Entre las 80.000 fotografías digitalizadas que el Comité Internacional de la Cruz Roja ha entregado al Ministerio de Cultura español con destino al futuro Centro Documental de la Memoria Histórica, figura en lugar de honor la imagen que ilustra este post, una foto que en pocas horas ha dado la vuelta al mundo.
En la imagen aparecen dos niñas, hermanas, llegadas al Madrid sitiado como refugiadas. Aunque van sucias y vestidas pobremente no están solas, pues se las vé amorosamente peinadas con raya y todo, y llevan pasadores puestos por una mano adulta sujetándoles el pelo. La mayor de las crías posa relajada, segura, sonriente, mientras que la pequeña busca protección tras la mayor, quizá con más miedo a la cámara del fotógrafo que a todo lo que está sucediendo en sus tiernas vidas durante esos días terribles.
¿De dónde procedían?. Quizá llegaron a Madrid desde Andalucía o Extremadura, huyendo ante el avance de las columnas de mercenarios moros y de la Legión; o tal vez venían de los mismos alrededores o los suburbios de Madrid, donde se combatía cuerpo a cuerpo. Sea como fuere, y aunque hayan pasado setenta años, basta asomarse a sus rostros infantiles para conocer a fondo las diferencias fundamentales entre los motivos por los que combatían uno y otro bando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario