El asesinato del médico norteamericano que practicaba interrupciones legales del embarazo no es un hecho aislado, obra de un loco que actuara únicamente al dictado de su imbecilidad. Se trata de la consecuencia lógica de la agitación social efectuada por estos “provida” de gatillo verbal ligero, que tanto abundan y no sólo en EEUU.
En España se conforman por ahora con mentir e insultar, pero todo se andará. La incitación al crimen es aquí constante, desde el momento en que se califica a los proabortistas como “asesinos de niños”. Poco importa que la “vida” que defienden sea la equivalente a la contenida dentro de un huevo frito antes de ser servido, lo que cuenta es la capacidad de alienación que desprenden mensajes como los que lanzó anoche Mayor Oreja durante el debate en Antena 3. Basta conque ante la pantalla haya un tarado mental que crea en la sinceridad de Mayor Oreja, Cañizares y demás compinches cuando afirman las salvajadas “bioéticas” que proclaman, para que en cualquier momento un fanático de cerebro hueco apriete el gatillo que siegue una vida humana -ella sí- real.
En EEUU es la derecha ultramontana norteamericana quien incita crímenes como el asesinato del médico proabortista camino de su parroquia (todo un símbolo esa muerte y el modo en que se ha producido). Constituye por tanto un fenómeno limitado y reprimible. La diferencia sobrecogedora con España es que mientras que en EEUU esa incitación proviene como digo de sectores políticos hoy marginales en la sociedad norteamericana, en nuestro país procede de un partido político legal con fuerte presencia en las administraciones publicas, que gana elecciones en diversos ámbitos y aspira a alcanzar en breve el gobierno del país.
Las ideas que difunde el PP en este ámbito son, sencillamente, peligrosas socialmente, y como tales deberían ser tratadas por los poderes públicos democráticos.
En la fotografía, pegatina "provida" de Democracia Nacional, uno de los grupos fascistas españoles más activos y que suele colaborar con las movilizaciones organizadas por el PP.
En España se conforman por ahora con mentir e insultar, pero todo se andará. La incitación al crimen es aquí constante, desde el momento en que se califica a los proabortistas como “asesinos de niños”. Poco importa que la “vida” que defienden sea la equivalente a la contenida dentro de un huevo frito antes de ser servido, lo que cuenta es la capacidad de alienación que desprenden mensajes como los que lanzó anoche Mayor Oreja durante el debate en Antena 3. Basta conque ante la pantalla haya un tarado mental que crea en la sinceridad de Mayor Oreja, Cañizares y demás compinches cuando afirman las salvajadas “bioéticas” que proclaman, para que en cualquier momento un fanático de cerebro hueco apriete el gatillo que siegue una vida humana -ella sí- real.
En EEUU es la derecha ultramontana norteamericana quien incita crímenes como el asesinato del médico proabortista camino de su parroquia (todo un símbolo esa muerte y el modo en que se ha producido). Constituye por tanto un fenómeno limitado y reprimible. La diferencia sobrecogedora con España es que mientras que en EEUU esa incitación proviene como digo de sectores políticos hoy marginales en la sociedad norteamericana, en nuestro país procede de un partido político legal con fuerte presencia en las administraciones publicas, que gana elecciones en diversos ámbitos y aspira a alcanzar en breve el gobierno del país.
Las ideas que difunde el PP en este ámbito son, sencillamente, peligrosas socialmente, y como tales deberían ser tratadas por los poderes públicos democráticos.
En la fotografía, pegatina "provida" de Democracia Nacional, uno de los grupos fascistas españoles más activos y que suele colaborar con las movilizaciones organizadas por el PP.
3 comentarios:
Los excesos verbales se pagan. Aqui en España AUN no ha pasado nada, pero con las perlas que sueltan los pro-vida y pro-familia cristiana, demasiado bien vamos escapando. Hay que tener en cuenta que incitar al odio es una practica muy común en España y que producirá tarde o temprano consecuencias, en este aspecto, yo soy bastante pesimista, la verdad.
Saludos desde el sur.
Pues al paso que vamos no será el cambio climático el que volverá al mundo inhabitable.
Buen artículo.
Un abrazo.
José tiene razón: también en este país, la incitación continua al odio acabará dando fruto criminal cualquier día de éstos.
Y en fin, esperemos que no sea como dices, Sergio, pero realmente hay razones sobradas para ser pesimista.
Un saludo cordial para ambos.
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