jueves, 21 de octubre de 2010

Adiós Zapatero, hola Rubalcaba



Los cambios que Rodríguez Zapatero ha introducido en la composición de su Gobierno tienen el mérito de cerrar una etapa y abrir otra, que se presume muy diferente. O no. Todo dependerá de como evolucione la crisis, no sólo la económica -en el supuesto de que realmente exista-, y eso es algo que escapa de las manos de nuestros acogotados o cómplices (tachar lo que no proceda según casos) gobiernos occidentales, aunque ya se han dado algunos pasos para pactar una salida con quienes realmente tienen la sartén por el mango.

De todas maneras, y mirando la composición del nuevo Gobierno español, parece claro que Zapatero se ha enmendado a sí mismo y ha echado mano de gente segura y fuerte. Ahí está Pérez Rubalcaba, el fuerte entre los fuertes, promocionado a primer ministro in péctore. Y Ramón Jáuregui, veterano de mil batallas internas en los años ochenta y noventa, un hombre siempre al servicio de quien mande. Y Valeriano Gómez, un desconocido para la ciudadanía pero con buen enganche y cierto peso en los medios sindicales profesionalizados.

En línea con este reforzamiento, Zapatero ha soltado lastre degradando a dos ministras-florero:Bibiana Aído, de "Igualdad" y Beatriz Corredor, de "Vivienda", rebajándolas a Secretarias de Estado a las órdenes de otros ministros. Se conoce que como hay mucho paro en el país el presidente no ha querido aumentar las cifras, y les ha mantenido el sueldo a las dos pero quitándoles los juguetes creados a medida y perfectamente inútiles que manejaban.

También sale por la ventana Celestino Corbacho, presunto ministro de Trabajo y presunto dirigente del PSC. Es obvio que tal como están las cosas ni Pablo Iglesias habría sido capaz de enderezar ese ministerio; cuanto menos un fugado del andamio, de cuya mentalidad y actitud dio cuenta públicamente su mujer hace algún tiempo durante la fiesta del 30 aniversario del PSC, al proclamar lo feliz que se sentía habiendo alcanzado lo máximo como mujer, que es "ser esposa de un ministro" (sic). No se entiende tanto la defenestración de Elena Espinosa, una mujer trabajadora y discreta aunque carente, eso sí, de apoyos mediáticos o tribales.

Y desde luego, no sorprende que el presidente haya prescindido finalmente de María Teresa Fernández de la Vega. Esta mujer se ha abrasado apagando fuegos y poniendo la cara allá donde la frivolidad de su jefe o la estulticia de algunas de sus compañeras de gabinete lo requería (recuerden sus comparecencias ante la prensa cuando el caso de la gripe A, luego de haber tenido que sacar de delante de los medios a Trinidad Jiménez). En su día se la consideró una excelente alternativa sucesoria a Zapatero, pero esa función de bombera ha terminado con sus posibilidades. Además, había demasiada gente empeñada en echarla; ahí está Pedro J. Ramírez, director del periódico de extrema derecha El Mundo y sorprendente consejero áulico de Zapatero desde al menos 2004 (aunque también uno de los principales perdedores en esta remodelación ministerial al no haber podido impedir el ascenso de Rubalcaba, que pone en peligro la vuelta al Gobierno español del Partido Popular).

El fichaje de Rosa Aguilar, ex dirigente de IU, me temo que es puramente cosmético, tal como indica el poco peso político del cargo adjudicado, ministra de Medio Ambiente. Aguilar daba para mucho más.

Inenarrable sin embargo, la entrada en el Gobierno de Leire Pajín como ministra de Sanidad, una zapaterada que viene a compensar el cierto desguace habido en la "casa de muñecas" monclovita con las salidas de Aído y Corredor y el aparcamiento de las ambiciones de Carmen Chacón, compuesta y sin vicepresidencia que la lance en la carrera de la sucesión de Zapatero. Leire Pajín viene a disputarle además a la Chacón esa condición de "musa progre juvenil" que cultiva con tanto esmero la actual ministra de Defensa. A sus 34 años, el descaro, la ambición y el morro (cara dura) que le echa a la vida y a la política la "señorita Pajín", como diría Alfonso Guerra, corren paralelos a su vacuidad, indocumentación y ganas de figurar. Poner el ministerio de Sanidad en sus manos sería un acto de irresponsabilidad suprema sino fuera porque las competencias de esa casa hace tiempo que pasaron en su práctica totalidad a las Comunidades autónomas, lo que le convierte en un juguete idóneo para promocionar "barbies" sin experiencia humana ni política.

Y hablando de feministas de hojalata, ahí tienen a "la Trini", como ella misma gusta de nombrarse, convertida en ministra de Asuntos Exteriores. Que Moratinos necesitaba ser relevado es evidente, dado lo quemado que ha terminado el hombre tras seis duros años de intenso trabajo. Pero que su sustituta sea Trinidad Jiménez convierte el asunto en un mal chiste. Jiménez viene de ser derrotada por un casi desconocido en unas primarias territoriales del PSOE, en las que Moncloa y el aparato del partido se habían volcado en su favor; el premio a un nuevo fracaso de la pizpireta y retrechera Trini es una vez más, el salto hacia arriba. Uno se barrunta, con todo, que con este nombramiento lo que Zapatero hace es reservarse para sí la cartera de Exteriores, cargo al que seguramente se dedicará en lo que queda de legislatura dejando la política interna española en manos de Pérez Rubalcaba.

El ascenso imparable de Rubalcaba en fin, es una apuesta por la única vía que puede salvar al PSOE y a la izquierda española de un desastre electoral sin precedentes en 2012. Si los famosos "mercados" dan por bueno el nuevo Gobierno que ha pergeñado Zapatero y aflojan la presión en torno al cuello de la economía y las finanzas españolas, y si ETA iniciara pronto la vía a su disolución (cosa que seguramente tiene mucho que ver con lo anterior; al cabo en la globalización, y seguramente antes también, mercados, terrorismo e imperialismo no dejan de ser todo una misma cosa), las posibilidades del Partido Popular de retornar al poder por vía democrática podrían reducirse a cero. La crisis entonces, cambiaría de acera.

En la fotografía, Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente, ministro de Interior y portavoz del Gobierno.

9 comentarios:

Celemin dijo...

Entiendo que tu análisis está echo con el corazón y no con la cabeza.

Lamar Izquierda al P$%€, a pesar de que tu seas miembro de ese partido es como llamar comunista a Rosa Aguilar o como llamarme a mi monaguillo.
Está claro que la izquierda y la política social no es lo mismo para todos los que nos postulamos en ese ideario.
De todas formas, me gusta ver como pensáis los que estais dentro, aunque, visto desde fuera, uno crea que el P$%€ está en la antípodas del socialismo y de la izquierda.

Un saludo.

Joaquim dijo...

Estimado monaguillo Celemín: ya sé cuánto fastidia a mucha gente que el PSOE sea, parafraseando a Manolito Vázquez Montalbán, la izquierda "realmente existente" en España desde hace 131 años. Y ello naturalmente con sus luces y sus sombras, incluidas etapas tan oscuras como la actual, pero qué le vamos a hacer.

De todos modos no creas que lo digo con orgullo ni cegado por un prejuicio militante, entre otras cosas porque jamás he tenido carnet del PSOE, ni pienso tenerlo. Mi vida política ha discurrido por otros derroteros socialistas, específicos de Catalunya. En fin, creo que cualquiera que me lea conoce mi postura crítica en relación con derivas psoeras que no es que crea que nada tienen que ver con el socialismo, sino que a veces pienso que resultan difícilmente compatibles con la democracia.

En cuanto al lugar de procedencia de mis análisis, te aseguro que al repasarlos suelen parecerme más fríos y cerebrales que comentarios tan viscerales como el que me dedicas hoy :)

Celemin dijo...

Siento haberte molestado. No era mi intención. ¿El PSC no es parte del PSOE?

Saludos, compañero.

Joaquim dijo...

No es molestia, Celemín.

El PSC no es parte del PSOE, sino un partido federado y por tanto, distinto, con estructura propia diferenciada y sus propios órganos de dirección. Participa como "invitado" en los órganos del PSOE, incluidos su Grupo Parlamentario y el Comité Federal de éste,en virtud del Protocolo de Unidad de 1978, acuerdo que se firmó no entre el PSC y el PSOE, sino entre aquél y la organización catalana de éste con la bendición de "Madrid".

Los rifirrafes entre PSC y PSOE nada tienen que ver con los típicos que suelen producirse en el seno de la organización regional de un partido, como puede ser el PSOE de Madrid o el andaluz, o incluso el PSE vasco, que no deja de ser la federación regional del PSOE en Euskadi

Por eso, se simplifica excesivamente cuando desde más allá del Ebro se habla por ejemplo de "dirigentes nacionalistas del PSC" opuestos a los "españolistas". Luego vienen los líos de los periodistas que explican que Montilla o Chacón son "nacionalistas catalanes", y que Corbacho es "españolista"; la realidad es bastante más compleja, querido, aunque sólo sea por la tendencia natural de los catalanes y asimilados a complicarnos la vida con todo :)

Un abrazo.

ximo dijo...

Al loro con Marcelino Iglesias, Ya sea para el 2012 o para el 16.
Y, efectivamente, lo de Leire Pajín es inadmisible.
Por cierto Joaquim, ya se que es una frase hecha, pero yo soy de más allá del Ebro y no me hago ningún lio, entre otras cosas porque "más allá del Ebro" están las comarcas catalanas del Montsia y Terra Alta y parte del Baix-Ebre y Ribera d'Ebre.

Joaquim dijo...

Ximo, Marcelino Iglesias es un señor al que todo el mundo en Aragón daba por acabado políticamente tras su gestión de perfil bajo -por calificarla piadosamente- en la comunidad aragonesa. Lleva a sus espaldas el asunto Gran Escala, ese presunto intento de unos presuntos inversores de convertir los Monegros en dos o tres Las Vegas, donde presuntamente iban a levantar media docena de parques temáticos, dos docenas de casinos y 30 ó 40 hoteles (¡literal!), en lo que constituye un intento de estafa que cruza eficacísimamente "Bienvenido Mr. Marshall" y "Nobleza baturra". ¡Qué pedazo de película haría Berlanga con eso!.

Iglesias apostó hasta el bigote en tirar adelante Gran Escala como fuese, modificando incluso la legislación aragonesa, y al final la monumental tomadura de pelo le ha costado el no poder aspirar a un nuevo mandato en Aragón.

Tienes razón en que los habitantes de las "comarques tarragonines" que relacionas sois también de "al otro lado del Ebro", pero como bien dices se trata de una frase hecha que refleja de forma gráfica una realidad diferenciada.

Y en fin, espero que no seas originario de Reus y me eches en cara ahora que te llame "tarragoní" :)

ximo dijo...

Pues si Joaquim, no ibas muy desencaminado, te lo echo en cara. Cordialmente, claro. No soy de Reus, soy de Tortosa pero no "tarragoní". Se que entraríamos en un debate pero, si tienen que permanecer las provincias, para mi, o bien Catalunya debería ser uniprovincial o sino las " Terres de l'Ebre ", otra provincia. La denominación "comarcas de Tarragona" está bien para entendernos, pero tarraconense no me siento.

Celemin dijo...

Muchas gracias por la información que no conocía al completo. Pensé que en el año 78, el PSC se había integrado en el PSOE como lo hicieron otros muchos partidos socialistas entre el 78 y el 82.

De todas formas, aunque digas que no, te leo molesto porque diga que el PSOE no es un partido de izquierdas. Uno puede ser lo que quiera, pero desde luego, el PSOE ha demostrado desde 1984 que su política en de centro derecha (incluídos los primeros cuatro años de Zp dónde a los derechos de todos los llamaron políticas socialistas). Y si el PSC no es parte del PSOE como dices (y yo no dudo en absoluto) no se porqué los militantes del PSC no paráis esta pantomima de Zapatero.

Salud, compañero y ya no te molesaré más.

Joaquin dijo...

Entonces, Celemin, vistas asi las cosas primero, de izquierda no hay nadie ( en el congreso al menos ) y por supesto CIU, PNV, UPD, CC, NB CHA etc son de derecha y el PP de extrema derecha, digo yo.
Más de uno te compraría lo de PSOE de centro izquierda e incluso de centro ( o como mínimo que hace esas políticas ), pero catalogarlo de centro derecha, es simplmente una pasada, a ver si resultará que tu te quedas en centro izquierda