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martes, 2 de junio de 2009

No se defiende la vida asesinando

El asesinato del médico norteamericano que practicaba interrupciones legales del embarazo no es un hecho aislado, obra de un loco que actuara únicamente al dictado de su imbecilidad. Se trata de la consecuencia lógica de la agitación social efectuada por estos “provida” de gatillo verbal ligero, que tanto abundan y no sólo en EEUU.

En España se conforman por ahora con mentir e insultar, pero todo se andará. La incitación al crimen es aquí constante, desde el momento en que se califica a los proabortistas como “asesinos de niños”. Poco importa que la “vida” que defienden sea la equivalente a la contenida dentro de un huevo frito antes de ser servido, lo que cuenta es la capacidad de alienación que desprenden mensajes como los que lanzó anoche Mayor Oreja durante el debate en Antena 3. Basta conque ante la pantalla haya un tarado mental que crea en la sinceridad de Mayor Oreja, Cañizares y demás compinches cuando afirman las salvajadas “bioéticas” que proclaman, para que en cualquier momento un fanático de cerebro hueco apriete el gatillo que siegue una vida humana -ella sí- real.

En EEUU es la derecha ultramontana norteamericana quien incita crímenes como el asesinato del médico proabortista camino de su parroquia (todo un símbolo esa muerte y el modo en que se ha producido). Constituye por tanto un fenómeno limitado y reprimible. La diferencia sobrecogedora con España es que mientras que en EEUU esa incitación proviene como digo de sectores políticos hoy marginales en la sociedad norteamericana, en nuestro país procede de un partido político legal con fuerte presencia en las administraciones publicas, que gana elecciones en diversos ámbitos y aspira a alcanzar en breve el gobierno del país.

Las ideas que difunde el PP en este ámbito son, sencillamente, peligrosas socialmente, y como tales deberían ser tratadas por los poderes públicos democráticos.

En la fotografía, pegatina "provida" de Democracia Nacional, uno de los grupos fascistas españoles más activos y que suele colaborar con las movilizaciones organizadas por el PP.

lunes, 18 de mayo de 2009

Jaime Mayor Oreja, vigencia del franquismo no abortado


Llamar franquista a Jaime Mayor Oreja no es insultarle, sino simplemente describir la ideología que conforma la ubicación política y sobre todo el sistema de "valores" de este opusdeísta especialmente rancio y frailuno. El recurso a semejante individuo como cabeza de lista del PP para las próximas elecciones europeas, demuestra que el enésimo "giro al centro" de la formación derechista española, supuestamente iniciado tras las elecciones generales perdidas de nuevo hace un año, no era más que un puro maquillaje. El PP está en lo de siempre, y Mayor Oreja es un síntoma claro que lo confirma.

El candidato derechista anda desatado estos días por causa de la precampaña electoral. Ahora acaba de acusar al Gobierno español de "desarrollar los peores instrumentos para fomentar la destrucción de los prebebés" con el proyecto de reforma de la Ley del aborto, que considera “un escándalo que va contra la libertad de las personas” (El País, 18-5-2009). Hay que ver cómo maneja esta gente palabras que les son totalmente ajenas, como "libertad" y "personas" por ejemplo.

Para Mayor Oreja, Zapatero y su gobierno pretenden crear con éste y otros proyectos por el estilo "una España irreconocible en el terreno de los valores”. España entera viviría en una "crisis de valores", promovida por los socialistas. Una crisis que tendría sus peores efectos "en el terreno de la ética y de la moral", en los que su partido "no se puede dejar ganar" ni "sentirse arrinconado". Como prueba evidente de la "crisis moral" que a su juicio vive España, Mayor Oreja mencionó la pitada al rey y al himno monárquico español durante la pasada final de la Copa del Rey de fútbol. Para el dirigente ultraderechista "moral" y forma del Estado son pues lo mismo, y cualquier discrepancia con esta última afecta gravemente a la primera. Si esa no es la manera de pensar de un enfermo mental aquejado de un delirio peligroso se le parece tanto, que como dicen en los telefilmes norteamericanos el señor Mayor Oreja debería buscar urgentemente "ayuda profesional". Con estos mimbres ideológicos se sigue tejiendo el pensamiento -es un decir- de la derecha/extrema derecha española en el año 2009.

En sus tiempos de ministro del Interior de Aznar, cuando la presión político-policial sobre el conjunto de la sociedad vasca llegó a límites rayanos en lo insostenible, en el entorno de ETA acuñaron aquello de "a Mayor Oreja, menor cerebro". No parece que desde entonces la materia gris de Jaime Mayor Oreja se haya regenerado, antes al contrario. Considerar que la llamada "píldora del del día después", un poderoso instrumento para evitar embarazos no deseados especialmente entre las adolescentes, es en realidad un arma del gobierno socialista para liquidar "prebebés", demuestra una mentalidad enfermiza hasta la incapacidad si es que cree en ello a pies juntillas, o una hipocresía y un cinismo sin límites si, como parece más lógico, se debe a puro cálculo político, deseoso el candidato Jaime Mayor de agradar a la masa cerril y alienada que vota al PP, esos "tontos de los cojones" a los que aludía el alcalde Pedro Crespo.

En cualquier caso, este tipo cañí hasta las cachas expresa como nadie la verdadera esencia de la derecha española, reaccionaria, meapilas y anclada en el franquismo más roñoso.