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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Que la prudencia no nos haga traidores


Mariano Rajoy ha jurado hoy su cargo ante un Crucifijo y una Biblia, símbolos de una religión en la que probablemente no cree, como les sucede a la mayoría de la gente de su estamento social. Apariencia y representación. Todo ello tras dos jornadas de debate parlamentario estúpidamente caballeroso con este piernas, un vago irresoluto sin una idea propia en la cabeza ni en los papeles, por parte de los grupos de la oposición o lo que sea. Debate que por cierto ha servido para que los medios "progresistas" constaten con alborozo que ha terminado la crispación -y cómo no iba a terminar si la derecha ya ha alcanzado su objetivo igual que sucedió en 1996; una vez recuperado el poder político ya no necesitan seguir insultando, difamando y calumniando-. Don Mariano Rajoy ha jurado, y ya tiene a punto el que será su primer -y ojalá ultimo- Gobierno. 

En unas horas conoceremos los nombres de los integrantes del próximo Consejo de Ministros: nada nuevo, una verdadera caterva de ex ministros de Aznar a la que se sumarán algunas velinas de la acreditada ganadería de Génova, 13 (sede del Partido Popular). Vuelve la misma "turba infame y mentirosa", como dijo el cineasta José Luis Cuerda: los mismos perros de antaño con los viejos collares de siempre, más la promoción de jóvenes lobos como Soraya Saénz de Santamaría y Alberto Ruiz Gallardón. Si se confirma que Arias Cañete, el fabricante de piensos que era ministro de Agricultura cuando las "vacas locas" y hubo de hartarse a pepitos de lomo ante las cámaras de televisión, va ahora para ministro de Asuntos Exteriores, se habrían rebasado todas las líneas rojas en materia de desprestigio diplomático internacional de España. Y esperen porque según José Antonio Zarzalejos, "periodista independiente" como pocos y por tanto bien informado de los entresijos "populares", hay cuatro o cinco polìticos derechistas de relumbrón que andan en la gestión de bancos y grandes empresas que le han dicho "no" a la cartera de Economía ofrecida por Rajoy se supone que a uno detrás de otro, aunque tratándose del pobre Mariano cualquiera sabe; pero fuera preocupaciones porque como decía alguien hace poco, Rajoy siempre tendrá a Cristóbal Montoro dispuesto al nombramiento.  Dios nos coja confesados.

Desde la perrera mediática y la dirigencia del Partido Popular se están haciendo insistentes llamamientos al consenso y a los acuerdos de "Estao" entre el PP y el PSOE. Una trampa grosera y asquerosa como ninguna, que pretende enfangar al PSOE en las medidas salvajemente antipopulares que el Gobierno de la derecha franquista "aggiornata" empezará a tomar a la vuelta de las vacaciones navideñas. Si los dirigentes del PSOE son tan idiotas de caer en semejante lazo solo por la ocasión de salir en la foto y sacar pecho como interlocutores "privilegiados" del Gobierno pensando que así se promocionan ante su electorado, merecerán que los corran a pedradas por toda la calle Ferraz (sede del PSOE). 

Al Gobierno del PP ni agua desde el primer día, hasta obligar al Chico de los Recados que nos han enviado los "mercados" a tirar la toalla y convocar elecciones; leña al mono día a día, y elecciones en 2013. Un Gobierno de mayoría absoluta tumbado en dos años como en Grecia, pero en este caso atacando y derribando a los verdaderos causantes de la situación económica española actual.

Compañeras y compañeros, la guerra ha comenzado: que la prudencia no nos haga traidores.

En la imagen que ilustra el post, un "collage" de rostros de ideólogos y dirigentes del Partido Popular español.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Los mercados también manejan el cambio climático




La cumbre de Durban ha resultado ser finalmente el fracaso anunciado y seguramente deseado por la mayoría de participantes en ella. Ante la realidad tozuda de los hechos, un cambio climático que amenaza ya la estricta supervivencia del planeta, los cínicos irresponsables causantes de la catástrofe en puertas siguen oponiendo sus negaciones y mentiras.

Ni siquiera desastres nucleares como Chernobil o Fukushima son suficientes para que estos cabestros reconozcan la que han liado a nivel mundial: ellos se limitan a cerrar los ojos y recitar los mantras neoliberales acerca del progreso sin límites y la capacidad de regeneración de la Naturaleza. En esa batalla se alinean del mismo lado de la trinchera países con ideologías aparentemente dispares pero en realidad concomitantes: las grandes potencias capitalistas como EEUU y Rusia se dan la mano con los "emergentes" China, India y Brasil en la defensa de su supuesto derecho a explotar los recursos naturales que poseen hasta acabar con ellos y si se tercia, con todo rastro de vida sobre la Tierra.

La destrucción en amplias zonas del mundo de la vegetación en general y de los bosques en particular, la extracción salvaje de combustibles fósiles en otras tantas, la intoxicación planetaria por el CO2 producido por la industria y los automóviles, la mutación incontrolada de la agricultura y la ganadería mundiales a través de las modificaciones genéticas de animales y plantas, y la contaminación cotidiana generada por cientos de centrales nucleares cuyos fallos y detritus amenazan toda forma de vida por milenios, continuará tal cual porque esa es la voluntad de los poderosos del mundo y de sus verdaderos patrones, los famosos "mercados" que gobiernan por encima de ideologías, regímenes e intereses nacionales.

Quienes han impuesto su dictado en Durban han sido los beneficiarios de la explotación del mundo, singularmente los amos de la extracción, distribución y comercialización de los combustibles fósiles: las compañías petroleras y gasísticas. A su orden se pliegan todas las voluntades, desde la "progresista" Bolivia de Morales, entregada a un frenesí de megaproyectos de explotación de recursos naturales pilotados por multinacionales del sector, hasta los "reaccionarios" EEUU empeñados en "liberalizar" la exploración y  subsiguiente explotación de descomunales reservas de petróleo y gas en los parques naturales protegidos del país. Otros, como India y China, desarrollan proyectos industriales que aniquilan la vida a su alrededor, incluida la de millones de seres humanos; o el Brasil postLula empeñado en deforestar el Amazonas, el pulmón del mundo, al servicio de las grandes compañías madereras y de los terratenientes locales. Detrás de tanto crimen y como siempre, los famosos mercados y sus beneficios.

El único compromiso habido en Durban ha sido prolongar los acuerdos de Kioto (un proceso ya muerto), hasta 2015, y estudiar entonces algunas intervenciones limitadoras que comenzarían a aplicarse en 2020. Y es que todos los países quieren un margen de tiempo "adecuado" en el que poder seguir quemando recursos para incrementar las ganancias. La paradoja es que si en el futuro se lograra fijar algún tipo de plazo límite real para la reducción por ejemplo de las emisiones de CO2, ello sería al precio de que en los años previos todo país que estuviera en condiciones de hacerlo aumentaría sus emisiones hasta el paroxismo, actuando como el fumador al que le diagnostican un cáncer y se pone a fumar a un ritmo creciente para aprovechar el tiempo que le queda.

Y es que estos animales (en el peor sentido de la expresión) al estilo del famoso primo de Mariano Rajoy, aquel presunto científico que negaba todo cambio climático al menos antes de un siglo, prefieren negar la realidad y seguir enganchados a su dependencia con tal de seguir llenándose sus bolsillos y los de sus amos.

En la imagen que ilustra el post, inundaciones en la India.

sábado, 23 de julio de 2011

El terrorismo neocon golpea a Noruega



La doble matanza perpetrada ayer en Noruega (92 muertos hasta el momento) fue llevada a cabo por un neocon. Anders Behring Breivik es un individuo de 32 años, de clase media-alta, que en su espacio en Facebook se definía como "cristiano y conservador", y al que la policía noruega tiene catalogado como un ultraderechista islamófobo. Un neocon modelo como digo, un fascista contemporáneo de manual. En España hay unos cuantos de estos; un día les hablaré de uno de ellos perfectamente identificado y denunciado por dos veces ante la policía, que sin embargo sigue campando a sus anchas en Internet.

Desde el punto de vista del análisis político importa poco si actuó solo (lo que nadie cree), si lo hizo en compañía de otro descerebrado como él (lo que parece más probable) o si la acción fue ejecutada por un grupo de fascistas perfectamente entrenados para llevar a cabo esas masacres, que sería lo más lógico visto el desarrollo y resultados de los ataques. Desde el primer momento la policía noruega estableció de modo meridianamente claro cúal era el perfil ideológico del autor/autores de los atentados, a pesar de que inmediatamente de sucedidos los "expertos" a sueldo de las agencias de espionaje norteamericanas invadieran los medios de comunicación anunciando un nuevo ataque islamista, desarrollado esta vez por "conversos" europeos rubios y de ojos azules entrenados en Pakistán, tal como oí anoche en al menos dos emisoras de radio españolas. Una vez más nadie ha pedido luego responsabilidades a estos mercenarios intoxicadores.

De todos modos, lo que importa ahora es señalar el contexto en el que se desarrolla el doble atentado terrorista.

Noruega es un país neutral que aunque como miembro de la OTAN participa de modo ocasional en operaciones como la ocupación de Afganistán, nada tiene que ver con el imperialismo norteamericano y sus desarrollos. La seguridad en Noruega como en el resto de los países escandinavos es excepcional a pesar de que en sus calles no se ven policías ni militares, seguramente porque se trata de países donde el grado de bienestar social imperante es el mejor antídoto contra toda forma de violencia. En agosto además comenzará la retirada de su contingente de Afganistán. Económicamente Noruega vive completamente al margen de la crisis provocada por los movimientos especulativos alentados por los llamados "mercados financieros", dada la escasa conexión de su economía productiva -basada en sectores industriales y tecnológicos punta- con los ámbitos de la economía virtual.

Noruega es desde hace décadas un país avanzado, progresista, pacifista, refugio de inmigrantes y perseguidos, una sociedad equilibrada y fuertemente influida por valores socialdemócratas clásicos. Es por tanto el marco perfecto para un atentado terrorista neocon que, a semejanza del 11-M español, pretenda servir de escarmiento a aquellos países descreídos de la necesidad de la Cruzada Mundial contra el Terrorismo, ese artefacto político-económico-militar de dominación mundial, que ha sido instrumento de acción de la "revolución neocon" y que ahora agoniza por culpa de ese presidente de EEUU "negro, musulmán y comunista", como motejan los neocons a Barack Obama. Los que viven políticamente y engordan financieramente de generar Miedo han golpeado a Noruega precisamente porque sus ciudadanos no lo tienen; quieren obligarles a elegir entre seguridad y libertad, como si fue posible que sin ésta existiera aquella.

El momento elegido les delata. Y es que los mercados tienen miedo, porque Europa se les escapa de las fauces. Esta semana se ha confirmado por fin que la Unión Europea, liderada por Alemania, aportará ciento cincuenta mil millones de euros para el nuevo rescate de Grecia, de los cuales cincuenta mil millones habrán de ponerlos los bancos europeos, que quedan así bajo mandato imperativo político, decisión que hasta ahora los gobiernos europeos no se habían atrevido a tomar. Se refuerza el euro políticamente (económicamente nunca lo ha necesitado), y solemnemente la canciller alemana se compromete ante los socios europeos a defender la moneda europea con todas las consecuencias; otra preocupación añadida para los mercados pues, a sumar al hecho de que a pesar de los continuados ataques especulativos contra la divisa única europea no hay forma de hacer bajar su cotización de 1'40 dólares por euro, y la tendencia es aumentar la brecha entre ambas monedas al menor respiro. Sumen en fin el derribo político del imperio Murdoch, el instrumento mediático planetario de la "revolución neocon" y portavoz de los intereses especulativos encarnados por la "nueva economía", y tendrán un marco en el que el afán revanchista neocon necesita dar salida a su furia y advertir a los Gobiernos refractarios de que no se le enfrenten y de que sigan cediendo a las exigencias de los "mercados". Las agencias norteamericanas de terrorismo/contraterrorismo, que continúan obedeciendo órdenes de los mismos amos de antes de Obama, ponen el resto.

Es interesante que Anders Behring haya sido capturado vivo por una policía que en principio ofrece garantías. Seguramente el terrorista podrá explicar cosas muy interesantes, aunque naturalmente el pobre diablo no deba conocer gran cosa del tinglado que le ha usado como ejecutor de sus designios, obviamente más altos que los propios de un fanático fundamentalista de a pie.

En la imagen que ilustra el post, ciudadanos heridos en el atentado de Oslo.

martes, 19 de abril de 2011

Granujas neoliberales a todo ritmo




El ex presidente José María Aznar vuelve a rebuznar gansadas contra la economía española desde foros presuntamente docentes de U-E-S-É-I (recuerden, esos cursos especiales de Universidades en las que cualquiera "da clases" pagando, y cuyo importe se cargaba hasta 2004 en los Presupuestos del Estado español). Mientras, el Wall Street Journal pergeña artículos como torpedos que ponen a España en la diana de los especuladores financieros, en tanto las agencias de calificación de riesgos se entregan con entusiasmo al trabajo de demolición de eso que con el cinismo acostumbrado llaman "confianza de los mercados en la economía española".

El periodista Santiago Belloch denunciaba anoche en la Cadena Ser que la confluencia de estos hechos no es casual sino fruto de una política concertada, que pretende convertir la economía española en una túnica rasgada cuyos pingajos se repartirían esos tiburones que como vampiros del dinero, han convertido los llamados "mercados financieros" en una especie de arena de circo romano al que una a una son llevadas las economías presuntamente modernas, para que sean despedazadas por los leones de la avaricia y el delirio de un capitalismo salvaje que lo está devorando todo. No es extraño por tanto que el siempre ponderado periodista Iñaki Gabilondo llamara a Aznar en su columna "traidor a a su país". Ya sé que hablar de traidores en un mundo regido por canallas como el amo de Aznar, el megamagnate Murdoch, o el macroestafador internacional George Soros, queda romántico, desfasado y hasta tontito, pero así son las cosas: Aznar es un traidor, y como tal debería ser tratado por los tribunales. En el supuesto de que en España los tribunales sirvieran para juzgar a los verdaderos delincuentes, claro: recuerden Gürtel, y desengáñense.

Claro que Aznar no está solo en el granujiento esfuerzo por esquilmar a los habitantes de este desdichado país que llamamos España, Estado español o como les de a ustedes la gana nombrarlo, tanto da. Ahí está por ejemplo el conseller catalán de Economía, el honorable señor Andreu Mas-Cullell, economista de estricta ortodoxia neoliberal, que acaba de anunciar hace unos días que la Generalitat de Catalunya bajará los impuestos a los tramos de renta más alta que declaran IRPF, a fin de evitar que esas personas marchen de Catalunya a otras autonomías más beneficiosas fiscalmente para ellas, "sobre todo a Madrid", que es al parecer adonde huyen en rebaño. Porque resulta que los "emprendedores" catalanes, esos patriotas sin tacha que cuando mean forman cuatro barras esteladas, se están largando a residir y "emprender" ¡nada menos que al Madrid de Esperanza Aguirre, la Comunidad autónoma enemiga por antonomasia de la Pàtria Catalana! ¡Ay, si l'avi Macià o incluso Cambó levantaran la cabeza!

Horas después y en vista del escándalo que se organizó ante este intento descarado de legalizar el fraude fiscal para ricos, hubo de salir al quite el Molt Honorable (Palau de la Música mediante) President de la Generalitat, don Artur Mas, anunciando que la medida quedaba aplazada para más adelante. Y es que ese mismo día, en la portada de la edición catalana de El País aparecía un paciente ingresado en Traumatología del Hospital Vall d'Hebron cuya cama estaba instalada en un almacén de escobas y productos de limpieza, en una planta del hospital en la que se acaban de cerrar habitaciones. Cosas del recorte presupuestario, ya saben.

Y en fin, como última muestra por hoy, acabo de oír en la radio que una agencia internacional de calificación ha sentenciado a los productos financieros de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) como "bonos-basura", si bien inmediatamente después ha elevado la calificación de la solvencia de la entidad ya que "en breve" recibirá un chute de dos mil ochocientos millones de euros procedentes de las arcas del Estado, es decir del bolsillo de todos los tontolabas que pagamos IRPF sin pedir asilo fiscal en Madrid o en cualquier otro paraíso terrenal al uso. Por si no lo recuerdan, la CAM es esa caja de ahorros cuyos fondos fueron arrasados por el PP y con los que Eduardo Zaplana, el antecesor de Camps en la satrapía valenciana, financió sus delirantes proyectos en la Comunidad Autónoma levantina, como esa inefable Terra Mítica que ahora intentan resucitar y otros gurtelazos por el estilo, merced a los cuales Zaplana pasó en pocos años de lucir el moreno propio del paleta de obra subido a un andamio que fue a gozar del color del multimillonario eternamente bronceado que es.

Lo neoliberal y lo granuja corren juntos de la mano, ya ven.

En la fotografía que ilustra el post, José María Aznar charla con su yerno Tarik (alias Alejandro) Agag, implicado en los negocios familiares de los Aznar-Botella y en diversas tramas internacionales (petróleo ruso, Gadaffi, obras públicas valencianas, visita del Papa y circuito Fórmula 1 en Valencia), y al que diversas informaciones vinculan estrechamente a la trama PP/Gürtel al punto de considerarlo el verdadero "Number One" de la red.

lunes, 7 de junio de 2010

8 de junio, huelga general de la función pública en España


La huelga del 8 de junio de 2010 es mucho más que una huelga de funcionarios: es el primer grito colectivo contra la recién estrenada política económica y social ultrareaccionaria de Zapatero, aplicada por el Gobierno español al dictado de las mafias que mueven los llamados "mercados financieros internacionales", esas cloacas inmundas desde donde hoy se dirige y manipula el sistema capitalista global.

Un siglo y medio largo de luchas y de conquistas en materia de derechos de los trabajadores no puede haber sido en vano. No vamos a volver al capitalismo manchesteriano, por mucho que incluso quienes hace unos meses aún se decían socialdemócratas se rindan ahora sin condiciones a los enemigos de toda idea de democratización de las sociedades humanas y de avance de éstas en un sentido liberador.

Si finalmente ganaran los gánsters especuladores del FMI, Wall Street y los Casinos-Bolsa mundiales, sumados a la fronda de empresarios sin conciencia ni escrúpulos que en España han estado durante años apropiándose de plusvalías delirantes generadas en torno al negocio de la especulación inmobiliaria y que ahora reclaman rebajas de impuestos, no habrá futuro no ya para las clases populares y trabajadoras sino para nadie que no milite en las filas de quienes deberían encabezar las listas de los delincuentes más buscados del mundo.

Los funcionarios españoles van a librar la primera batalla en nuestro país. La huelga de mañana es un test para lo que vendrá en el futuro próximo. Si los trabajadores demuestran su fuerza, el Gobierno rectificará o caerá; si lo que se impone entre nosotros es el miedo y el pasotismo, las actuales dificultades serán nada en comparación con lo que vendrá. La huelga y la solidaridad son las únicas armas de los trabajadores. ¡Es el momento de usarlas!.

Un fantasma recorre Europa: el de la huelga general europea contra los especuladores que saquean las economías de nuestros países y contra los gobiernos débiles que se arrodillan ante ellos.

jueves, 13 de mayo de 2010

Obama le pone la soga al cuello a Zapatero



La brutalidad de las medidas "de ahorro" anunciadas ayer por Zapatero -y rechazadas expresamente por el presidente español hasta el fin de semana pasado-, muestra a las claras la situación de subordinación de la economía capitalista en este inicio de milenio a los dictados de los "mercados", esa Santa Alianza integrada por la Reserva Federal yanqui, los especuladores bursátiles y las narcofinanzas de la que hablaba en mi post anterior.

Las medidas anunciadas son profundamente antisociales pero sobre todo inútiles, en la medida en que el ahorro que proporcionan es el del chocolate del loro. Su virtualidad es otra, ya que en sí mismas constituyen la prueba de la rendición del gobierno español a los intereses de más allá del Atlántico. No en vano acaba de anunciarlas Zapatero apenas pasadas 24 horas de una llamada telefónica del "progresista" Obama en la que le conminaba a tomar medidas que "calmaran a los mercados". Con todo hay un motivo de esperanza, pues si la actitud de Zapatero ha sido servil, la de Obama resulta desesperada. Explicaré el por qué.

La Santa Alianza ha encajado dos duras derrotas en pocos días. La semana pasada reaccionó por fin la Unión Europea, y se aprestó a defender el euro. Los gobiernos europeos acordaron hacer caja común para resistir la agresión. Pésima noticia por tanto para quienes adoran al dios dólar e intentan imponer su ley a sangre y fuego en los "mercados" y fuera de ellos. La segunda mala noticia les llegó este pasado domingo: el desastre electoral del gobierno alemán ocurrido en las elecciones de Renania del Norte-Westfalia, el Estado alemán más poblado e industrial (y por tanto, con mayor población de clase trabajadora). El lunes, a las pocas horas de cerrados los colegios electorales, la canciller Merkel anunciaba públicamente que había recibido el mensaje de los electores, y que no habría bajada de impuestos; implícitamente estaba renunciando con ello a realizar recortes sociales en la dirección de desmantelamiento del Estado de bienestar alemán, que es la política que la Santa Alianza propugna para Europa.

La fronda de delincuentes financieros internacionales con sede en Wall Street reaccionó rápido, atacando al eslabón de la Zona Euro sino más débil, si más expuesto: España. Fue en ese contexto que el martes se produjo la llamaba coercitiva de Obama a Zapatero, con los resultados inmediatos que acabamos de conocer. Es por eso que digo que estos bandidos andan desesperados: buscan cuellos fáciles donde morder, porque las piezas grandes empiezan a estar fuera de su alcance.

Y sin embargo Zapatero ha levantado los brazos y se ha bajado los pantalones. La realidad es que se trata de un puro gesto, mediante el cual el presidente da a entender a los "mercados" que está dispuesto a colaborar en la destrucción del Estado del bienestar español. Fíjense que hace apenas un año los próceres del mundo hablaban de "refundar el capitalismo" y de la "urgente necesidad de establecer medidas de regulación de los mercados"; hoy, jefes de gobierno como Zapatero se ponen con el culo en pompa ante esos mismos "mercados", convertidos en sala de máquinas de un sistema que continúa pendiente de ser"reformado", al tiempo que rechazan toda posibilidad de "regularización", es decir, de ser sometidos al más mínimo control. A esto hemos llegado.

Y en fin, digo que es un gesto simbólico porque los quince mil millones de euros que el gobierno español ahorrará, a un costo social estratosférico (va a poner en pie de guerra frente a él a funcionarios, jubilados, pensionistas y a las administraciones autonómicas y locales), son verdaderamente el chocolate del loro; pensemos que Grecia, un país con un peso estadístico cinco veces inferior a España, va a necesitar alrededor de cien mil millones de euros para parchear su economía.

El verdadero ahorro, el que reportaría ingresos útiles sin tocar el débil Estado del bienestar español, sería cesar de una vez por todas la malversación de fondos públicos, cortando de raíz dos sangrías reales: la financiación estatal directa e indirecta con cargo a los Presupuestos Generales del Estado que perciben la Iglesia católica y sus ramificaciones en la enseñanza y la asistencia social, y el sobredimensionamiento del Ejército español, cuyas plantillas se hallan históricamente hinchadas en cuanto al número de oficiales que las integran, amén de vivir embarcadas en un turismo bélico por el que desde el chusquero al general perciben unos emolumentos desorbitados por pasar temporadas en zonas de conflicto en las que nada se le ha perdido a España; cada soldado español en Afganistan nos cuesta alrededor de sesenta millones anuales de las antiguas pesetas.

Pero por encima de todo, queda el escándalo de que en este país únicamente pagan impuestos -y por tanto, solo contribuyen directamente a las arcas del Estado- aquellos que cobramos por nómina. Los demás, del fontanero por libre al especulador bursátil, viven en negro. Ahí tiene Hacienda verdaderas minas recaudatorias, en las que sin embargo no interviene ¿Por qué?. Y en fin, es sabido que España es probablemente el único país del mundo en el que los empresarios declaran un promedio de ingresos anuales inferior al que perciben los asalariados: una vergüenza mundial, simplemente. En sus ya famosas medidas de austeridad, Zapatero anuncia como cierre que se "estudiará" una posible subida de impuestos para las rentas más altas; todos sabemos que no la habrá, y que se trata simplemente de una cucharadita de azúcar para dulcificar el saqueo de salarios y pensiones que nos acaba de prometer a los trabajadores. Casi de inmediato se ha apuntado al carro el gobierno catalán, que por boca de su inefable conseller de economía, el señor Castells, acaba de anunciar esta mañana que la Generalitat "estudiará" subir un punto, del 7 al 8%, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales; otro que se piensa que nos va a engañar echando un poco de sacarina en el café más amargo que nos han servido desde que murió Franco.

La buena noticia final es que gracias a todo este despliegue de medidas antisociales, la carrera política de Zapatero está acabada. Sólo resta saber cuándo se irá.

En la imagen, un cartel que hoy resulta un sarcasmo.

domingo, 20 de abril de 2008

El mercado de Papeete, microcosmos tahitiano

Papeete, la capital de la Polinesia Francesa es una ciudad pequeña y provinciana, arrimada al mar como una cinta larga y estrecha. Un paseo marítimo ancho y extenso la separa del puerto y ejerce como verdadera calle mayor de la población, si bien gran parte de los edificios principales quedan un poco a trasmano de esa arteria central.

Todo en Papeete tiene el aspecto de esas pequeñas poblaciones costeras mediterráneas del sur de Francia que tanto gustan a los turistas centroeuropeos y norteamericanos. Edificios bajos, calles estrechas, aceras saturadas, un tráfico endiablado... Como un pueblo de la Costa Azul que viviera un verano perpetuo sumergido en el calor y la humedad, Papeete invita a caminar con pausa, a buscar las sombras y a entrar en los muchos comercios climatizados que uno encuentra en su camino.

En el centro teórico de la ciudad está el mercado, un edificio rectangular de dos pisos con estructura de vigas metálicas pintado en blanco y azul cielo, instalado en una especie de plaza conformada sobre un cruce de calles. El mercado de Papeete es un lugar alegre, colorista y lleno de vida, rebosante de olores y sensaciones, en el que impera un orden muy francés que sin embargo convive sin mayores problemas con cierta promiscuidad en las cosas y las personas que es característicamente polinesia. Los puestos de venta se alinean según especialidades, y las frutas, flores y viandas se distribuyen en manchones de colores que festonean el piso inferior del mercado, el que se halla en el nivel de la calle, espacioso y con amplios accesos abiertos a los cuatro puntos cardinales, en tanto el piso superior se organiza en rincones colgados en el aire a los que se llega subiendo escaleras y recorriendo estrechos y oscuros pasillos, entre puestos en los que se vende ropa, abalorios, tallas artesanales y los más insospechados objetos materiales no comestibles.

Acodadas en una pasarela metálica del segundo piso, cuatro muchachas tahitianas observan a la gente que entra al mercado y, sonrientes, se dejan fotografiar por los extranjeros que las vemos suspendidas sobre nuestras cabezas como si fueran reclamos publicitarios. En realidad están allí por el gusto de estar, por charlar, sonreír y ver pasar la gente. Para estas chicas polinesias el tiempo no tiene el mismo valor que para sus vecinos franceses o los visitantes occidentales. El “dolce far niente” que practican con perezosa entrega es un modo particular de vivir y de sentir, ajeno a nuestras prisas y preocupaciones; seguramente tienen asuntos en los que ocuparse, pero saben que éstos pueden esperar otro ratito y que a la postre, es más gratificante sonreír a un desconocido que discutir con tu jefe.

La mañana está avanzada ,y algunos puestos empiezan a recoger. Por los pasillos del mercado disminuye el tráfico de maduras y gordas polinesias cargadas con la compra del día, y empiezan a abundar por contra los extranjeros de pantalón corto que caminamos distraídos, seducidos por el festín visual y odorífico. Nunca vi un mercado donde se vendieran tantas clases de flores distintas ni tal variedad de frutas irreconocibles o en variedades débilmente emparentadas con las nuestras.

Este pequeño paraíso umbroso y ventilado es pues como un compendio enciclopédico de cuanto la tierra de Tahití ofrece, que es mucho y bueno. También, un resumen de las razas y tipos humanos que la pueblan o están de paso por ella. Un microcosmos en suma ameno y amistoso, donde el tiempo pasa suavemente.