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lunes, 28 de marzo de 2011

Esperando a los bárbaros. La lista municipal del PSC por Barcelona



La lista de candidatos por Barcelona ciudad que presenta el PSC a las próximas elecciones municipales es aún más descorazonadora de lo que cabía esperar. Argumento casi desde el desconsuelo:

1. Se prescinde de la mayoría de los concejales actuales más experimentados y con más trayectoria en la gestión municipal, entre ellos varios concejales de distrito bien conocidos y valorados por los vecinos y las asociaciones.

2. Se promocionan a puestos seguros algunos candidatos cuya único haber político general -por no hablar solo en términos de política municipal-, es simpatizar más o menos abiertamente con la derrotada candidata en las primarias del PSC y con los planteamientos del sector nacionalista del partido.

3. Se sitúa en "puestos de futuro" a verdaderos aficionados de la política ansiosos de profesionalizarse, casi todos en línea con el perfil efebócrata que el zapaterismo ha convertido en religión a la hora de promocionar políticos: candidatos muy jóvenes (y mejor si son de sexo femenino por aquello de la paridad), sin oficio ni beneficio pero ambicionando convertir la política en su fuente de ingresos permanente; gente carente de ideología, formación, experiencia y bagaje político y personal, cuyo único mérito real es garantizar fidelidad perruna al mando que les coopta.

4. Salvo algún nombre muy concreto, no se vislumbra entre los candidatos la más mínima representación no ya de alguna variante del pensamiento de izquierdas sino de cualquier forma de pensamiento político que no sea un abstracto "progresismo" positivista burgués.

5. En la lista no hay un solo sindicalista o cosa parecida. Tampoco ninguna persona conectada con la sensibilidad de las clases trabajadoras y sus tradiciones, o al menos identificada con sus intereses. Es una lista integrada por miembros de las clases medias-altas autóctonas y por desclasados provenientes de la pequeña burguesía y las clases populares inmigrantes.

6. Es una lista que prepara al partido para un pacto de "sociovergencia", ese "compromiso histórico" bufo por el que suspiran desde hace años las clases hegemónicas catalanas y sus instrumentos de acción política y social y que ahora parecen más cerca que nunca de alcanzar (algún ensayo se está haciendo ya en el Govern de la Generalitat con "semitránsfugas" del PSC).

7. Amplía y refuerza el abstencionismo de los barrios obreros y populares: lo que evidentemente beneficia electoralmente a la derecha en su conjunto, abre la puerta de la alcaldía de Barcelona a la derecha catalanista y prepara el terreno para la victoria de la española en las elecciones generales próximas, se celebren el año próximo o este otoño.

Les dejo unos versos célebres, que creo describen perfectamente la situación:

¿Qué esperamos aquí, en la plaza reunidos?

A los bárbaros, que hoy llegan.


¿Por qué tal calma en el Senado?
¿Por qué los senadores, sentados, no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Los bárbaros ya nos darán sus leyes cuando vengan.

(de Esperando a los bárbaros, poema de Konstantinos Kavafis)

En la imagen que ilustra el post, billete de 1'50 pesetas acuñado por el Ayuntamiento republicano de Barcelona en 1937, en los años en que los barceloneses también estaban como ahora "esperando a los bárbaros".

Como puede observarse el billete muestra el escudo auténtico de la ciudad, de origen medieval: cuatro cuarteles con dos cruces de Sant Jordi, y los cuatro palos de la enseña condal distribuidos entre dos cuarteles y no reunidos en un doble cuartel, según impusieron recientemente los concejales de ERC contemporáneos para hacerlo coincidir con el escudo oficial de Catalunya.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Barcelona debe empezar a barrer la basura que acumula


En tiempos en los que florecen el racismo, la xenofobia y la exclusión de lo diferente, en los que todo lo foráneo se vuelve sospechoso y deportable para los políticos sin escrúpulos, resulta que Barcelona se ha convertido en el contenedor universal de toda clase de basura generada fuera de nuestras fronteras. Contradicciones de la sociedad capitalista.

Hace años que al albur de la rapacidad de los operadores turísticos -agencias de viaje y hoteleros, principalmente- y de cierta permisividad indolente de las autoridades locales, Barcelona acoje para su mal un turismo masivo y cutre que nada aporta salvo problemas. Rebaños de jóvenes y no tan jóvenes procedentes de los suburbios de Europa viajan incesantemente a esta ciudad, porque sencillamente les resulta más barato pasar un fin de semana emborrachándose y drogándose aquí que en sus propias ciudades de origen.

La inventora de estos "tours" con un pie en el lumpen estricto y el otro en cualquier otra cosa que sea incívica y genere molestias a los sufridos anfitriones, fue la siniestra Margaret Thatcher. La que fuera primera ministra británica descubrió que a su gobierno le salía más a cuenta subvencionar las salvajes vacaciones en España de los jóvenes parados y marginales de su país que asistir a las explosiones de violencia juvenil que se producían en los barrios industriales de Gran Bretaña durante los veranos. El objetivo era pues pasar la mierda al vecino y a fé que la llamada Dama de Hierro lo consiguió plenamente, inaugurando un modo de turismo que en poco tiempo ha devenido un clásico y que ha ampliado notablemente el catálogo de sevicias a las poblaciones invadidas inaugurado en su día por los vándalos durante la caída del Imperio Romano.

Naturalmente como decía antes, la responsabilidad de este fenómeno atañe también en buena parte a los operadores españoles del sector. Por increíble que parezca, contratar paquetes turísticos completos en Gran Bretaña o cualquier otro país europeo del centro y el norte de Europa con destino a España, es mucho más barato que hacerlo directamente aquí. Si el destino es Barcelona, mucho más todavía. En pocos años la ciudad se ha ido especializando en este turismo y convirtiéndose en una especie de parque temático en el que se desarrolla con especial virulencia; por ejemplo, hoy Barcelona es la Meca de las despedidas de solteros de los jóvenes europeos con pocos recursos, que vienen aquí con todos los gastos pagados y contratados a un precio irrisorio, con alcohol barato y sexo mercenario asegurados por los promotores empresariales de estas verdaderas expediciones de castigo.

La última aportación al turismo-basura con destino barcelonés es desde hace algunos años, la aparición del "turismo antisistema". Aprovechando la tolerancia tradicional en la ciudad hacia el fenómeno "okupa", malentendido por las izquierdas locales como un fenómeno de rebeldía juvenil alternativa y no como lo que es, una gansada de jóvenes burgueses que pretenden vivir por la cara una adolescencia perpetua. Ya ocurrió algo similar en los años setenta y ochenta con el fenómeno del "joven marginal" convertido en una especie de héroe social, cuando en su granmayoría eran hijos de clases pudientes que jugaban a vivir fuera del "sistema"; naturalmente ahí estaba siempre papá para, al igual que ocurre hoy día con muchos de estos nuevos "antisistema", pagar una fianza o acojer al hijo pródigo en su retorno al convencional hogar burgués. Algunos de estos espabilados son hoy ejecutivos de muy capitalistas empresas y votan al Partido Popular, a otros se los llevó la heroína o el SIDA.

El pasado 29 de septiembre unas docenas de estos Robin Hoods de pacotilla salieron -o les sacaron, para el caso es lo mismo- de uno de sus bosques de Sherwood en Barcelona y pretendieron reventar la manifestación de 400.000 barceloneses en lucha por sus derechos como trabajadores y ciudadanos. Se enfrentaron a policías y manifestantes, destrozaron el mobiliario urbano que pagamos con nuestros impuestos quienes residimos en Barcelona -salvo estos salvajes, obviamente- , y dieron al mundo la imagen de una ciudad caótica y peligrosa. Nada más lejos de la realidad que esa interesada visión propagada por los medios de comunicación convencionales que al cabo, en su gran mayoría responden a los mismos intereses de quienes ceban y manejan esta basura humana.

Es hora pues de que las instituciones barcelonesas agarren con fuerza la escoba y barran fuera esta porquería, porque no hay nada alternativo ni revolucionario en la mugre y la violencia como propuestas de vida y acción.

En la fotografía que ilustra el post, un contenedor de recogida de basuras arde en la plaza Urquinaona de Barcelona tras ser incendiado el 29 de septiembre por provocadores "antisistema".

martes, 18 de mayo de 2010

El orden reina en la Avenida Diagonal


El referéndum sobre el futuro de la Diagonal ha resultado finalmente un fiasco considerable. Tanto, que se ha llevado por delante al primer teniente de alcalde de Barcelona, Carles Martí, fulminantemente destituido por el alcalde y obligado incluso a presentar inmediatamente su renuncia como concejal. La enorme cagada amenaza seriamente las ya de por sí escasas posibilidades del actual alcalde, Jordi Hereu, de repetir al frente de la lista socialista.

Realmente ni hecho aposta se habría podido acumular mayor cantidad de errores de bulto. En primer lugar, recurrir a un referéndum popular en un tema de hondo contenido urbanístico, que inevitablemente genera un considerable sindicato de ciudadanos que con razón o sin ella se considerarán perjudicados sea cual sea la opción escogida, resulta como mínimo arriesgado. Máxime cuando la fórmula de consulta ciudadana prácticamente no se ha rodado, y además se presenta en forma no de una pregunta que de ha escoger entre el sí y el no, sino a través de un mecanismo de consulta enrevesado que presenta dos propuestas concretas y un "cul de sac" -la tercera opción- en el que cabe todo, desde la contestación radical a la indefinición amorfa.

Capítulo aparte merece la logística informática que ha servido de soporte a la consulta, que se ha revelado como una chapuza propia de aficionados codiciosos; nada nuevo que no suceda cada vez que se encarga la gestión de asuntos públicos serios a empresas privadas "competitivas". Por cierto, no es un dato menor que el padrón de la ciudad haya estado expuesto durante una semana a los privados ojos y teclados no sólo de los técnicos de la empresa contratada sino también del personal voluntario que ha colaborado con el desarrollo de la consulta, y es por tanto asimismo ajeno al Ayuntamiento barcelonés. Luego nos vendrán explicando milongas sobre lo rigurosísimas que son las medidas de seguridad en la Administración pública en cuanto a la protección de datos informáticos. ¿Cómo van a estar seguros nuestros datos, si se entrega la gestión informática de un evento como éste a la "iniciativa privada"?. No es casualidad pues que el alcalde Jordi Hereu se fuera a su casa sin saber si realmente había llegado o no a votar, o que al parecer alguien haya suplantado la identidad del concejal del PP Alberto Fernández Díaz. Y bueno, crucemos los dedos y esperemos que de aquí a unos meses los datos privados de los ciudadanos barceloneses no anden dando vueltas por ahí a disposición de cualquier empresa o grupo de facinerosos dispuestos a pagar por ellos, cosa que tampoco sería una novedad por otra parte. El cese de la gerente del Instituto Municipal de Informática, responsable último de esta mamarrachada técnica, era pues asimismo obligado, y se produjo en cuestión de horas.

Las consecuencias políticas de esta charlotada incalificable, obviamente más propia de los espectáculos del bombero-torero que de un Ayuntamiento que hizo los Juegos Olímpicos de 1992 (claro que aquél era "otro" Ayuntamiento, con otros responsables políticos y otros cuadros dirigentes), no se han hecho esperar. Y es que más allá de la inoportunidad de la convocatoria en un momento de crisis total (por mucho que uno siga sin saber si la crisis es real, mediática o directamente galáctica), la gestión del evento ha dado muestra de la auténtica talla de los principales implicados. Y con todo que la Virgen nos asista, porque los relevos habidos nos van a hacer añorar enseguida a los que acaban de marcharse. Se lo dice un servidor, que tuvo el dudoso honor de conocer a alguno de ellos hace casi 30 años, en lo que podríamos llamar su "período de formación política y humana"; baste decir que al menos en el caso de uno de los recién ascendidos, persona que en breve empezará a salir mucho en las fotos, su cara es realmente el espejo de su alma.

Lo más curioso del asunto ha sido que el endoso del fiasco ha ido enterito a la cuenta del PSC, lo cual resulta como mínimo injusto habida cuenta de que fue ERC quien parió el invento del referéndum, "comprado" por el actual equipo de gobierno municipal (en el que no figuran los concejales independentistas, desde que en los anteriores comicios municipales decidieron convertirse en "oposición pero menos"), partido que ahora se sitúa al frente de la manifestación rasgándose las vestiduras y pidiendo cabezas por lo ocurrido. O sea, que ERC vive y pretende medrar con un pie en el gobierno y el otro en la barricada; ¡no saben nada el señor Jordi Portabella y compañía!.

Y sin embargo, era una buena idea. Pero alguien debió haberse tomado en serio esto de consultar a los ciudadanos de Barcelona sobre proyectos de gran trascendencia para el futuro de la ciudad. Precisamente porque construir una democracia participativa obliga a que la ciudadanía pueda no sólo opinar, sino también decidir sobre esos proyectos. Todo esto ha pasado porque una vez más nos hemos quedado en el marketing sin profundizar en la realidad, que es el modo en que actúan los políticos superficiales y carentes de formación: la gestión por la gestión, y el escaparate como medio de comunicar con el ciudadano. Y en fin, también por querer imitar un tiempo y un estilo, el de la Barcelona maragalliana, que desgraciadamente ya pasaron a la Historia.

Lo peor con todo, es que quienes han ganado finalmente esta apuesta han sido los partidarios del Dios Automóvil Privado, ese becerro de oro que enseñorea nuestras ciudades. Los gases de los tubos de escape continuarán reinando sobre la principal vía urbana de Barcelona. Finalmente, el orden reina en la Diagonal.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Lecciones de una nevada sobre Barcelona


Una nevada que en los países del centro y norte de Europa habría pasado casi inadvertida, ha generado un extraordinario caos en Catalunya y singularmente, en el área metropolitana de Barcelona. Es evidente que las infraestructuras del país no están a la altura del fenómeno metereológico acaecido, y habrá que empezar por ahí a la hora de ensayar soluciones más que de buscar culpables, pero esa es sólo una faceta del problema. Hay más, y vamos a intentar relacionarlas aquí.

En primer lugar, es obvio que existe cierto cálculo cínico por parte de las instituciones públicas y sobre todo, de sus responsables técnicos, lo que a la larga acaba propiciando desastres como el comentado; tanto va el cántaro a la fuente, que llega el día en el que se rompe. Me explicaré. Hace algunos años, pregunté a un arquitecto barcelonés con cargo de responsabilidad en la administración local, persona por lo demás muy competente y de buen juicio general, la razón por la cual en Barcelona no existía ningún tipo de exigencias oficiales en la construcción de nuevos edificios en orden a la protección contra posibles movimientos sísmicos. El hombre me contestó con toda tranquilidad, que la posibilidad de que acontezca un terremoto de cierta intensidad en nuestra ciudad es tan remota y que probablemente tardará tantos años en producirse, que no vale la pena perder tiempo y dinero tomando medidas contra él; cuando pase pasará, punto. Esta es la visión de la jugada de nuestra Administración en éste y en otros temas semejantes. Ayer mismo oí en la radio a un responsable técnico responder con todo desparpajo que dado que no es habitual que en Catalunya se produzcan nevadas como la habida hace un par de días, no vale la pena disponer de unos medios para contrarrestarla que permanecerían inactivos durante mucho tiempo. Es fácil comprender pues que con este espíritu de nuestros responsables públicos, la meada de un ángel pueda convertirse fácilmente en el Diluvio Universal.

Al lado de esta manifiesta irresponsabilidad pública sumen unas infraestructuras obsoletas, en manos de rapaces empresas monopolísticas que no gastan un céntimo en mantenimiento: cae una nevada de alguna intensidad, y automáticamente se colapsan las carreteras; sopla un ventarrón un poco más fuerte de lo normal, y vuelan por los aires las torres y los cables de alta tensión; llueve durante una tarde, y el transporte público de superficie se paraliza, los semáforos dejan de funcionar y el metro se convierte en un lago subterráneo; las comunicaciones telemáticas se saturan y bloquean apenas coincide una cantidad de usuarios más alta de la habitual llamando por teléfono o intentando entrar en determinado sitio web. Los ejemplos son innumerables. Servicios tercermundistas a la española, de los que en Catalunya gozamos de modo singular a pesar de pagar por ellos vía nuestros impuestos como si fuéramos verdaderos potentados.

Y por último, pero no los últimos en cuanto a responsabilidad, quedamos los ciudadanos. Los ejemplos de la estulticia de tantos supuestos "homos sapiens" en relación con este asunto, son igualmente múltiples y asombrosos: miles de imbéciles se montan en su coche para ir a ver nevar en las montañas, a pesar de las advertencias públicas en sentido contrario, colapsando las carreteras y hasta las autopistas; centenares de miles de alienados insisten en circular en vehículo privado por calles impracticables, sólo por el placer de continuar con sus hábito cotidiano de desplazarse dentro de su privadísimo cacharro de cuatro ruedas; otras legiones de indigentes mentales se lanzan a criticar a las administraciones públicas por no ser capaces de garantizar que el Dios Automóvil pueda seguir circulando libremente bajo cualquier circunstancia, sea ésta una nevada, un bombardeo atómico o el Día del Juicio Final. Esta es la sociedad que tenemos y que entre todos hemos ido conformando.

Por todo ello me temo mucho que nadie va a sacar lecciones de la nevada, y que en todo caso a nadie le interesa verse obligado a cambiar aunque fuera mínimaente sus hábitos, costumbres y esquemas mentales en relación con estos temas. Como decía el arquitecto al que aludía al comienzo, la posibilidad de que haya un terremoto (o una nevada más o menos fuerte) en Barcelona es tan remota, que no vale la pena considerarla. Y total, cuando nieve ya nos quejaremos a gritos, siguiendo el conocido exabrupto italiano: "piove, porco governo!".

En la imagen que ilustra el post, coches circulando por el centro de Barcelona en medio de la nevada del pasado día 8 de marzo.

viernes, 20 de febrero de 2009

El Turó de la Peira se encamina hacia la solución


El tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio, y en el caso de las obras de rehabilitación de la barriada barcelonesa del Turó de la Peira finalmente parece que será así. Poco a poco se va imponiendo la cordura, escarnecida hasta ahora por intereses políticos y particulares de baja estofa.

En ese sentido acaba de celebrarse hace unos días una asamblea abierta con los vecinos convocada por el Consejo de Distrito, en la que por fin se ha explicado, sin intermediarios ni "delegados" que filtren y usen a su conveniencia la información, la realidad de las cosas y el punto en el que se encuentra el proceso.

Entre las propuestas emanadas del Distrito para desbordar los planteamientos de la Plataforma y superar el actual punto muerto, se ha ofrecido la realización de segundas diagnosis de los edificios a todas las comunidades que lo soliciten. Cada comunidad que lo desee y no confíe en el primer informe, podrá escoger a un técnico de su confianza que elabore un informe alternativo. Naturalmente, el técnico ha de estar colegiado, lo que representa una garantía de seriedad y profesionalidad en su trabajo.

Es de destacar que a pesar de todas las bravatas lanzadas hasta ahora, en dos años la Plataforma no ha podido presentar un solo informe que avale sus posiciones. Ningún técnico colegiado es tan irresponsable como para poner su firma en las barbaridades que se han llegado a sostener en anteriores reuniones de comunidades de escalera, respecto a que las obras de rehabilitación estructural no son necesarias y que éstas no son más que un intento del Ayuntamiento y de REGESA por saquear los bolsillos de los propietarios de los pisos en los edificios afectados.

La preocupacion central del Consejo de Distrito es que de una vez y en el menor tiempo posible, se conozca públicamente el estado actual de las viviendas, ya que la seguridad de los vecinos debe ser el criterio prioritario en las actuaciones a llevar a cabo. Por ello, una vez que se hayan presentado los diagnósticos el Ayuntamiento exigirá que se hagan las obras de urgencia que se prevean en ellos. Para el resto, las que sean menos urgentes, se establecerá un calendario de actuación acordado con las comunidades.

Siguiendo esta línea de contacto directo con los afectados, en breve el Consejo de Distrito hará llegar a todos los vecinos el acuerdo por el cual se comprometerá a asumir los gastos de los diagnósticos, a fin de que cada comunidad pueda sumarse a él.

lunes, 20 de octubre de 2008

El Turó de la Peira sigue esperando rehabilitaciones estructurales


Un reciente comentario a mi primer post sobre ése extraño movimiento surgido en el Turó de la Peira, barrio periférico de Barcelona, en contra de la rehabilitación de viviendas iniciada por el Ayuntamiento, me lleva a redactar éste otro sobre una situación que, como decía "Ferran" en su aportación, comienza a ser preocupante.

La fantasmal Plataforma de Vecinos continúa haciendo de las suyas, y lo que es más grave, alcanzando sus planificados objetivos uno tras otro. Porque lo que es obvio a estas alturas es que tras la dos o tres personas por escalera que están moviendo el tema, hay un diseño estratégico de más alto vuelo que indudablemente engarza con planes de "movilización vecinal" auspiciados por los partidos de derecha, CiU y PP, en la oposición al actual Consistorio barcelonés. Por si alguien todavía no se ha dado cuenta, lo que está haciendo esa presunta Plataforma -que actúa al margen del movimiento asociativo vecinal, y repudiada por éste-, es dar un puñetazo al Ayuntamiento de Barcelona... en la cara de los vecinos del Turó de la Peira.

Como narra "Ferran" en su comentario, la Plataforma ha desplegado una estrategia tendente a deslegitimar los estudios de diagnosis encargados oficialmente, trasfiriendo su realización a técnicos de su confianza, cuya solvencia y neutralidad son escandalosamente nulas. Los informes que emitan estos "técnicos" avalarán obviamente las posiciones de la Plataforma, aún siendo éstas insostenibles tanto desde el punto de vista técnico como ético. Sin embargo, como decía, escalera a escalera van logrando imponer sus criterios mediante la manipulación y la coacción.

En paralelo a esa acción se ha llevado a cabo el sistemático cambio de administrador de las fincas, pasando la administración a gente "de confianza" de la Plataforma. Se trata de arrinconar a Sanahuja, administrador mayoritario hasta ahora, porque al ser esta empresa propietaria de pisos de alquiler en la mayoría de escaleras del Turó de la Peira, representa un fuerte obstáculo para que la Plataforma consolide su dominio sobre las comunidades.

En última instancia, el objetivo de la Plataforma es claro: impedir la realización de las obras estructurales en los bloques afectados. Sotto voce, se hacen circular promesas de que si se consigue reventar el plan de rehabilitación municipal, habrá viviendas nuevas gratis para todos... cuando CiU y el PP gobiernen el Ayuntamiento, en la próxima legislatura municipal.

La irresponsabilidad de esta gente -cuyo núcleo duro se cifra en un máximo de 20 ó 30 individuos, enquistados en una población de varias decenas de miles personas-, no conoce pues límites. Usando viejas tácticas de agitación y control social, un puñado de chiflados y mercenarios según casos está llevando a cientos de familias a una situación de máximo riesgo, en la que en cualquier momento puede producirse un derrumbe en uno cualquiera de los edificios afectados, con consecuencias gravísimas para la seguridad de las personas y su patrimonio.

Sorprende que ante la situación de bloqueo actual la administración municipal no dé otra respuesta que la parálisis. La falta de iniciativa del Distrito, que siguiendo los protocolos de actuación establecidos ya hace meses que debería haber comenzado a sancionar a las comunidades de escalera afectadas en las que no se están realizando obras de rehabilitación estructural, no hace sino ayudar a que la Plataforma y quienes la manejan políticamente se envalentonen y se tracen nuevos objetivos. Muchos vecinos comienzan a estar indignados con esta situación, y se extiende la creencia de que la única explicación a la inactividad municipal es que el Ayuntamiento no se atreve a atacar frontalmente el problema por exclusivas razones de imagen, ante el temor de que el conflicto pueda perjudicar electoralmente en el distrito al equipo de gobierno actual. Lo cierto es que son muchos más los vecinos decepcionados por esa actitud timorata municipal, y que si ésta no se corrige urgentemente, tomando la iniciativa y llevando a cabo las obras de rehabilitación en el menor tiempo posible, puede tener -ella sí- fuertes repercusiones electorales en su contra.