viernes, 21 de marzo de 2008

Barcelona 1938. Víctimas y victimizadores


La verdad es que ya empiezo a estar harto de que se quiera equiparar las víctimas "de uno y otro bando" durante la Guerra de España. No porque las víctimas inocentes dejen de serlo en razón del bando en el que fueran asesinadas, sino porque la cantidad y calidad de víctimas "en uno y otro bando" no son magnitudes comparables.

Cuando hablo de cantidades no comparables en la producción de víctimas, basta recurrir a la bibliografía especializada para comprobar que esto es así (me refiero a textos de investigación histórica basados en documentación, no a la basura delirante pergeñada por elementos como Pío Moa): no hay proporción posible entre la producción de víctimas por los militares rebeldes y la sucedida en la zona republicana, entre otras cosas porque la victimización franquista se prolongó finalizada la guerra durante cuarenta años más, hasta dos meses antes de la muerte del dictador (1975).


Cabe añadir además que mientras que las víctimas en la retaguardia republicana se produjeron en los primeros meses de la guerra, hasta que el Gobierno legítimo logró restablecer su autoridad en la zona gubernamental -autoridad que había sido quebrada precisamente por la rebelión militar-, y que fueron fruto de desmanes protagonizados por particulares o grupos que actuaban por cuenta propia, en la zona franquista, en cambio, la represión y victimización fue perfectamente planificada y llevada a cabo de modo centralizado por las instancias del poder franquista. En un bando había cólera ciega de elementos populares que se sentían oprimidos y agredidos, en el otro una fría y metódica carnicería llevada a cabo por profesionales de la milicia y el "orden" público.


En cuanto a la calidad de las víctimas, estos días en Barcelona estamos conmemorando los 70 años de los bombardeos de marzo de 1938, en los que murieron alrededor de 4.000 personas, civiles indefensos que vivían en las barriadas populares salvajamente atacadas por la aviación fascista italiana al servicio de Franco. Entre los fallecidos en el primero de esos bombardeos brutales se cuentan 30 niños refugiados en los sótanos de la iglesia de San Felipe Neri, alcanzados de lleno por una bomba fascista. Esos bombardeos se repitieron en Barcelona y otras ciudades catalanas hasta el fin de la guerra, y no tenían otro objetivo que aterrorizar a la población civil y minar su moral de resistencia.


Así que por favor, no "todos son iguales". Asesinos de masas indefensas sólo han habido en este país unos: los criminales uniformados sublevados en julio de 1936 que hicieron una guerra de exterminio contra su propio pueblo. No se dejen engañar por posturas falsamente "equidistantes", cuya única intención es disculpar a los criminales.


1 comentario:

El día a diario dijo...

Tienes toda la razón.
En una guerra aparecen asesinos crueles en cualquiera de los bandos, eso siempre a sido así ya que ese es el mejor caldo de cultivo para que aparezcan psicópatas que antes se escondían.
Pero tanto cuantitava como cualitativamente el bando rebelde de los militares (mal llamados nacionales) se comportó con una crueldad más estudiada y eficaz para conseguir su propósito de perpetuarse en un poder ilegítimo.