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martes, 11 de agosto de 2009

Venga a nosotros el Apocalipsis


Dice la edición digital de El País de hoy que según la revista norteamericana Slate, los estadounidenses ven con cierto convencimiento y hasta con deleite la posibilidad de que el Apocalipsis se materialice cualquier día de éstos. Al parecer, y según una reciente encuesta de esa publicación, los compatriotas de Barack Obama creen que la causa del fin de la Humanidad llegará por alguno de los siguientes motivos, clasificados de más a menos según el número de votos recibidos: un holocausto nuclear, el agotamiento del petróleo, una pandemia incontrolable, la adquisión por China de todas las reservas de oro de EEUU y una nueva guerra árabe-israelí.

Se refiere luego el suelto de El País a la fiebre que según el diario británico The Guardian se ha desatado asimismo en la industria cinematográfica norteamericana por ponerle fecha fija e inminente al cataclismo que supuestamente debe acabar con la Humanidad o al menos con el poder terrenal de los EEUU, lo que para los habitantes del país de la Coca-Cola y el revólver en la mesilla de noche viene a ser lo mismo. Al parecer son varias las producciones que abordan el tema, pero una de ellas, "2012", que como indica su título sitúa el Apocalipsis de aquí a 3 años, es la que está arrasando en taquilla y en Internet.

Todo esto no dejarían de ser tonterías sino fuera porque en el fondo, a través de ellas se están expresando cuestiones muy complejas y que atañen al estado anímico de un país entero. Ocurre que los estadounidenses y también buena parte del resto de habitantes del planeta Tierra viven inmersos en una crisis de confianza en sí mismos y en el sistema que probablemente no tiene precedente en la Historia. En ese contexto no es de extrañar que haya gente tan agobiada que esté deseando que todo se vaya a tomar viento, lo que además de representar una solución radical a sus problemas económicos, sociales o psicológicos, tendría asimismo el valor añadido de que si el final de la especie llega, alcanzará a todos por igual: ricos y pobres, empresarios y parados, estafadores y engañados, políticos y electores ... Lo peor de todo es que semejante triste consuelo parece extenderse a mayor velocidad que cualquier pandemia de esas con las que nos amenazan últimamente.

Y esto es verdaderamente muy peligroso, porque en estos asuntos los deseos pueden convertirse fácilmente en realidades. Si algo evitó el holocausto nuclear en los años de la Guerra Fría fue precisamente la lucha de masas contra esa posibilidad; si por el contrario, se extiende el convencimiento de que lo mejor que le puede pasar a la especie humana es que sea barrida del planeta que ocupa y cuanto antes mejor, seguramente nunca habremos estado tan cerca de la extinción desde que un antepasado nuestro se decidió a bajar del árbol que ocupaba.

domingo, 9 de agosto de 2009

Más brillante que mil soles


Tal día como hoy de 1945, se arrojó sobre la ciudad japonesa de Nagasaki la segunda bomba atómica de la historia.

La primera se había lanzado días antes sobre Hiroshima, y a pesar de la monumental masacre no había surtido el efecto apetecido: la rendición inmediata e incondicional del Japón. Lejos de eso, los sectores más fanáticos del ejército imperial impusieron a punta de pistola la voluntad de resistir hasta al fin. Los EEUU se apresuraron pues a escoger un segundo objetivo, que hiciera morder el polvo definitivamente a los japoneses.

Contra lo que se suele decir, Nagasaki no fue objetivo seleccionado sobre la marcha al fallar otros por razones metereológicas. Nagasaki era una ciudad de un cuarto de millón de habitantes, importante puerto fundado por los portugueses y gobernada por los jesuitas durante siglos. En 1945 Nagasaki era la ciudad con más católicos y miembros de otras confesiones cristianas de Japón; en la ciudad estaban internados, además, miles de prisioneros de guerra norteamericanos, británicos y australianos. El mensaje de la bomba sobre Nagasaki era claro: nada salvaría a las ciudades japonesas de la destrucción absoluta si el Gobierno nipón no se rendía.

Aquella mañana del 9 de agosto el sol brilló entre las nubes más que mil soles que ardieran a la vez, según palabras de testigos supervivientes. Quien miró el fenómeno quedó ciego al instante. Como en Hiroshima, los seres humanos, los animales y los objetos cercanos al epicentro de la explosión simplemente se volatilizaron en el aire. Más de la mitad de las personas que se hallaban ése día en Nagasaki murieron de modo inmediato o en los días posteriores. La ciudad entera se fundió como una barra de helado. Durante años, los supervivientes padecieron horribles enfermedades y deformaciones; peor todavía, los efectos han ido apareciendo en las generaciones de descendientes de afectados nacidas posteriormente.

Japón se rindió cinco días después.

La imagen que ilustra el post es una fotografía tomada en Nagasaki en días posteriores al bombardeo nuclear del 9 de agosto de 1945.

domingo, 23 de marzo de 2008

Terrible y patético


Nicolas Sarkozy acaba de anunciar que Francia hará rebajas en su arsenal nuclear. Alrededor de un tercio de la "force de frappe" nuclear francesa irá a parar directamente al chatarrero.

Esta resolución, que Sarkozy ha presentado como un gesto de su presidencia en aras de la paz mundial, es simplemente una decisión técnica que busca prevenir males mayores: el arsenal nuclear francés -creado en tiempos del general De Gaulle- está obsoleto en su mayor parte, y sus cabezas nucleares son hoy un peligro mayor para el país que las almacena que para sus potenciales objetivos.

Mientras, y quizá para compensar tan pacifista gesto, Sarkozy acaba de inaugurar un flamante submarino nuclear al que ha bautizado con el pomposo y fanfarrón nombre de "Le terrible". No sé a quien se le habrá ocurrido el nombrecito, pero estoy seguro de que a Nicolas Sarkozy le debe haber encantado; cuadra perfectamente con la personalidad patéticamente "bizarre" de este politicastro cuya presidencia, apenas estrenada, ya ha naufragado ante la opinión pública francesa entre escándalos propios del "parvenu" que "le petit Nicolas" está mostrando ser.