La flota española y la japonesa son conocidas y temidas en todos los mares del mundo porque por donde pasan sus barcos-factoría luego no queda ni una sardina, ni un calamar, ni un delfín, ni un tiburón ni ninguna otra cosa que nade o flote. ¿De qué se quejan ahora? Los piratas somalíes son antiguos pescadores artesanales arruinados por esas fábricas de conservas de pescado flotantes que arrasan los mares. Son ellos quienes les han arrojado a su oficio actual.
Los doce atuneros vascos que saquean el Cuerno de Africa se ven obligados a arriesgar cada vez más porque han esquilmado de tal modo los caladeros del Índico, que ni Dios sabe ya qué contienen las latas de atún que luego nos venden. Como explicaba ayer Cándido Méndez en el Telediario, al pesquero Alakrana lo han capturado cuando por orden del armador había salido de la zona protegida por buques de guerra europeos, porque en esa zona ya casi no queda pescado: lo han liquidado todo. ¿Quiénes son los piratas? Obviamente los empresarios que fletan esas flotas saqueadoras y les ordenan dónde realizar las capturas, insaciables “emprendedores” que aprovechándose de la situación de un país sin Estado como es Somalia, arramban gratis con sus recursos naturales.
¿Se imaginan que flotas extranjeras con barcos del porte del Alakrana se pusieran a pescar en el mar de Alborán o en el Golfo de Vizcaya, usando los mismos procedimientos industriales de captura que utiliza la flota española hasta no dejar en el mar nada que tuviera espinas o hueso?.
Y luego está el cinismo de los políticos vascos, especialmente de los nacionalistas. Da vergüenza ajena oír a Josu Erkoreka defender en el Congreso de los Diputados a esos bandidos. ¿Por qué el PNV pone la cara con tanto empeño por los armadores vascos? No desde luego por defender los intereses de las tripulaciones, contratadas en la despreciada España (gallegos, andaluces…) y aún en el Tercer Mundo (africanos negros, marroquíes, asiáticos…). Obviamente los intereses que el PNV defiende son los de empresarios afines, esos piratas que saquean los mares del planeta, de Argentina al Índico. Y lo hacen con peticiones tan ridículas, como exigir que el Ejército español proteja los atuneros y resto de barcos de pesca embarcando en ellos infantes de Marina; sí, reclaman la presencia en sus privadísimos barcos de miembros de ése mismo Ejército al que simultáneamente exijen que abandone el territorio de EuskalHerria.
Qué vergüenza tener que convivir con esta gentuza.
En la foto que ilustra el post, un atunero español (vasco) navega en aguas cercanas a Somalia escoltado por un barco de guerra europeo. Obsérvese el similar porte y parecido tonelaje entre las dos naves.
4 comentarios:
Del debil puede uno aprovecharse que a nadie le importará y si se queja: "Guerra al canto".
Desean soldados armados en los buques rapaces para pegar tiros al que le impida robar. Los peces son del mas fuerte, como todo.
¿Tendremos que pagar nosotros tambien a los armadores la defensa de su rapiña?.
Marian
Coincido con tus ideas, sin embargo me pregunto, dado que existen "empresas" que se deshacen de sus residuos tóxicos en Somalía, si su pescado no estará contaminado con, por ejemplo, mercurio, que como sabés es un metal pesado que una vez en el organismo daña, entre otras cosas, irreversiblemente el cerebro. Sería como la venganza de Don Mendo.
Luego, este tipo de expoliación es muy común en los países tercermundistas ya que carecen, por lo general, de fuerzas armadas con capacidad real de defensa y sus gobernantes suelen estar afectados por el virus de la corrupción. De una forma u otra sus recursos naturales son extraídos del país, de allí que en determinados países, por H o por B, los recursos naturales no generen riqueza para todos, sino explotación, dominación y un seudo colonialismo.
Un abrazo.
De momento, nuestros patrióticos armadores ya se han acogido a un pabellón de conveniencia (el de las islas Seychelles), y han contratado mercenarios ingleses para defender sus barcos-factoría.
En fin, es sabido que no hay ave rapaz que renuncie así como así a su presa, eso es obvio. Pero no creo que los somalíes, por su parte, aflojen: el hambre borra todos los miedos y da alas a quienes la padecen.
Lo mismo pienso, es de una falacia tal, la informacion con la que nos bombardean e inventan nuevos enemigos, que da bastante pena. Se nota que la ETA está floja, ultimamente vaya.
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