Mostrando entradas con la etiqueta geoestrategia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta geoestrategia. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de noviembre de 2008

Asalto a la India


Entre la catarata de información, opinión e intoxicación que se está generando en torno al sorprendente ataque terrorista a una ciudad india entera, corre peligro de pasar completamente desapercibido el único artículo publicado en la prensa europea que apunta directamente al corazón mismo de sus causas. Se publicó el viernes en El País, y está firmado por A.G. Rojas y C. Galindo.
El título ya da pistas para la reflexión: " Golpe al turismo y a la inversión extranjera". Y el subtítulo resulta aún más esclarecedor: "El terrorismo amenaza la economía india en plena crisis financiera mundial". Es decir, estamos ante una compleja y ambiciosa acción terrorista diseñada para golpear objetivos de carácter económico estratégico.

Escriben estos dos periodistas: " La matanza terrorista ha dado de lleno en el corazón de uno de los símbolos del milagro económico de India: el imperio Tata. Este grupo industrial, que se ha hecho popular por sus coches baratos (2.500 dólares la unidad), es propietario del Taj Mahal, el lujoso hotel tomado por los asaltantes el miércoles y que ha sufrido grandes daños". Efectivamente, Tata es hoy el símbolo de una economía emergente, la hindú, que en las últimas dos décadas ha alcanzado una enorme pujanza. Pero Tata no es sólo un imperio empresarial indio; desde hace algún tiempo, esta verdadera corporación multinacional -una de las primeras que aparecen en el Tercer Mundo-, ha comenzado a extenderse a gran velocidad por toda Asia, y muy pronto podría haber estado en condiciones de dar el salto a América Latina, Europa....y EEUU. Y siguen: "Pero el efecto devastador de estos atentados, en los que han muerto al menos 160 personas, puede ir más allá: el turismo y la inversión en la segunda economía que más rápido crece del mundo están bajo amenaza". El turismo, como sabemos es la gran fuente de ingreso de divisas india, y Bombay es efectivamente, la capital turística del subcontinente indostánico. En cuanto a la inversión, Bombay es "el centro neurálgico del boom económico indio y la sede de la gigante industria cinematográfica del país, Bollywood". Un objetivo pues muy bien escogido para poner a toda India entre la espada y la pared.

Y es que aunque la crisis financiera internacional ha alcanzado a India como a cualquier otro país, su impacto sobre el gran país asiático debería haber sido mucho menor dado que la "economía virtual" tiene poca presencia allí. Su economía productiva está "sana", pero depende fuertemente del exterior: "La inversión extranjera directa es esencial para este país", escriben Rojas y Galindo, que subrayan el crecimiento espectacular de ésta en el presente año:"Entre abril y septiembre creció un 137%, hasta 17.210 millones de dólares (13.000 millones de euros), y el Gobierno espera que supere los 35.000 millones de dólares durante el año fiscal (finaliza en marzo). Lo cierto es que India es ya un serio competidor para economías occidentales tocadas por la crisis, y no sólo por causa del episodio actual de la quiebra de las Bolsas-Casino: "El país ha crecido de forma espectacular en los últimos diez años y se ha convertido en un paraíso para la industria de las tecnologías de la información. La alta cualificación de su mano de obra ha motivado que el país sea elegido por muchas empresas extranjeras que quieren trasladar su negocio a mercados laborales con costes más bajos", concluye esta imprescindible información.

¿Qué ha ocurrido en Bombay realmente? Apenas comenzar la acción terrorista contra la ciudad, algún conocido "experto" vinculado a los servicios secretos españoles y norteamericanos saltó rápidamente a las emisoras de radio y a la prensa escrita para colocar el sobado mensaje de que estamos ante otra acción de esa "nebulosa que es hoy día Al Qaeda y sus grupos asociados". De hecho, nadie conocía previamente las siglas que han reivindicado los atentados en la ciudad india. En un primer momento se adjudicó la acción a terroristas musulmanes indios, y posteriormente a terroristas llegados de Pakistán. También, a los servicios secretos pakistaníes. Al fondo, siempre Bin Laden y Al Qaeda.

Pero si algo ha quedado claro en esta acción, es que se ha acabado el crédito concedido a ese guiñol-percha que es Al Qaeda, en el que se vienen colgando esta clase de acciones desde 2001. Ni Al Qaeda ni ningún grupo similar ha tenido ni tiene ni tendrá nunca la capacidad, preparación y medios para diseñar, preparar y ejecutar una acción como la llevada a cabo en Bombay. Si bien es cierto que quienes la han llevado a cabo físicamente son terroristas islamistas -marionetas reclutadas probablemente por gentes que ellos mismos desconocen-, la concepción y el diseño estratégico de una operación de esta amplitud estratégica y ambición, corresponde a elementos que, ciertamente, deben tener algo más que vínculos con quienes concibieron el 11-S.

A todas luces, estamos ante un nuevo ataque de ese mundo tenebroso que anida en las alcantarillas enmoquetadas de Wall Street. Un ataque en toda regla contra el corazón de una economía emergente, de un competidor directo para un poder económico que aspiró a ser global y ahora agoniza y lucha por sobrevivir tras la implosión primero de su economía real (véase el derrumbe de la industria automovilística norteamericana), y también de la financiero-virtual recientemente. Tras el ataque a la India está sin duda esa siniestra alianza de grandes corporaciones norteamericanas que tomaron el poder real en EEUU tras el autogolpe de Estado del 11-S.

Este zarpazo contra la India no va a ser el último, ni mucho menos. Vendrán otros contra países emergentes, y serán cada vez más violentos, despiadados y desesperados.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Por qué han matado a Benazir Bhutto


El asesinato de Benazir Bhutto, líder del Partido del Pueblo de Pakistán, a diez días escasos de la celebración de unas elecciones generales que caso de no producirse fraude iba a ganar inevitablemente, ha venido a sacudir las digestiones navideñas de las cancillerías mundiales, entregadas al sopor de esos fines de año en los que aparentemente "no pasa nada" porque todo el mundo está de vacaciones. Todos, menos los geoestrategas del terror y sus marionetas ejecutoras.

La realización material del crimen ha corrido, como no podía ser de otra manera, por cuenta de Al Qaeda. Un hito más del terrorismo islamista. Bin Laden, el moderno Fu-Manchú, ataca de nuevo con un golpe demoledor. Sin embargo, los analistas más experimentados -entre ellos Mateo Madridejos, hoy mismo desde las páginas de El Periódico de Catalunya-, intentan ir más allá de la superficie. ¿A quién beneficia la muerte de Benazir Bhutto?. Madridejos contesta dando algunas pistas bastante evidentes, que conducen directamente al estamento militar pakistaní. Cabe preguntarse a renglón seguido quién maneja a los militares pakistaníes; obviamente, la Administración norteamericana y sus infinitas agencias de terrorismo y "contrainsurgencia".

Ciertamente será el Ejército pakistaní quien saque la mayor tajada de este magnicidio. Mediante él se quitan de en medio a la Bhutto, su mayor rival, a cuyo padre ya ahorcaron, y lo que es más importante, creen dejar demostrado de una vez por todas que Pakistán no está para ensayos de democracias a la occidental y que por contra necesita un gobierno fuerte, precisamente cuando más cuestionado está el gobierno del general Musharraf que ha hecho tantas "concesiones" a los políticos civiles, entre ellas el regreso de Bhutto del exilio y la convocatoria de elecciones generales.

Nada de componendas políticas pues. Aunque se lleguen a celebrar finalmente las elecciones el 8 de enero no tardará mucho en haber un gobierno militar fuerte, con Musharraf o sin él pero siempre con un general al frente. Un general dócil a Washington, obviamente, que es de lo que se trata.

Un estupendo documental de TVE hablaba anoche de que el Ejército paquistaní absorbe nada menos que el 25% del presupuesto público de Pakistán (ingresos por corrupción aparte, naturalmente). Las Fuerzas Armadas pakistaníes no sólo son garantes de la hegemonía social, económica y política de las clases dominantes de su país, sino que cumplen una misión fundamental en el diseño geoestratégico estadounidense de lo que se ha llamado "Operación Libertad Duradera", destinada a asegurar el dominio militar de EEUU sobre Oriente Próximo y Asia Central y el control de los recursos económicos de esos países.

El asesinato de Benazir Bhutto por tanto, no busca desestabilizar Pakistán, sino antes al contrario darle estabilidad bajo un férreo gobierno militar. Estabilidad que implique sumisión definitiva de las clases populares, cuya causa en Pakistán han encabezado históricamente los Bhutto en total simetría con el destino de los Gandhi en la India, al modo de unos Kennedy asiáticos. Se trata en suma de cercenar en el país cualquier posibilidad de progreso social y de apertura hacia la democracia y la libertad, en aras al mantenimiento de la llamada "seguridad internacional", es decir de la hegemonía norteamericana en la región.

Todo esto lo desconoce, desde luego, el imbécil que ayer apretó el gatillo y luego se hizo estallar en medio de la multitud matando a Benazir Bhutto y a decenas de personas más, como seguramente también lo desconocen quienes le enviaron allí. Pero quienes manejan los hilos de la trama desde lejos lo saben perfectamente: llevan décadas orquestando golpes como éste.