miércoles, 6 de abril de 2011

Cien días de gobierno reaccionario en Catalunya



Cuando se cumplen los primeros cien días de funcionamiento del que el actual president de la Generalitat de Catalunya, el Molt Honorable President don Artur Mas, tuvo la arrogancia y la desfachatez de llamar "el Gobierno de los mejores" durante su presentación en sociedad, la cantidad de vías de agua abiertas en el Titanic catalán por este rebaño de neocons envueltos en la senyera empieza a ser importante y sobre todo, alarmante.

En apenas tres meses de gobierno el señor Mas y compinches se han dedicado a destrozar los servicios públicos catalanes con un entusiasmo extremo. Los recortes del 10% en los presupuestos consignados para este año ejecutados respectivamente en Sanidad y Educación, es decir ahí donde más duele a las clases trabajadoras y populares catalanas, son sólo el aperitivo. En Sanidad por ejemplo, ya se ha anunciado y en según que casos comenzado a ejecutar la paralización de todos los proyectos de construcción de nuevos hospitales, la suspensión de las obras que se estaban ejecutando al tomar posesión el gobierno de Mas, el cierre de los hospitales comarcales, el despido de todo el personal no fijo, el desestimiento de cubrir las vacantes por jubilación que se produzcan en adelante, el fin de las intervenciones quirúrgicas practicadas en horario de tardes, la desaparición de las listas de espera y de la cirugía con cáracter inmediato (en ambos casos quedará al albur de los gestores hospitalarios decidir cuándo se producirán las intervenciones, independientemente del estado del paciente y de la opinión de su especialista). Son solo unos ejemplos escogidos entre el alud de "medidas de gobierno".

Sin ir más lejos hoy mismo se ha anunciado oficialmente que el Hospital Vall d'Hebron clausurará quinientas camas. Echen la cuenta: si cierran hospitales comarcales y restringen servicios en el propio centro sanitario barcelonés, del que como digo anuncian que se despedirá a la mayoría del personal actual, convendrán conmigo en que el colapso de la sanidad pública catalana no está lejos. Y el "copago" acechando detrás de la esquina, claro.

Según el "Gobierno de los mejores" esta situación de caos inmediato se debe a la herencia del Tripartito y a que "Madrid" no suelta un duro. La realidad es muy distinta. Sucede que el mismo día en que se da curso al cierre de plantas enteras del mayor hospital público de Catalunya y uno de los mejores del mundo en cuanto a la medicina que en él se practica, el señor Mas anuncia sin solución de continuidad la desaparición del impuesto de Sucesiones; ciento y pico millones de euros que dejarán de ingresar anualmente las arcas de la Generalitat de Catalunya por voluntad propia. ¿Ven por dónde van los tiros? Efectivamente, el mantra neoconservador llevado a la práctica: fuera impuestos, y por consiguiente fuera servicios públicos. Quien quiera sanidad, que la pague en la privada al precio que esta fije.

Porque las cosas terroríficas que en solo unas semanas han comenzado a suceder en la Sanidad pública catalana no pasan porque sí. Se entiende perfectamente qué las origina cuando se conoce que el actual Conseller de Sanitat de la Generalitat de Catalunya, el señor Blai Ruiz, ejercía como presidente de la patronal de hospitales privados catalanes cuando fue nombrado conseller. Ya ven, la zorra puesta a guardar las gallinas. El honorable Ruiz, don Boi, ya nos aleccionaba a los catalanes desde su cargo anterior para que contratáramos seguros médicos privados; ahora como conseller tiene la oportunidad, y a fe que la está aprovechando bien, de llevar a cabo lo que suelen hacen todos los mafiosos en sus negocios: eliminar a la competencia, en este caso, la sanidad pública catalana. No crean que exagero. Algunos de los proyectos que al parecer acaricia el honorable Ruiz, don Boi, son la cesión a medio plazo de la gestión de los hospitales públicos catalanes a cárteles de mutuas privadas, y mientras llega el momento y para ir haciendo boca, la financiación con dinero público a los hospitales privados para que puedan adquirir maquinaria tecnológica punta... que luego se alquilaría a los hospitales públicos. Un tío listo el amigo Ruiz, ¿verdad?.

En este "Gobierno de los mejores" hay varios semitránsfugas provenientes del PSC. Digo semi porque que yo sepa, ninguno de ellos ha sido expulsado del partido, lo que verdaderamente ya clama al cielo. Pues bien, al parecer a estos "compañeros" les molesta bastante que algunos les llamemos traidores y vendidos. Espero que las monedas con las que les ha pagado la derecha catalana sean al menos de calidad. Porque conociendo como las gasta el atajo de sinvergüenzas que forman el partido que sustenta al "Gobierno de los mejores" (ahí están sus antecedentes: Banca Catalana, 3% de la obra pública, Palau de la Música, Prenafetas, Alavedras, Jordis Pujol Ferrusola y demás), la verdad es que yo mordería las monedas recibidas, por si acaso.

Todo sea por Catalunya.

7 comentarios:

JMBA dijo...

Efectivamente, los neoliberales atacan de nuevo en Catalunya. En otras Autonomías ya estamos acostumbrados a ello (doña Esperanza es mucha mujer).

Creo que el Impuesto de Sucesiones debe ser eliminado, o reducido al mínimo, para que las pequeñas y medianas herencias de las familias populares no se vean gravadas. Otras autonomías lo han hecho ya hace un tiempo.

Pero ahora, coincidiendo con los recortes en lo básico, es el PEOR MOMENTO para hacerlo.

Y los recortes en Sanidad y Educación, impresentables. Estén gordas o flacas las vacas, hay que mantener siempre la máxima eficiencia, y no vale recortar cuando más lo necesita la población.

Además, eficiencia no significa gasto cero de ninguna forma. Bueno, para los neocons igual sí.

Malos tiempos para la lírica, Joaquim.

Saludos.
José María

Celemin dijo...

Joer Joaquim, porque se que vives en Catalunya y que estás hablando de los del 4%, sino diría aquello que decía Sabina de "Pongamos que hablo de Madrid..."

Os acompaño en el sentimiento, amigo.

Salud, servicios antipúblicos y 4%

Joaquim dijo...

Pues sí, José María, ya hemos superado a las autonomías más avanzadas en esto de acabar con los impuestos, que según explicaba ayer Artur Mas todo satisfecho son Madrid y Valencia. Ya les hemos pasado por la derecha y ahora Catalunya se ha puesto en cabeza, Mas dixit. Y evidentemente, quienes tienen que pagar el impuesto de Sucesiones y seguramente centuplicado son los "emprendedores" y allegados de la "sociedad civil" catalana, no los trabajadores.

Celemín, a este paso salud es lo que nos va a hacer falta para poder sobrevivir a la peste neoliberal, porque quien enferme y no sea un millonetis lo va a tener crudo. Eso, o un reparto de kalasnikovs entre los trabajadores y usuarios de la Sanidad pública. En estos casos siempre me acuerdo de Manuel Llaneza, cuando a principios del siglo XX preguntaba a los dueños de las minas asturianas que no querían negociar con los trabajadores: "A ver, ustedes dónde prefieren que pongan la dinamita sus obreros ¿en la mina o en sus palacetes de Oviedo?".

Anónimo dijo...

Una política que se extiende como la peste y de consecuencias tan devastadora como esta.
Difícil de entender que unos políticos que viven de lo público trabajen con tanto tesón para dejar un Estado anoréxico.
Supongo que será problema de una visión cortoplacista, propia de malos políticos, ineptos intelectual y humanamente.

Vivimos la economización de la política, es necesario reafirmar la vieja crítica marxista de la reificación, repolitizar la economía.

R.E.G.S.

Joaquim dijo...

Jamás ha estado tan repugnantemente politizada e ideologizada la economía como ahora, precisamente cuando se pretende que las políticas del neoliberalismo salvaje son "objetivas", "científicas" y carecen de alternativa.

Anónimo dijo...

Parece que tenemos dos visiones diferentes para el mismo concepto.
Creo que precisamente la despolitización de la economía es lo común de la política actual, el fin de las ideologías, porque Todos se han puesto de acuerdo en que el modo como la economía funciona (necesidad de reducir déficit, de recortar gasto social, etc)es un dato del estado de cosas objetivo.
La despolitización de la economía es la aceptación de los mecanismos del mercado como herramientas o procedimientos neutros que deben ser explotados, lo que cada vez debilita más la posibilidad de una acción política verdadera.

R.E.G.S.

Joaquim dijo...

Pienso que hablamos de lo mismo con distintos lenguajes.

En síntesis, intentan hacernos creer que la economía es un mundo autónomo y perfecto sujeto a leyes objetivas que, curiosamente, siempre "explican" los fenómenos económicos en clave exclusivamente neoliberal. Este es el verdadero pensamiento único, impuesto a machamartillo desde la derecha de siempre y los socialliberales, con la colaboración de las empresas periodísticas y los aparatos de comunicación oficiales. Pura ideología de derechas.