos los amigos podran verlas cuando quieran.
No he cambiado de correo, Marian. A veces estas cosas fallan, y un porcentaje de correos electrónicos se pierden o van a parar a destinatarios no previstos.
Te he enviado un mensaje a tu correo (espero que no lo hayas cambiado).
Un saludo cordial.
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