La concesión de la medalla de Bellas Artes a un torero "mediático" ha abierto una guerra en el gremio de los matadores de toros, por mor de que algunos de los más afamados entre ellos entienden que el recién premiado carece de méritos en su "arte". El galardonado es al parecer asiduo de los programas rosas, y esa adscripción al famoseo la interpretan los puristas del asunto como una desvirtuación de la llamada "cultura taurina".
A mí lo que me ha desconcertado de entrada, es que el Consejo de Ministros del Reino de España pierda el tiempo otorgando medallas de Bellas Artes. Y ello porque sospecho que los conocimientos en materia cultural en general y de Bellas Artes en particular de más de un ministro o ministra, resultan no ya manifiestamente mejorables sino simplemente inexistentes. Pero es que aun en el caso de que algún día el elenco ministerial español estuviese integrado por personas de nivel cultural irreprochable, me seguiría pareciendo extraño que sus componentes ocuparan parte de sus deliberaciones en valorar méritos de candidatos a premios relacionados con la cultura, proceloso mundo en el que como es sabido las opiniones van por barrios, casi cada cual tiene la suya y sobran los expertos y gurús.
Pero en fin, más allá de esas dos consideraciones lo que me tiene al borde del pasmo es que el Gobierno de España premie, como si realmente fuera una "Bella Arte" (!), la tortura y masacre de una pobre bestia acorralada, finiquitada ante los ojos de un público capaz de pagar una entrada por presenciar un espectáculo así.
En el cruce de acusaciones entre los bandos taurinos en litigio por este asunto se están usando palabras supuestamente mayores del tipo -cito textualmente- "el concepto de arte del toreo está degenerando" (¡y tanto que degenera!), mientras se manejan términos como "técnica", "estética", "valor" y otras majaderías taurófilas por el estilo. Claro que también se habla de cosas bastante más reales y prosaicas, como publicidad y contratos; no cuesta mucho adivinar al fondo de todo la palabra "dinero".
A mí toda esta polémica me da vergüenza ajena y también un poco propia, en la medida de que contribuye a que sigamos cargando con todo merecimiento el sambenito de ser el país más salvaje de Europa.
3 comentarios:
¡Ya lo creo que somos el pais mas salvaje de europa!. A los animales se les toma como cosas, como si fueran de cartón piedra o algo por el estilo, en lugar de darse cuenta de que sufren y gozan exactamente igual que nosotros.
En este asunto como en el de la iglesia no me siento representada en absoluto por este gobierno.
Es una autentica vergüenza que se les conceda a estos carniceros sin escrúpulos medallas.
Mientras mas matan mas contentos estan pues mas dinero ganan.
¡Vergüenza de pais que tiene como fiesta nacional martirizar seres vivos!.
Marian
El consuelo es que la opinión en contra de la llamada "fiesta nacional" crece cada día. Que desaparezca es cuestión de tiempo y de civilidad, aunque por ahora los poderes públicos sigan cerrando los ojos y comprometiéndose con esa salvajada.
Un saludo.
A mi me trae sin cuidado la opinión del resto de Europa, como si ellos fueran tan civilizados, menuda otra panda de desgraciados que son!
Lo que me entristece y alucina es que en la época que estamos aún haya gente que disfrute viendo como torturan a otros seres vivos.
Vergonzoso y lamentable de verás.
Un saludo
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