Sariñena Editorial, ése pequeño milagro que gestiona Salvador Trallero desde el centro de Los Monegros oscenses, acaba de publicar "Orwell en las tierras de Aragón", de Manuel Benito. Se trata de un nuevo título de esa estupenda colección en torno a la recuperación de la memoria histórica referida a la Guerra de España en tierras aragonesas, que viene lanzando el editor Trallero desde hace apenas tres años y que ya ha dado frutos importantes.
Tras "Alas Rojas Sariñena", el extraordinario volumen en gran formato (premio del Gobierno aragonés al libro mejor editado del año 2006), sobre el aeródromo militar español más famoso de la contienda, y "Cartas de Grossi", el trabajo sobre la correspondencia de Manuel Grossi, dirigente poumista, exhumada por el propio Trallero en el Centro de Historia Social de Amsterdam, un libro que ilumina el papel que jugó el POUM en el frente de Aragón durante los primeros meses de la guerra, aparece ahora este título, que sigue los pasos del escritor británico George Orwell en Aragón aportando un texto preciso y clarificador (entre otras aportaciones se establecen incluso las cotas y lugares que Orwell describe en "Homenaje a Cataluña", dando incluso sus coordenadas geográficas).
En todo caso y como ocurre con la restante producción de Sariñena Editorial, éste no es un libro lugareño: en él se equilibran armónicamente lo local (la descripción y reconocimiento de paisajes muy concretos) con lo global (el descubrimiento del rastro de un escritor e intelectual universal). Por lo demás, y como es costumbre de la casa, el texto va acompañado de un buen número de fotografías, muchas inéditas y algunas tan poco conocidas y hermosas como la que ilustra su portada.
Además de aportar un contenido imprescindible el libro es un objeto bello en sí mismo, una pequeña joyita que apetece acariciar y guardar, algo que también constituye marca reconocible de la casa: tapa dura, papel satinado, buenas reproducciones fotográficas, y un texto con tipografía limpia y legible. Una verdadera rara avis en estos tiempos de ediciones apresuradas y de ínfima calidad, y no solo en los textos. A Trallero se le nota que le gustan los libros como seres con personalidad y viva propias, y que su enfoque de la edición se asienta en la labor artesana y no en la producción industrial. A uno no le cuesta demasiado deducir por su cuenta que el oficio originario de Trallero está en el obrador en el que se miman las cosas que se crean, y no en la adocenada cadena de producción de las llamadas "industrias culturales".
2 comentarios:
Joaquim, te he echado de menos en el blog de Manolo, ¿que te pasa?
Pues como le he contestado a Marian, simplemente he dejado de participar allí.
Un saludo.
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