El subibaja de las Bolsas, ese Casino virtual manejado por gánsters cuyos métodos avergonzarían a los que manipulan las mesas de juego en Las Vegas, ha sido organizado ahora para resarcir a las aseguradoras norteamericanas y a las corporaciones bancarias que se han pillado los deditos con el feo asunto de las hipotecas-basura, que tanto recuerda por cierto al de los bonos-basura de los tiempos de Reagan. Al cabo, éstos de ahora son los mismos delincuentes de entonces, un poco más maduritos (delincuentes en sentido estricto: léase “American Psycho”, la novela que retrata sin piedad a un broker arquetípico de la época reaganiana).
Estamos pues ante la enésima crisis provocada por la economía virtual que mece los llamados "mercados bursátiles", esos templos de la economía-basura, y cuyo origen está -cómo no, una vez más- en los EEUU.
De todos modos esta crisis no es más que un sarpullido si la comparamos con los males de fondo que aquejan a la economía norteamericana, que agoniza como un tiburón empeñado en devorarse las entrañas a sí mismo. Son los yanquis quienes dinamitaron su potente economía real, la productiva surgida de los años del New Deal, para entregarse a los deleites de la economía especulativa; allá ellos, pues, y ojalá que les reviente el tinglado de una vez.
Lo que deberían hacer el resto de las economías del mundo, comenzando por las europeas, es establecer un “cordón sanitario” que evite que esos bandidos nos transfieran por enésima vez sus problemas, obligándonos a asumir parte de la factura. Que se la coman entera ellos, y que les aproveche.
2 comentarios:
¿De quien es la novela que nos recomiendas a tus lectores "American Psycho"?.
En internet no me viene como novela y me gustaria leerla ya que no entiendo nada de bolsa. Y, gracias.
No te preocupes, en realidad los brokers tampoco entienden nada de Bolsa, aunque sí entiendan mucho de bolsas...ajenas.
American Psycho es de Bret Easton Ellis, y la publicó en castellano Ediciones B. De ella se hizo una película que no estaba mal, pero la novela es mucho mejor: nadie ha dibujado así de ferozmente el salvaje mundo de los yuppies de la era Reagan, como lo hizo Ellis.
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