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martes, 16 de febrero de 2010

ENDESA, ladrones de guante blanco

Andaba yo de vuelta a casa cavilando de qué trataría el post que pensaba escribir esta tarde, cuando al abrir el buzón me he encontrado una carta de ENDESA que me ha resuelto las dudas de un plumazo. Para los lectores que no conozcan qué es ENDESA les diré en breve que esta es una de las empresas clave del oligopolio energético español, explotadora en régimen de monopolio del suministro eléctrico de regiones enteras de España y que desde hace unos años ha abierto horizontes en América Latina de un modo salvaje y desenfrenado; seguro que han oído hablar de la gigantesca presa que ENDESA está construyendo en Chile y que amenaza con tragarse entero el país mapuche, un ecosistema único en el mundo y frágil como un vaso de cristal. Por cierto, en un alarde de cinismo "emprendedor" ENDESA se publicita en España como empresa "verde" y respetuosa con el medio ambiente.

Bueno, pues estos piratas con traje italiano me envían una carta en la que en un espléndido catalán normativo me informan de que "En estos momentos" un servidor de ustedes "NO TIENE CUBIERTO" (así, en mayúscula) "el coste de la reparación en caso de urgencia ante una avería en la instalación eléctrica, como un cortocircuito en el cuadro eléctrico de su casa que le deje sin luz". ¿Preocupante, verdad? Qué miedo da quedarnos sin luz. Pero tranquilos, ENDESA piensa en todo y tiene solución para este problema: "Protéjase desde hoy mismo con el Servicio Electricidad Total de ENDESA y acceda a toda la cobertura y las ventajas que le ofrece este servicio exclusivo para abonados de ENDESA". Para no cansarles les diré en resumen que el "servicio exclusivo" de marras consiste en que por la nada módica cifra de 44'91 euros anuales ENDESA presta un servicio que desde que existe la empresa ya daba y se pagaba en la factura general que presentan a sus abonados. Así pues, al igual que las compañías aeronáuticas decidieron un día cobrarnos aparte la magra pitanza que ofrecían a bordo (¡como si hasta entonces Iberia y compinches hubieran regalado los menús que daban!), ENDESA pretende cobrar a partir de ahora un servicio de mantenimiento que es su obligación ofrecer.

Y en fin, como no podía ser menos, la estafa se redondea en la letra pequeña. Resulta que entre las "exclusiones generales" (sic) del servicio contratado (y abonado) figuran las intervenciones en caso de emergencia causadas por "cualquier objeto que no forme parte de la red eléctrica", y cita expresamente sistemas de riego, cables de bombas de agua, controladores de temperatura, antenas de todo tipo, detectores de humo, electrodomésticos, etc. Entonces ¿qué diablos cubre el maravilloso servicio de asistencia de ENDESA, si excluye precisamente todas las fuentes posibles de esta clase de incidencias?.

El remate viene cuando ENDESA informa al potencial "primo" (candidato a ser estafado) de quién es la empresa aseguradora: Pues nada menos que una empresa irlandesa llamada Am Trust Ltd radicada en Dublín y "habilitada para operar en España", que actúa "en régimen de libre prestación de servicios (el diablo hidroeléctrico sabe qué significa esa expresión) a través de una sucursal radicada en Irlanda" (!). Debe ser que con la crisis económica ya no hay aseguradoras radicadas en España, y tienen que recurrir a una irlandesa. ¿Verdad que huele que apesta?.

El folleto-engendro concluye advirtiendo de que "este documento constituye un resumen no vinculante de las condiciones generales del contrato". O sea que hay más condiciones de las que aquí se especifican. Me juego mi paga extraordinaria de abril a que naturalmente, excluirán un sinfín de intervenciones supuestamente a prestar por la empresa contratada.

Al parecer la legislación española permite esta clase de robos de guante blanco; sus promotores incluso citan una ley bajo la cual se regirá el contrato con la aseguradora irlandesa. Tal vez porque el atraco se realiza sin otra violencia que el insulto a la inteligencia media que constituye el contenido del folleto explicativo que les he comentado. Son cosas del libre mercado, ya saben.

El año pasado a un mendigo le pedían en los tribunales de Barcelona año y medio de prisión por robar media barra de pan en una panadería. Los pobres ya se sabe, lo hacen todo a lo bruto ¡Con lo fácil que sería enviar un folleto publicitario antes de ir a por la barra de pan!.

domingo, 26 de agosto de 2007

Llegan más diarios para aumentar el ruido


Parece que el otoño nos va a traer nuevos diarios. Desde hace algunas semanas el gallinero mediático anda revuelto a cuenta del próximo lanzamiento del diario Público (o El Público, según otras fuentes), periódico que prepara Jaume Roures, magnate audiovisual criado en la Corporació Catalana de Ràdio Televisió (TV3) en la época pujolista, desde la que dio el salto a la FORTA (la Federación de Televisiones Autonómicas) y de allí a la oligarquía televisiva como propietario de la megaproductora Mediapro.

Una pista. Últimamente Roures anda enredado en batallas por el control de las retransmisiones futbolísticas, que parece le han enfrentado con cierta dureza a PRISA, editora de "El País". El bocado para el ganador es probablemente el negocio legal más importante en España en estos momentos. En fin, ya saben que lo del fútbol sólo se acabará cuando quien puede, dé orden al Fiscal Anticorrupción del Estado de entrar a saco en ese nido de blanqueo de dinero procedente del ladrillo especulador y de toda clase de negocios ilegales: el sacrosanto e intocable "espectáculo deportivo" por antonomasia. Así de fácil se terminaría, entre otras cosas, con el escándalo de la danza de miles de millones de pesetas que se arrojan a la cabeza alegremente los participantes en la rebatiña por los "derechos televisivos" de transmisión de los encuentros de fútbol.

Pero El Público no llega solo. Tras años de no aparecer nuevas cabeceras de prensa, el lanzamiento del periódico de Roures se verá acompañado desde la derecha por la salida asimismo inminente de otro diario, éste llamado La Nación, un nombre que por cierto despeja cualquier duda sobre su ideología. La Nación es una iniciativa del grupo Intereconomía, una corporación empresarial que aunque resulte difícil de creer se sitúa a la derecha de la COPE y de Jiménez Losantos.

Como puede verse, cabeceras nuevos e intereses viejos.

Con todo, la salida de "La Nación" se está preparando de modo bastante discreto. La de El Público, por contra, se ha convertido en un espectáculo por sí misma. Al "casting" organizado por sus creadores vía Internet para seleccionar personal respondieron 20.000 periodistas, de los cuales se escogieron 500 para la fase final, según el modelo de selección empleado para fichar participantes en esos concursos de tele-basura que gozan de tanto éxito. Y es que el sello Roures parece que va a impregnar hasta la médula el periódico.

Dicen que los dos diarios se venderán, curiosamente, al mismo precio: 50 céntimos. Curioso también que salgan ahora, a meses vista de unas elecciones generales cruciales. Se ve que el cotarro se está animando, o es que a algunos les sobra el dinero y no saben dónde tirarlo.

De todos modos, me parece que tanto El País como la prensa de derechas (casi todo el resto del papel diario impreso que se publica en España), no están muy preocupados por estos nuevos inventos. A La Nación se le puede augurar una corta vida, pues el espacio de la extrema derecha ya está sólidamente ocupado por El Mundo, La Razón y ABC. En cuanto a Público, al que se califica en todas partes de diario pegado a las tesis de Moncloa, pues qué quieren que les diga, quienes recibimos en casa El Socialista no vamos a molestarnos en pagar un diario en el quiosco para leer las mismas blandenguerías laudatorias.

El caso es que El País es un diario que más allá de la información que ofrece, que no deja de ser la misma que facilitan las agencias a todos los restantes periódicos, tiene un repertorio de colaboradores como no existe en toda la prensa escrita en castellano del mundo junta. Ése es su verdadero "valor añadido", como gustan decir los social liberales y otros distinguidos miembros de la "izquierda centrada", compañeros de viaje de los intereses de la derecha. O sea que poco daño le va a hacer El Público a El País, me parece.

Me preocupa eso sí, que algunos soplagaitas puedan haber convencido a Zapatero para que de luz verde a un proyecto de periódico concebido a su mayor gloria e impulsado por pelotas, fontaneros y aparatchiks, y comandado por un mercenario mediático como Jaume Roures, capaz de servir a cualquier amo siempre que él pueda llevarse un pastón de allí. Obviamente se diría que a esa tropa, siempre dispuesta a ser más papista que el Papa, le molesta que El País nunca haya creído del todo en la capacidad de Zapatero para gestionar un proyecto político de largo alcance, y estimen necesario fletar un vocero más favorable a sus intereses.

Mal camino sería ése, y peor si realmente cuentan con la bendición de Zapatero como dicen.

viernes, 27 de julio de 2007

Endesa deja Barcelona a oscuras


Dos subestaciones que suministran electricidad a la ciudad de Barcelona y a algunas poblaciones cercanas han dicho basta, y han dejado la capital catalana a oscuras durante varios días en plena canícula.

En el guirigay de la confusión reinante se va abriendo paso la teoría de que el macroapagón habría sido causado por la coincidencia de dos sucesos, aparentemente desconectados entre sí aunque no ajenos del todo el uno al otro: la caída de un cable de alta tensión en una de las subestaciones, y un incendio fortuito en la otra; en el caso de esta segunda subestación llovería sobre mojado, pues al parecer en el último año ya se habían registrado otros dos "incidentes serios" en ella.

En realidad, el macroapagón barcelonés nada tiene que ver con la casualidad ni con la mala suerte. Este tipo de cosas suelen ocurrir cuando un servicio público estratégico y esencial es privatizado y puesto en manos de una partida de lobos vestidos con trajes italianos. El objetivo de la privatización en estos casos es, obviamente, aprovechar desde la "iniciativa privada" el régimen de monopolio del servicio y obtener mediante él plusvalías desaforadas.

Como quiera que los susodichos lobos gestores consideran que invertir en mantenimiento y mejoras es tirar un dinero que está mejor en sus bolsillos y en el de sus amos políticos, no cabe esperar sino la progresiva degradación de los servicios privatizados.

Es el caso de Endesa, a cuyo frente sigue –increíblemente- el señor Manuel Pizarro, aún después
de todo lo que ha llovido desde la OPA de E.ON –una empresa investigada judicialmente en su país por corrupción de políticos y ejecutivos en OPA’s anteriores-, y que ahora nos regala a los catalanes, obligados a consumir la electricidad que produce su empresa-monopolio, el testimonio más crudo del estado de abandono en que vive este gigante eléctrico con pies de barro.

En resumidas cuentas, éstas son las consecuencias de la política de privatizaciones que en el año 2000 ejecutó el gobierno Aznar a través de un experto en la materia de regalar patrimonio público a intereses privados de confianza llamado Josep Piqué, a la sazón ministro de Industria.

Como consecuencia de aquellos fabulosos pelotazos, numerosos servicios básicos fueron substraídos al dominio público y puestos en manos de ejecutivos palanganeros del PP; es el caso de la red eléctrica, entregada a un oligopolio dirigido por gente como Manuel Pizarro, al que por cierto, y según el diario electrónico El Plural, Rajoy tiene en su lista de "ministrables" para un futuro gobierno de la derecha española. De allí vienen los lodos actuales.

Ante este expolio del patrimonio creado con dinero público –es decir, salido de los bolsillos de todos los ciudadanos-, los políticos que gobiernan ahora las diferentes Administraciones dan la callada por respuesta. "No pueden meterse" en la privadísima gestión de Endesa, Telefónica, Repsol, Argentaria, Tabacalera, Iberia..., y se limitan a poner cara de circunstancias cuando los apagones encadenados convierten Barcelona en una verdadera Habana tardocastrista.

La pregunta que cabe formularse ahora es dónde queda en estos casos la famosa "libertad de mercado" que se supone regula el sistema económico en el que vivimos. ¿Dónde nuestra libertad de consumidores para mandar al infierno a Endesa y contratar con otra empresa? Imposible ejercer esa opción. Las Siete Hermanas eléctricas se han repartido España a cachos, y cada "famiglia" (en el más puro sentido Cosa Nostra del término) ejerce un férreo monopolio sobre el territorio que le ha tocado en suerte para ellos y en desgracia para nosotros. Catalanes y andaluces fuimos adjudicados a Endesa, y ya ven cómo nos luce el pelo.

En el primer semestre de 2007 Endesa ha ganado 1.200 millones de euros; sólo en junio último se embolsó 200 millones de euros limpios de polvo y paja. Es decir, dinero para que los barceloneses tengamos un servicio eléctrico no ya eficiente sino de verdadero lujo, lo hay de sobras. Entonces ¿a dónde van a parar esos beneficios, sino se invierten en mantener y mejorar el servicio?.

Harían bien en investigarlo don Cándido Conde Pumpido, Fiscal General del Estado, y el ubicuo juez Del Olmo, en vez de perder el tiempo persiguiendo caricaturistas de revistas humorísticas. Seguramente podrían ayudarles en esa labor clarificadora Pizarro, Piqué, Aznar y los directivos alemanes de E.ON, si fueran llamados a declarar.

Desde luego las sospechas son muchas y crecientes, y las "convicciones morales" sobre el destino final de esas ingentes sumas de dinero, todavía mayores.

lunes, 18 de junio de 2007

El negocio del cine-basura


Las salas de cine españolas van a la huelga hoy lunes. Se trata de un paro patronal lanzado por las grandes empresas del sector, enfrentadas al proyecto de Ley del Cine aprobado por el gobierno español el pasado 1 de junio.

Según las cadenas dueñas de las salas de exhibición la nueva ley les obliga a programar un porcentaje de películas españolas (un 25%) y europeas (un tercio del total) que ellas consideran perjudicial para sus intereses, dada la baja recaudación que en nuestro país supuestamente obtienen las películas españolas y el cine europeo en general.

Los exhibidores prefieren pues continuar programando de modo abrumador el cine-basura norteamericano que colocan en todo el mundo las cinco grandes distribuidoras-productoras estadounidenses, organizadas en un verdadero oligopolio mafioso de carácter global. Prefieren por tanto seguir llenando las pantallas españolas de subproductos dirigidos a un público adolescente que al parecer no se harta de consumir basura cinematográfica, en tanto el resto de la población se aleja ostensiblemente de los cines desde hace años.

Los exhibidores prefieren el dinero fácil y la alienación ideológica, en suma.

PD Acabo de oír una entrevista en la Cadena Ser a Carmen Calvo, la ministra de Cultura, en la que defendía el proyecto de ley. Oír a esta mujer produce sonrojo aun cuando defiende una causa justa; qué decir de la infinidad de veces en que actúa (ella, un actor más, y de los malos) únicamente en busca de su propio interés y lucimiento personal.