Mostrando entradas con la etiqueta Estado del bienestar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estado del bienestar. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de noviembre de 2011

La responsabilidad histórica de los socialdemócratas




La crisis o lo que sea sigue desmochando Gobiernos de todos los colores. En Grecia, Papandreu acaba de tirar la toalla y avenirse a un gabinete de coalición sin su presencia que preparará el retorno al poder de la derecha, y que tendrá lugar en las elecciones que se celebrarán en febrero. En Italia, Berlusconi está a punto de salir literalmente del país, como el mismo anunció hace poco -"un día cogeré un avión y me iré de Italia", agobiado por la presión que recibe más desde dentro de la derecha que de una izquierda tan atomizada como vacía de contenido. España por su parte, se enfrenta a unas elecciones generales en las que según los pesimistas lo único que realmente se dirime es quién aplicará las "reformas" que liquidarán el llamado Estado del Bienestar, es decir, el conjunto de conquistas logradas por los trabajadores en las últimas décadas a remolque de los años felices de la socialdemocracia europea.

En realidad no es así, y ni la recuperación de la economía productiva requiere el exterminio de los servicios públicos trabajosamente construídos en estos años, ni tampoco da lo mismo quien gane en las urnas el 20 de noviembre. Es posible que el PSOE esté atravesando una de las etapas más desdibujadas de su historia y que la derecha franquista más o menos modernizada haya consolidado en las últimas décadas una base social popular indiscutible, pero extraer de ahí conclusiones en cualquiera de los dos sentidos o en ambos a la vez citados al comienzo de este párrafo, resulta en el primer caso interesadamente criminal y en el segundo, interesadamente estúpido. Y es que para reactivar la producción y el consumo de bienes reales lo que necesitamos es más Estado protector, y para conseguirlo no da igual evidentemente quien gane las generales del 20 de noviembre.  

Solo un Estado fuerte y con capacidad para intervenir en la economía puede garantizar en estos momentos protección para todos y capacidad de reacción frente a los ataques de esas bandas de delincuentes que llaman "mercados financieros". Y por otro lado, solo un Gobierno socialdemócrata con amplio apoyo popular -popular de pueblo, no del partido de la corrupción y el franquismo- puede desarrollar políticas que saquen al país, a este o a cualquier otro, del marasmo económico y social. Solo quienes creen en el Estado, en definitiva, pueden -si quieren-  devolverle su autonomía frente a los poderes espúreos que ahora le atosigan y que trabajan esforzadamente por la victoria de las derechas reaccionarias como el Partido Popular.

Mientras las izquierdas se debaten en estos asuntos, las derechas apretan sus filas -basta con ver cómo los nacionalistas catalanes y la derecha española han olvidado los supuestos agravios recientes (recurso contra el Estatut, presunta persecución del castellano en Catalunya, "soberanismos", etc) para a partir de la constatación de que ambos defienden el mismo "modelo de sociedad", es decir la promoción del capitalismo desnudo de todo afeite, colaborar en la implantación de esta vuelta a su versión más salvaje, la manchesteriana fundacional. Vean sino cómo la sanidad ý la educación públicas están siendo destruidas con igual saña y eficacia por el gobierno autónomo del PP en la Comunidad de Madrid y por el nacionalista local en Catalunya; quien no quiera ver esto no solo está ciego, sino que es él mismo quien se saca los ojos. De modo paralelo, hace tiempo que se vienen produciendo reuniones entre el PNV vasco y la derecha española, en las que se están dibujando futuras políticas económicas conjuntas que expandan ese "modelo de sociedad" que asimismo les une más allá de las ideologías superstructurales que ambos emanan para consumo de incautos y fanáticos.

Vivimos tiempos atroces en los que de nuevo hay que elegir lado de la trinchera, en ocasiones y si es necesario con una pinza en la nariz. Les digo francamente que jamás pensé en conocer la hora en que desde el socialismo de izquierdas habría que llamar a los socialdemócratas a asumir sus responsabilidades como garantes de los derechos de los trabajadores desde el posibilismo gubernamental que han practicado históricamente. Pienso que tal hora ha llegado. El problema ahora es saber si a estas alturas quedan socialdemócratas para ejecutar la tarea. Rubalcaba tal vez sea la última carta a jugar. Luego, veremos.


viernes, 30 de septiembre de 2011

Una víctima entre millones del mercado libérrimo


Al salir de casa ayer por la mañana vi a un hombre de unos 80 años arrastando un carrito de la compra de cierto tamaño. El anciano iba encorvado, caminaba con dificultad, y vestía muy modestamente. Pensé que debía ser un otro abuelo que vive solo, o al que la familia habría enviado de buena mañana a comprar algunos productos alimenticios. Sin embargo, cuando se detuvo frente a un bar y abrió la tapa de la bolsa del carrito resultó que lo que transportaba eran periódicos, supongo que uno de esos diarios gratuitos cuyos expendedores por cierto han desaparecido de la boca de los metros. El carrito no llevaba ninguna identificación, pero le vi claramente tender un flamante ejemplar doblado por la mitad al dueño del bar.

La escena me produjo mucha tristeza y alguna angustia. Un hombre mayor y en no muy buenas condiciones físicas, debe completar su magra pensión (congelada, esquilmada, machacada) arrastrando un carro de la compra lleno de ejemplares de un diario que en definitiva, no es más que un vehículo de propaganda consumista. Seguramente él no piensa en cosas como esta paradoja aunque sepa que en el periódico se anuncian espectaculares coches de último modelo, rubísimas prostitutas que trabajan en la parte alta de la ciudad y  felices cruceros por el Mediterráneo o el Caribe, cosas en suma que este hombre jamás catará, amén de narrarnos las hazañas de rutilantes futbolistas y de otros ídolos también delirantemente ricos. Todo eso le está prohibido al anciano, no ha sido dispuesto para él sino para otros. El lugar en el mundo que se le ha asignado es repartir de buena mañana ese papel fresco y terso, que casi huele aún a las relucientes máquinas de imprenta de las que ha salido hace apenas unas horas. Veremos con todo, si cuando llegue el invierno será capaz de seguir en la calle empujando su carrito cargado de publicidad engañosa y de noticias estúpidas. 

Entre los sioux cuando un guerrero moría, las mujeres a su cargo (esposa, madre, hermanas e hijas solteras) se cortaban los dedos de la mano derecha. Como nadie se hacía cargo de ellas y no podían buscarse el sustento por su cuenta, morían  de hambre en el primer invierno. Cuando vi ayer al pobre viejo empujando a duras penas el carrito por la acera, me vino a la cabeza enseguida la escena de "Un hombre llamado Caballo" en la que una mujer vaga sola por el campamento sioux nevado llamando a gritos a su marido muerto y caminando a trompicones por la debilidad, hasta caer sobre la nieve y no levantarse más.

En el fondo quizá los sioux eran más caritativos y hasta solidarios que nosotros. La mujer moría en el primer invierno, y se acababan sus penas. Aquí los viejos tienen que seguir empujando el carrito cada día por un puñado de euros que les permitan sobrevivir un mes más, ya que la mierda de paga que reciben tras una vida de explotación laboral no les da ni para eso.

lunes, 26 de septiembre de 2011

La mafia farmacéutica chantajea a Europa




Según una información de Faro de Vigo, la multinacional farmacéutica Roche "deja de surtir fármacos a hospitales griegos y no descarta hacerlo en España".


Dice el periódico gallego que "la compañía suiza ha decidido suspender el suministro de fármacos contra el cáncer u otras patologías a los centros hospitalarios. Una medida que no descarta aplicar a otros países, entre ellos España, donde aseguran que la situación de crisis y deuda "está al límite" en algunas comunidades". Según Roche "hay hospitales que no le pagan los medicamentos desde hace años".

Estamos pues ante un nuevo peldaño de la escalada que pretende la destrucción de los sistemas sanitarios públicos europeos, porque además de Grecia y España también se amenaza a la red de centros hospitalarios públicos de Italia, Portugal y otros países. Un tal Schwan, rostro publico de la farmamafia suiza, "resaltó que Roche va a aumentar las entregas a las farmacias griegas que sí pagan las facturas, así que los pacientes van a poder conseguir los fármacos que necesitan, pero pagando de sus bolsillos en las farmacias y llevando los medicamentos a los hospitales para que les sean administrados allí, si es necesario". ¿Ven el truco? Habrán medicamentos, si el paciente los paga de su bolsillo. El cinismo de estos canallas no conoce límites.

Nuestro Gobierno sale al quite. "Los españoles deben estar tranquilísimos. España no tiene nada que ver con Grecia en el aspecto sanitario", dicen desde el Ministerio que gestiona -es un decir- Leire Pajín. Sin embargo, según Faro de Vigo y El País "La patronal Farmaindustria asegura que la deuda de los hospitales españoles asciende ya a 5.400 millones y que la demora media en el pago es de un año y dos meses". O sea que pronto nos cerrarán el grifo como a los griegos. Apuesten algo a que comienzan por los medicamentos contra el cáncer; es el mejor modo de chantajear a un Estado y una sociedad. 

Remata la información el periódico vigués explicando que otra farmaindustria, la danesa Novo Nordisk " interrumpió el año pasado, el envío a hospitales griegos de determinadas marcas de insulina, debido a que el gobierno de Grecia había anunciado la reducción de los precios en más del 25%". O sea que si un Gobierno intenta hacer el precio del medicamento más asequible a quienes como en el caso de la insulina no pueden prescindir de él, se le corta el suministro y aquí paz y después gloria.

Habrá que preguntarse para qué sirven los aparatos policiales y judiciales de los respectivos Estados europeos, si los responsables de la farmamafia andan sueltos por la calle -tranquilísimos, ellos sí- y hasta se permiten hacer declaraciones a la prensa chantajeándonos a todos. Porque si el poder del Estado no quiere o no puede atajar esta canallada, nadie tendrá derecho a reprochar a los afectados o sus familiares cuando comiencen a tomarse la justicia por su mano.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Viva el déficit público, con perdón


La sesión del Congreso de los Diputados de ayer ha sido uno de los momentos más indecentes de la historia parlamentaria española.  El enjuague entre el actual (y moribundo) Gobierno español y el Partido Popular, viene a culminar la sucesión de disparates a la que se ha entregado el Gobierno Zapatero en su afán de demostrar a los "mercados" que es más papista que el Papa. 

Las "soluciones" ultra-neoliberales del equipo de Economía, encabezado por la inefable Elena Salgado, no solo han agravado la crisis en España en la medida en que le ha cercenado al Estado su capacidad de intervención directa en el enderezamiento de la situación económica, política suicida donde las haya en estos momentos, sino que son un escándalo en sí mismas por su pura irracionalidad. Algunos ejemplos: 

Se prohíbe al Estado invertir, precisamente cuando la famosa "iniciativa privada" (empresarios  y financieros)  prefiere esconder su dinero en paraísos fiscales o invertirlo en "economías emergentes", donde el trabajo esclavo siga multiplicando sus desmesurados beneficios.

Se niegan a cobrar impuestos a quienes ha acumulado fortunas fabulosas en los años de bonanza, haciendo recaer en exclusiva el sostenimiento financiero del Estado, y por tanto de los servicios públicos, sobre las cada vez más menguadas rentas del trabajo asalariado.

Se saquean las nóminas de funcionarios y jubilados supuestamente porque no hay otros ingresos de los que echar mano, mientras se malversan anualmente miles de millones de euros entregados a la Iglesia católica y sus organizaciones satélites. 

Se acumula una deuda de veintiséis mil millones de euros en material militar adquirido para el Ejército en la última década, juguetes absolutamente innecesarios para la "defensa" de este país tal como reconoció recientemente Constantino Méndez, número dos del Ministerio de la Guerra y otros humanitarismos: "No deberíamos haber adquirido sistemas [de armas] que no vamos a utilizar, para escenarios de confrontación que no existen y, lo que es más grave, con un dinero que no teníamos entonces ni tenemos ahora” (El País, 12-8-2011). Millones de euros se malgastan cada mes en el sostenimiento de "misiones internacionales" del Ejército español en países donde los únicos intereses que se defiende son los imperiales norteamericanos.

Se mendiga al Banco Central Europeo que adquiera deuda pública española para que no caiga en manos de especuladores  a sueldo de la Reserva Federal de los EEUU, pero al tiempo se autoriza a las Comunidades autónomas a seguir emitiendo deuda pública por su cuenta, que a falta de otros compradores es adquirida con los ahorros de todos los ciudadanos por las entidades financieras "de confianza" (Cajas de Ahorros)  de los respectivos Gobiernos autonómicos.

Se privatizan las Cajas de Ahorro en una operación que ha lanzado al Casino bursátil español los ahorros de la mayoría de los españoles asalariados y pensionistas, el último dinero real y tangible que quedaba en España, de un modo tan improvisado y chapucero que las acciones de las nuevas/viejas entidades financieras han tenido que ser compradas prácticamente en su totalidad por los propios bancos avalistas (en el caso de Bankia/Caja Madrid, por Morgan y Crèdit Suisse), con lo cual los propietarios de las Cajas de Ahorros españolas son ahora precisamente las entidades bancarias internacionales que llevan años trabajando denodadamente por arruinar el sistema económico español y europeo.

En definitiva, tenemos un Gobierno que está dejando sin trabajo que hacer a los economistas de la escuela de Chicago (en la doble acepción del término: escuela económica y modelo gansteril) que si se cumplen las previsiones, manejarán este país en breve una vez el partido de la derecha franquista española, el PP, haya retornado al poder en noviembre próximo. Y todo ello apenas a dos meses de unas elecciones en las que Zapatero ni se presenta como diputado, y tras las que la mayoría de sus colaboradores económicos deberían si tuvieran vergüenza buscarse otro país donde vivir. ¿A qué estas prisas entonces por hacer algo que de todos modos se hará en unas semanas? ¿tan insaciables son los inductores, que quieren el bocado para ya mismo?

Dicen que Trichet, el presidente del Banco Central Europeo, ha obligado a Zapatero a la "modificación constitucional" que pone fuera de la ley el déficit público, es decir la posibilidad siquiera de que el Estado pueda seguir haciendo frente a la factura de los servicios públicos sin subir los impuestos ni cobrárselos a los ricos, como condición para que el BCE siga comprando deuda pública española. Zapatero ha vuelto pues a bajarse los pantalones en vez de dimitir o pegarse un tiro, que es lo que hubiera hecho alguien realmente de izquierdas y con conciencia de sus actos.  

Mientras, el Gobierno de derechas francés aprueba un aumento del déficit público en ese país, y en la misma Francia y en Alemania decenas de multimillonarios firman cartas colectivas pidiendo que se suban los impuestos a los más ricos. Solo el Gobierno español mantiene que los ricos no tienen por qué pagar impuestos, y que la mejor manera de mantener los servicios públicos es dejarlos sin financiación. De paso, Zapatero acaba de abrasar cualquier posibilidad de que Rubalcaba gane las próximas elecciones, y hasta de regenerar el PSOE a partir de la incipiente conexión con las reivindicaciones de los grupos de perjudicados por esta hecatombe en marcha. El clima social sigue naturalmente degradándose -¿y qué otra cosa cabe esperar si el paro crece sin tasa, se destruyen los servicios públicos de modo calculado y el futuro ya casi presente es la pura ley de la selva?-, y la respuesta de los poderes públicos es la de siempre: más policía y más represión. 

Un dato que facilitaba ayer el propio ministro de Trabajo, Valeriano Gómez: en agosto miles de empresas despiden a sus trabajadores, para volver a contratarlos en septiembre. ¿Por qué? Pues porque así se libran de pagarles las vacaciones y se benefician fiscalmente luego por la recontratación.

La verdad es que cuando lleguen los de Chicago se lo van a encontrar todo hecho.

En la imagen que ilustra el post, un grupo de economistas neoliberales preparándose para una reunión con responsables económicos de un gobierno europeo.

miércoles, 6 de abril de 2011

Cien días de gobierno reaccionario en Catalunya



Cuando se cumplen los primeros cien días de funcionamiento del que el actual president de la Generalitat de Catalunya, el Molt Honorable President don Artur Mas, tuvo la arrogancia y la desfachatez de llamar "el Gobierno de los mejores" durante su presentación en sociedad, la cantidad de vías de agua abiertas en el Titanic catalán por este rebaño de neocons envueltos en la senyera empieza a ser importante y sobre todo, alarmante.

En apenas tres meses de gobierno el señor Mas y compinches se han dedicado a destrozar los servicios públicos catalanes con un entusiasmo extremo. Los recortes del 10% en los presupuestos consignados para este año ejecutados respectivamente en Sanidad y Educación, es decir ahí donde más duele a las clases trabajadoras y populares catalanas, son sólo el aperitivo. En Sanidad por ejemplo, ya se ha anunciado y en según que casos comenzado a ejecutar la paralización de todos los proyectos de construcción de nuevos hospitales, la suspensión de las obras que se estaban ejecutando al tomar posesión el gobierno de Mas, el cierre de los hospitales comarcales, el despido de todo el personal no fijo, el desestimiento de cubrir las vacantes por jubilación que se produzcan en adelante, el fin de las intervenciones quirúrgicas practicadas en horario de tardes, la desaparición de las listas de espera y de la cirugía con cáracter inmediato (en ambos casos quedará al albur de los gestores hospitalarios decidir cuándo se producirán las intervenciones, independientemente del estado del paciente y de la opinión de su especialista). Son solo unos ejemplos escogidos entre el alud de "medidas de gobierno".

Sin ir más lejos hoy mismo se ha anunciado oficialmente que el Hospital Vall d'Hebron clausurará quinientas camas. Echen la cuenta: si cierran hospitales comarcales y restringen servicios en el propio centro sanitario barcelonés, del que como digo anuncian que se despedirá a la mayoría del personal actual, convendrán conmigo en que el colapso de la sanidad pública catalana no está lejos. Y el "copago" acechando detrás de la esquina, claro.

Según el "Gobierno de los mejores" esta situación de caos inmediato se debe a la herencia del Tripartito y a que "Madrid" no suelta un duro. La realidad es muy distinta. Sucede que el mismo día en que se da curso al cierre de plantas enteras del mayor hospital público de Catalunya y uno de los mejores del mundo en cuanto a la medicina que en él se practica, el señor Mas anuncia sin solución de continuidad la desaparición del impuesto de Sucesiones; ciento y pico millones de euros que dejarán de ingresar anualmente las arcas de la Generalitat de Catalunya por voluntad propia. ¿Ven por dónde van los tiros? Efectivamente, el mantra neoconservador llevado a la práctica: fuera impuestos, y por consiguiente fuera servicios públicos. Quien quiera sanidad, que la pague en la privada al precio que esta fije.

Porque las cosas terroríficas que en solo unas semanas han comenzado a suceder en la Sanidad pública catalana no pasan porque sí. Se entiende perfectamente qué las origina cuando se conoce que el actual Conseller de Sanitat de la Generalitat de Catalunya, el señor Blai Ruiz, ejercía como presidente de la patronal de hospitales privados catalanes cuando fue nombrado conseller. Ya ven, la zorra puesta a guardar las gallinas. El honorable Ruiz, don Boi, ya nos aleccionaba a los catalanes desde su cargo anterior para que contratáramos seguros médicos privados; ahora como conseller tiene la oportunidad, y a fe que la está aprovechando bien, de llevar a cabo lo que suelen hacen todos los mafiosos en sus negocios: eliminar a la competencia, en este caso, la sanidad pública catalana. No crean que exagero. Algunos de los proyectos que al parecer acaricia el honorable Ruiz, don Boi, son la cesión a medio plazo de la gestión de los hospitales públicos catalanes a cárteles de mutuas privadas, y mientras llega el momento y para ir haciendo boca, la financiación con dinero público a los hospitales privados para que puedan adquirir maquinaria tecnológica punta... que luego se alquilaría a los hospitales públicos. Un tío listo el amigo Ruiz, ¿verdad?.

En este "Gobierno de los mejores" hay varios semitránsfugas provenientes del PSC. Digo semi porque que yo sepa, ninguno de ellos ha sido expulsado del partido, lo que verdaderamente ya clama al cielo. Pues bien, al parecer a estos "compañeros" les molesta bastante que algunos les llamemos traidores y vendidos. Espero que las monedas con las que les ha pagado la derecha catalana sean al menos de calidad. Porque conociendo como las gasta el atajo de sinvergüenzas que forman el partido que sustenta al "Gobierno de los mejores" (ahí están sus antecedentes: Banca Catalana, 3% de la obra pública, Palau de la Música, Prenafetas, Alavedras, Jordis Pujol Ferrusola y demás), la verdad es que yo mordería las monedas recibidas, por si acaso.

Todo sea por Catalunya.

jueves, 10 de junio de 2010

La gripe A, estafa planetaria de la narcofarma


Un discreto titular de El País del pasado 5 de junio me resuelve las dudas residuales que me quedaban sobre de qué estamos hablando cuando hablamos de la famosa gripe A: "La OMS ocultó que sus expertos en gripe A cobraron de farmacéuticas".

La información viene firmada por Javier Sampedro, colaborador habitual del diario madrileño y experto en materia científica y médica. Bajo el rotundo titular, la entradilla deja aún menos espacio a la imaginación: "El organismo no informó a los Gobiernos cuando les instó a reservar antivirales".

En el artículo se califica piadosamente la gestión de la presunta pandemia de gripe A por la OMS como "poco transparente". Dice Sampedro que "según un estudio del British Medical Journal , una de las revistas médicas de referencia, un informe clave de la OMS ocultó los vínculos financieros entre sus expertos y las farmacéuticas Roche y Glaxo, fabricantes de Tamiflu y Relenza, los fármacos antivirales contra el virus H1N1". Mediante ese informe manipulado y manipulador, la OMS "instó a los Gobiernos a apilar reservas de esos medicamentos, por valor de unos 6.000 millones de dólares (4.900 millones de euros).

Recientemente, prosigue Sampedro, el Consejo de Europa "acusó a la OMS de opacidad", ya que supuestamente "los 16 miembros del comité de emergencia que asesoró durante la crisis a la directora del organismo, Margaret Chang, son secretos". Secretos para todos salvo para la narcofarma, que los tenía a sueldo. En realidad ese secretismo simplemente facilita la labor de corrupción de estos individuos por parte de los fabricantes de medicamentos.

Prosigue Javier Sampedro: "Los vínculos entre los científicos de la OMS y la industria fueron anteriores a 2004. Roche y Glaxo les pagaron por una serie de conferencias y consultas. También han intervenido en investigaciones pagadas por los laboratorios. Este tipo de vínculo es muy común. Los principales expertos intervienen en los ensayos clínicos financiados por la industria". Evidentemente este no es el único caso de corrupción de científicos por la narcofarma, pero sí el más espectacular habido nunca.

En este caso concreto, estamos ante un gol majestuoso colado por toda la escuadra por la narcofarma a los gobiernos del mundo entero. Vista la falta de escrúpulos de esta gente cabe preguntarse incluso si el problema, el famoso virus A, no fue creado aposta para lucrarse con él. Recuerden "El jardinero fiel", la novela de John le Carré -siempre tan bien documentado e informado sobre los tejemanejes cómplices entre los "intereses de Estado" y los todavía más bastardos intereses de las corporaciones transnacionales-, sobre un feo asunto que el autor sitúa en África, y en la que una de las corporaciones farmacéuticas líderes (cuya identidad no queda muy disimulada en la novela) usa como cobayas involuntarios a cientos de miles de seres humanos, llegando al asesinato de aquellas personas (un médico africano, una activista de una ONG y el diplomático inglés marido de ésta) que descubren la trama e intentan denunciarla; no olviden además, que en la novela Le Carré apunta al mismísimo Gobierno británico de míster Tony Blair como conocedor y encubridor de los hechos.

Todo esto no son conspiranoias noveleras sino realidades que vienen de muchos años atrás, y que ahora se potencian maridándose con el feroz asalto al Estado de bienestar (sobre todo a su pilar sanitario) que estamos viviendo. Por medio hay demasiado dinero y demasiado poder como para que la virtud de una organización tan cuestionable como la OMS resista incólume las presiones de la narcofarma.