martes, 11 de noviembre de 2008

Hora de irse rápido de Afganistan


Esos dos soldados españoles que murieron anteayer en “atentado terrorista” según dicen medios y políticos, murieron en realidad por ser integrantes de las tropas de ocupación occidentales en un país asiático en guerra. Es decir, murieron en una acción de guerra como profesionales que son; cuando uno participa en una guerra en territorio extranjero, acostumbran a pasar estas cosas. Punto pelota, como le gusta decir a Aznar.

Sobra pues todo el discursito ternurista en relación a la supuesta lucha contra el terrorismo que presuntamente llevan a cabo las tropas de la OTAN en país tan lejano como Afganistán. Como escribe hoy Miguel Angel Aguilar en El País, no se aplastan aguijones con coces ni se matan moscas a cañonazos; combatir al terrorismo es una labor de inteligencia (en la doble acepción de la palabra), con acciones ejecutadas luego por unidades de intervención muy pequeñas y especializadas. Las tropas convencionales no sirven absolutamente para nada en estas situaciones, como no sea para encabronar a los ocupados. Véanse los repetidos bombardeos de civiles indefensos llevados a cabo por la aviación estadounidense y su incapacidad para distinguir entre "amigos y enemigos" en la población afgana, algo que ya les ocurrió en Vietnam con el coste en vidas inocentes y en imagen que tuvo aquella aventura, tan semejante en todo a la afgana por otra parte.

Hace tiempo que los 70.000 soldados de la OTAN en Afganistán se han revelado completamente inútiles para la misión que desarrollan allá, incapaces de lograr una victoria militar completa sobre un enemigo cuyo número, capacidad y apoyo popular crece sin cesar. Y esa circunstancia es así tanto si ésas tropas cuentan con un mandato de la ONU, como si el mandato es de la OTAN o del sumsum corda. Que ésta sea una “guerra legal” a diferencia de la de Irak no significa que sea conveniente permanecer en ella, sobre todo cuando cada vez está más que claro que está irremisiblemente perdida. Como desde hace años ya he escrito varias veces en este blog, hay que salir de Afganistán lo antes posible. Ahora la retirada es ya urgente.

Ni siquiera la presunta "acción humanitaria" que supuestamente llevan a cabo las tropas justifica su permanencia en el país. Construir escuelas que al día siguiente son voladas con los alumnos dentro o trazar carreteras que inmediatamente son minadas por afganos, no parece que tenga demasiado sentido. Por lo demás, el cultivo del opio está más floreciente que nunca en los territorios que controlan los señores de la guerra aliados de los occidentales. Así que ya me explicarán qué hacen ahí las tropas occidentales, salvo proteger el culo y los negocios de Karzai, el sátrapa local nombrado por el dedo de Bush.

La situación sólo puede ir a peor, y cuanto más se tarde en salir de Afganistán menos airosa será la salida. Ocurre que al parecer los planes de Obama pasan por reforzar la presencia extranjera en el país ocupado, y ahí se le crea un dilema terrible a Zapatero y a los otros responsables políticos europeos embarcados en esa guerra que es, ya, otra pesadilla gemela de Irak. De Irak nos fuimos, y de Afganistán nos iremos; cuándo y cómo son las únicas dos incógnitas a despejar.

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