Hace dos días un niño norteamericano interrumpió durante horas la programación de las televisiones de su país y abrió los telediarios de todo el mundo. Se decía que el crío se había subido a un globo aerostático anclado en el patio de la casa familiar, y que el artefacto se había desprendido del amarre partiendo con el niño atrapado a bordo. Cuando finalmente el globo cayó a tierra se descubrió que el crío no solo no estaba en él, sino que no se había movido de su casa. Horas después confesaba con inocencia infantil ante un micrófono que todo había sido un truco urdido por su padre para salir en "el show".
En resumen, las televisiones del mundo entero fueron manipuladas por una familia de aspecto corriente sólo porque una vez más, no se molestaron en comprobar las fuentes de la supuesta noticia. Así funciona hoy día el mundo del periodismo, inmerso en una carrera enloquecida por captar la "actualidad palpitante" sin tiempo para pensar ni comprobar; no es extraño que algunos vivales se la metan doblada a los más avezados reporteros. Si ustedes me lo permiten, diré que bien merecido tienen el ridículo espantoso en que han quedado los "mass media" audiovisuales de San Francisco a Tokio, pasando obviamente por Madrid y Barcelona. ¡Luego vendrán los gurús del periodismo negando el pan y la sal al periodismo blogero, porque según ellos la información que ofrecemos no está contrastada ni es fiable!.
Ocurre, empero, que lo verdaderamente preocupante de esta historia no es tanto el descrédito que arroja sobre los medios -allá ellos con su lucha cainita por el "share" y su indigestión por "opulencia informativa"-, sino el hecho mismo de que fuera noticia algo tan carente de interés objetivo, como es el que un crío presuntamente hubiera salido volando en un globo desde una localidad perdida de los Estados Unidos de Norteamérica. ¿Y a quién debería importarle eso aunque hubiera sido cierto, fuera de su familia inmediata y acaso los vecinos de su pueblo? ¿Qué noticia de alcance mundial es ésa para abrir con ella telediarios e interrumpir la emisión de los programas más seguidos?. ¿Acaso no estaba ocurriendo en el mundo nada más importante?.
Pues sí ocurren cosas más importantes. En el mismo momento en que el "sheriff" de no sé que condado de no sé cúal estado norteamericano descubría que en el globo estrellado no iba un niño, ocurrían cosas como ésta que relata hoy El Periódico de Catalunya: "Un niño muere de hambre cada seis segundos". Estremecedor, ¿verdad?. Resulta que una sexta parte de la Humanidad vive en la desnutrición, y que según la FAO "casi una tercera parte de los niños del mundo crecen desnutridos. Y cada seis segundos un niño muere de hambre".
¿Cuántos telediarios han abierto hoy con esa noticia? En suma ¿por qué vale más la vida de un solo niño blanco, sonrosadito y bien alimentado, que la de miles y miles de otros niños menos afortunados?.
¿Quién y al servicio de qué valora la importancia de las noticias?.
1 comentario:
Cierto jugaron con la buena fe de los espectadores, llegaste a pensar lo peor,que se habría caido y lo espeluznante ver como actuaba la policia, daba yuyu. Saludos
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