Mostrando entradas con la etiqueta republicanismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta republicanismo. Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de junio de 2011

Jesús Ulled y sus hermanos, una saga de políticos monegrinos en Barcelona


A petición de mi amigo el escritor y coleccionista zaragozano Roberto Mateo Caballero, anduve rastreando en Internet estos días información sobre un olvidado grupo llamado Juventud Republicana Aragonesa, que actuó en la Barcelona de principios del siglo XX.

He aquí lo que he hallado en relación a quienes fueron sus principales impulsores, la familia Ulled, originarios de Sariñena (Huesca), y a su actuación política a lo largo de la primera mitad del siglo pasado.

Político, abogado y periodista, Jesús Ulled Altemir muy probablemente nació en Sariñena en 1894, aunque algunas fuentes le dan por nacido en Huesca. Fallecido en Barcelona en1968.

Al igual que su padre, Antonio Ulled Ballarín, y sus hermanos Rafael y José, ambos nacidos en Sariñena, se trasladó a Barcelona, ciudad en la que militó desde muy joven en la órbita del Partido Radical, siendo toda la familia muy cercana a Alejandro Lerroux “desde sus primeras luchas en Barcelona”, como recordó el propio Lerroux en ocasión de un banquete celebrado en honor del político aragonés en 1932.

En la Ciudad Condal Jesús Ulled fue miembro destacado del grupo de sicarios lerrouxistas autodenominado Jóvenes Bárbaros, uno de cuyos principales líderes fue su hermano José, y fundador y líder de la organización político-cultural Juventud Republicana Aragonesa.

En 1909 Jesús y sus hermanos son acusados de ser instigadores de los incendios de iglesias y conventos durante la Setmana Tràgica barcelonesa, y han de huir de la ciudad (José se exilia en París). Las buenas relaciones de los Ulled con elementos militares les salvarán del destino que sufrieron inocentes como Francesc Ferrer i Guàrdia y otros.

En 1913 Jesús Ulled escribió en colaboración con Jaume Durany una obrita de teatro titulada El Divíno vagabundo, Dante Alighieri (episodio dramático en un acto y en verso), siendo ésta la única publicación que se le conoce.

De 1917 a 1919 José Ulled es consejero de Trabajo en la Mancomunidad de Prat de la Riba. En 1921, siendo el presidente del sindicato de periodistas barceloneses, sufre un atentado llevado a cabo por pistoleros del Sindicato Libre -que en esos años actuaban a sueldo de la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional, en connivencia con el gobernador civil, Martínez Anido-, de cuyas secuelas fallecerá en 1929. En ese año Jesús, que desde hace tiempo es corresponsal en Barcelona del diario El Liberal, es elegido presidente de dicho sindicato.

Impulsor de la Casa de la Democracia Aragonesa en Barcelona, Jesús Ulled fue uno de los elementos fundadores del Centro Aragonés de la capital catalana, entidad en la que estuvieron presentes los hermanos Ulled desde el principio y de la cual Rafael era presidente en 1928.

Durante la Segunda República, lejos ya de los ardores revolucionarios juveniles, los Ulled se convierten en políticos del sistema republicano, siempre cerca de Lerroux. Rafael tendrá su feudo electoral en Sariñena y Los Monegros, y será miembro de la ejecutiva nacional del Partido Radical aunque fracasará en sus intentos de ser elegido por Huesca. Jesús será primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y subsecretario del Ministerio de Trabajo durante el Bienio Negro (1933-1935), la etapa republicana de gobierno radical-cedista.

Al producirse la sublevación militar de 1936 y fracasar ésta en Barcelona, Rafael, que se encuentra en la capital catalana, es detenido y encerrado en el barco-prisión Uruguay, fondeado en el Port Vell. En 1937 es sacado del barco por elementos anarquistas, y fusilado inmediatamente.

De Jesús no vuelve a haber constancia documental hasta su fallecimiento por causas naturales en 1968. El 20 de marzo de ese año el diario La Vanguardia le dedicó a Jesús Ulled una cumplida necrológica en la que da cuenta de su funeral, oficiado en la iglesia barcelonesa de Santa Maria del Pi, en el que según ese periódico se le tributaron honores de teniente de alcalde y al que asistió la flor y nata del periodismo franquista catalán de la época. Por su parte, el Colegio de Abogados de Madrid le incluyó en la esquela anual en honor de sus colegiados fallecidos en 1968 publicada en el diario ABC ése mismo año.

Ironías de la Historia: Jesús Ulled Altemir de cuerpo presente, en un funeral católico y recibiendo honores de jerarca franquista en una emblemática iglesia barcelonesa a la que probablemente pegara fuego sesenta años antes…

En la imagen, fotografía de Rafael Ulled durante los años de la Segunda República (tomada de la web de República-Huesca).

sábado, 6 de octubre de 2007

Juego de máscaras en Berga


En Berga, población catalana de la provincia de Barcelona, el Ayuntamiento (CiU) ha decidido retirar el retrato del rey de España del Salón de Plenos. La decisión se tomó con los votos favorables de los grupos municipales de CiU, ERC y el grupo independentista CUP, la abstención del PSC y el voto en contra del PP.

Francamente, resulta curioso que un partido tan de "ley y orden" como CiU tome una iniciativa así; empero, no seré yo quien lamente un gesto supuestamente antimonárquico. En todo caso, me queda la duda de si el retrato se ha retirado por representar al monarca o al Jefe del Estado. Si ha sido por lo primero, vaya mi aplauso para la iniciativa. Si ha sido por lo segundo, como me temo, me parece simplemente una iniciativa retórica y huera, a menos que inmediatamente el consistorio en pleno hubiera proclamado la independencia de Catalunya y su ingreso en la ONU, la OTAN y la UEFA, cosa que un partido como CiU no hará jamás ni aunque les pongan una pistola en el pecho a sus dirigentes.

Lo que me hace más sospechoso el gesto es que cuando los entusiastas e ingenuos chicos de la CUP presentaron al parecer otra moción pidiendo la retirada del crucifijo del mismo salón, les dejaron solos: ningún grupo se sumó a la propuesta. Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho.

¿A qué se juega aquí?. Porque puestos a retirar símbolos opresivos seguramente habría que empezar por el principio, que es retirar el crucifijo, icono de la alienación ideológica por excelencia. Pero claro, los símbolos cristianos en instituciones públicas no se tocan, que se pierden votos, y más cuando se es un partido tan netamente de derechas como CiU o se tiene un electorado tan conservador como ERC. Así que, una vez más, en Berga como en tantos otros sitios se ha ido a lo fácil.