Las salas de cine españolas van a la huelga hoy lunes. Se trata de un paro patronal lanzado por las grandes empresas del sector, enfrentadas al proyecto de Ley del Cine aprobado por el gobierno español el pasado 1 de junio.
Según las cadenas dueñas de las salas de exhibición la nueva ley les obliga a programar un porcentaje de películas españolas (un 25%) y europeas (un tercio del total) que ellas consideran perjudicial para sus intereses, dada la baja recaudación que en nuestro país supuestamente obtienen las películas españolas y el cine europeo en general.
Los exhibidores prefieren pues continuar programando de modo abrumador el cine-basura norteamericano que colocan en todo el mundo las cinco grandes distribuidoras-productoras estadounidenses, organizadas en un verdadero oligopolio mafioso de carácter global. Prefieren por tanto seguir llenando las pantallas españolas de subproductos dirigidos a un público adolescente que al parecer no se harta de consumir basura cinematográfica, en tanto el resto de la población se aleja ostensiblemente de los cines desde hace años.
Los exhibidores prefieren el dinero fácil y la alienación ideológica, en suma.
PD Acabo de oír una entrevista en la Cadena Ser a Carmen Calvo, la ministra de Cultura, en la que defendía el proyecto de ley. Oír a esta mujer produce sonrojo aun cuando defiende una causa justa; qué decir de la infinidad de veces en que actúa (ella, un actor más, y de los malos) únicamente en busca de su propio interés y lucimiento personal.
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