lunes, 15 de septiembre de 2008

Vicente Carilla, un emigrante español en la Argentina de principios del siglo XX


En posts anteriores les he ido hablando de Donato Navarro Mairal, uno de mis bisabuelos por línea materna. Últimamente ando investigando sobre el otro bisabuelo materno, llamado Vicente Carilla. La verdad es que he reunido pocos datos sobre la vida de Vicente, pero lo que voy sabiendo de él resulta apasionante.

Vicente Carilla nació en la ciudad de Huesca, en 1869. Siendo niño su familia su trasladó a Lanaja, un pueblo de la provincia de Huesca, donde su madre se estableció como carnicera. Los Carilla eran varios hermanos, uno de los cuales, Manuel, fue el padre de Mariano Carilla Albalá, el que terminó sus días en la cámara de gas del castillo de Hartheim, en el complejo de campos de Mauthausen.

Vicente se casó y tuvo tres hijos, el menor de los cuales fue Mariano Carilla Salillas, mi abuelo materno, aquél a quien en los años cuarenta del siglo XX abrió expediente el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo por haber estado circunstancialmente afiliado al PCE. Cuando ya había cumplido los cuarenta, una edad avanzada para la época, Vicente decidió emigrar con su familia a Argentina en compañía de otras familias de su pueblo. Se trataba de un viaje con difícil retorno, pues al llevarse la familia completa aumentaban las posibilidades de echar raíces más rápidamente en el país de acogida.

Pero al parecer, y según cuenta mi madre, surgió un inconveniente no previsto, que modificó en parte los planes hechos. Resultó que la hija mayor de Vicente, entonces una adolescente de 13 ó 14 años, se negó rotundamente a viajar, amenazando con tirarse del barco si la llevaban a la fuerza. La cosa debió ser tan seria que finalmente, Vicente decidió marchar a Argentina en compañía de las otras familias najinas pero dejando a la suya en el pueblo.

Nada sé de los preparativos ni la travesía marítima, pero lo que si está certificado por el CEMLA (Centro de Estudios para las Migraciones Latinoamericanas) es que Vicente Carilla llegó a Buenos Aires el 3 de junio de 1913 a bordo del Infanta Isabel, un trasantlántico construido en Inglaterra y puesto en servicio aquél mismo año, y dedicado al transporte de emigrantes europeos a Uruguay y Argentina (tenía capacidad para dos mil pasajeros). Hacía un año escaso que el Titanic se había hundido, y el Infanta Isabel fue uno de los primeros barcos construido según las nuevas normas que pretendían evitar tragedias como aquél terrible naufragio.

Al desembarcar en Buenos Aires Vicente tuvo que facilitar su filiación. Por ella sabemos que declaró tener 44 años, estar casado, ser ciudadano español, de religión católica y jornalero de oficio, y que había embarcado en Barcelona. No consta lugar de nacimiento, porque al parecer en aquellos años todavía no se les preguntaba a los recién llegados.

Desconozco cuánto tiempo permaneció Vicente en Buenos Aires. Según mi madre, su estancia en Argentina duró poco, dos o tres años. Al parecer mi bisabuelo y sus compañeros de aventura se dirigieron desde la capital a la provincia de Santa Fé, donde existían por aquellos años numerosas colonias agrícolas en las que trabajaban españoles, especialmente cultivando trigo. Es posible que residiera algún tiempo en la ciudad de Rosario, que acogió asimismo en esos años grandes contingentes de emigrantes españoles.

Sin embargo Vicente regresó pronto a España, tras un oscuro episodio que implicó a otro najino. Al parecer Vicente y él trabajaban para un argentino que explotaba carboneras y que murió en extrañas circunstancias, quedando éste otro najino (de quien desconozco el apellido) como dueño de la empresa. Al poco tiempo Vicente regresó a España tan pobre como se había ido, pero el otro najino volvió unos años más tarde y muy rico, aunque para siempre le quedó el apodo de “Matacarboneros”.

A poco de volver a España Vicente Carilla y su familia se fueron a vivir a Huesca, pero mi abuelo Mariano quedó en Lanaja. Vicente vivió el resto de su vida en la capital altoaragonesa.

Ando ahora removiendo on line por los archivos provinciales de Santa Fé, a ver qué aparece por allí. Me intriga especialmente esta historia de “Matacarboneros”, a ver si hay suerte y encuentro alguna referencia.

La información aquí ofrecida ha sido allegada a través del CEMLA y de la memoria familiar transmitida por María Felisa Carilla. La información sobre el Infanta Isabel figura en varias páginas de Internet. Estoy en deuda con Jorge Schussheim, que me puso en contacto con el CEMLA argentino.

La imagen que acompaña el post corresponde al Infanta Isabel.

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