martes, 9 de septiembre de 2008

El privadísimo negocio de la seguridad en los aeropuertos


El señor Oriol Aragón, jefe del área de seguridad y “facilitación” (sic) de Aviación Civil, anda preocupado estos días porque según la letra del nuevo reglamento europeo ya no es obligatorio descalzarse o quitarse el cinturón en los controles antes de acceder a la “zona segura” del aeropuerto (El País, 8-9-2008).

“Si dejamos que piten antes de pedir que se descalce, el pasajero pasa dos veces el arco y se pierde tiempo", explica Aragón. Para evitar "molestias" en los 200 filtros de seguridad que hay en los aeropuertos españoles seguirán "recomendando" quitarse el calzado y el cinturón, junto con los objetos metálicos. "Vamos a tratar de explicarlo en el control", para evitar "molestias".

Quizá lo mejor fuera que los pasajeros pasaran el arco desnudos, así no habría "pérdidas de tiempo". O ya en plan más radical, prohibir que los vuelos de aviación lleven pasajeros; a grandes problemas, grandes soluciones.

De todos modos, nada de ésto tendrá arreglo mientras la seguridad en los aeropuertos y en dependencias e instalaciones estratégicas en general siga en manos de EMPRESAS PRIVADAS que hacen de la seguridad, de nuestra seguridad, SU SUCULENTO NEGOCIO PARTICULAR. La responsabilidad última de todas las molestias que recibimos es, en última instancia, de todos nosotros en tanto que ciudadanos, porque hemos permitido que nuestra seguridad sea rehén de unas empresas que únicamente están interesadas en hacer dinero a cuenta del erario público, es decir de nuestros impuestos. Se quedan con nuestro dinero, y encima nos martirizan en los aeropuertos.

El perfil del personal que emplean es coherente con esa lógica de saqueo del interés público y maximización de beneficios: personas de inteligencia por debajo de la media, baja formación académica y general y cierta propensión a cobrarse en sus semejantes sus complejos y frustraciones. Les ponen un uniforme, les dan una porra y unas esposas, y se creen que son Walker, ranger de Texas en misión especial, cuando la inmensa mayoría de ellos no son más que empleados de baja cualificación contratados temporalmente por compañías privadas, la mayoría de ellas por cierto, dirigidas por antiguos cargos policiales de la etapa de gobierno del PP.

Hay que remarcar que los "vigilantes de seguridad" no son autoridades policiales ni agentes de la autoridad en nivel alguno, y no tienen más derecho a dar órdenes o a detener a alguien que el que tiene la señora que limpia los WC de la terminal. Si tiene un conflicto con alguno de estos individuos, simplemente "pase" de él y requiera tranquilamente la presencia -obligatoria en cualquier puesto de control- de un guardia civil o policía nacional; verá cómo se le bajan los humos al sheriff.

Nunca discuta con ellos, sólo sirve para inflar su ego y que piensen que son alguien. Y en todo caso, recuerde que el salario de ése tipo y los beneficios de su jefe los está pagando usted directamente de su bolsillo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Perfecto. Gracias por los consejos, los tendré en cuenta.
Aunque entre unas cosas y otras se le quitan a una las ganas de coger aviones.

Joaquim dijo...

A ver si entre todos ponemos en su sitio a esta gente.