martes, 16 de octubre de 2007

El Ché en Badalona


En El País coinciden un buen artículo de Josep Ramoneda sobre el mito del Ché Guevara y su permanencia en el tiempo, con una noticia chusca relacionada con el mismo personaje y más propia del Celtiberia Show de Luis Carandell que de las páginas de un diario serio.

Con palabras mesuradas viene a decirnos Josep Ramoneda que el mito guevarista tuvo la "suerte" (quizá por elección propia más o menos consciente) de que quien lo encarnó en vida fuera muerto a balazos relativamente joven, sin tener tiempo de contaminarse con todo lo que vino después, sobre Cuba y sobre la izquierda comunista mundial.

Hay quien cree que si el Ché viviera hoy estaría "pegando tiros en Sierra Maestra", como una vez me dijo un joven mulato en El Malecón de La Habana mientras echábamos unos tragos de ron matarratas hace ya 11 años. Es decir, el Ché habría sido capaz de mantener su integridad por encima de todo y de todos. Mi madre por contra, opina que si Ernesto Guevara viviera sería otro viejo burócrata cubano corrompido y falsario, en los estertores de un régimen que en los modos y en los contenidos tanto recuerda la decrepitud del franquismo terminal.

Para Ramoneda la persistencia del recuerdo del Ché se debe a una extraña mezcolanza de romanticismo barato y mercadotecnia comercial, que en su día arrancó con la famosa foto de Korda. Quizá si viviera Guevara fuera hoy una persona víctima de su personaje, como tantos otros que alcanzaron el estrellato político-mediático en los turbulentos años sesenta; sólo hay que ver en qué se ha convertido su antiguo camarada de armas Régis Debray, por ejemplo.

La noticia tontorronamente surrealista relacionada con esta supervivencia del mito se refiere al jaleo organizado en Badalona por una propuesta de un "grupo de vecinos" -en realidad, la organización local de Esquerra Unida i Alternativa (EUiA)- de que una nueva estación del metro en su ciudad sea bautizada con el nombre de Ché Guevara. La estación en cuestión está en el barrio de la Salut, barrio obrero y de larga tradición izquierdista donde los haya, y los promotores de la idea piden que sea nombrada oficialmente como "Salut Ché Guevara", lo que no deja de tener un componente divertido.

Lo malo es que, al parecer, las "fuerzas vivas" locales -eso que nuestros catalanistas se empeñan en llamar amablemente "la sociedad civil catalana"- ha recibido la propuesta como una patada en sus partes nobles. Si la oposición de CiU i PP se podía dar por descontada -la derecha es la derecha, obviamente- lo que nos ha dejado a todos, badaloneses o no, con la boca abierta es que los socialistas de Badalona, después de haber comprometido su apoyo a la propuesta, ahora se manifiesten en contra. En cuanto al Gobierno tripartito catalán, al principio parecía que decía que sí y ahora dice que ya veremos.

No tengo a mano el callejero de Badalona, pero seguro que si le damos una ojeada encontraremos en él -como en cualquier otra población catalana, comenzando por su Cap i Casal, Barcelona- la típica nómina de curas, políticos, empresarios, escritores, artistas y el largo etcétera habitual de burgueses, con diferentes grados de catalanismo eso sí. Lo curioso es que Badalona -como Barcelona, y como la práctica totalidad de las grandes ciudades catalanas-, está gobernada por las izquierdas desde hace casi 30 años; pues a pesar de ello, les desafío a que, callejero en mano, elaboren dos columnas: a un lado, las calles con nombres de burgueses catalanes con pedigree, del otro la de izquierdistas del país o foráneos. Verán que los primeros vencen por goleada.

En fin, desde aquí me sumo a la iniciativa de ese grupo de vecinos de la Salut, y espero que finalmente puedan bautizar oficialmente a su estación de metro como Ché Guevara. Al cabo está en su barrio, y son ellos quienes tomarán ese transporte a diario, pues no creo que los burgueses de Badalona -que también los hay, vistas las reacciones- usen medios tan proletarios.

Y porque como diría alguien, "malgré tout" el Ché era uno de los míos, qué carajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, me alegro mucho de que alguien a quien respeto y admiro y que, por lo que a través de sus bellos escritos y gran sentido del humor, puedo ver su integridad, humanidad e inteligencia, dedique unas palabras al Ché.
Yo tambien al igual que ese alguien (que supongo eres tu) digo: el Ché era uno de los mios.
Es curioso que ahora todos los que cuando eran jóvenes alababan al Ché tengan un pudor extraño y prefieran callar o hablar de él de forma peyorativa.
Aunque no soy catalana, apoyo la iniciativa de los que quieren poner en el metro "Salut Ché Guevara". No hay duda de que resulta refrescante al lado de la cantidad de nombres aburridos, burgueses y de derechas que hay por todo el pais.

Joaquim dijo...

Pues sí, un poco de aire fresco no le vendría mal al callejero de muchas de nuestras ciudades, incluidas otras de la geografía española donde desgraciadamente aún perviven sonores nombres de la época de la dictadura fascista.

Un abrazo.