Dice El Periódico de Catalunya de hoy que "cada vez hay más plazas libres en residencias privadas de Barcelona". Se refiere a residencias de ancianos, a geriátricos. "De hecho", prosigue la información del diario barcelonés, cerca del 80% de estos centros tienen en estos momentos habitaciones sin ocupar". La razón es muy prosaica: "parece que cada vez menos barceloneses pueden permitirse pagar los 2.000 euros mensuales que cuesta de media un centro en la capital catalana". Más adelante el diario informa de que una plaza individual cuesta unos 3.000 euros de media.
Imagínense el panorama. Ancianos cobrando pensiones de miseria que ni de broma se aproximan a los 1.000 euros mensuales, deben pagar una media de 2.000 euros si quieren ser acogidos en una de esas santas y privadas instituciones. Según el diario, el elevado número de vacantes se debe -faltaría más- a la crisis económica: yo diría que tiene que ver más bien con la jeta de cemento armado que gastan sus dueños, al cobrar esas salvajadas por ser acogido en sitios que no suelen brillar precisamente por la calidad de vida que ofrecen.
Ya que la famosa Ley de Dependencia está resultando papel mojado (no hay ni financiación ni voluntad política para aplicarla), y que con la dichosa crisis los inmigrantes sin papeles son cada vez menos un recurso alternativo de atención al abuelo semiabandonado por su familia, un servidor cavila que algo habrá que hacer con los viejos. Tal vez convertirlos en una especie de pastillas energéticas consumibles por los jóvenes, como planteaba la película "Soylent Green" hace treinta y tantos años. Nuestro pomposo Estado del Bienestar sacaría así un último provecho social de ellos.
Porque la solución que plantea la Conselleria de Acció Social i Ciutadania de la Generalitat catalana ni siquiera es un parche, sino una pura contribución a que siga adelante la rueda especulativa. Al parece se arbitrarán "ayudas" para "centros concertados" situados en Barcelona ciudad por importe de 15 millones de euros, con la condición de que las tarifas de esas residencias no superen los 2.000 euros mensuales. En realidad, bastará conque las camas disponibles por ese precio supuestamente de ganga no sean menos del 15% del total de las disponibles en el centro. O sea que los dueños podrán seguir especulando con el 85% de camas restantes, y además cobrar una jugosa subvención por ofertar unas cuantas al precio concertado, que francamente, ya es de por sí un verdadero atraco.
Para colmo, y según la propia conselleria, de los geriátricos barceloneses "uno de cada cuatro tendrá obstáculos graves para acreditarse, sobre todo por un problema de barreras arquitectónicas". Así que cobran 2000 ó 3.000 euros según casos, y ni siquiera tienen adaptadas las instalaciones. Por no hablar de las condiciones sanitarias y alimenticias en que se tiene a los internos, que seguramente obligarían a cerrar la mayoría de geriátricos privados caso de hacerse en ellos inspecciones mediamente rigurosas.
Definitivamente, la solución planteada por "Soylent Green" era más racional y probablemente más humana.
4 comentarios:
Uffff qué miedo me da hacerme vieja.
Marian
Habrá que seguir dando la lata para que "Estado del Bienestar", sea algo más que unas bonitas palabras.
El problema, según lo veo, no consiste en que existan centros privados que cobren 2.000€ por un servicio quizás mediocre, sino que el Estado "concerte" con ellos de una manera tan obtusa.
Por un lado nos bombardean dicendo que lo privado es más eficente que lo público, por otro, podemos comprobar de continuo que lo privado es eficiente solo en lo referente a "hacer dinero" pero no en los servicios o productos que ofrece.
Preguntas al azar:
¿Debe la seguridad social financiarse con el aporte de los trabajadores solamente?
¿Debe rescatarse a las eficientes empresas financieras privadas desde el Estado con dinero público prestándoselo a un interés irrisorio? (Eso es casi un premio por generar la crisis más extendida en la historia de este siglo).
¿Qué es "gasto" para un Estado? Desde el punto de vista económico sorprende saber que se considera que un estado "gasta dinero" cuando este dinero sale de sus fronteras, mientras permanezca en su territorio ese dinero no se ha gastado...
¿Se ha de continuar emparchando este sistema económico o ha de embarcarse la sociedad en la generación de un sistema económico más justo y redistributivo?
Jamás hay un parcís cerca cuando uno más lo necesita.
Un abrazo.
Afortunadamente esta presunta crisis económica que atrevesamos está devolviendo las cosas a su sitio. La gente no es tonta, y se da cuenta de que si en última instancia el Estado es quien ha tenido que sufragar con el dinero de todos la quiebra del capitalismo virtual, el Estado puede y sobre todo debe asumir los problemas individuales de sus administrados con menos recursos. Y estos problemas se llaman educación, sanidad, pensiones, asistencia social y vivienda.
El dinero de todos ha de servir para resolver los problemas de todos. Y eso sólo puede lograrse con un Estado fuerte, con impuestos que graven la riqueza y con una fuerte inversión en gastos sociales. Volvemos pues, en definitiva, al socialismo.
Saludos cordiales.
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