sábado, 6 de junio de 2009

Europa, de Omaha a Bruselas


Los actos conmemorativos del 65 aniversario del Desembarco de Normandía coinciden este año prácticamente con la celebración de unos nuevos comicios al Parlamento europeo, que por primera vez amenazan con cuestionar de raíz el proyecto de la Unión Europea.

Desde la derecha radical clásica y sobre todo desde la extrema derecha y grupos de supuesta "ultraizquierda" -a menudo coincidentes en tácticas y objetivos con los neofascistas-, se intenta bloquear la construcción de una Europa unida. Cierto que los errores cometidos han sido muchos, y que la llamada "Europa de los mercaderes" actual es algo más que un cliché, pero lanzar por la borda cuanto se ha conseguido hasta hoy y renunciar a seguir avanzando sería un acto profundamente irresponsable, que además podría devolvernos en breve a la Europa de la primera mitad del siglo XX, cuando era un continente desgarrado por los enfrentamientos fratricidas entre países vecinos y a merced de los totalitarismos que amenazaron con destruir la civilización y la vida, no sólo en el Viejo Continente sino en todo el mundo.

En las playas de Normandía el presidente Barack Obama acaba de recordar lo que podríamos llamar "el espíritu de Omaha", es decir, los ideales por los que lucharon quienes -norteamericanos, europeos y de otros países- desembarcaron en Omaha y en las otras playas normandas para liberar casi toda Europa del yugo nazi-fascista (casi, faltó España). Entre aquella masa humana imparable hubo por cierto, republicanos españoles (integrados en la mítica División Leclerc, los mismos que apenas dos meses después liberaron París), a los que sin embargo nadie recuerda estos días. Ellos nos representaron a todos en el combate por la libertad y la democracia entre 1939 y 1945, que tuvo uno de sus hitos en las playas francesas aquél 6 de junio de 1944.

El legado de aquellos hombres valientes es el que nos llama hoy a cerrar el paso al fascismo que amenaza de nuevo a Europa, aunque de momento solo lo haga por vía electoral en vez de mediante acoso callejero y vaya vestido con impecables trajes en vez de con camisas pardas, negras o azules. Al cabo fascismo no es sólo la pujante ultraderecha holandesa, los partidos ultranacionalistas de la Europa del Este o el enésimo disfraz electoral del grupo terrorista ETA, sino también y probablemente aún más peligroso, el que promueve la ultraderecha europea supuestamente respetable, desde el Partido Popular español a la coalición de fuerzas que lidera Berlusconi en Italia, por dar dos referencias bien conocidas en la Europa del sur.

Una baja participación electoral como la que se anuncia, beneficia claramente a grupos como los mencionados. A los fascismos de derecha o "ultraizquierda", porque el rebajar el listón de votos necesarios para obtener escaño parlamentario facilita su entrada/asalto en el Parlamento europeo; a la derecha radical bienpensante, porque ella sí moviliza a sus votantes en toda ocasión, al contrario que la izquierda.

Corremos el peligro de que el Parlamento que salga de las urnas en estas elecciones europeas sea por paradoja, el peor enemigo de las libertades y la democracia europeas. Votar y hacerlo por la izquierda con posibilidades de constituir grupos parlamentarios fuertes y decisivos es pues, además de un derecho, un acto de responsabilidad.

Bruselas no puede convertirse en la trinchera de quienes hace 65 años fueron derrotados en Omaha.

5 comentarios:

desencanto dijo...

Con permiso lo reproduzco en mi bogg. Gracias.

Joaquim dijo...

Desde luego, puedes reproducirlo. Y gracias a tí por el interés.

Un saludo.

marta dijo...

Sr. Editor, ¿sería posible alguna explicación sobre los resultados? Es que no comprendo nada.

Anónimo dijo...

Pues ya lo has visto.
La derecha puede hacer lo que mas le convenga. Da igual que nos robe a todos, que privatice incluso la sanidad, que sean hipócritas y mentirosos, que no solo no condenen el pasado sino que lo añoren, etc. etc. Sus partidarios les votarán siempre.

La izquierda (esa que se dice de verdad) es tan pura... que no le importa que los fascistas vuelvan al poder.

Da bastante asquito, la verdad. Charlatanes, izquierdistas de boquilla, gente super inteligente que ve lo que no vemos los que vamos a votar. En fin es para estar muy desanimado.

Un saludo cariñoso
Marian

Joaquim dijo...

Marian, por algo se inventó la expresión "izquierda exquisita" para referirse a un elector de izquierdas por desgracia mayoritario, un tipo absolutamente quisquilloso con cuanto concierna a la honradez y transparencia de las fuerzas de izquierda y sus integrantes. Tan quisquilloso es, que siempre encuentra argumentos para quedarse en casa y no votar por ninguna de esas opciones con las que teóricamente simpatiza pero quwe nunca son capaces de responder mínimamente a sus expectativas.

Marta, vamos a ir ensayando algunas explicaciones en próximos días a medida de que dispongamos de más elementos de análisis. Hoy subo un post breve pintando algunos grandes trazos de las cosas que pasaron ayer y esbozando algunos porqués.

Un saludo cordial a ambas.