Las encuestas ya son simplemente un elemento más de las campañas electorales. Las encuestan no se manipulan, se moldean. El pase por la cocina sirve para darles el punto justo, pero antes de eso ya se les ha dado forma.
Un ejemplo gráfico de esto lo ponía Vicenç Navarro hace unas semanas en un impagable artículo (como todos los suyos) en la edición catalana de El País. Refiere Navarro que en EEUU, entre el 80 y el 90 % de los norteamericanos se identifican a sí mismos como clase media. ¿Cómo se ha llegado a esos porcentajes abrumadores en un país en el que ni siquiera existe un sistema público de sanidad? Pues gracias a las encuestas. Desde hace décadas los encuestadores inquieren a sus entrevistados: “¿usted se considera integrado en las clases pudientes, en la clase media o en las clases bajas?. Naturalmente, todo el mundo desde Bill Gates al bracero mexicano sin papeles responde al unísono: “clase media”. A partir de ahí, una vez ubicado el “target” en la escala social, todo lo demás se da por añadidura.
Las encuestas electorales que nos caen encima estos días dicen dos cosas, aparentemente en oposición: “Están muy cerca, todos a votar para pararlos” y “Los tenemos a tiro, un esfuerzo más y les sobrepasamos”. Dicen quienes aparentan saber que son mensajes dirigidos al electorado “de centro”, “moderado”, “transversal” e “indeciso”. Pura patraña. El verdadero objetivo es provocar el cierre de filas, y punto. Y ello porque las campañas electorales no sirven absolutamente para nada… salvo para que algunos dejen de votar.
Las encuestas en suma, sirven para intentar minimizar los daños provocados por la propia campaña electoral.
2 comentarios:
Es curioso observar como en las campañas electorales se promete todo aquello que no se ha hecho en toda la legislatura.
Pongamos por ejemplo el PP: promete ocuparse de bajar los precios de los pisos, cuando en sus dos legislaturas el alza de los precios ha sido tremendo.
La emigración: cuando son las empresas las que han estado contratando a bajo salario siendo ésta la causa verdadera de la tan cacareada "llamada".
La seguridad: Fué con el PP cuando la seguridad privada se puso de moda.
Otro tanto se puede decir de la economia, puesto que nuestro salario se vió muy disminuido con el cambio de pts. al euro. Un euro empezó a ser el equivalente a lOO pts. por lo que el aumento de los productos supuso un 60% y no hicieron nada para remediarlo.
Tambien del PSOE se puede decir algo pero "no hay color".
En resumidas cuentas que las promesas que se hacen en las campañas electorales, son engaña-bobos.
Pero para algo si sirven dado que hay mucha gente que se lo cree.
Creo que era Tierno Galván quien
decía que las promesas electorales estaban hechas para ser olvidadas al día siguiente de las elecciones.
Ocurre que las que se hacen hoy día tienen un vuelo cada vez más gallináceo: yo le devuelvo 400 euros por la cara, pues yo le rebajo el IRPF si es usted mujer empleada...
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