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martes, 8 de julio de 2008

El Manifiesto por la imposición del castellano como lengua única

Una vez ha quedado claro que las posibilidades de manipulación de los rubros “Atentado del 11-M” y “Negociación con ETA” ya están totalmente quemadas, el entorno político-mediático del PP acaba de marcar el nuevo asunto en el que los “populares” deberán clavar los colmillos a partir de ahora: la defensa a ultranza del castellano como lengua única.

En realidad el tema es rancio y recurrente. La derecha/extrema derecha parlamentaria española suele usarlo como lucido espantajo cuando sus perspectivas de acuerdo con las derechas nacionalistas “periféricas” son nulas. Es un tema que les da votos en la España profunda, obviamente, pero sólo allí; o sea, que no es suficiente. Porque lo que está claro es que esta clase de movilizaciones no sirven precisamente para que el PP gane amigos ni apoyos parlamentarios entre aquellos con quienes comparte “modelo de sociedad”, pero discrepan en la concepción Santiago y Cierra España que define la esencia de nuestra “derecha nazional”.

Así que Zapatero es un tipo con suerte. En la sede del PSOE deben estar pensando que cuanto más encabrone el PP el clima político con mierdas como ése manifiesto de plumíferos y otros elementos pesebristas de la ultraderecha, más difícil lo tendrán los “populares” para volver a gobernar. Ni CiU ni el PNV pueden aceptar mansamente la agresión, y encima prestarse luego a auparlos al poder; sus votantes no lo admitirían.
O sea, que el PP va de culo. Para mí que sus estrategas son todos infiltrados a sueldo de la Secretaría de Organización socialista.

viernes, 11 de abril de 2008

Barcelona después de la catástrofe. Paisajes urbanos de pesadilla


El fotógrafo Albert Puntí, expone en la FNAC de la Pl. Catalunya sus "Paisajes urbanos ciber-románticos" de Barcelona.

En realidad, se trata de paisajes supuestamente fotografiados después de una catástrofe imaginada. Se pueden reconocer edificios hoy emblemáticos de la ciudad, como la torre Agbar, el ayuntamiento, la estación de Francia o los supuestos restos de la torre Colom. En todo caso, son fotografías llenas de una belleza desolada, que nos retrotraen a esas conocidas estampas de los siglos XVIII i XIX en las que los primeros viajeros modernos contemplaban ruinas clásicas.

Puntí no pretende en modo alguno aleccionar ni dejar moralejas, pero sí señala que en el fondo, nuestra civilización es una más y que llegará el día en que todo lo que quedará de ella serán unos restos contemplados por viajeros curiosos.

lunes, 31 de marzo de 2008

El moai desorejado. El turismo de masas hace peligrar el Patrimonio Cultural de la Humanidad


Una amiga me hace llegar una noticia publicada por El Periódico de Catalunya la semana pasada, en la que se da cuenta de que un tipo de 26 años, finlandés por más señas, le arrancó la oreja a un moai en la Isla de Pascua.

La verdad es que no me extraña nada que ocurran cosas como ésta. Hace apenas unos meses, dos jóvenes españoles decidieron llevarse como souvenir una bandera letona que colgaba de una farola en una calle de Riga; debieron pensar que como habían más banderas, los letones no iban a echar de menos aquella. Sin embargo se organizó un buen follón, y los ladrones de la enseña identitaria báltica dieron con sus huesos en comisaría por robo en grupo y "ultraje a la bandera nacional letona". Los dos españoles no eran unos mindundis cualesquiera, sino ingenieros de provecho. El finlandés arrancaorejas tampoco debe ser un muerto de hambre; puedo dar fé de que para viajar a Pascua hay que disponer de ciertos ahorros.

Como que este tipo de casos no constituyen hechos aislados -se lo garantizo en tanto que vecino de Barcelona, ciudad escogida "por la juventud más culta de Europa" (sic) según el concejal Jordi Portabella para emborracharse como cubas, orinar y defecar en las calles, destrozar el mobiliario urbano y entregarse a otros amenos pasatiempos semejantes-, uno no puede menos que llegar a la conclusión de que algo, posiblemente irremediable, está pasando por culpa o como consecuencia de eso que llaman turismo de masas, pero sobretodo por la falta de inteligencia y civismo conque la ciudadanía en general y muchos jóvenes en particular se comportan en cuanto pisan un país extranjero, más aún si éste por las razones irracionales que sea es considerado inferior al propio.

Me temo que iniciativas como la ordenanza del Civismo en mi ciudad o la asignatura Educación para la Ciudadanía en el sistema educativo español, no van a servir absolutamente para nada. Llegan muy tarde. Obviamente tampoco sirven de nada los despliegues policiales ni el encarecimiento de precios, por citar dos típicas medidas que pregonan los defensores de la "mano dura" en cualquier trance y con cualquier excusa: el turismo-basura ha enseñoreado ya la Tierra, y no va a soltar fácilmente su presa.

Así que el finlandés desorejador o los españoles robabanderas tienen grandes probabilidades no sólo de salir incólumes de sus respectivas tropelías, sino de que, una vez vueltos a su medio habitual, ligar como posesos explicando como llevaron a cabo la hazaña que el alcohol, las drogas o simplemente el aburrimiento, les inspiró súbitamente.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

La Rambla, ¿paseo o estercolero de Europa?


Según un estudio de l'Associació d'Amics de la Rambla, el popular paseo barcelonés recibe más de 78 millones de visitantes al año, lo que hace una media que supera los 200.000 visitantes diarios. La zona que más presión soporta son los alrededores de la Plaza Real, donde se concentran un buen número de conocidos bares cerveceros.

Por orígenes, un 58% de los visitantes son extranjeros, principalmente italianos, ingleses, alemanes y holandeses, un 21% son barceloneses, un 11% provienen del resto de Catalunya y sólo un 10% proceden del resto de España.

Como problemas más destacados, el estudio señala la masificación, la falta de limpieza y la inseguridad. También, los precios disparatados de "algunos establecimientos", señaladamente los bares, cafeterías y establecimientos de restauración que tienen terrazas sobre el mismo paseo.

Esta inundación de visitantes que sufre la Rambla -y en realidad, la ciudad entera- tiene que ver con su enfeudamiento a un turismo masivo y de ínfima calidad que ha elegido Barcelona como su destino favorito en Europa. En Barcelona desembarcan a diario miles de personas, muchas de las cuales llegan dispuestas a llevar a cabo comportamientos que en sus países incluso están penados legalmente y que aquí en cambio pueden realizarse con plena libertad: emborracharse hasta perder la consciencia, comer, dormir y orinar en la vía pública, molestar a los transeúntes....

En primavera y verano, rebaños de adolescentes principalmente italianos, toman por asalto la parte baja de la ciudad en lo que ya se ha convertido en un rito iniciático juvenil, según pregonan unas populares camisetas que se venden en las tiendas de souvenirs de la Rambla cuya leyenda reza en inglés "Tour Barcelona: beber, follar y dormir". Barcelona es asimismo La Meca de las despedidas de soltero británicas; existen agencias especializadas que organizan la juerga aquí por un importe menor al que cuesta llevarla a cabo en Londres o Liverpool. Y en fin, cada vez que hay partido de la Champions League en el Nou Camp, la Rambla se convierte en un muladar donde "para evitar incidentes" con la policía (a la que se ha llegado a prohibir intervenir) se concede carta blanca de actuación a los hooligans, tal como reconoció el propio Ayuntamiento barcelonés hace unas semanas con ocasión de uno de esos partidos.

Ahora parece que se pretende gestionar el reconocimiento de La Rambla como Patrimonio de la Humanidad. No estaría de más que antes de incorporar tan pomposo título, se baldée con agua y se pase la escoba por éste estercolero; tendríamos menos visitantes, pero seguramente serían mejor recibidos y dejarían mejor recuerdo que los actuales.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Una tarde con Goya en El Prado


Huyendo del ruido de lo que un cursi llamaría "una jornada preñada de noticias", acabo de pasar una muy satisfactoria tarde visitando el museo del Prado.

No, no es que haya tomado el puente aéreo y me haya presentado en Madrid por las buenas (Dios me libre de cometer semejante locura, habida cuenta de los problemas que suele acarrear tal aventura al sufrido usuario de ésa ruta), sino que me he dado un largo garbeo por la recién estrenada web del museo madrileño. Y francamente, he quedado gratamente sorprendido.

Uno recordaba la web del Prado como una de las peores páginas de museo del mundo. Sin embargo, parece que los gestores de la pinacoteca definitivamente se han puesto las pilas desde que Carmen Calvo pasó a mejor vida políticamente hablando, y además de haber culminado con éxito la ampliación del edificio se han preocupado de dotar a la institución de una herramienta divulgativa útil y atractiva, que sitúa al Prado en el ciberespacio no ya con la dignidad de la que durante años ha carecido, sino en plena vanguardia de las páginas de su clase.

Visítenla, es un consejo. Da gozo moverse por la web, aunque por ahora vaya un poco lentica, quizá por un exceso de visitas estos días. Además, pueden llevarse a casa los cuadros que más les agraden con sólo hacer click sobre ellos, pudiendo guardar reproducciones de gran calidad, que en la web van acompañadas de fichas muy completas y bien documentadas. Para muestra les dejo un botón, uno de mis cuadros preferidos.

Se trata de un cartón de Francisco de Goya, pintado en sus primeros años en Madrid, cuando trabajaba para la Real Fábrica de tapices. El cuadrito se llama "Muchachos jugando a los soldados". La escena que retrata resulta aparentemente anodina y carente de significado más allá de lo que un primer vistazo nos muestra: unos niños "fent el soldat", como se dice en catalán.

Sin embargo no hay nada en toda la obra de Goya que sea gratuito, pues cada una de sus pinturas encierra no ya opiniones sino verdaderas tesis del autor. Goya fue un observador atento, acerado y crudo de la sociedad de su tiempo. A mi juicio, también el crítico más implacable de la España de siempre, ésa que hoy encarna en las huestes del señor Rajoy y en los intereses que defienden.

El cuadrito del que les hablo tiene su mensaje, y demoledor por lo demás. Mírenlo despacio. Encierra todo un discurso sobre los estamentos sociales de la época: a la derecha de la imagen la aristocracia toca el tambor, a su son el ejército marca el paso en el centro de la composición y a la izquierda la Iglesia agita la torre de un campanario para que suene la campana. Fíjense en los rostros: atento el aristócrata, bobalicón el militar y malvado el eclesiástico. Y todo resumido en un juego de niños...

¿Es o no es Goya el mayor pintor de todos los tiempos?.

viernes, 17 de agosto de 2007

MacArthur en Manila


La propaganda de guerra norteamericana primero y su historiografía amañada después, han implantado la falsedad de que Manila fue destruida por los japoneses en 1945, durante la batalla que liberó la ciudad de la ocupación nipona.

La realidad histórica es muy diferente: la capital de Filipinas fue reducida a escombros palmo a palmo por el asalto norteamericano que encabezó el general MacArthur, quien vengaba así la ofensa que le inflingieron los japoneses tres años antes al obligarle a huir del archipiélago tras haber humillado al ejército yanqui en la batalla de Corregidor. Vista la escasa capacidad de resistencia japonesa en Manila en 1945, los medios empleados en el ataque resultaron tan desproporcionados como cuando medio siglo atrás los norteamericanos se apoderaron de la ciudad tomándola a los españoles; en uno y otro caso, los recursos humanos y materiales puestos en juego por defensores y atacantes no admitían comparación posible.

La destrucción de Manila fue pues un acto de venganza de Douglas MacArthur contra los japoneses, una bofetada contra éstos que repercutió con toda crudeza en el rostro de los filipinos, que murieron por decenas de miles durante los bombardeos "liberadores" de su ciudad. Entre los tesoros insustituibles destruidos figura el barrio de Intramuros, la vieja ciudad amurallada colonial española, que por entonces contaba con cinco siglos de existencia. Un conjunto monumental del que privó al mundo aquél militar enloquecido que se llamó Douglas MacArthur, y que de existir hoy habría sido declarado, a no dudar, Patrimonio de la Humanidad.

De la web del Instituto Cervantes de Manila he rescatado esa fotografía ilustradora, una de las pocas que existen de aquél asalto salvaje, en la que un tanque Sherman destruye la puerta principal de acceso a Intramuros.

domingo, 8 de julio de 2007

El patrimonio arquitectónico de la Humanidad, secuestrado por un concurso-basura


El estúpido megaconcurso-basura global organizado por un multimillonario suizo a cuenta de la elección de las "Nuevas Siete maravillas del Mundo", ha finalizado por fin, loados sean todos los dioses. Millones de ingenuos han participado en esta descomunal tomadura de pelo y de bolsillo enviando 100 millones de votos vía Internet y SMS; una iniciativa que sólo ha servido para hacer al suizo Bernard Weber mucho más rico de lo que ya era.

Lo peor con todo es la imagen de banalización del patrimonio arquitéctonico de la Humanidad que se ha transmitido, y el impulso que el patrioterismo "cultural" ha recibido en países de todo el globo. En este país, sin ir más lejos, al parecer se han llegado a formar ex profeso grupos de activistas para difundir la "necesidad" de llamar a determinado número de teléfono para que la Alhambra de Granada no quedara fuera de la lista definitiva, como si el honor nacional español o el valor cultural y patrimonial del monumento andalusí dependiera del número de SMS que recibiera su candidatura y de que entrara en el cuadro final de ganadores.

Del criterio con el que los organizadores elaboraron la lista previa de candidatos sólo hay que decir que entre los monumentos aspirantes figuraba nada menos que la Estatua de la Libertad neoyorkina, y que entre los ganadores se halla el inmenso y horroroso Cristo que se eleva sobre Río de Janeiro. Encuentro a faltar ahí la cruz del Valle de los Caídos, eso sí, un "monumento" muy en consonancia con la idiosincracia "cultural" del señor Weber y sus compinches en esta descomunal broma de trileros.

Lo realmente preocupante, con todo, es que iniciativas así puedan llevarse a cabo con toda tranquilidad. Lo digo no sólo desde el punto de vista legal -alguien, quizá la UNESCO, hubiera debido impedir este uso privativo de lo que es patrimonio de todos-, sino sobre todo pensando en que la propia y entera Humanidad debería haber abortado esta especie de secuestro lucrativo de su patrimonio colectivo, negándose a participar en él y denunciando a sus promotores.

Por cierto, parece que la actuación estelar de la gala en que se proclamó la lista ganadora fue nada menos que la de la actriz norteamericana Jennifer López, "la más celebrada de la noche con su repertorio de bailes y temas pegadizos", segun informa El País. Creo que semejante éxito define perfectamente el contenido "cultural" real de esta gigantesca payasada.