viernes, 3 de octubre de 2008

La sociedad del miedo


Nuestra sociedad vive atrapada en el miedo. El miedo es libre, dicen, pero no es cierto. Tal vez lo fuera antes, pero hoy día es inducido desde la política y las mafias que venden seguridad; se crea miedo para luego ofrecer seguridad a un alto precio, y no sólo económico. Nos están educando en la creencia de que seguridad es el valor superior a todos, y que a cambio de ella la libertad, la intimidad, la dignidad y cualquier otro valor o derecho propio de la condición humana resulta secundario y sacrificable. Nos mienten para mejor controlarnos y sacarnos nuestro dinero.

Dice El País de hoy que un estudio presentado en una reunión internacional en Roma muestra que el "90% de los habitantes metropolitanos declara que sufre al menos algún tipo de miedo, y el 42,4% siente un "miedo muy fuerte". El miedo sin embargo, no afecta a todos por igual. Son más temerosas las mujeres y las personas que tienen "menos medios, menos cultura y más años". El miedo se ceba pues en los más indefensos.

El estudio afirma que "Roma es la capital mundial del miedo", récord al que parece no ser ajena la histérica campaña de "seguridad" lanzada por el gobierno Berlusconi y el nuevo alcalde de la ciudad, el fascista Alemanno, a través de la cual se presenta a inmigrantes rumanos y gitanos como agentes de todos los males posibles.

Dice el diario que según el psicoanalista y filósofo James Hillman, "el miedo es, como dijeron Sartre y Kierkegaard, una invención, una religión, una creencia, una ilusión. Pero no hay nada tan ilusorio como la seguridad perfecta y mágica que nos venden los políticos y que nos hace perder la libertad". Y naturalmente, "los temores de la gente provienen del entorno, de la economía, del racismo", concluye Hillman. El miedo pues "se compra y se vende". Hay por tanto gentes interesados en fomentarlo, en hacerlo parte de nuestras vidas. "La política y el mercado" nos venden seguridades falsas. Un opíparo y floreciente negocio. Hillman aborda el caso norteamericano como un ejemplo arquetípico de cómo el sentimiento de miedo se crea y se manipula. El miedo "une al Estado porque crea un enemigo común. Bush hizo eso mismo tras el 11-S, aprovechó la unidad espontánea que se generó en el país y en el mundo para crear el enemigo que Cheney y los neocon habían señalado previamente". Más claro, agua.

Sin embargo, y contrariamente a lo que se pueda pensar, la mayor parte de la población es capaz de identificar a los responsables de la extensión del miedo. Según el estudio citado, los encuestados señalaban como provocadores del miedo a los políticos, para generar consenso, (29,5%); los terroristas, para infundir pavor (25,7%) y los medios, para ganar audiencia (20,4%). Por tanto, si todavía hay ciudadanos capaces de señalar a los beneficiarios de su miedo, significa que al menos una parte de nuestra sociedad conserva cierta capacidad crítica y que no es tan fácil pastorearla.

El papel de los medios de comunicación en la difusión del miedo y del morbo asociado a él es, en fin, fundamental y merece comentario aparte. Es a través de ellos como el miedo penetra de modo capilar en nuestra sociedad. Se nos induce a temer e inmediatamente a comprar seguridad (votando a determinados políticos, contratando con empresas especializadas, exigiendo más control social...), en un masaje continuo de efectos embrutecedores.

"El miedo guarda la viña", dice un viejo refrán. Y en los tiempos actuales, la expande y hace más rico a su propietario.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy acertado el post. Comparto al 100% lo expuesto. En el miedo se ha basado siempre toda forma de explotación, dominación y poder. Llevo leídos en la Red muchos post, me ha parecido el mejor hasta el momento. Enhorabuena.

Joaquim dijo...

Gracias, Juan. Efectivamente, como dices, en el miedo se basa todo poder, y sobre él se asienta toda explotación. Vencer al miedo es empezar a ser libres.